Cómo se recupera tu cuerpo al dejar de fumar

Te contamos la cronología de los cambios que se producen en tu organismo

Con motivo de la celebración del Día Mundial Sin Tabaco (31 de mayo), que tiene como objetivo poner de relieve los riesgos asociados con el tabaquismo para la salud, desde Oximesa nos gustaría recordarte los beneficios de dejar de fumar.

Fases por las que se pasa cuando se abandona el tabaco

Nada más abandonar este mal hábito el cuerpo empieza a experimentar cambios, que se traducirán en ventajas significativas a la larga para el bienestar de la persona.

En ocho horas: la oxigenación vuelve a ser normal y el monóxido de carbono se reduce a la mitad.

En un día: bastan solo 24 horas para que se reduzca considerablemente la mucosidad acumulada.

En dos días: se siente cómo mejora el aliento y cómo se recupera el sentido del gusto. Sin embargo, uno puede notar un poco de ansiedad.

En tres días: uno se siente más enérgico, ya que los bronquios pueden trabajar de forma óptima. Se habrá eliminado el 90% de la nicotina del cuerpo a través de la orina. Pero, quizás, la irritabilidad y las ganas de fumar sean elevadas.

En dos semanas: la circulación mejora notablemente, de manera que puede practicarse deporte on mayor rendimiento. En esta fase se tienen menos de dos episodios al día con ganas irrefrenables de fumar y se es capaz de controlarlo.

En dos meses: la resistencia a la insulina desaparece. Y es posible que se haya podido aumentar ligeramente de peso. Pero ya no se siente tanta ansiedad.

Entre el tercer y el noveno mes: la tos desaparece y los pitidos apenas son audibles. Los cilios (orgánulos similares a cabellos que extraen residuos de las vías respiratorias ) se habrán regenerado y ya no se sufren tantas infecciones de vías altas.

Un año sin fumar: el riesgo de sufrir un paro cardíaco se habrá reducido a la mitad.

En 10 años: en una década la posibilidad de sufrir cáncer de pulmón disminuye a la mitad que la de un fumador habitual.

En 15 años: los pulmones estarán completamente restablecidos y el riesgo de paro cardíaco será igual que el de un no-fumador.

Es posible que necesites pedir ayuda para lograrlo. Hazlo, no estás solo.

Leches vegetales, ¿cuál es más saludable?

Provienen de plantas, sustituyen a la leche de vaca y resultan más fáciles de digerir

Son la alternativa ideal a la leche de vaca, una opción saludable para los intolerantes a la lactosa, los alérgicos a su proteína y para aquellos que, simplemente, no les gusta el alimento estrella del desayuno.

Este tipo de bebidas tienen mayor número de consumidores, debido a su agradable sabor, sus propiedades saludables y su bajo contenido en grasa. No obstante, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, su valor nutricional depende de la materia prima, el procesamiento y de la presencia de edulcorantes.

¿Qué bebida vegetal es mejor?

  1. Bebida de soja: es la única con valores comparables con la leche de vaca, con un contenido en proteínas entre 2,9 gr (3,3 gr leche vaca). Es muy digestiva y, además, es rica en calcio, isoflavonas (antioxidante) y ácidos grasos omega 3 y 6. Se ha demostrado que su consumo puede reducir hasta un 20% el colesterol y puede prevenir de osteoporosis y de enfermedades cardiovasculares.
  2. Bebida de avena: resulta también altamente digestiva y nutritiva. Contiene betaglucanos, unos componentes bioactivos que favorecen el estado del corazón y reducen el riesgo de padecer diabetes y obesidad. Asimismo, su composición en magnesio, fósforo, vitamina B y fibra soluble ayudan a equilibrar el sistema nervioso.
  3. Bebida de arroz: es una opción recomendada a personas con problemas digestivos (diarreas y vómitos). Su dulzor suele atraer a muchos, puesto que tiene más carbohidratos que la leche animal, pero poca proporción de calcio y proteína. Sería necesario suplementar el déficit de estos aminoácidos esenciales.
  4. Bebida de almendra: es la más calórica, rica en azúcares y grasas (saturadas), aunque también una potente fuente energética. Igualmente, es la bebida con mayor contenido en vitamina E, lo que la convierte en un valioso antioxidante natural que ayuda a retrasar el envejecimiento celular y a prevenir enfermedades.

A pesar de que las bebidas vegetales pueden brindarnos múltiples ventajas saludables, los nutricionistas advierten que la leche de vaca contiene nutrientes necesarios para la salud ósea.

10 curiosidades sobre el gluten

Te damos los puntos básicos para entender la intolerancia a esta proteína

El gluten es una proteína presente en el trigo y también el responsable de la celiaquía, una enfermedad autoinmune, que se caracteriza por una inflamación crónica del intestino delgado, que impide la absorción de algunos nutrientes.

Con motivo del Día Nacional del Celíaco (27 mayo), nos gustaría responder a 10 dudas sobre esta dolencia, que afecta a más del 1% de la población europea (el 75% está sin diagnosticar), con el objetivo de prevenir molestias y evitar fallos en la alimentación.

  1. ¿Qué significa ser intolerante al gluten?
    Quiere decir que el organismo reacciona ante la presencia del gluten y lesiona las paredes del intestino, lo que produce una mala absorción de nutrientes.
  2. ¿Qué efectos tiene esto en el cuerpo?
    Si las vellosidades intestinales se deterioran, no se absorben bien los nutrientes de los alimentos, lo que puede producir déficits de hierro, vitamina B12, vitamina D, proteínas y grasas.
  3. ¿Qué síntomas presenta?
    Los síntomas pueden ser variados: desde problemas digestivos o cutáneos, hasta retraso en el crecimiento en los niños, irritabilidad o fatiga crónica.
  4. ¿Qué es el gluten y dónde está?
    Es una proteína de los cereales como el trigo, la cebada, el centeno o la avena, que aporta esponjosidad a los panes. Se encuentra en productos elaborados con harinas de estos cereales como pan, pasta y bollería, así como embutidos y salsas, que incorporan cereales para dar volumen.
  5. ¿Es una enfermedad contagiosa?
    No. Es una enfermedad autoinmune, es decir, es el propio cuerpo el que reacciona ante la presencia del gluten, como en el caso de las alergias. Pero sí existe un componente genético.
  6. ¿Cómo se sabe si un alimento tiene gluten?
    Por ley, los alimentos libres de gluten deben llevar en el etiquetado un símbolo identificativo. Si no lo llevan, significa que pueden contener gluten o que puede existir riesgo de contaminación cruzada.
  7. ¿Hay riesgo si utilizo los mismos utensilios para cortar un alimento con gluten y otro sin gluten?
    Sí. Los utensilios para cocinar deben ser exclusivos para celíacos o haber pasado por una limpieza profunda.
  8. Si un miembro de la familia es celíaco, ¿deben comer todos sin gluten?
    No es necesario. Los alimentos sin gluten pueden ser igual de sabrosos, por lo tanto, se pueden consumir. Eso sí, no está demostrado que comer sin gluten reporte alguna ventaja nutricional para los ‘no-celíacos’.
  9. Alimentos libres de gluten:
    Los productos más naturales no contienen, es decir, frutas, hortalizas, legumbres, carnes, pescados, huevos, arroz, maíz, leche, yogures, café, infusiones, azúcar, aceite, frutos secos, etc.
  10. Alimentos que pueden incluir gluten:
    Mantequillas, pastas, pan y pasteles elaborados con trigo, centeno, cebada o avena. Bebidas alcohólicas como la cerveza, los licores y combinados. Los productos manufacturados (pizzas, rebozados, congelados, embutidos, salsas, sucedáneos de café o chocolate, gominolas, etc.).

Crossfit, guía básica para iniciarse

Mejora tu condición física general con este entrenamiento de alta intensidad

El CrossFit es una de las técnicas fitness del momento, con miles de adeptos y presente en más de 12.000 gimnasios en todo el mundo.  Su éxito reside, sobre todo, por los ejercicios que propone, funcionales, constantes y ejecutados a una alta intensidad.

Nació en 1974, cuando el estudiante Greg Glassman se dio cuenta que el programa de culturismo que se impartía en California era poco efectivo. Glassman ideó un sistema de entrenamiento con rutinas que combinaban fuerza, técnica y pocos espacios de tiempo para descansar. El método enseguida logró excelentes resultados, por lo que luego se utilizó como base de preparación en fuerzas de seguridad y como técnicas en numerosos clubes.

Cómo es una sesión de CrossFit

Una clase dura una hora aproximadamente, y sigue más o menos la misma estructura:

Entrada en calor: primera etapa que prepara el cuerpo para el entrenamiento posterior, que tiene como objetivo evitar lesiones y empezar una progresión correcta en la práctica deportiva.

Parte A del WOD (‘workout of the day’, ejercicio del día): es la rutina de la jornada, que cambia cada jornada y  que deben realizar todos los asistentes al ‘box’. Aquí tienen lugar los ejercicios de fuerza y potencia, como pull-ups (colgado de una barra, levantar el cuerpo con los brazos), trepar por la cuerda o levantar pesas.

Parte B: en esta etapa se disminuye la cantidad de peso y se aumenta la capacidad respiratoria y la resistencia (flexiones, carreras, sentadillas, etc). Es quizás el momento más intenso del entrenamiento. Suelen combinarse ejercicios sin peso o de resistencia, como por ejemplo: saltos, dominadas, anillas, flexiones de brazos, abdominales…

Estiramientos: fase final en la que el monitor realiza una elongación de los músculos utilizados en el entrenamiento con el objetivo de prevenir posibles lesiones.

Ejercicios más utilizados

Los ‘workout of the day’ o ejercicios del día más usados son los siguientes:

EMOM (Every Minute On the Minute): busca realizar cierto número de repeticiones de un ejercicio minuto durante el mayor número de minutos posible. Por ejemplo, cinco burpees por minuto durante 10 minutos.

AMRAP (As Many Rounds As Possible): se trata de hacer el mayor número de rondas posibles de las combinaciones de ejercicios en un determinado tiempo. Por ejemplo: 20 minutos para realizar la mayor cantidad de rondas que se puedan.

TABATA: consiste en hacer 8 rondas de un ejercicio intenso, en las que se tienen 20 segundos para ejecutar cada una de forma intensa, y luego 10 segundos de descanso.

POR TIEMPO: es otra forma de entrenamiento habitual en CrossFit, que pretende realizar un número de rondas en un tiempo límite o hacer ciertos ejercicios lo más rápido posible.

Como ves, el CrossFit es un programa exigente y duro,  con el que se ejercita todo el cuerpo, pero que engancha y que nos reporta múltiples ventajas para nuestro bienestar.

Probióticos, ¿en qué pueden ayudarnos?

Son bacterias que nos ayudan a fortalecer las defensas. ¡Averigua dónde encontrarlas!

Los probióticos son organismos vivos que, consumidos en cantidades determinadas, pueden aportarnos beneficios para la salud. De la misma manera que en nuestro tracto digestivo habitan miles de microorganismos saludables que nos protegen de agentes nocivos, hay ciertos alimentos (como el yogur o el kéfir) que también contienen estas bacterias beneficiosas.

La Organización de las Naciones unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha revelado que los probióticos desempeñan un importante papel en las funciones inmunitaria, digestiva y respiratoria, y que podrían tener un efecto significativo en el alivio de las enfermedades infecciosas en niños.

Motivos para consumir probióticos

  1. Refuerzan las defensas: crean una barrera protectora en el sistema digestivo protegiendo nuestro organismo de bacterias perniciosas y fortaleciendo nuestras defensas. Se ha demostrado que un buen estado de la flora intestinal mejora el sistema inmunitario.
  2. Restauran la flora intestinal: al ser sustancias similares a las que pueblan la flora intestinal, ayudan a restaurarla y limpiarla para que el organismo absorba mayor cantidad de proteínas, minerales y vitaminas.
  3. Equilibran el sistema digestivo: cuando la flora intestinal está debilitada necesita un apoyo extra para regularse. Estos microorganismos nos ayudan a equilibrar la actividad del aparato digestivo, favoreciendo el tránsito y las deposiciones.
  4. Ayudan en infecciones intestinales: son recomendados en casos de gastroenteritis, diarrea e infecciones intestinales (pancreatitis, colon irritable, estreñimiento, flatulencia), toma de antibióticos, abuso de laxantes, celiaquía y cambios en la alimentación (viajes o vacaciones).

¿Dónde se encuentran?

Kéfir: obtenido de la fermentación de la leche, este alimento nos ofrece bacterias ventajosas que regeneran y mejoran la salud de nuestra flora intestinal. A diferencia del yogur, éste usa diferentes cepas en su fermentación, produciendo una reacción ácido-alcohólica.

Horchata: las enzimas de su fruto, la chufa, le confieren propiedades digestivas, que ayudan en el proceso digestivo y a tratar el meteorismo (gases).

Yogur: se obtiene de la leche fermentada, pero es más ácido y se digiere mejor que esta (apto para intolerantes a la lactosa). Posee bacterias lactobacilus, que favorecen el equilibrio del intestino y lo protegen de infecciones. Los yogures bífidus contienen, además, bacterias bifidobacterium, que pueden aliviar el estreñimiento y prevenir la caries.

Miso: pasta de soja fermentada, usada para preparar salsas y sopas, que está compuesta por enzimas que ejercen un efecto positivo en la digestión de los alimentos.

Recuerda que una alimentación, rica en fibra vegetal y pobre en carnes, mantendrá la población de estos microbios en nuestra flora intestinal de manera natural.

El poder de un abrazo

Conoce los beneficios que un achuchón puede aportar a tu salud física y emocional

Seguramente hay pocas cosas tan sencillas, económicas y agradables que dar y recibir un abrazo. Aparte de ser un gesto gratificante, se trata una poderosa medicina para nuestra salud física y mental.

Con motivo del Día Internacional de las Familias (15 de mayo), nos gustaría explicar las ventajas de este tipo de muestras de cariño, que ayudan a reforzar la cohesión de la familia, propiciar la educación de buenas prácticas y favorecer el desarrollo de los hijos.

Algunos neurólogos consideran que ocho abrazos al día es la cantidad mínima recomendada que necesitamos para sentirnos bien. Un buen abrazo debería durar como mínimo 20 segundos y, a ser posible, tendría que ser entre dos personas con confianza.

6 Razones para abrazar más

  1. Reduce la presión sanguínea: cuando nos acarician los receptores de la piel se activan, mandan señales al cerebro e, inmediatamente, se reduce la presión sanguínea. Según esta regla, a más abrazos, menor presión sanguínea.
  2. Fortalece las defensas: notar que alguien nos arropa cuando estamos enfermos ayuda a una recuperación más rápida, ya que el contacto físico incrementa las defensas, estimula la producción de glóbulos rojos y multiplica el efecto de los tratamientos.
  3. Calma las tensiones: favorece la liberación de dopamina y serotonina (conocidas como las “hormonas de la felicidad”), que emiten calma y placer.  Además, disminuye la fabricación de cortisol, la sustancia culpable del estrés y la ansiedad.
  4. Protege el corazón: aumenta los niveles de oxcitocina, la sustancia orgánica que nos ayuda a equilibrar la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Así, cuanto más abracemos más protegidos estaremos a padecer enfermedades cardiovasculares.
  5. Mejora el ánimo: abrazarnos con una persona a la que apreciamos cuando estamos viviendo un momento difícil resulta un remedio reconfortante. Este contacto físico hace que el organismo libere serotonina, que nos reporta paz y tranquilidad.
  6. Propicia el desarrollo cerebral: una investigación de la Universidad de Duke de EE.UU concluyó que los niños que no recibían un mínimo de abrazos en sus primeros años poseían un cerebro hasta un 20% más pequeño, lo que significa que el contacto físico tiene un efecto positivo en el desarrollo de las neuronas.

Los expertos opinan que para lograr que las neuronas permanezcan sanas a lo largo de la vida, debemos seguir estimulándolas a menudo: cuanto más abracemos, mejores habilidades psíquicas y motrices tendremos.

Resiliencia o cómo superar las adversidades

Descubre cómo enfrentarte a los problemas de forma inteligente y saludable

De acuerdo con la Real Academia Española, la ‘resiliencia’ es la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. Se trata de una habilidad que nos ayuda a superar situaciones traumáticas y salir fortalecidos de ellas.

Una enfermedad, la pérdida de un trabajo, una ruptura o la muerte de alguien querido puede poner a prueba cuán resiliente somos, es decir: si tenemos confianza en nosotros mismos, si gestionamos las emociones correctamente, si tenemos claras la metas, si somos flexibles al adaptar nuestros planes…. En este post te explicamos las pautas que te ayudarán a conocerte más y mejorarán la forma en que afrontas la vida.

5 pasos para ser más resiliente

La Asociación Americana de Psicología  considera que la resiliencia puede aprenderse y desarrollarse, aunque requiere tiempo, esfuerzo y un compromiso a seguir una serie de pasos:

  1. Rodearse de personas positivas: establecer buenas relaciones con la familia, amigos y compañeros, así como aceptar su ayuda en algunos momentos nos fortalece. Participar en nuestra comunidad y ser parte de proyectos solidarios y altruistas también puede beneficiarnos.
  2. Cambiar la perspectiva: no podemos evitar que ocurran acontecimientos que nos causan tensión, pero sí podemos cambiar la manera cómo reaccionamos ante ellos. Intenta mirar más allá y piensa que las cosas mejorarán en el futuro.
  3. Aceptar que el cambio es parte de la vida: hay que ser consciente de que existen ciertas circunstancias que escapan a nuestro control y que no podemos cambiar. Lo mejor, es enfocarse en aquello que podamos solventar, modificar y mejorar.
  4. Cuidarse uno mismo: escucha tus necesidades y deseos, el egoísmo sano te permite ofrecer la mejor versión de ti. Encuentra momentos relajantes y que te llenen. Y no olvides hacer ejercicio físico regularmente para mantener en forma cuerpo y mente.
  5. Cultivar una visión positiva: el optimismo y el humor son herramientas eficaces para construir resiliencia. Basta con sonreír un poco cada día, tratar de “quitarle hierro” a algunos asuntos y aprender a relativizar los problemas.

Muchas personas que han vivido situaciones difíciles han expresado luego cómo había mejorado su fuerza personal, su autoestima y su apreciación de la vida.

Ejercicios para fortalecer los hombros

Aprende la rutina básica para tener un deltoides sano, fuerte y resistente

La mayoría de los movimientos que realizamos con los brazos soportan y estabilizan su recorrido gracias a los hombros. El músculo principal de los hombros es el deltoides, que va desde la clavícula al omoplato, tiene forma triangular y cubre la articulación hasta el brazo.

Este músculo es el encargado de realizar los movimientos de rotación interna y externa del hombro y elevar los brazos hacia los lados, hacia delante y atrás.

Puesto que se trata de un músculo vital para estabilizar la articulación hombro-brazo y soportar los esfuerzos, debemos mantenerlo fuerte, sano y tonificado. Para ello, son recomendables ejercicios que trabajen la musculatura de toda la zona.

Rutina para trabajar los hombros

  1. Trabajo con mancuernas

Elevaciones frontales: ponte de pie, con las piernas un poco separadas y rodillas semi-flexionadas. Coge una mancuerna y sujétala con las dos manos apoyadas sobre los muslos. Eleva los brazos rectos hasta llegar a la altura de los ojos, mientras inspiras. Luego baja al espirar. Trabajo con mancuernas

 Elevaciones laterales: en la misma posición anterior, coge una mancuerna en cada mano y colócalas juntas delante de la pelvis. Eleva los brazos lateralmente hasta la horizontal manteniendo los codos un poco flexionados. Luego bájalos al soltar el aire.  Elevaciones laterales

  1. Tonificar el deltoides

Plancha lateral: tumbado boca abajo con los brazos y las punteras sosteniendo el cuerpo. Gira hacia un costado, llevando todo el peso hacia el brazo apoyado. En posición lateral eleva una pierna y el brazo y aguanta la posición. Plancha lateral

Flexiones: también mirando hacia abajo, separa ligeramente las piernas y dobla los brazos doblados con las manos apoyadas en el suelo. Estira los brazos para elevar el cuerpo recto, luego flexiona los codos para bajarlo, intentando no arquear la espalda. Flexiones

Unos hombros tonificados y fuertes nos ayudan a proteger la espalda, mejorar la postura y evitar lesiones en las vértebras.

Fresas, la sana fruta de temporada

Bermellonas, apetitosas y muy nutritivas. ¡Descubre los beneficios de la fruta del momento!

Las fresas son uno de los principales alimentos de la temporada de primavera, que podemos encontrar desde marzo hasta finales de agosto. Son sabrosas, brillantes y aromáticas, por eso gustan tanto a niños y adultos, pero además nos brindan numerosos beneficios para la salud.

Propiedades de la fresa

  1. Diurética: ayudan en la retención de líquidos, ya que están compuestas por un 85% de agua. La infusión de sus hojas y raíces favorece la eliminación de residuos (como el ácido úrico) del organismo. Resultan idóneas para mantener un peso saludable y prevenir la obesidad, puesto que sacian con pocas calorías.
  2. Antioxidante: contienen un alto porcentaje de vitamina C, bioflavonoides y antocianinas, que le confieren cualidades para actuar contra los radicales libres, responsables del desarrollo de muchas enfermedades y del envejecimiento celular.
  3. Analgésica: poseen cerca de 30 componentes antiinflamatorios y analgésicos, entre los que destacan el ácido salicílico, la vitamina C, omega 9 y minerales, como el magnesio y el cobre.
  4. Regula el colesterol: su gran cantidad de antioxidantes, así como de lecitina y pectina, la convierten en un alimento recomendable para reducir el colesterol en sangre, mejorar la salud de los vasos sanguíneos y rebajar la presión arterial.
  5. Cosmético natural: son un remedio útil para curar llagas y heridas, así como para cuidar la salud de la piel, gracias a sus capacidades antibacterianas y vulnerarias. De hecho, su jugo se emplea en múltiples cosméticos para el cutis.

Recetas con fresas

– Carpaccio de fresas y naranjas

Pela 2-3 naranjas, córtalas en rodajas, como las fresas. Aparte, mezcla zumo de naranja con un chorrito de vinagre, un chorrito de aceite, una cucharadita de azúcar y una pizca de canela. Riega el carpaccio con el zumo y decora con unas hojas de menta. Carpaccio de fresas y naranjas

– Ensalada de fresas y pollo

Prepara una cama de berros o canónigos. Coloca encima unas fresas laminadas. Añade una pechuga de pollo a la plancha en daditos y, si quieres queso feta o de cabra. Prepara un aliño con aceite de oliva, vinagre, miel y sal, y luego riega el plato. Ensalada de fresas y pollo

Recuerda que las fresas son alimentos, no medicamentos. No hacen milagros, pero pueden ayudarnos a llevar una alimentación más saludable.

¿Se puede correr con asma?

La práctica de ejercicio físico beneficia la función pulmonar. ¡Te damos algunas claves!

El asma es una enfermedad crónica que produce disnea o dificultad para respirar, sibilancias, pitidos y tos. Hay varios tipos de asma, según aparezcan tras un esfuerzo, por la noche al acostarse, por alergia al polvo o al polen o el asma estacional (asociado a alergias).

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma, siendo la enfermedad crónica más frecuente en niños y niñas. No obstante, un tratamiento adecuado permite tener una buena calidad de vida.

Con motivo del Día Mundial del Asma (primer martes de mayo), nos gustaría explicar algunos consejos sobre cómo seguir practicando ejercicio físico y seguir manteniendo esta dolencia bajo control.

Recomendaciones para runners asmáticos

Los expertos aconsejan que las personas con asma realicen alguna actividad física, ya que el deporte controlado mejora la capacidad pulmonar y aumenta la resistencia frente a una crisis.

  1. Consulta con el médico: antes de lanzarte al asfalto, consulta con un profesional sanitario. Sigue todas sus indicaciones y realízate los controles preceptivos.
  2. Calienta: unos ejercicios de precalentamiento te ayudarán a activar el organismo, prepararte para un esfuerzo intenso y prevenir posibles lesiones. Así, empieza a correr poco a poco y ve aumentando el ritmo. Puedes hacer también carreras cortas a mayor velocidad y comprobar tu recuperación de pulsaciones y respiraciones/minuto. El precalentamiento adecuado produce en muchos asmáticos un efecto brocodilatador pasajero. Si durante el calentamiento tiene asma, tome 2 inhalaciones de su inhalador de rescate, espere unos 3-5 minutos a que los síntomas desaparezcan y siga realizando el calentamiento.
  3. Conoce bien cómo usar tus inhaladores: Hay gente que necesita tomar el medicamento de rescate justo antes de hacer ejercicio físico para prevenir las crisis asmáticas. Tu médico te lo indicaría si ese fuera tu caso. Cuando se necesita es tan importante como el precalentamiento. Se usan fármacos agonistas B2 adrenérgicos de corta duración, tales como salbutamol (Ventolin®) o terbutalina (Terbasmin®) generalmente 15 ó 20 minutos antes del ejercicio. Si tomas medicamentos de control a largo plazo puede no ser necesario usar la premedicación. Hay que tener en cuenta, que se consideran “dopping”, pero se permiten previa indicación con informe clínico.
  4. Inspira por la nariz y espira por la boca: trata de inhalar por la nariz y exhalar con los labios apretados para mejorar tu presión diafragmática y tardar más en vaciar. Además, el aire no entra tan frío a tus pulmones y evitas la sobre-constricción de las vías.
  5. Protégete del frío: evita que el aire fresco se cuele vaya directamente a tu boca, ya que favorece la bronco-constricción. Para evitarlo, tápatela con bufandas, pañuelos o buffs.
  6. Si notas molestias, para: si sientes pitidos o tu disnea es muy aparente, para y recupérate. No salgas a correr justo después de una crisis o si has pasado por un proceso respiratorio y aún no estás recuperado. Durante el ejercicio, el paciente o el educador deben reconocer su situación clínica en todo momento. En todo caso, sea cual sea el lugar en el que hagas ejercicio si tienes asma, lleva siempre contigo tu medicamento broncodilatador de urgencia. Si no lo tienes a mano, un ataque de asma que se podría haber quedado en un susto, se puede convertir en un suceso grave que puede complicar tu situación.

Sé consciente de tus límites personales y aprende a distinguir si a una intensidad concreta, el riesgo de sufrir una crisis es o no asumible.