Osteoporosis: qué es, síntomas, diagnóstico y tratamiento

Afecta principalmente a mujeres después de la menopausia, pero también puede darse en hombres, adolescentes y niños

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por el debilitamiento de los huesos. En ella se produce una disminución de la densidad de masa ósea, que hace que los huesos se vuelvan más porosos, aumentando el número y el tamaño de las cavidades o celdillas que existen en su interior. Como consecuencia, los huesos se vuelven más frágiles y se rompen con mayor facilidad.

Según la Fundación Española de Reumatología, afecta principalmente a mujeres después de la menopausia, pero también puede darse en hombres, adolescentes y niños. En España, aproximadamente 2 millones de mujeres la padecen.

En cuanto a los síntomas, se caracteriza por ser una enfermedad silenciosa, ya que pueden no aparecer signos hasta la fractura de un hueso o el colapso de una o más vertebras de la columna vertebral. Desde Clínica Mayo destacan que podría aparecer: dolor de espalda, postura encorvada o pérdida de estatura con el tiempo.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Para diagnosticar la enfermedad, el Colegio Americano de Reumatología señala que se puede realizar un estudio que mide la densidad mineral ósea en diferentes partes del cuerpo.

Por otro lado, para tratar la enfermedad se puede recurrir a fármacos que tienen como objetivo reducir la pérdida de hueso, incrementar su densidad y reducir el número de fracturas.

También, tal y como manifiesta la Sociedad Española de Medicina Interna, es importante tener una ingesta adecuada de calcio, que varía en función de la edad, el sexo y el riesgo de osteoporosis.

Dicha ingesta puede realizarle con alimentos con alto contenido en calcio o con suplementos, pero en este último caso será necesaria la pauta de un especialista para que indique la cantidad adecuada y la duración.

Por otro lado, la vitamina D es otra sustancia de vital importancia para el hueso, que se consigue cuando la piel recibe el efecto de la irradiación solar.

Balonmano: ¿por qué deberías apostar por este deporte?

Ayuda a fortalecer todos los músculos y huesos del cuerpo, lo que favorece el desarrollo físico

El balonmano es un deporte de pelota en el que se enfrentan dos equipos cuyo objetivo es marcar un gol en la portería del equipo rival. A diferencia del fútbol, que se juega con los pies, en el balonmano la pelota se transporta con las manos.

Dentro del balonmano existen dos variantes: el balonmano playa y el minibalonmano. El primero es prácticamente igual que el balonmano tradicional, a excepción de que se juega en un campo de arena; y el segundo está enfocado a los niños.

Sea cual sea la modalidad, el balonmano tiene numerosos beneficios para la salud física y mental. Durante su práctica, al trabajar todas las partes del cuerpo, se produce una importante pérdida de calorías, por lo que es un deporte perfecto para mantener el peso corporal en perfectas condiciones y, por tanto, disminuir el riesgo de padecer sobrepeso u obesidad.

También, ayuda a fortalecer todos los músculos y huesos del cuerpo, lo que favorece el desarrollo físico.

Asimismo, gracias a los saltos y estiramientos que tienen que realizarse durante su práctica, es muy beneficioso para los pequeños, ya que favorece el crecimiento. Pero no solo eso, sino que también mejora la elasticidad y la coordinación.

Al ser un deporte en equipo, favorece la interacción, la comunicación, la socialización, el compañerismo y la concentración. Igualmente, mejora la circulación sanguínea y la salud cardiovascular.

La capacidad pulmonar también se ve favorecida, puesto que durante su práctica se incrementa la tasa respiratoria y se potencia su rendimiento al máximo.

Por otro lado, mejora la agilidad mental y es perfecto para combatir el estrés y la ansiedad, lo que ayuda, también, a tener un mejor estado de ánimo y afrontar mejor los problemas.

¿Sabes cómo prevenir un resfriado?

El resfriado suele curarse a los pocos días sin tratamiento, aunque síntomas como la tos pueden durar un poco más

El resfriado es una infección leve de las vías respiratorias causada por diferentes virus. Se transmite por vía área o mediante el contacto con personas afectadas o sus secreciones.

La mayoría de los resfriados se producen con la bajada de las temperaturas y entre sus síntomas más frecuentes destacan: dolor de garanta, mocos, taponamiento nasal, dolor de cabeza, tos y fiebre.

Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el resfriado suele curarse a los pocos días sin tratamiento, aunque síntomas como la tos pueden durar un poco más.

Por lo general, es frecuente sufrir entre 2-5 resfriados al año. Los niños, de hecho, pueden tener más, sobre todo si van al colegio o la guardería.

PAUTAS PARA PREVENIR LOS RESFRIADOS

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello destaca el lavado de manos con jabón como una de las medidas más importantes para prevenir el resfriado. Y es que las manos están expuestas a numerosos microorganismos y gérmenes que, aunque no se ven, pueden causar enfermedades.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades detallan la importancia de no tocarse los ojos, la nariz o la boca si no se han lavado las manos, ya que los virus pueden entrar al cuerpo de esta manera.

También es importante reducir el contacto con personas infectadas y cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable cuando se tose o se estornuda.

Asimismo, hay que tener mucho cuidado con los espacios cerrados, sobre todo si hay mucha gente, ya que la posibilidad de contagio es mejor. Se recomienda estar en lugares abiertos o que tengan buena ventilación.

Por otro lado, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello aconseja evitar el estrés, puesto que este puede contribuir a que el sistema inmunológico se debilite, bajen las defensas y, como consecuencia, puedan producirse más infecciones.

Cáncer de mama: todo lo que necesitas saber

Entre sus síntomas, el más destacado es un nódulo palpable en la mama, que no presenta dolor

El 19 de de octubre de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, el tumor más frecuente entre las mujeres occidentales. En 2020, en todo el mundo se diagnosticaron 2,3 millones de casos y 685.000 mujeres fallecieron a causa de esta enfermedad. Por su parte, en España se diagnostican aproximadamente alrededor de 33.000 nuevos casos al año.

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, este tumor maligno se origina en el tejido la glándula mamaria. Cuando las células tumorales proceden del tejido glandular de la mama y tienen capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, hablamos de cáncer de mama.

Por lo general, se diagnostica a partir de los 50 años, sin embargo, alrededor de un 10% de casos se diagnostican en mujeres menores de 40 años.

La Sociedad Española de Oncología Médica subraya que, entre sus síntomas, el más destacado es un nódulo palpable en la mama, que no presenta dolor. No obstante, también pueden aparecer alteraciones en la piel de la mama o retracción del pezón.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La mamografía es la técnica más utilizada para detectar posibles anomalías, sobre todo en sus etapas iniciales. Después, si tras la mamografía se sospecha la existencia de cáncer de mama, se debe tomar una muestra del tejido para analizarlo, es decir, se realiza una biopsia.

En cuanto al tratamiento, la Organización Mundial de la Salud destaca que consiste, por lo general, en cirugía y radioterapia para detener el avance de la enfermedad no solo en el pecho, sino en los ganglios linfáticos y las áreas circundantes. También puede ser necesaria la terapia sistémica para tratar o reducir el riesgo de desarrollar metástasis.

Después del tratamiento serán necesarias las revisiones periódicas para revisar el estado de la paciente y comprobar que todo va bien.

Sobre la supervivencia se estima que está en torno al 90% cinco años después del diagnóstico.

Aceite de oliva: ¿cuáles son sus beneficios para la salud?

Por su contenido en ácido oleico, el aceite de oliva está especialmente recomendado en la dieta infantil, ya que favorece el desarrollo de los más pequeños

El aceite de oliva es uno de los alimentos estrella de la gastronomía española… y no es para menos. Su sabor, su historia y sus beneficios lo convierten en un pilar fundamental de una dieta saludable.

La ingesta diaria recomendada es de tres a seis raciones; no obstante, aquellas personas con obesidad y bajo tratamiento dietético deben consultar antes al especialista.

La Organización Interprofesional del Aceite de Oliva destaca su riqueza en vitamina E, un compuesto con efecto antioxidante que ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel.

También, según la Fundación Española del Corazón, al contener ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), el aceite de oliva disminuye los niveles de colesterol malo y, en cambio, eleva los niveles de colesterol bueno.

Además, por su contenido en ácido oleico, el aceite de oliva está especialmente recomendado en la dieta infantil, ya que favorece el desarrollo de los más pequeños.

Asimismo, el aceite de oliva es muy beneficioso para controlar la hipertensión arterial, reducir la aparición de trombosis y prevenir la aparición de diabetes, tal y como destaca la Fundación Española del Corazón.

Igualmente, el aceite de oliva evita la pérdida de ósea, previniendo la osteoporosis, y reduce el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

¿Cómo usar el aceite? En el caso de las frituras, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda utilizar aceite refinado; en el caso de los guisos, es mejor utilizar aceite de oliva virgen o un refinado de oliva o de semillas; y por último, en crudo se pueden apreciar las propiedades del aceite de oliva virgen extra.

Signos de alarma mientras practicas deporte

La práctica de ejercicio físico de forma regular es un pilar básico para gozar de un buen estado de salud

La práctica de ejercicio físico de forma regular es un pilar básico para gozar de un buen estado de salud. Lo ideal es realizarlo entre 3 y 5 veces a la semana, siempre teniendo en cuenta la edad, la condición física y el estado de salud de cada persona.

Por ejemplo, las personas con enfermedades crónicas, factores de riesgo cardiovasculares o lesiones deberán consultar al médico antes de iniciar cualquier práctica deportiva para comprobar que todo está en perfectas condiciones y pueden realizar el ejercicio sin ningún tipo de problema.

En este sentido, durante la práctica deportiva es importante tener en cuenta algunos signos o síntomas de alarma que pueden indicar que algo no va bien. Si se experimenta alguno de ellos, la Sociedad Española de Medicina del Deporte destaca que se debe interrumpir la práctica y consultar con un médico de forma inmediata.

Pero, ¿cuáles son estos síntomas? La Fundación Española del Corazón destaca que las palpitaciones podrían estar advirtiéndonos de alguna arritmia. Aunque lo normal es que las arritmias sean benignas, no está de más consultar a un especialista.

Por otro lado, la deshidratación es otro signo de alarma importante. Esta se produce cuando existe una pérdida de agua corporal excesiva y no se repone. También, cuando la reposición no compensa la cantidad perdida, explica el Consejo General de la Educación Física y Deportiva. ¿Cómo se manifiesta la deshidratación? Mediante cansancio, calambres musculares, náuseas o vómitos, debilidad y hormigueo en las piernas.

También, la disnea o dificultad respiratoria es un signo a tener en cuenta. La Fundación Española el Corazón señala que, en deportistas bien entrenados, estos síntomas pueden ser difíciles de reconocer y son confundibles con sensaciones propias del esfuerzo intenso. Sin embargo, si no se encuentra una explicación lógica a la aparición de este síntoma, lo más recomendable es consultar al médico.

El dolor torácico, a su vez, debe ser también un motivo de consulta. Este suele darse en el centro del pecho y puede irradiarse al brazo izquierdo. Los síncopes y los mareos, por su parte, aunque suele tener causas benignas en la mayoría de las ocasiones, a veces puede ser motivo de un problema cardiovascular.

Alimentos que debes consumir para mejorar la salud visual

Para el año 2050, un 50% de la población mundial padecerá miopía y un 10% sufrirá un cuadro de miopía alta

El envejecimiento de la población, los cambios en el estilo de vida y el acceso limitado a la atención oftalmológica (especialmente en países con ingresos bajos y medios), son algunos de los factores que incrementan el número de personas con deficiencia visual.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud predice que, para el año 2050, un 50% de la población mundial padecerá miopía y un 10% sufrirá un cuadro de miopía alta, lo que puede incrementar el riesgo de desarrollar lesiones graves en la vista.

En este sentido, la alimentación juega un papel fundamental para tener una buena salud visual. La Academia Americana de Oftalmología recomienda consumir frutas y vegetales con un alto contenido en vitamina A, como las zanahorias. Se trata de uno de los alimentos más famosos para mejorar la salud visual gracias a su contenido en carotenoides, un nutriente que evita que padezcamos ciertas afecciones relacionadas con la vista.

También, la Academia Americana de Oftalmología destaca los alimentos ricos en vitamina C gracias a su poder antioxidante, el cual puede prevenir o retardar la degeneración macular relacionada con la edad y las cataratas. Los alimentos ricos en vitamina C son: naranjas, mandarinas, limones, tomates y fresas, entre otros.

Asimismo, algunos pescados ricos en ácidos grasos omega-3 (salmón, atún, sardinas o trucha) son excelentes aliados para reducir el riesgo de desarrollar enfermedades oculares en un futuro. En concreto, el omega-3 es bueno para la función lagrimal, por lo que es perfecto para tratar el ojo seco.

Por último, los vegetales ricos en luteína y zeaxantina, tal y como detalla la Academia Americana de Oftalmología, son fundamentales para proteger la mácula, una zona de los ojos que nos proporciona la visión central. Algunos alimentos con estos nutrientes son: acelgas, brócoli y lechuga romana.

Además de la alimentación, existen algunas prácticas que favorecen una buena salud visual: limitar el tiempo frente a las pantallas, parpadear de forma frecuente para evitar la sequedad ocular, utilizar lágrimas artificiales y tener una iluminación adecuada.

Adiós al teletrabajo: cómo afrontar la vuelta a la oficina

Tras un año y medio de teletrabajo son muchas las empresas que han decidido retomar la actividad laboral en la oficina

 Atrás van a quedar las largas jornadas en pijama, levantarse cinco minutos antes de la hora, poner una lavadora mientras haces una llamada, cocinar en los pequeños descansos…

La vuelta a la oficina es una realidad, y es mejor acostumbrarse cuanto antes. Pero, ¿cómo?, lo fundamental es que saques todas las cosas positivas que tiene este regreso:

¿Lo primero de todo? volver a ver a tus compañeros después de muchos meses. Y es que, aunque hayáis mantenido el contacto a través de correos, mensajes o llamadas, no es lo mismo que volver a verlos en persona. La relación es mucho más cercana y tenéis más facilidades para ayudaros y apoyaros.

Otro aspecto importante a destacar es la productividad. Aunque desde casa hayamos trabajado muy bien, hacerlo en la oficina nos supone hacerlo mejor. Esto se debe a que no tenemos distracciones y la comunicación es mucho más fluida, lo que da lugar a menos errores a la hora de hacer las cosas.

Asimismo, volver a la oficina implica retomar un estilo de vida más activo. El hecho de ducharnos, vestirnos e ir caminando o en transporte es una forma de combatir el sedentarismo al que estábamos acostumbrados cuando trabajábamos desde casa.

También nos permite distinguir la vida laboral de la vida personal. Al estar en casa, muchas veces nos quedábamos adelantando trabajo más allá de nuestra hora de salida y no aprovechábamos ese tiempo para dedicarlo a nuestras actividades personales.

Igualmente, un aspecto positivo de la vuelta a la oficina es todo el equipamiento que hay en ella: mesas y sillas adecuadas, ordenadores que funcionan correctamente, internet rápido y sin cortes, salas para hacer reuniones y videollamadas, luz adecuada… Esto en casa no lo teníamos y a veces resultaba muy complicado trabajar en condiciones.