Rutina para activarse por la mañana

Entrenarse a primera hora ayuda a afrontar el día con más energía y humor

La actividad física nos reporta multitud de beneficios para la salud del cuerpo y de la mente, pero aún más cuando nos levantamos. Por la mañana necesitamos activarnos y estimularnos para cargar pilas y afrontar el día con plena energía y buen ánimo.

Asimismo, movilizar el cuerpo a primera hora del día favorece el sistema endocrino y los ritmos cardíacos, agudiza la inteligencia, quema calorías y alivia el estrés, ya que se fabrican endorfinas que se prolongan a lo largo de toda la jornada.

Quizás no te resulte sencillo ejercitarte a estas horas, pero considéralo como un entrenamiento inteligente, como el café que te despierta y te espabila. Eso sí, antes de empezar hazte con una lista de canciones que te motiven y entrena con ellas.

Ejercicios para hacer al levantarse

  1. El giro del reciclado

Túmbate boca arriba y levanta la pierna izquierda hacia el lado derecho, por encima de la otra, doblándola y cogiendo la rodilla con la mano. Mientras tanto, el otro brazo permanece estirado hacia la izquierda con la palma tocando el suelo. Aguanta en esta postura 30 segundos antes de cambiar de pierna. 

  1. La ostra

Ponte de lado, sobre el suelo y apoya la cabeza encima del brazo. Las piernas tienen que estar dobladas formando un 90º con las rodillas. A continuación, abre y cierra las rodillas simplemente elevando la pierna superior lentamente. Haz 12 repeticiones antes de pasar al lado contrario.

  1. El perro volador

Ponte a cuatro patas, con las rodillas apoyadas en el suelo. Luego eleva y estira una pierna al mismo tiempo que subes el brazo del lado contrario. Mantelos arriba 2 segundos. Repite 15 veces en cada lado. Con este ejercicio trabajarás la zona lumbar, el abdomen y los hombros. 

  1. Sentadillas

Sitúate de pie y de espaldas a la cama. En este ejercicio tienes que hacer el gesto de sentarte pero sin llegar a apoyar los glúteos, y luego volver a la posición inicial. Se trata de unas sentadillas sencillas, con las que levantamos los brazos extendidos hacia adelante. Haz 2 series de 15 repeticiones.

Después de esta rutina matutina, puedes darte una ducha con agua templada (y fría al final), así acabarás de despejarte, reactivarás la circulación y tu cuerpo se pondrá en marcha.

No te olvides de desayunar o llevarte contigo algún bocadillo saludable (con más vegetal que embutido), fruta o frutos secos, de esta manera, mantendrás el organismo en plenas facultades y no tendrás la tentación de picotear a media mañana.

¡Empieza el día con energía!

Desayunar es clave para rendir en el día. Aquí tienes unas recetas sanas y sabrosas

El desayuno es quizás la comida más importante del día por varias razones. Nos recarga de energía, nos activa la mente y, según los expertos, es un marcador de un estilo de vida saludable.

De acuerdo con un estudio publicado en el Centro de Investigaciones Cardiovasculares, comer poco o nada a la mañana es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Y es que el almuerzo es la primera ingesta del día después de muchas horas en ayunas y nos tiene que aportar la glucosa necesaria para rendir de forma adecuada física e intelectualmente.

Ideas sencillas y saludables

  1. Huevos revueltos con champiñones

Bate dos huevos, salpimenta y adereza con una taza de champiñones laminados. Vierte la mezcla en una sartén con un poco de aceite y remueve hasta que queden cuajados, al punto que más te gusten. Incluir huevo en el desayuno hace que sintamos menos apetito durante el día y tengamos más éxito en la pérdida de peso.

  1. Sándwich de pavo, zanahoria y lechuga

Lava y trocea la lechuga y la zanahoria. Añade un chorrito de aceite de oliva virgen a dos tostadas de pan integral e incorpora el pavo y las verduras. Las zanahorias, ricas en betacarotenos, te ayudarán a mantener la piel sana y bonita.

  1. Yogur con avena y frutos rojos

Añade en un tarro de vidrio dos cucharadas de avena, un yogur natural y tantas fresas y arándanos como quieras. Los arándonos aportan vitamina C y potasio, un mineral idóneo para conservar la tensión arterial estable.

  1. Quinua con canela

En una olla tapada a temperatura alta coloca media taza de quinua, una taza de leche y una cucharadita de canela. Cuando hierva, baja la temperatura y remueve. Cuando la quinua esté suave y la mezcla espesa, retira del fuego. Endulza con un poco de azúcar moreno y añade 6 mitades de nueces. La quinua es alta en proteína y fibra, y contiene todos los aminoácidos.

El desayuno aporta el combustible suficiente para arrancar motores y mantenernos en plena actividad hasta medio día.

El secreto para no resfriarse

Este invierno prevén los catarros y goza de mejor salud

El resfriado o catarro es una enfermedad infecciosa del aparato respiratorio causada por un virus, que en invierno encuentra el mejor escenario para desarrollarse. Es la dolencia leve más extendida del mundo y afecta, de media, tres veces por año a una persona.

A pesar de que sus síntomas (goteo nasal, congestión, lagrimeo en los ojos, irritación de garganta) se asimilan a los de la gripe, no provoca fiebre alta y suele curarse en una semana.  La genética juega un papel relevante en la prevención, pero siguiendo una serie de hábitos saludables podemos también librarnos de él.

Cómo prevenir los catarros

  1. Cuida la alimentación: una dieta rica en vegetales y baja en carnes rojas y grasas saturadas es esencial para que el sistema inmune pueda vencer a los microbios.
  2. Higiene de manos: lávate las manos con agua y jabón, con frecuencia y durante al menos 20 segundos para evitar que los microorganismos penetren en el organismo.
  3. Ventila las estancias: airea los espacios cerrados, como mínimo 15 minutos, así los microorganismos no se concentrarán en el ambiente.
  4. Abrígate: usa prendas adecuadas para el frío, protégete la cabeza, la garganta y los pies porque, de no ser así, el organismo se enfria en su conjunto.
  5. Hidrátate: Ingiere muchos líquidos, en forma de agua, infusiones y sopas. Un ambiente reseco en las mucosas respiratorias propicia el desarrollo de microbios.
  6. No fumes: El tabaco disminuye las defensas del organismo. Las personas fumadoras tienen el doble de posibilidades de resfriarse respecto a aquellos que no fuman.
  7. Descansa lo suficiente: Dormir menos de seis horas cuadriplica el riesgo de contagio. El cuerpo necesita un mínimo de siete para recuperar la energía.
  8. La actitud: Ser positivo y controlar el estrés puede mejorar la salud de nuestro sistema inmune y favorecer una más pronta recuperación.

Actividades que velan por tus huesos

Lo mejor para unos huesos fuertes es moverse y poner atención en lo que comes

El esqueleto es el principal soporte del cuerpo humano, responsable de mantener el peso del organismo y capaz de regenerarse durante toda la vida. La práctica de actividad física y una alimentación sana contribuyen a una salud ósea óptima y a prevenir la osteoporosis y la artrosis.

De acuerdo con la Federación de Actividades Dirigidas y Fitness, “las personas activas renuevan sus huesos con mayor rapidez y tienen una mayor densidad ósea, lo que evita generalmente fracturas y caídas”. No obstante, aunque la regeneración ósea es un proceso constante, con el paso de los años, la persona va perdiéndose el equilibrio, ya que predomina la reabsorción sobre la formación.

7 deportes que sientan bien a tu esqueleto

1. Pilates
“Se trata de una actividad física sin riesgo de caídas o golpes, que hace trabajar los músculos y ayuda a compensar el desequilibrio entre reabsorción y formación del tejido óseo”, tal y como apunta la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral.

2. Senderismo al sol
Caminar 30 minutos al día, a paso ligero y en plena naturaleza es muy beneficioso para nuestros huesos. Aprovecha los rayos de sol, porque te reportarán la vitamina D que tu organismo necesita para absorber el calcio.

3. Tenis
Este deporte hace que los huesos retengan y ganen densidad. De hecho, en los jugadores de tenis los huesos del brazo que lleva la raqueta pueden ser un 20% más anchos y contienen un 40% más de mineralización ósea que su otro brazo.

4. Bailar
Cuando los pies tocan el suelo estimulan el depósito de calcio, de esta manera, los ejercicios de impacto (taconeo, claqué, pasos de coreografías, etc.) resultan muy útiles. Bailar implica gran diversidad de movimientos y esfuerzos, lo que fortalece los huesos de brazos y, sobre todo, piernas (tibia, peroné y fémur).

5. Natación
Bajo el agua los movimientos son menos bruscos y lesivos. Al ser de menor impacto, la natación somete a esfuerzo todo el aparato locomotor sin riesgo de fracturas. El aquagym es una modalidad segura y exigente a la vez.

6. Ir en bicicleta
Montando en bici apenas se estimulan los huesos, sí en las subidas porque cargamos nuestro peso. En edades avanzadas es más recomendable usar la bicicleta estática.

7. Levantar pesas
Los ejercicios de fuerza hacen crecer la masa ósea en la columna y la cadera. Con una rutina simple de levantamiento de pesas dos veces por semana, el cuerpo lo nota.

Recuerda tomar suficiente calcio, no sólo con la ingesta habitual de lácteos, sino también con legumbres, pescados de espina, verduras de hoja verde, frutos secos, cereales y frutas, que contienen vitaminas necesarias para la formación de colágeno.

Nuestros hábitos de vida son los mayores responsables de que lleguemos a la madurez con unos huesos fuertes y sanos.

Egoísmo sano, el cuidado empieza en ti

Pensar en uno mismo es necesario para poder ofrecer lo mejor de nosotros a los demás

El egoísmo sano o positivo se trata de cuidarse, de pensar en uno mismo y de anteponer tus necesidades a contentar a los demás.  El primer paso para que estemos todos mejor es alejar la mala conciencia y optar por uno mismo. Porque si tú estás mal, poco podrás ofrecer al otro.

Uno debe quererse y cuidarse mucho para poder dar lo mejor de sí mismo a los otros. En esto consiste ‘el efecto tarta’, que ha creado la doctora Marisa Navarro, y que dibuja un pastel para que tú cojas el primer trozo y, después, repartas. La idea es que aquello que no te des a ti mismo, no te lo dará nadie o ,si te lo dan, no lo podrás sentir en su plenitud.

El efecto tarta también dice que no podemos ofrecer aquello que no tenemos, es decir, no podemos dar felicidad si no la disfrutamos. Te proponemos unos sencillos consejos para que te quieras más y puedas ofrecer a los demás la mejor versión de ti mismo.

Aprende a quererte en 8 pasos

  1. Háblate como lo haces con otros: las palabras tienen un gran poder sobre nosotros, pueden ser como una medicina o resultar muy tóxicas. Pueden sanarte o pueden herirte. Háblate con respeto e indulgencia, y usa un lenguaje más positivo y comprensivo contigo mismo.
  2. No pienses tanto: muchas veces analizamos en exceso un tema que nos hace sentir mal, dándole vueltas y más vueltas, generándonos aún más ansiedad. Si tiene solución, intenta remediarlo, si no la tiene, déjalo pasar.
  3. Discute menos: cuando discutimos generamos descargas de adrenalina y cortisol, hormonas que nos producen una sensación de nerviosismo, estrés y angustia. A veces, ceder es la opción más inteligente, porque ahorramos energía y tampoco sirve de nada ganar a costa del otro.
  4. Saca tu niño: con los años intentamos ser personas adultas serias y responsables y olvidamos la capacidad de jugar y de sorprendernos. Disfruta del momento presente, ábrete a lo nuevo y sé más espontáneo.
  5. Aprende a soltar: si sientes que algo te hace daño, no te aferres a ello, suéltalo. No es sencillo, pero existen muchas técnicas que te pueden ayudar a desprenderte. El beneficio merecerá la pena.
  6. Sé rebelde: tenemos muchas obligaciones e imposiciones que nos hacemos o que otros nos hacen, que nos provocan frustraciones, culpa y malestar. Busca estos “deberías” en tu vida y transfórmalos en mensajes positivos y sin obligación.
  7. Elije tus miedos: en muchas ocasiones notamos peligros o amenazas que solo están en la mente. Pero no por ello dejan de angustiarnos. La doctora propone que elijamos nuestros miedos, y no éstos a nosotros, lo que genera un cambio de pensamiento.
  8. Fuera límites: está bien tener claro lo que uno quiere y luchar por ello, pero ser muy rígido puede hacer que nos perdamos infinidad de cosas. Abre tu mente y comprobarás que hay otras posibilidades a tu alcance.
Compartir y no competir nos ayuda a sentirnos mejor.

¿Bebes suficiente agua?

El cuerpo necesita ingerir una cantidad mínima de líquidos para su bienestar

El agua representa entre el 50% y el 60% de nuestro peso y su carencia puede provocar mareos, cansancio, dolor de cabeza, debilidad o somnolencia. Una correcta hidratación corporal es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo: transporta los nutrientes a las células y retira sus desechos, contribuye a regular la temperatura corporal, protege el cerebro y lubrica las articulaciones.

De esta manera, el agua debe considerarse como un verdadero nutriente dentro de la alimentación. Los nutricionistas recomiendan ingerir de 1,5 a 2,5 litros de agua diarios, es decir, 8 vasos como mínimo al día, en climas moderados, lo que no siempre se cumple.

Necesidad de agua según la edad

Lactantes: debido a los numerosos factores que aumentan el riesgo de deshidratación en los bebés, se aconseja un consumo de líquidos de 150 ml, o lo que es lo mismo, medio vaso de agua al día.

Niños: en pequeños de 4-8 años, la media del consumo de agua es de entre 1,7 litros y 2,8 litros al día. A partir de los nueve años empiezan a haber diferencias por sexo: 1,8 L/día para los varones de entre 9 y 13 años y de 2,6 L/día para los que tienen edades entre los 14 y los 18 años. En el caso de las niñas, las cifras de referencia son 1,6 L entre los 8 y los 13 años y 1,8 L entre los 14 y los 18 años de edad.

Adultos: debemos mantener el equilibrio hidroelectrolítico, lo que implica aportar una cantidad de agua o líquidos equivalente, como mínimo, a las pérdidas. Se ha establecido que las pérdidas, en un adulto sano, se corresponden a unos 1.050-3.100 mL diarios, por lo que hemos de asegurar el aporte mínimo de este volumen. Lo ideal es ingerir entre 2,2 y 3 litros al día.

Cuando se trata de mujeres embarazadas, la ingestión recomendada alcanza los 2,4 L diarios, llegando a los 3 litros si se trata de una mujer joven en periodo de lactancia.

Mayores: como término medio se acepta que las necesidades de líquidos en las personas mayores se encuentran en torno a 30-35 mL por kg de peso y día, o bien 1-1,5 mL por cada kilocaloría aportada en la dieta. Esto supone que una persona mayor, con un peso entre 60-70 kg requerirá unos 2 litros de líquidos al día.

Aunque el agua es la bebida por excelencia y representa la forma ideal para hidratarnos, hoy día existen otros líquidos con diferentes sabores que pueden atraernos más, como la leche, los zumos naturales, las infusiones, las sopas o las aguas saborizadas. Ahora bien, un consumo excesivo de bebidas azucaradas está relacionado con la obesidad y la diabetes. Opta siempre por el agua y sus variantes más naturales y menos procesadas.

El cuerpo humano no almacena el agua, por eso, la cantidad que perdemos cada día debe restituirse para garantizar el buen funcionamiento del organismo.

¿Qué es la aerosolterapia?

Es una forma de tratamiento que consiste en suministrar partículas en aerosol a través de un aparato llamado nebulizador.

¿Qué es un AEROSOL?

Son suspensiones o soluciones de partículas sólidas o líquidas contenidas en un gas formando una “nube”.

¿Qué es un NEBULIZADOR?

Es un aparato que tiene la capacidad de convertir un líquido en partículas en aerosol, creando una fina niebla que puede ser respirada por el paciente al coger aire, para que una sustancia o un fármaco pueda depositarse en el aparato respiratorio y ejercer una acción terapéutica.

¿Qué pacientes pueden precisar aerosolterapia?

Pacientes con Bronquiectasias de distintas causas, Fibrosis Quística, pacientes con determinados microorganismos en los bronquios y pacientes con el virus de la inmunodeficiencia humana.

En determinados casos, también será útil en pacientes con Asma y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica.

¿Qué sustancias se utilizan en la aerosolterapia?

Se pueden administrar:

  1. Fármacos dilatadores de los bronquios (broncodilatadores) o antiinflamatorios (corticoides) en los casos de pacientes que presenten broncoespasmo (bronquios inflamados y estrechos) y que no puedan administrarse el tratamiento inhalado con los inhaladores convencionales como sería el caso de ancianos o pacientes graves.
  2. Sustancias que fluidifican (hacen más líquidas) las secreciones como serían suero salino a distintas concentraciones o algunas sustancias mucolíticas (rompen el moco) con el fin de eliminarlas mejor.
  3. Algunos antibióticos, como colistina, tobramicina o aztreonam, para tratar de forma directa la infección que se padece en los bronquios. Estas sustancias mencionadas se administrar para que lleguen a los bronquios y pulmones y también en el tratamiento de las afecciones inflamatorias de vías altas (nariz y garganta) como laringitis o sinusitis.

¿Qué ventajas tiene la aerosolterapia?

La administración de sustancias o fármacos por esta vía permite que entren en contacto directamente con las zonas de las vías respiratorias afectadas, logran un efecto rápido con menores dosis de medicamento y disminuyen los efectos secundarios.

¿Qué riesgos y complicaciones puede tener?

  1. Broncoespasmo: los bronquios se inflaman y se estrechan produciéndose tos y dificultad para respirar. En ocasiones se acompaña de “pitos”.
  2. Infección por contaminación del dispositivo. Por ello es muy importante la limpieza de los aparatos, que variará en función de cada tipo.
  3. Efectos en el corazón como palpitaciones o subida de la tensión arterial.
  4. Retención de anhídrido carbónico (gas que se elimina habitualmente con la espiración) y se produciría sueño.

MODO DE ADMINISTRACIÓN DE LA AEROSOLTERAPIA: LOS NEBULIZADORES DEBEN SER UTILIZADOS CORRECTAMENTE O NO CONSEGUIRÁN SER EFICACES.

  • Es muy importante que el tipo de nebulizador sea adecuado para la sustancia o fármaco necesario para tratar la enfermedad. Debe producir partículas del tamaño idóneo para penetrar en las vías aéreas.
  • Los aerosoles podrán suministrase mediante mascarilla facial para enfermos con mucha fatiga o dificultad de respiración, cuando exista incapacidad para utilizar un inhalador convencional (ancianos, pacientes graves…) o cuando se requiera tratamiento de afecciones de la vía área superior (nariz y garganta). En el resto de circunstancias es preferible mediante pipeta o boquilla, porque el depósito nasal del fármaco y el riesgo de lesión ocular y dermatológica.
  • La medicación debe prepararse adecuadamente para ser tomada en aerosol:
  1. Lavar bien las manos con agua y jabón.
  2. Disponer todo el material necesario sobre una superficie limpia.
  3. Diluir el medicamento, si este es en forma de polvo, con la cantidad exacta y el tipo de diluyente que haya indicado el médico (agua estéril para inyectables o suero fisiológico). El líquido debe quedar totalmente transparente, sin partículas en suspensión.
  4. Coger la dosis exacta de solución o medicamento que tiene que administrarse en el aerosol con una jeringuilla o una pipeta
  5. Introducir el medicamento preparado en la cazoleta o depósito de medicación del aparato de aerosoles.
  • Si el tratamiento incluye varias sustancias o fármacos de forma inhalada o nebulizada y también fisioterapia respiratoria, es importante tomar cada uno de ellos y hacer la fisioterapia en el orden o secuencia en que su eficacia sea máxima:
  1. Primero los broncodilatadores y/o antiinflamatorios (corticoides)
  2. Segundo las sustancias para fluidificar las secreciones (suero salino a distintas concentraciones, mucolíticos…).
  3. Tercero, Fisioterapia Respiratoria para movilizar y expulsar las secreciones
  4. Cuarto, la administración de os antibióticos, si hay que tratar infección en los bronquios.
  • El patrón respiratorio o forma de coger el aire ha de ser con inspiraciones suaves, lentas y profundas, manteniendo el pecho lleno de aire durante unos 3 segundos (apnea) para conseguir la máxima eficacia de la sustancia o fármaco que se está inhalando.
  • Debe realizarse el tratamiento manteniendo una buena postura, sentados con la espalda y cabeza rectas De otro modo, el aerosol puede impactar en zonas no deseadas.
  • Debe realizar una adecuada limpieza y desinfección del equipo de aerosolterapia después de cada uso para eliminar los restos de medicación y secreciones y evitar así la proliferación de gérmenes en la cazoleta de medicación y en la pipeta o mascarilla.

TIPOS DE NEBULIZADORES

  1. Nebulizadores tipo ultrasónicos

En estos aparatos el aerosol se produce al vibrar un cristal piezoeléctrico. Hoy día se usan poco. Sólo son adecuados para nebulizar agua y suero salino a distintas concentraciones.

  1. Nebulizadores de tipo jet o de chorro

Consisten en una cámara de nebulización en la que se genera un aerosol mediante un flujo de gas. Estos aparatos son adecuados para nebulizar: broncodilatadores, antiinflamatorios, suero salino a distintas concentraciones, mucolíticos y también antibióticos si se emplean con un compresor de alto flujo.

  1. Nebulizadores de malla vibratoria

El aerosol se genera al pasar el líquido a nebulizar por los agujeros contenidos en una malla. Este tipo de nebulizadores no necesitan compresor. Pueden funcionar con baterías y son fácilmente transportables. Sirven para nebulizar antibióticos. Aportan un mayor depósito pulmonar y una pérdida menor del fármaco al ambiente. Están indicados en los pacientes con Fibrosis Quística.

RECOMENDACIONES Y CONSEJOS

  • Seguir las instrucciones indicadas por el médico o enfermero de la consulta para la manipulación de los fármacos a nebulizar, así como su administración con el dispositivo prescrito. Si tiene que tomar varios medicamentos mediante nebulizador, no debe mezclarlos en el mismo: tome uno detrás de otro.
  • Debe ser muy cuidadoso con la limpieza y desinfección del equipo de aerosolterapia. La limpieza debe realizarse siempre después de cada uso y la desinfección es imprescindible que se lleve a cabo como mínimo una vez por semana (hervido, inmersión en soluciones desinfectantes…) Cada fabricante adjunta con el equipo el modo adecuado de realizarla.
  • Debe realizarse una adecuada higiene bucal y gargarismos tras tomar los aerosoles para eliminar los restos de medicación de la mucosa de la boca y de la faringe y evitar el oscurecimiento de la dentadura.
  • Observe si aparecen síntomas de broncoespasmo (sensación de falta de aire, opresión torácica, “pitos”…) o sangrado en el esputo, en cuyo caso debe interrumpir el tratamiento con aerosoles y consultar con su médico antes de reanudarlo.

¿Qué hacer ante una bronquiolitis?

Aunque es de fácil contagio, en casa podemos tomar medidas para tratarla y evitarla

La bronquiolitis es una infección respiratoria producida por virus en la que se inflaman los bronquios y los bronquiolos, que son las vías más pequeñas que llevan el aire dentro del pulmón.

De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, esta enfermedad afecta a menores de 2 años, sobre todo, a los menores de 6 meses y, normalmente, es causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), normalmente de noviembre a marzo.

La bronquiolitis se contagia como un resfriado, tal y como indica la Sociedad Española de Neumología Pediátrica: a través de contacto con saliva o moco, y por las manos. Los gérmenes se diseminan de la nariz y la boca en pequeñas gotitas de saliva que quedan suspendidas en el aire cuando alguien estornuda o tose, y pueden quedar sobre objetos que la persona toca.

Al principio, hay un incremento de la secreción nasal y tos perruna, posteriormente, se inflaman los bronquiolos dificultando el paso de aire, lo que puede ocasionar ‘silbidos’, atragantamientos o vómitos. Acostumbra a durar 7 – 12 días (la tos puede persistir más días).

Consejos para el tratamiento

Aunque se trata de una enfermedad vírica de fácil contagio, en casa podemos tomar medidas para evitarla.

  1. Lavado nasal: antes de comer y de dormir conviene despejar las fosas nasales del pequeño, haciendo un lavado nasal (poner suero fisiológico y aspirar la mucosidad). Esto es porque los bebés respiran sobre todo por la nariz y, si ésta está obstruida, pueden tener dificultad al respirar.
  2. Cambio de postura: elevar un poco la cabecera de la cama/cuna ayuda a respirar algo mejor. Además, humidificar el ambiente despeja la nariz y calma la tos. En los recién nacidos, puede ser necesario administrarles oxígeno a través de gafas o mascarilla siempre que sea indicado por el pediatra.
  3. Reducir la fiebre: si el niño o niña tiene fiebre se pueden administrar antitérmicos, como el paracetamol y el ibuprofeno (mayores de 6 meses), o también medidas físicas (destapar al niño, baños con agua templada).
  4. Tomas más frecuentes: los bebés con bronquiolitis pueden tener poco apetito y cansarse con facilidad. Se aconseja fraccionar las tomas, es decir, administrar menos cantidad de alimento pero más frecuentemente.
  5. No usar medicamentos sin receta: Los jarabes para la tos, los mucolíticos y los descongestionantes nasales pueden ser perjudiciales. Tampoco sirven los antibióticos. No uses medicamentos que no recete el médico.

Medidas para prevenirla

  1. Lavarse las manos a menudo: las personas con una infección respiratoria o un simple catarro deben lavarse las manos a menudo, especialmente antes y después de tocar al niño o alguno de los objetos que él utiliza.
  2. Evitar ambientes de alto riesgo de contagio: intentar huir de los lugares concurridos, donde haya muchos niños (como guarderías, parques infantiles, ambulatorios), sobre todo, si el bebé tiene menos de 3 meses o fue prematuro.
  3. Eludir la exposición al humo del cigarrillo: intentar no fumar ni estar en ambientes donde se fume o se ha fumado. Si tienes un bebé asegúrate de que no se fume en casa y pide a familiares, cuidadores o personas que estén en contacto con él que no fumen.
  4. Fomentar la lactancia materna hasta los 6 meses: la lactancia materna es un gran protector frente numerosas infecciones. Prolongarla más allá de los 4 meses es una buena medida para reforzar el sistema inmunitario del bebé y hacerle más fuerte ante la bronquiolitis.

Los adultos y niños mas grandes no enferman tanto como los pequeños, presentando únicamente síntomas de un catarro, pero que son muy contagiosos para los bebés.

Ante la sospecha de que el niño respira más rápido o más agitado de lo normal, es necesario consultar con el pediatra.

Hasta el momento no existe una vacuna para prevenir la enfermedad, aunque está en estudio y desarrollo.