Bronquiolitis: síntomas, causas y tratamiento

La incidencia de la bronquiolitis se sitúa, sobre todo, entre los meses de noviembre y marzo, y casi siempre está causada por el virus respiratorio sincitial

La bronquiolitis es una infección de las pequeñas vías respiratorias que están en los pulmones. Afecta sobre todo a los niños menores de 2 años y supone el 18% de todas las hospitalizaciones pediátricas.

La incidencia de la bronquiolitis se sitúa, sobre todo, entre los meses de noviembre y marzo, y casi siempre está causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), aunque el virus de la gripe, la parainfluenza o el adenovirus también pueden ser los responsables.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, en un principio, la bronquiolitis suele comenzar como un resfriado, con moco, tos y, en ocasiones, fiebre. Después de un par de días, la tos empeora y el niño puede tener una respiración mucho más agitada. Algunos, incluso, pueden experimentar dificultad para respirar y ruidos en el pecho.

En cuanto a los factores de riesgo, la Sociedad Española de Neumología Pediátrica destaca que el más importante es la edad, ya que los menores de 3 meses son los que tienen mayor riesgo de hospitalización. Por otro lado, existen otros factores como: nacimiento prematuro, ausencia de lactancia materna, exposición al humo del tabaco y asistencia a guarderías.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Por lo general, el diagnóstico de la bronquiolitis es clínico, basado en la anamnesis y en la exploración física, aunque en situaciones concretas puede ser necesaria la realización de pruebas complementarias, tal y como explica la Asociación Española de Pediatría.

En lo que se refiere al tratamiento, no existe ninguno eficaz que pueda combatirlo, sin embargo, sí se pueden adoptar algunas medidas para ayudar a controlar los síntomas.  En este sentido, uno de los principales tratamientos es el uso de un humificador de aire para ayudar a aliviar la congestión y la tos.

Otros aspectos importantes son que el niño ingiera líquidos de manera regular, para tener una hidratación adecuada,  que esté en posición vertical, ya que esto facilita la respiración, y que el espacio donde se encuentre esté libre de humos.

Por otro lado, los lavados nasales con suero fisiológico pueden ayudar a mantener despejada la nariz.

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