Consejos para adaptarte al cambio de hora

El cambio de hora, ya sea para adelantar o atrasar el reloj, nos sigue pasando factura y provoca un desajuste en nuestro ritmo biológico interno

Se hace dos veces al año y todavía seguimos sin acostumbrarnos cuando llega el momento. El cambio de hora, ya sea para adelantar o atrasar el reloj, nos sigue pasando factura y provoca un desajuste en nuestro ritmo biológico interno.

Entre los síntomas más frecuentes que aparecen con el cambio de hora están: fatiga, somnolencia, falta de concentración, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, cansancio, disminución del rendimiento, sensación de hambre o falta de apetito.

CONSEJOS PARA ADAPTARSE AL CAMBIO DE HORA

En este sentido, para que el cambio de hora nos afecte lo menos posible, debemos tener en cuenta algunas pautas importantes. Para empezar, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda mantener un horario regular de sueño; es decir, acostarse y levantarse siempre a la misma hora.

También es aconsejable cubrir las horas necesarias de sueño. Dependiendo de la edad, se duerme más o menos, pero, por lo general, ocho horas son suficientes para garantizar un descanso adecuado.

Asimismo, es importante evitar consumir bebidas estimulantes en las horas previas a acostarse. De igual forma, se debe cenar ligero y, al menos, dos horas antes de dormir.

Realizar ejercicio físico es, de la misma manera, un aspecto fundamental para adaptarse al cambio horario. Basta con andar media o una hora diaria u optar por actividades como el yoga, la natación o el baile. Eso sí, la práctica deportiva nunca debe hacerse poco antes de irse a la cama, ya que puede dificultar el sueño.

De igual forma, la Organización de Consumidores y Usuarios destaca que es necesario crear un ambiente de sueño apropiado, que sea oscuro, silencioso, con una temperatura agradable y que esté bien ventilado.

Por otro lado, evitar las siestas o intentar, al menos, que no sobrepasen los 20 minutos, es otra pauta imprescindible. Y es que, hasta que el organismo se adapte al cambio, es mejor no alterar los patrones de sueño.

Por último, evita exponerte a la luz de los dispositivos electrónicos justo antes de dormir, ya que está comprobado que esta dificulta el sueño.

Comida rápida: ¿cómo afecta a nuestra salud?

Estos alimentos tienen un alto contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio

El ritmo frenético del día a día ha hecho que el consumo de comida rápida sea cada vez más frecuente, ya no solo en ocasiones especiales, sino de forma diaria. De hecho, en muchas familias, sobre todo de América Latina, tienen este tipo de alimentación; se caracteriza por su pobre calidad nutricional y actualmente está remplazando a una dieta sana y variada.

Hamburguesas, pizzas, bocadillos, patatas fritas… Este tipo de comida es muy popular por varios puntos: su sencilla elaboración, su precio, su fácil conservación y, sobre todo, su sabor.

Según la Organización Panamericana de la Salud, estos alimentos tienen un alto contenido en azúcares libres, grasa total, grasas saturadas y sodio. Por el contrario, son bajos en proteínas, fibra, vitaminas y minerales.

Todo esto hace que la comida rápida sea terriblemente perjudicial para la salud. En los jóvenes, consumir este tipo de comida de forma habitual aumenta, en un 51%, el riesgo de desarrollar depresión. También aumenta en adultos que lleven un estilo de vida poco saludable (mala alimentación y sedentarismo).

Pero no solo eso, este tipo de alimentación también aumenta el sobrepeso y la obesidad; de hecho, es la responsable, en gran parte, del aumento de la incidencia de la obesidad infantil en todo el mundo.

Asimismo, al tener un alto contenido en grasas saturadas y trans, aumentan los niveles de triglicéridos y colesterol malo en sangre, lo que supone un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

También, la comida rápida, sobre todo si se consume por la noche, puede dificultar la digestión y el tránsito intestinal, provocando una sensación de malestar y pesadez en el cuerpo.

De igual forma, incrementa el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como la diabetes, e hipertensión arterial.

Por todo ello, desde la Fundación Española del Corazón insisten en la importancia de llevar una correcta alimentación para prevenir determinados problemas de salud que pueden desarrollarse o emporar por la falta de una dieta equilibrada.

Enfermedad de Crohn: todo lo que necesitas saber sobre esta patología

Afecta, normalmente a adultos jóvenes de entre 15-35 años, pero puede aparecer en cualquier etapa de la vida

La enfermedad de Crohn es una enfermedad inflamatoria intestinal que puede afectar a cualquier parte del aparato digestivo (desde la boca hasta el ano), aunque se presenta, con mayor frecuencia, en la parte final del intestino delgado y al inicio del intestino grueso.

Afecta, normalmente a adultos jóvenes de entre 15-35 años, pero puede aparecer en cualquier etapa de la vida. De hecho, cada vez se dan más casos en pacientes pediátricos.

Se desconoce qué lo causa, sin embargo, se cree que existen algunos factores que podrían estar involucrados en su origen: factores genéticos, del sistema inmunológico y ambientales.

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO

Dependiendo de la zona de localización de la inflamación, los síntomas pueden ser muy variados, pero los que se dan con más asiduidad son: diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso, debilidad y falta de apetito.

También, según la Fundación Española del Aparato Digestivo, pueden aparecer: úlceras orales, alteraciones de le piel, inflamación ocular y problemas anales, como fístulas o abscesos.

Sobre el diagnóstico, suele ser tardío en algunas ocasiones, ya que los síntomas son inespecíficos y pueden confundirse con otras enfermedades. Además, tal y como señalan desde la Asociación Española de Gastroenterología, no existe ninguna prueba que, por sí sola, puede certificar la enfermedad.

Por ello, si el médico sospecha que el paciente puede padecer esta patología a través de los síntomas descritos, le solicitará un análisis de sangre, análisis de heces, pruebas de imagen (TAC o ecografía) o una endoscopia.

TRATAMIENTO

En la actualidad no existe ningún tratamiento que cure la enfermedad, pero sí hay medicamentos u otros métodos destinados a aliviar los síntomas que esta provoca. Los antibióticos, inmunosupresores, las terapias biológicas y la granulocitoaféresis son algunos de los más usados.

Asimismo, la Sociedad Española de Medicina Interna destaca que el tratamiento quirúrgico puede ser otra opción. Para ello, se extirpa la parte de intestino afectada y la persona queda libre de síntomas a corto plazo.

Complementos alimenticios: ¿qué debes saber sobre ellos?

Son fuentes concentradas de nutrientes que tienen como objetivo complementar la ingesta diaria

Los complementos alimenticios son cada vez más frecuentes entre la población. Pero, ¿qué son exactamente? Son fuentes concentradas de nutrientes que tienen como objetivo complementar la ingesta diaria de estos.

Y es que, aunque en la mayoría de las veces, una dieta equilibrada proporciona todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, en ocasiones, según distintas investigaciones, esta situación ideal no se da en la práctica para todos los nutrientes, ni para todos los grupos de población, tal y como manifiesta la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.

No obstante, es importante recalcar que, bajo ningún concepto, los complementos alimenticios pueden sustituir a una dieta equilibrada, por lo que sigue siendo necesario seguir una dieta variada y rica, sobre todo, en frutas y verduras, ya que estas pueden proporcionar todos los nutrientes (vitaminas y minerales) que el cuerpo necesita.

En este sentido, para que los complementos alimenticios no sean contraproducentes y perjudiciales para la salud, es necesario establecer unos niveles adecuados para garantizar su buen uso. Por ello, según la Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria, se deben tomar en las dosis diarias recomendadas.

Los complementos, al tener como objetivo corregir deficiencias nutricionales o mantener un nivel adecuado de ciertos nutrientes, no son medicamentos, por lo que, como señalan desde la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, su uso no está destinado a tratar o prevenir enfermedades.

¿Y cómo debe ser su etiquetado? La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición manifiesta que, de forma obligatoria, en el etiquetado debe figurar: la dosis recomendada del producto; la advertencia de no superar dicha dosis; la denominación de las categorías de nutrientes o sustancias que caractericen el producto; la indicación de que este producto debe mantenerse fuera del alcance de los niños; y la indicación de que estos complementos no deben sustituir a una dieta equilibrada.

Por otra parte, para un consumo seguro y responsable, el Ministerio de Sanidad recomienda prestar atención a los ingredientes de los complementos, por si existiera alguna alergia o intolerancia a ellos. También, aconseja desconfiar de aquellos complementos que provienen de fuentes desconocidas; estos deben comprarse en farmacias o canales autorizados para ello.

Motivos para jugar al bádminton

Además de ser una actividad muy divertida, tiene numerosos beneficios para la salud física y emocional

¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de la importancia de hacer deporte? Muchas. Y es que, no es para menos, ya que la práctica deportiva no solo nos beneficia a nivel físico, sino también a nivel mental.

El problema surge cuando estamos dispuestos a hacer ejercicio físico, pero no sabemos por dónde empezar. En este sentido, lo primero que debemos hacer, además de cerciorarnos de nuestra buena salud antes de practicar cualquier deporte, es elegir uno que creamos que nos pueda gustar y sea acorde a nuestras capacidades física.

El bádminton, por ejemplo, es un deporte cada vez más practicado por la población. Además de ser una actividad muy divertida, tiene numerosos beneficios para la salud física y emocional.

Al ser un deporte aeróbico, es muy eficaz para mantener un peso saludable o, incluso, bajar de peso, ya que se produce una quema de grasa importante.

Asimismo, como es un deporte que requiere de mucha fuerza en los brazos y piernas, se tonifican los músculos y se aumenta la fuerza muscular tanto en el tren superior como en el tren inferior.

También, con la práctica del bádminton se produce una mejora en la salud cardiovascular, ya que se fortalece el corazón y, además, se regula la presión arterial.

Por otro lado, si lo que quieres es aumentar tu capacidad pulmonar, este es el deporte perfecto para ello. Y es que, gracias a la intensidad que exige, se produce una mejora de la resistencia aeróbica y anaeróbica y, por tanto, de la capacidad pulmonar.

De igual forma, el bádminton es capaz de mejorar las capacidades visuales; pero no solo eso, ya que también mejora la coordinación muscular y la agilidad gracias a la velocidad del juego.

A nivel emocional, al igual que sucede con otros deportes, el bádminton nos ayuda a reducir los niveles de estrés y ansiedad, lo que mejora nuestro estado de ánimo y nos genera un estado de bienestar.

Por último, como es un deporte que puede jugarse por equipos, favorece las relaciones sociales y el trabajo en equipo.

Pautas para aprender a ser más optimista y dejar la negatividad a un lado

Hay personas que, como dice el dicho popular, ‘’se ahogan en un vaso de agua’’; y hay otras que ven de los obstáculos una oportunidad para crecer

La forma que tenemos de afrontar las cosas dice mucho de nosotros. Hay personas que, como dice el dicho popular, ‘’se ahogan en un vaso de agua’’; y hay otras que ven de los obstáculos una oportunidad para crecer.

Estas últimas, por lo general, viven menos estresadas y son más proactivas en el manejo del estrés. De hecho, según el Instituto Europeo de Psicología Positiva, las personas optimistas, gracias a la confianza en sus capacidades y la creencia en ellas mismas, además de tener unos niveles de estrés menores que el resto de la población, tienen, en definitiva, una mejor salud física y emocional.

Pero, ¿cómo aprender a ser más optimista y dejar la negatividad a un lado? Lo primero que hay que hacer, explican desde Clínica Mayo, es identificar aquellas áreas de tu vida en las que piensas, casi siempre, de forma negativa. Una vez has hecho esto, intenta sacar algo positivo de todas ellas. Por ejemplo: ‘’No me gusta mi trabajo, pero gracias a él puedo tener una independencia económica’’.

También es importante concretar los problemas. Si lo ves todo de una forma pesimista, coge un boli y apunta en un papel todo aquello que te preocupa. Ya verás que, al plasmarlo en un folio, te darás cuenta de que la mitad de tus preocupaciones son cosas banales. Céntrate en aquello que de verdad es importante y deja a un lado lo demás.

Asimismo, igual que la actitud de cada uno es fundamental, también lo es rodearse de personas positivas. Apóyate en aquellas en las que puedes confiar al 100% y sabes que te darán consejos y opiniones útiles. Huye de aquellas que, al igual que tú, son negativas, ya que aumentarían, aún más, tus niveles de estrés.

Por otro lado, según el libro ‘’Cómo ser optimista ante la vida’’, para ser más optimista, es necesario dejar de pensar siempre en uno mismo. Y es que, en muchas ocasiones, cuando algo nos preocupa, no vemos más allá y no nos preocupamos por cómo estarán las personas de nuestro alrededor. Piensa que, aunque tú lo estés pasando mal, hay mucha gente que también está sufriendo. Preocúpate por ellos, por lo que necesitan, y deja a un lado tus problemas.

Por último, llevar un estilo de vida saludable también influye en el optimismo. Para ello, haz ejercicio físico de manera regular, pues mejora el estado de ánimo y reduce el estrés; y procura mantener una dieta saludable que, además de ser beneficiosa para tu salud física, también lo será para tu salud mental.

¿Tienes diabetes? Esta es la alimentación que debes seguir

Junto con el ejercicio físico, la educación diabetológica y la medicación, la alimentación es uno de los cuatro pilares en el tratamiento de esta enfermedad

La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa (azúcar) en sangre, causados por una deficiente secreción de insulina, una hormona que permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.

Existen tres tipos de diabetes: diabetes tipo 1, que suele diagnosticarse antes de los 35 años; diabetes tipo 2, que se diagnostica, por lo general, a partir de los 40 años; y diabetes gestacional, que aparece durante el embarazo y después del parto.

Según la Fundación Española del Corazón, junto con el ejercicio físico, la educación diabetológica y la medicación, la alimentación es uno de los cuatro pilares en el tratamiento de la diabetes.

¿QUÉ COMER Y QUÉ NO SI TENGO DIABETES?

No existe una dieta específica para la diabetes; de hecho, los alimentos recomendados para las personas con diabetes no varían de los recomendados para el resto de la población. La clave está en consumir alimentos saludables de todos los grupos, pero hacerlo en las cantidades adecuadas teniendo en cuenta la persona, el estilo de vida y el tratamiento que lleva.

En este sentido, se consumirán, sobre todo, frutas y verduras (cinco piezas al día). También es importante consumir cereales integrales, ya que estos, según la Asociación Estadounidense de Diabetes, contienen más vitaminas, minerales fitoquímicos y fibra. Esta última favorece el control de la glucemia, al evitar sus elevaciones bruscas después de las comidas.

Asimismo, se recomienda consumir alimentos ricos en proteínas (pescado, carne o huevos), y productos lácteos para obtener hidratos de carbono.

Por otro lado, la Fundación Española del Corazón aconseja optar por alimentos bajos en grasas y limitar el consumo de fritos o cocinados con una grasa excesiva. Es mejor consumir alimentos cocinados al vapor, al horno o a la plancha.

Igualmente, los alimentos y bebidas azucaradas deben evitarse o, por el contrario, consumirlos de forma ocasional. Lo que sí hay que hacer es beber, aproximadamente, entre 1,5 y 2 litros de agua al día.

En cuanto al alcohol, si se toma, debe hacerse con moderación y siempre acompañándolo de comida. Y es que, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón, si se toman medicamentos para la diabetes, estos pueden aumentar la cantidad de insulina producida por el cuerpo y el alcohol puede provocar que el nivel de glucosa en sangre descienda de forma importante.

Varices: síntomas, causas y tratamiento

Afectan a una de cada diez personas, su prevalencia aumenta con el envejecimiento y las mujeres son más propensas a padecerlas

Las varices son dilataciones de las venas causadas por una acumulación anormal de sangre. Pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo, pero son más frecuentes en las piernas.

Aproximadamente, afectan a una de cada diez personas, su prevalencia aumenta con el envejecimiento y las mujeres son más propensas a padecerlas. De hecho, la aparición de estas es hasta cinco veces más común en las mujeres que en los hombres.

CAUSAS Y SINTOMAS

¿Cuáles son las causas de su aparición? El embarazo es una de las principales causas de las varices debido a los cambios hormonales y a la presión adicional que el feto ejerce sobre la región inferior del abdomen, tal y como señalan desde el Texas Heart Institute. También pueden producirse por permanecer de pie o sentado durante largos periodos de tiempo y por tener sobrepeso u obesidad.

El síntoma más claro es el color azul o morado que presentan las venas, pero también pueden presentarse otras manifestaciones clínicas como: hormigueo o dolor en las piernas, hinchazón de tobillos durante la noche y, según la Sociedad Española de Medicina Interna, en fases más avanzadas de la enfermedad, pueden aparecer úlceras venosas, dermatitis ocre o sangrado en varices complicadas.

TRATAMIENTO

En primer lugar, ante cualquier síntoma de varices, hay que acudir al médico, ya que será él quien realice un diagnóstico e indique el tratamiento más adecuado.

En este sentido, una de las opciones puede ser el tratamiento farmacológico, destinado a aliviar los síntomas que producen las varices y evitar que la enfermedad progrese.

La Sociedad Española de Medicina Interna destaca también, las plantas medicinales con propiedades venotónicas. Se trata de una opción terapéutica que puede administrarse por vía oral o aplicarse en formato gel y crema con efecto frío.

Asimismo, las medias elásticas de compresión son una buena opción para eliminar o reducir el dolor e hinchazón causados por las varices.

Por otro lado, existe la posibilidad de recurrir a la escleroterapia, que consiste en inyectar un líquido esclerosante que provoca la hinchazón de las paredes de las venas.

También, la crioterapia, según la Asociación Española de Enfermería Vascular y Heridas, puede ser otro tratamiento para las varices. Con este método, se introduce una sonda hasta el lugar de la insuficiencia y posteriormente, extirpar las varices.

De igual forma, es necesario hacer cambios en el estilo de vida. Por ejemplo, es aconsejable mantener un peso saludable, ya que esto facilitará el flujo sanguíneo; hay que evitar permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo; no usar prendas demasiado ajustadas; evitar fuentes de calor, y realizar ejercicio físico de manera habitual.