La rinitis alérgica es la reacción que sufre el organismo de algunas personas frente a la liberación de polen de algunas plantas
La llegada de la primavera supone un momento de extrema belleza en lo que a la naturaleza se refiere gracias al espectáculo de la floración de las plantas. Sin embargo, esta estación es la más temida para algunas personas, porque trae consigo el resurgir de las alergias estacionales y, en concreto, de las alergias en primavera. El polen que flota en el aire desencadena reacciones alérgicas en los pacientes sensibles, siendo las gramíneas las partículas que más problemas generan. Pero, ¿por qué algunas personas reaccionan de esta manera a unas partículas prácticamente invisibles? Hoy lo descubrimos, junto a los síntomas más frecuentes de la alergia en primavera.
¿POR QUÉ OCURREN LAS ALERGIAS EN PRIMAVERA?
Las alergias primaverales son mayormente causadas por la liberación de polen de las plantas durante esta estación. El sistema inmunológico de algunas personas identifica erróneamente estas partículas inofensivas como amenazas, desencadenando así una respuesta alérgica. Además, a medida que el clima se vuelve más cálido, las plantas liberan más cantidad de polen, un hecho que aumenta la exposición y la probabilidad de reacciones alérgicas.
Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en España hay entre 4,5 y 5 millones de personas alérgicas a los distintos tipos de pólenes. Las gramíneas son las que más síntomas provocan en la Península Ibérica, seguidas de las plantas arizónicas, el olivo, el plátano de sombra, la salsola y la parietaria. No obstante, dependiendo de la intensidad del clima, la incidencia de los síntomas puede ser más o menos leve. Generalmente, si hay muchas lluvias el polen quedará en el suelo y los alérgicos no respirarán tantas partículas de polen, pudiendo disfrutar un poco más de la primavera.
SÍNTOMAS DE LA ALERGIA PRIMAVERAL
La rinitis alérgica es la respuesta más frecuente del cuerpo frente a la alergia de primavera. Consiste en la inflamación de la mucosa nasal y suele despertar los siguientes síntomas:
- Estornudos y congestión nasal: el polen irrita las membranas mucosas de la nariz, provocando estornudos y el taponamiento. Además, puede aparecer una sensación de moqueo constante.
- Picazón en los ojos: los ojos se enrojecen y pueden manifestar picor y lagrimeo debido a la exposición al polen.
- Tos y garganta irritada: la inhalación de las partículas de polen irrita la garganta, causando tos seca y molestias.
- Fatiga: las reacciones alérgicas y los síntomas pueden agotar, haciendo que el paciente se sienta aletargado. El dolor de cabeza también está indicado como uno de los efectos asociados a las alergias.
TRATAMIENTOS DE LAS ALERGIAS PRIMAVERALES
Aunque la primavera representa una época temida para los pacientes con reacción al polen, afortunadamente existen varias opciones de tratamiento para aliviar los síntomas y mejorar su calidad de vida. Son los siguientes:
- Alimentación antinflamatoria.
- Ejercicio físico.
- Buen descanso nocturno.
- Antihistamínicos: son los medicamentos diseñados para bloquear la acción de la histamina, una sustancia liberada durante las reacciones alérgicas. Reducen los síntomas como los estornudos, la picazón de los ojos y la congestión.
- Descongestionantes nasales: ayudan a aliviar la congestión nasal, facilitando la respiración por la nariz.
- Gotas oculares:oftálmicas antihistamínicas, alivian la picazón y la irritación en los ojos.
- Inmunoterapia: expone gradualmente al paciente al alérgeno para reducir su sensibilidad con el tiempo. Generalmente, la inmunoterapia se administra en forma de inyecciones, con pinchazos entre una y dos veces por semana.
- Corticoides: algunos tratamientos se realizan a base de corticoides, indicados para reducir la liberación de las sustancias que causan inflamación y alergia (histamina) en el cuerpo.
Además de estos métodos, el paciente con alergia al polen podrá seguir unas medidas preventivas para tratar de mejorar su sintomatología. Aquí se incluye evitar salir al aire libre en días con altas concentraciones de polen, especialmente a entornos naturales; utilizar lentes y gafas de sol para proteger los ojos; mantener las ventanas cerradas para reducir la exposición a las partículas; y, por último, usar mascarilla, pues es un mecanismo muy eficaz de protección y también reduce los síntomas.