¿Sabías que la contaminación afecta a las enfermedades respiratorias? Estos son los riesgos para la salud

La contaminación puede impactar directamente en la salud, conocer los riesgos y como evitarlos es esencial

Casi la totalidad de la población respira aire contaminado. Así lo revelan los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que alertan del peligro que supone para la salud la exposición a la contaminación de las partículas finas del aire. Los riesgos de esta exposición son tan altos  que pueden llegar a provocar accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias agudas y crónicas.

Los contaminantes más peligrosos son en primer lugar las partículas en el aire, que pueden ser sólidas o líquidas, y que puede provenir, por ejemplo, de la quema de  combustibles usados para los coches o para las empresas. Son partículas muy finas, tanto es así que 60 de estas partículas tendrían el grosor de un cabello, según explica la OMS.

Otros contaminantes igualmente peligrosos para serían el dióxido de nitrógeno, que generan también el transporte o la industria; el dióxido de azufre, que proviene principalmente de la calefacción de los hogares y de la generación de electricidad; y el ozono, que se genera por reacciones químicas.

LOS RIESGOS PARA LA SALUD

Todos están expuestos de manera diaria a estos contaminantes que penetran en el interior de los pulmones, pueden afectar gravemente a la salud, y provocar o empeorar las enfermedades respiratorias.

La institución dependiente de la ONU alerta de que casi el 70% de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación se debieron en 2019 a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares, el 14% a enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, el 14% a infecciones agudas de las vías respiratorias bajas y el 4% de las muertes se debieron a cánceres de pulmón. En el caso de los niños, la contaminación es todavía más dañina: más del 27% de los fallecimientos en niños menores de cinco años se debe a factores ambientales.

¿CÓMO PROTEGERSE DE LA CONTAMINACIÓN?

Si bien los datos están claros, una de las preguntas a hacerse es precisamente cómo prevenir la exposición a todos estos contaminantes. Estas serían algunas de las recomendaciones:

  • Evitar la actividad física en zonas de una alta contaminación. Durante el ejercicio físico se aumenta la frecuencia respiratoria y se inhala una mayor cantidad de contaminantes. Es por ello que realizar deporte en zonas menos contaminadas sería recomendable.
  • Alejarse de los cascos urbanos. Salir fuera de la ciudad a zonas con árboles, vegetación o en lugares de montaña mejorará también la calidad del aire que respiramos.
  • Optar por rutas con menos tráfico. Gran parte de los provienen de la quema de combustibles, por lo que alejarse de las emisiones de los coches o evitar las “horas punta” sería importante.
  • No olvidarnos de la mascarilla. La mascarilla se convirtió en uno de los grandes acompañantes durante la pandemia, y su uso puede también proteger de todos estos agentes externos en lugares con mucha contaminación.

¿Cómo prevenir las afecciones respiratorias en invierno? La vacunación, nuestra mejor aliada

Las infecciones como la gripe o la Covid-19 son muy comunes en invierno, y la vacunación la herramienta más eficaz para prevenirlas

Es común que durante el invierno contraigamos más afecciones respiratorias, como por ejemplo la gripe, que pueden incluso evolucionar hacia casos más graves y llegar a requerir hospitalización. Ante las complicaciones asociadas a esta infección, contamos con un arma esencial que nos permite prevenir la enfermedad grave: la vacunación.

Es en invierno cuando las temperaturas bajan y proliferan los patógenos causantes de diferentes infecciones como el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, o el virus de la influenza, tras la gripe. Patologías que pueden derivar en graves complicaciones, hospitalización e incluso la muerte, especialmente en pacientes con enfermedades previas, como los pacientes con patologías respiratorias o cardiovasculares.

¿CON QUÉ VACUNAS CONTAMOS?

Para protegernos contra los virus y bacterias que provocan estos problemas respiratorios, contamos con la vacunación. En la campaña de invierno de este año, el Ministerio de Sanidad ha recomendado la inmunización frente a la gripe y la Covid-19, que son las dos enfermedades infecciosas respiratorias que más circulan durante el otoño y el invierno.

En el Calendario Nacional de Vacunación para toda la vida también se incluye la vacunación frente al neumococo para pequeños y mayores, y frente al virus respiratorio sincitial (VRS) en los menores de un año, causante de los casos de bronquiolitis en los más pequeños. La vacunación frente al VRS en los adultos se encuentra por el momento comercializada en España, no así incluida en la Cartera de Servicio del Sistema Nacional de Salud y, por ende, en el Calendario.

QUIÉNES DEBEN VACUNARSE

“La vacunación es la medida más eficaz para prevenir estas patologías y evitar sus complicaciones”, demuestran los expertos y es especialmente recomendable en algunos grupos de población. Si nos preguntamos quiénes están dentro de estos grupos, tenemos dos ramas distintas: aquellos que tienen mayor riesgo de complicaciones y los que mantienen los servicios esenciales a la comunidad y están en riesgo de contagiarse por su trabajo.

Dentro del primer grupo encontramos:

  • Personas de 60 o más años de edad
  • Niños de 5 o más años que se encuentren en centros o instituciones
  • Jóvenes a partir de 12 años que tengan condiciones de riesgo como diabetes, obesidad, hemofilia, cáncer u otras enfermedades crónicas o que conllevan disfunción cognitiva
  • Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio
  • Convivientes con personas que tienen alto grado de inmunosupresión

Por otro lado, tendríamos los casos de aquellas personas que, por su labor, son imprescindibles para los servicios públicos. En este caso tenemos:

  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
  • Fuerzas Armadas
  • Bomberos
  • Servicios de protección civil

¿Qué es la Microbiota Intestinal y por qué es clave para nuestra salud?

La microbiota intestinal es una comunidad de microorganismos que coexisten con nosotros en distintas partes del cuerpo

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La microbiota intestinal es una comunidad de microorganismos que coexisten con nosotros en distintas partes del cuerpo, pero con una presencia predominante y significativa en el intestino.

Esta comunidad incluye virus, bacterias, hongos, arqueas, parásitos, protozoos y, recientemente, los obeliscos, microorganismos que, aunque aún están en fase de estudio, podrían aportar nuevas perspectivas sobre el origen de la vida y la patogénesis de ciertas enfermedades.

Esta inmensa red de vida microscópica abarca alrededor de 100 billones de microorganismos en cada persona, con más de 10,000 especies identificadas, las cuales aportan beneficios esenciales a la salud humana.

Funciones vitales de la Microbiota Intestinal

La microbiota intestinal, sobre todo la que se encuentra en el colon (95% del total), es clave para varios aspectos de la salud debido a sus funciones metabólicas y de interacción con otros sistemas del organismo. Aquí exploramos algunas de sus funciones principales:

  1. Entrenamiento del sistema inmune: La microbiota actúa como un “entrenador” para el sistema inmune, estimulándolo de forma constante para que responda adecuadamente ante agentes externos. Gracias a esta relación, nuestro cuerpo puede defenderse mejor de infecciones y controlar la inflamación en los órganos.
  2. Producción y absorción de vitaminas: Varios microorganismos intestinales participan en la síntesis de vitaminas esenciales, como la vitamina K y algunas del complejo B. Además, facilitan la absorción de nutrientes, promoviendo una digestión más eficiente y saludable.
  3. Producción de ácidos grasos y regulación metabólica: La microbiota genera ácidos grasos de cadena corta como el acetato, propionato y butirato, compuestos que ayudan a mantener el equilibrio energético y son beneficiosos para la salud del colon. Además, la microbiota influye en el control del peso, ya que algunas especies bacterianas están asociadas con un metabolismo más eficiente y con menores probabilidades de desarrollar obesidad.
  4. Generación de neurotransmisores y salud mental: La microbiota produce neurotransmisores como la serotonina, cuya mayoría (85-90%) se gestiona en el intestino. Este neurotransmisor es fundamental para regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito. De este modo, el equilibrio en la microbiota puede mejorar la salud mental, mientras que un desequilibrio (disbiosis) se asocia con problemas como la ansiedad y la depresión.
Microbiota: Nuestra huella personal

La microbiota, además de ser funcional, es única en cada individuo, comparable a una huella digital. Compartimos microbiota con las personas cercanas, como nuestra pareja, hijos, amigos e incluso con nuestras mascotas. Además, la enorme cantidad de microorganismos que alberga el cuerpo humano supera el número de estrellas en la vía láctea y, si se dispusieran en línea, darían la vuelta a la tierra varias veces.

En resumen, la microbiota es una parte fundamental de nosotros mismos, participando en una gama de procesos críticos para la salud y, como tal, es esencial mantenerla en equilibrio a través de una alimentación adecuada, baja en azúcares y rica en fibra, evitando el estrés crónico y promoviendo un estilo de vida saludable. La ciencia sigue revelando cada día la influencia de estos microorganismos y su papel en nuestra longevidad y bienestar.

Trasplante de pulmón, la opción que salva doscientas vidas al año

España lidera todos los rankings en donación y trasplante de órganos, con 220 trasplantes de pulmón realizados solo en 2023

Los trasplantes de pulmón salvan vidas y, además, mejoran la calidad de vida de los pacientes. Después de la intervención, muchas personas experimentan una recuperación notable de su capacidad pulmonar. Esto les permite realizar actividades cotidianas que antes eran imposibles, como caminar, subir escaleras o incluso participar en deportes. Además, no solo prolonga la vida, sino que también reduce la dependencia de oxígeno o de tratamientos invasivos.

El trasplante de pulmón es una opción para pacientes con enfermedades pulmonares en estado avanzado que no responden a otros tratamientos. Patologías como la fibrosis pulmonar, el enfisema, la hipertensión pulmonar y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son algunas de las principales indicaciones para este tipo de intervención. En muchos casos, el trasplante es la única opción viable para prolongar y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

El 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, una fecha clave para concienciar sobre la importancia de este acto. Uno de los procedimientos más complejos y transformadores dentro de la medicina moderna es, precisamente, el trasplante de pulmón, una opción que ha devuelto la esperanza a miles de personas en todo el mundo. En la expansión de esta técnica, precisamente, ha jugado un papel fundamental España, país líder en donaciones de órganos.

ESPAÑA, LÍDER EN DONACIÓN Y TRASPLANTES

Durante 29 años consecutivos, España ha mantenido la tasa más alta de donación a nivel global. De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en 2023 se realizaron 220 trasplantes de pulmón. Una cifra significativa que refleja la solidaridad de los donantes y el compromiso de los profesionales sanitarios. Se trata de un éxito que radica en la potente infraestructura hospitalaria y el coordinado sistema de donaciones y trasplantes. Todo ello permite que órganos vitales como los pulmones lleguen a quienes más los necesitan.

LA IMPORTANCIA DE LA DONACIÓN DE ÓRGANOS

El Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes es una gran oportunidad para visibilizar la importancia de la donación y su gran capacidad para salvar vidas. En lo relativo al trasplante de pulmón, la necesidad de donantes es elevada, pues no todos los órganos son viables para la donación, y el tiempo para encontrar un receptor compatible es muy limitado.

Ser donante de órganos es un acto de generosidad y solidaridad que puede transformar la vida de quienes esperan desesperadamente una segunda oportunidad.

En España, el sistema de donación ha permitido salvar la vida de miles de personas y, gracias a campañas de concienciación, cada vez más personas deciden convertirse en donantes. Pero aún hay mucho por hacer y es fundamental continuar sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de este gesto. No solo salva vidas, sino que también mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes trasplantados.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, CON RIESGOS

Pese a sus beneficios, el trasplante de pulmón también tiene sus riesgos, tanto a corto como a largo plazo. Tras la cirugía, uno de los principales riesgos es el rechazo del órgano trasplantado. Este puede ocurrir cuando el sistema inmunológico del receptor identifica al pulmón como un cuerpo extraño y lo ataca. Para mitigar este riesgo, los pacientes deben tomar inmunosupresores de por vida, lo que, aunque efectivo, puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a infecciones.

Paralelamente a esto, es importante tener en cuenta el rechazo crónico. Se trata de una complicación que puede desarrollarse meses o años después del trasplante y que puede deteriorar la función pulmonar de manera progresiva. A pesar de estos desafíos, los avances en la inmunología y la medicina traslacional están mejorando las tasas de éxito y supervivencia tras los trasplantes.

Los beneficios en términos de calidad de vida y supervivencia son innegables. La donación de órganos es, sin duda, uno de los actos más generosos y transformadores que se pueden realizar. Gracias a ella, miles de personas en España y en todo el mundo han recibido una segunda oportunidad para vivir, respirar y disfrutar de una vida plena.

Previene la osteoporosis con estos hábitos de vida

La osteoporosis es una enfermedad silenciosa que no muestra síntomas, pero que puede prevenirse adoptando hábitos de vida saludables y realizando ejercicio

La osteoporosis es una enfermedad que debilita los huesos de quienes la padecen, aumentando las probabilidades de que se fracturen. Prácticamente cualquier hueso puede romperse, pero lo más común es que las fracturas ocurran en la cadera, en las vértebras de la columna o en las muñecas.

En muchas ocasiones, el primer signo de esta enfermedad es directamente la rotura de uno de estos huesos, pues se trata de una afección ‘silenciosa’ que no suele causar síntomas. Sin embargo, la buena noticia es que la osteoporosis se puede prevenir y cuidar, adoptando tan solo unos cambios en el estilo de vida.

HACER EJERCICIO

Debido a que esta patología provoca que los huesos pierdan densidad, que es la cantidad de tejido óseo que está en el hueso, practicar ejercicio es fundamental para prevenirla, como recomiendan desde la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Es importante que este se vuelva esencial en la vida de las personas, lo que facilita mantener los huesos fuertes y reducir el riesgo de fracturas a medida que se envejece. Y si se tienen 50 años o más, si no se ha estado activo durante un tiempo o si se padece diabetes, enfermedad cardiaca, enfermedad pulmonar o cualquier otro problema de salud, es importante acudir al médico.

Si se pretende aumentar la densidad ósea, el ejercicio debe hacer que los músculos ejerzan tensión sobre los huesos. Para ello, los ejercicios de soporte de peso son los indicados: caminatas rápidas, trote, jugar al tenis o entrenamiento cuidadoso con pesas. Gracias a estos ejercicios se puede aumentar la densidad ósea de los más jóvenes, y se preserva en mujeres cercanas a la menopausia.

Además, aunque no ayudan a la densidad ósea como tal, ejercicios de bajo impacto como el yoga o el taichí están recomendados para mejorar el equilibrio y disminuir el riesgo de caídas. En resumen, según indica el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel del sistema de salud de Estados Unidos, el ejercicio a cualquier edad ofrece infinidad de beneficios para los huesos, entre los que destacan:

  • Formación de huesos fuertes en niños.
  • Fortalecimiento de músculos y huesos a cualquier edad.
  • Prevención de pérdida de hueso en adultos.
  • Hacer que los huesos sean más densos.
  • Mejora del equilibrio y la coordinación.
  • Prevención de caídas y fracturas.

OTROS CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA

Los hábitos de vida son un factor determinante en el desarrollo de la osteoporosis. Por ello, hay que descartar del día a día el tabaco y reducir la cantidad de alcohol que se consume. En este sentido, el alcohol en exceso puede llegar a dañar los huesos y aumentar el riesgo de caerse. A su vez, la dieta es clave: si no se recibe suficiente calcio o el cuerpo no absorbe el suficiente de los alimentos que consume, podría ocurrir que no se produzca suficiente hueso nuevo.

¿CÓMO PREVENIR NUEVAS FRACTURAS?

El riesgo de fractura es mayor cuando ya ha habido una previa, especialmente dentro del primer o segundo año después del suceso. Reducir el riesgo de una nueva es posible, siempre que se tomen medidas rápido, de acuerdo con el NIH. Evitar caerse o adherirse a los medicamentos pautados por un profesional son algunas de las recomendaciones extra en estos casos.

En resumen, para prevenir o cuidar la osteoporosis, es importante:

  • No exponerse demasiado a la luz del sol.
  • Ingerir alimentos que aportan vitamina D.
  • Seguir una nutrición idónea para la salud ósea.
  • Realizar ejercicio físico de forma regular.
  • Potenciar posturas y un equilibrio adecuados.
  • Adecuar el medio para evitar caídas.
  • Evitar fármacos que puedan aumentar el riesgo de caídas.
  • Evitar el tabaco y el exceso de alcohol.
  • Acudir al médico si se ha sufrido una fractura tras una caída banal.

Cuidado constante: el papel del seguimiento médico en las enfermedades pulmonares

Los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, el seguimiento médico regular es esencial

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El seguimiento médico regular es fundamental para el manejo efectivo de las enfermedades pulmonares y la prevención de complicaciones graves. Para las personas que viven con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, el seguimiento médico regular es esencial para controlar los síntomas, monitorizar la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario.

IMPORTANCIA DEL SEGUIMIENTO MÉDICO

Control de síntomas y progresión de la enfermedad

El seguimiento médico permite una evaluación continua de los síntomas respiratorios y la progresión de la enfermedad. Las visitas regulares al médico permiten detectar cambios tempranos en la condición del paciente, lo que facilita intervenciones rápidas y ajustadas.

EPOC: Los pacientes con EPOC pueden experimentar exacerbaciones agudas que empeoran significativamente los síntomas. El seguimiento médico ayuda a identificar estos episodios y a ajustar el tratamiento para prevenir futuras exacerbaciones.

Asma: En los pacientes asmáticos, el seguimiento regular permite ajustar la medicación y el plan de manejo para minimizar los ataques de asma y mejorar la calidad de vida.

Fibrosis pulmonar: Para los pacientes con fibrosis pulmonar, la monitorización continua es vital para evaluar la respuesta al tratamiento y hacer ajustes según la progresión de la enfermedad.

Pruebas de función pulmonar

Durante las visitas de seguimiento, el médico puede realizar una variedad de pruebas de función pulmonar para evaluar la capacidad respiratoria y detectar cualquier cambio en el curso de la enfermedad.

Algunas de las pruebas más comunes incluyen:

Espirometría: Mide el volumen de aire exhalado y la rapidez de la exhalación. Es fundamental para diagnosticar y monitorear enfermedades como EPOC y asma.

Pruebas de Capacidad Pulmonar Total: Evalúan la cantidad total de aire que los pulmones pueden retener. Son útiles en la evaluación de enfermedades pulmonares restrictivas como la fibrosis pulmonar.

Oximetría de pulso: Mide la saturación de oxígeno en la sangre. Es una prueba rápida y no invasiva que ayuda a evaluar la oxigenación del paciente.

Ajuste del plan de tratamiento

El plan de tratamiento para enfermedades pulmonares crónicas es dinámico y debe ajustarse periódicamente para adaptarse a las necesidades cambiantes del paciente. El seguimiento médico regular permite:

Revisión de medicación: Evaluar la eficacia y los efectos secundarios de los medicamentos actuales y hacer ajustes según sea necesario.

Recomendaciones de estilo de vida: Asesorar sobre cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, la importancia del ejercicio regular y la alimentación adecuada.

Derivaciones a especialistas: Referir al paciente a otros especialistas según sea necesario para una atención más especializada.

BENEFICIOS DEL SEGUIMIENTO MÉDICO

Empoderamiento del paciente: El seguimiento médico regular brinda la oportunidad de discutir cualquier preocupación o pregunta que el paciente pueda tener sobre su enfermedad respiratoria y su manejo. Esto puede ayudar a empoderar al paciente para tomar decisiones informadas sobre su salud y promover una mejor adherencia al tratamiento.

Educación del paciente: Proporcionar información sobre la enfermedad, los desencadenantes y las estrategias de manejo puede mejorar la autoeficacia del paciente.

Mejora de la adherencia: Un paciente bien informado es más probable que siga el plan de tratamiento recomendado y asista a las citas de seguimiento.

Prevención de complicaciones: La monitorización regular y los ajustes en el tratamiento pueden prevenir complicaciones graves asociadas con enfermedades respiratorias crónicas.

Exacerbaciones y hospitalizaciones: Intervenciones tempranas pueden reducir la frecuencia y la severidad de las exacerbaciones, disminuyendo la necesidad de hospitalizaciones.

Calidad de vida: Un manejo efectivo de los síntomas mejora la calidad de vida y la capacidad del paciente para realizar actividades diarias.

En conclusión, el seguimiento médico regular es esencial para el manejo efectivo de las enfermedades pulmonares y la prevención de complicaciones. Al trabajar en estrecha colaboración con el médico y seguir un plan de tratamiento personalizado, las personas con enfermedades respiratorias crónicas pueden mantener su salud pulmonar y disfrutar de una mejor calidad de vida. La atención continua y la adaptación del tratamiento a las necesidades individuales del paciente son claves para el éxito en el manejo de estas enfermedades compleja.

¿Afecta el aire acondicionado a la salud respiratoria?

El aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano, según SEPAR

En los meses en los que las temperaturas son más elevadas, los sistemas de climatización se convierten en aliados indispensables para mantener el ambiente fresco y cómodo. Estos sistemas están instalados en domicilios particulares, pero también en locales, comercios e instituciones públicas. Y, aunque son muy deseados para aliviar el calor, el uso prolongado y continuo del aire acondicionado impacta negativamente en la salud respiratoria.

El aire acondicionado expulsa aire frío y seco, disminuyendo así la humedad ambiente. Su efecto sobre la salud respiratoria es irritante e inflamatorio, al contribuir a la sequedad de la mucosa nasal y de la vía respiratoria superior. Además, un uso mantenido de estos aparatos podría causar problemas respiratorios más graves, acompañados de irritación de garganta y tos.

Según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano. Un mal uso de estos aparatos puede desencadenar estos cuadros al generar irritación e inflamación en las vías respiratorias. Unas patologías que también pueden aparecer con los cambios bruscos de temperatura, al pasar de espacios con aire acondicionado frío a lugares sin él.

Además, la sequedad del aire aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias, como indica el informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), que aborda cómo afectan los sistemas de climatización en el puesto de trabajo. Otro de los efectos demostrados es que la falta de humedad y el exceso de aire frío pueden agravar los síntomas de patologías crónicas como el asma, la bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

No obstante, los problemas más graves relacionados con el uso de la climatización mecánica están relacionados con el mal mantenimiento de los aparatos. Desde SEPAR explican que los gérmenes acumulados en los filtros del aire acondicionado favorecen la dispersión de patógenos como virus y bacterias, entre los que destaca la Legionella pneumophila. Esta bacteria es la responsable de desencadenar cuadros de neumonía, que pueden llegar a complicar gravemente la salud de los pacientes de riesgo

Los hongos son otros de los contaminantes relacionados con el uso de los aires acondicionados. El Aspergillus niger y el Aspergillus fumigatus son los más destacados, ya que son los responsables de provocar rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad. Por otro lado, se ha observado cómo las fibras de vidrio empleadas como aislante térmico en los sistemas de aire acondicionado se degradan fácilmente y se descomponen en partículas. Una falta de mantenimiento de los aparatos y de la ventilación del aire interior podría provocar la migración de estos componentes al tejido pulmonar a través de su inhalación.

CONSEJOS DE USO ADECUADO

Para garantizar que el uso del aire acondicionado no afecta a la salud respiratoria, pueden seguirse unas recomendaciones de seguridad. Desde SEPAR indican que el primer paso debe ser la revisión y limpieza periódica de los filtros, especialmente antes del verano. Además, es conveniente seguir las instrucciones de mantenimiento fijadas por cada fabricante, así como colocar los aparatos en los lugares adecuados.

Con el objetivo de mantener la calidad del aire y liberarlo de los patógenos, conviene ventilar correctamente el ambiente. También es importante encender los dispositivos a unos 22 o 24 ºC, subiendo la temperatura uno o dos grados adicionales por la noche. Y conservar una humedad en el aire situada entre el 35% y el 60% para no resecar el ambiente en exceso y evitar congestiones.

Por último, desde SEPAR recuerdan que los catarros relacionados con los aires acondicionados no suelen causar fiebre, sino estornudos, congestión nasal y rinorrea. Para tratar estos síntomas, no se deben tomar antibióticos, ya que suelen corresponder a problemas de origen vírico. Asimismo, conviene evitar los cambios bruscos de temperatura y no exponerse al frío. Lo ideal es seguirlos consejos, continuar con los tratamientos habituales en pacientes con afecciones respiratorias crónicas y prestar atención ante cualquier empeoramiento o cambio en el estado de salud.

Menopausia, perimenopausia, posmenopausia y climaterio: estas son sus diferencias

La menopausia, perimenopausia, posmenopausia y climaterio son las cuatro fases relacionadas con el fin de la etapa reproductiva en la vida de la mujer

La vida de una mujer atraviesa distintas etapas, pero al llegar a la mediana edad destaca una de las más populares: la menopausia. A pesar de que su nombre resulta familiar, lo cierto es que todos los cambios que implica son grandes desconocidos. Por ejemplo, ¿sabías que la acompañan otros dos procesos, denominados perimenopausiay posmenopausia? ¿Que la menopausia únicamente indica el fin del ciclo reproductivo? ¿O que el climaterio no es lo mismo que la menopausia? Hoy, desde el blog medicinal de Oximesa, abordamos todas sus diferencias.

¿QUÉ ES LA MENOPAUSIA?

Menopausia es el término con el que comúnmente se da nombre al fin de la vida fértil de la mujer. Por su etimología, men (‘mes’) y pausis (‘cese’), hace referencia al último sangrado menstrual que tienen las mujeres. No obstante, la ciencia ha demostrado que su capacidad reproductiva concluye años antes de este momento. Con la menopausia, los ovarios dejan de funcionar y, por ende, dejan de liberar los ovocitos o células germinales femeninas.

Recientemente se han acuñado otros períodos para recoger el periodo de transición a la menopausia y el proceso posterior: perimenopausia y posmenopausia. Ambas etapas implican cambios hormonales y físicos en el cuerpo de la mujer. Cada paciente puede desarrollarlos a cualquier edad y con una duración variable. Sin embargo, se estima que la menopausia aparece entre los 45 y los 55 años de media.

Cuando la menopausia ocurre antes de los 40 años, se habla de insuficiencia ovárica primaria y requiere de valoración médica porque implica un riesgo para la salud. Si se produce entre los 40 y los 45 se conoce como menopausia temprana y si lo hace a partir de los 55, entonces se denomina menopausia tardía.

¿QUÉ ES LA PERIMENOPAUSIA?

Como se adelantaba anteriormente, la perimenopausia hace referencia a los años previos a la fecha de la última menstruación. También se conoce como periodo de transición a la menopausia y su duración es variable. Los primeros síntomas que indican la proximidad a la menopausia incluyen irregularidad en los ciclos menstruales, dolor de cabeza, molestias en las mamas o cambios drásticos en el estado de humor. Además, suelen aparecer sofocos, insomnio, falta de libido, cansancio, sequedad vaginal o cambios en la forma del cuerpo.

En esta etapa, los ciclos menstruales pueden ser muy irregulares y fallar algún mes, hecho que puede provocar algún que otro susto. Si los retrasos ocurren tras unos 7 días, se habla de la fase de transición temprana y si son de más de dos meses, es la fase de transición tardía. Esta última fase puede prolongarse entre uno y tres años y en ella aparecen los primeros sofocos. Cuando la ausencia de menstruación se mantiene durante 12 meses, se entiende que ha llegado la menopausia.

¿QUÉ ES LA POSMENOPAUSIA?

La posmenopausia comprende los años posteriores a la fecha de la última menstruación que marca la menopausia. Este período también se divide en dos fases: la fase temprana, que abarca los cinco años de después a la menopausia, y la fase tardía, en la que posteriormente aparecen síntomas más notables, como la sequedad vaginal y el riesgo de osteoporosis.

ENTONCES, ¿QUÉ ES EL CLIMATERIO?

El término ‘climaterio’se utiliza comúnmente como sinónimo de ‘menopausia’, pero la realidad es que es algo más amplio. Con él, se hace referencia al conjunto de periodos que comprende el fin de la etapa reproductiva de la mujer, es decir, incluye la perimenopausia, la menopausia y la posmenopausia.

Todas las mujeres que se aproximan al fin de su edad fértil pueden seguir unas recomendaciones para contribuir a su bienestar en estas etapas llenas de cambios. Estos consejos incluyen seguir una alimentación saludable con alimentos variados y equilibrados, asegurando el aporte de calcio para obtener una mejor densidad ósea. También la práctica de ejercicio regular, el control eficiente del estrés y mantener una buena calidad de sueño. Asimismo, deben consultar con su médico cualquier síntoma que afecte a su calidad de vida para obtener una valoración clínica.

Duerme mejor, respira mejor: mejora tu calidad de sueño para una salud respiratoria óptima

La calidad del sueño desempeña un papel crucial en nuestra salud respiratoria

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La calidad del sueño desempeña un papel crucial en nuestra salud respiratoria. Durante el sueño, el organismo se recupera y se repara, incluyendo el sistema respiratorio. Por tanto, es fundamental tomar medidas para mejorar la calidad del sueño y promover una mejor salud respiratoria.

Te presentamos algunas estrategias efectivas para lograrlo:

Mantén un horario regular de sueño

Establecer un horario de sueño consistente es una de las formas más efectivas de mejorar la calidad del sueño. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para mantener un ritmo circadiano saludable. Esto ayuda a regular los ciclos de sueño y vigilia, lo que mejora tanto la calidad como la duración del sueño.

Crea un ambiente propicio para dormir

Transforma tu dormitorio en un santuario para el sueño:

Temperatura. Mantén la habitación fresca.

Oscuridad. Usa cortinas opacas o un antifaz para bloquear la luz.

Silencio. Minimiza los ruidos molestos con tapones para los oídos si es necesario.

Tecnología. Evita el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarte. La luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño y quien regula el ciclo sueño-vigilia.

Practica técnicas de relajación

Incorporar técnicas de relajación antes de acostarte puede mejorar la calidad del sueño y promover una respiración más profunda y regular. Prueba con:

Meditación: Dedica unos minutos a meditar y calmar tu mente.

Respiración profunda: Realiza ejercicios de respiración para relajar tu cuerpo.

Yoga suave: Practica algunas posturas suaves de yoga para aliviar la tensión.

Mantén un estilo de vida saludable

Un estilo de vida saludable durante el día es clave para un buen sueño. Aquí tienes algunos consejos:

Ejercicio. Haz ejercicio regularmente, pero evita hacerlo justo antes de acostarte.

Cafeína y alcohol. Reduce el consumo de cafeína y alcohol, especialmente en las horas previas a dormir.

Cena ligero. Opta por una cena ligera y saludable al menos dos horas antes de acostarte.

Rutina relajante. Establece una rutina relajante antes de dormir, como leer un libro, orar/rezar, tomar un baño caliente o escuchar música suave.

En resumen

Mejorar la calidad del sueño es fundamental para una mejor salud respiratoria. Al establecer un horario regular de sueño, crear un ambiente propicio para dormir, practicar técnicas de relajación y mantener un estilo de vida saludable, podemos promover un sueño reparador que beneficie nuestra salud respiratoria y general.

Implementa estos consejos y disfruta de un sueño de calidad que no solo mejorará tu salud respiratoria, sino también tu bienestar general. ¡Duerme bien y respira mejor!

Cáncer de piel: ¿cómo prevenir su aparición?

Aunque existen distintos tipos de cáncer de piel, las medidas de prevención son las mismas para todos ellos

El mes de junio marca el inicio de la temporada de sol y, por ello, el día 13 de este mes se celebra el Día Europeo de la Prevención Contra el Cáncer de Piel. Se trata de uno de los tipos de cáncer más frecuentes en la sociedad, que afecta a 78.000 nuevas personas cada año en España, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Además, su incidencia ha aumentado un 40% en las últimas décadas, por lo que la prevención y la detección precoz juegan un papel protagonista.

Existen distintos tipos de cáncer de piel en función de las células tumorales en las que se reproduzca el tumor. Los más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular. También existe el cáncer de tipo melanoma, que es menos frecuente pero el que más riesgo y letalidad presenta. Sin ir más lejos, el melanoma causó 1.025 muertes en España en 2023, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En cualquier caso, las medidas de prevención son las mismas para todos los tipos de cáncer cutáneo.

La exposición al sol es el factor de riesgo fundamental en la aparición de cáncer de piel. Por lo tanto, los métodos de prevención van enfocados hacia la protección contra los rayos solares. La radiación ultravioleta (UV) es capaz de modificar el material genético de las células de la piel. Evitar la exposición solar descontrolada, ya sea directamente desde el sol o desde las cabinas de bronceado, es una de las medidas más importantes para cuidar la salud de la piel.

Hay que tener en cuenta la potencia de los rayos del sol. Estos son más intensos en los meses de verano y primavera, en la franja horaria comprendida entre las 10:00 y las 17:00h del día y en las zonas de mayor altitud o con superficies reflectantes, como el agua o la nieve. Por lo tanto, es importante resguardarse del sol cuando se presenten estas condiciones y protegerse de la forma adecuada.

Para prevenir la aparición del cáncer de piel, también es imprescindible utilizar protección solar con factor de protección elevado en todo el cuerpo. Pero esta medida no debe aplicarse únicamente en los meses de mayor potencia solar, sino durante todo el año. Cabe recordar que conviene reaplicar las cremas solares según las instrucciones del fabricante, generalmente cada dos horas o después de la transpiración de la piel.

Al uso de fotoprotección hay que sumarle la búsqueda de la sombra en los meses más cálidos y la utilización de ropa que cubra la piel. Aquí pueden incluirse sombreros, gafas de sol y prendas holgadas, de color claro. No obstante, también es importante cuidar el tejido cutáneo desde dentro, proporcionándole una buena hidratación a través del consumo de agua y de antioxidantes con las frutas y las verduras.

Aquellas personas con fototipos de piel claros deben esforzarse más en adoptar estas medidas, ya que son más vulnerables. Además, otro de los factores de riesgo en el desarrollo de cáncer de piel es la predisposición genética. Los pacientes con antecedentes familiares deben comunicárselo a su médico para permanecer alerta. En cualquier caso, la recomendación de los expertos pasa por acudir al dermatólogo una vez al año, de tal manera que pueda revisar las marcas y lunares del cuerpo, chequear su evolución y controlar las nuevas que vayan apareciendo.

¿Cómo afectan los vapeadores a los pulmones?

El líquido con el que se diseñan los vapeadores incorpora sustancias nocivas, además de la nicotina o el cannabis

El auge de los vapeadores como alternativa supuestamente ‘inocua’ o ‘más saludable’ al tabaco es preocupante. Si bien hay quienes los consideran como una herramienta para dejar progresivamente el cigarro convencional, los expertos no dejan de alertar de los serios riesgos que implica su uso para la salud respiratoria. De hecho, los primeros estudios científicos ya están desmintiendo su supuesta inocuidad, demostrando cómo afecta el vapeo a los pulmones.

La incidencia de los vapeadores está creciendo en la sociedad. El 12,1% de los españoles dice haber probado estos dispositivos (incluidos dentro del grupo de los cigarrillos electrónicos) alguna vez en la vida, atendiendo a los datos más recientes del Ministerio de Sanidad (2022). Pero lo más alarmante es que su uso es elevado en adolescentes. Tal y como informa la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el 20,8% de los jóvenes entre los 14 y 18 años que asegura fumar lo hace utilizando el vapeo o el cigarrillo electrónico.

Los vapeadores no dejan de ser un cigarrillo electrónico, pero su nombre pretende acercar al usuario a la idea de que lo que fuma es vapor de agua, sustancia inocua para el cuerpo humano. Sin embargo, el líquido que utilizan estos dispositivos está compuesto por diversos productos químicos y saborizantes que, calentados por una batería, pueden ser inhalados y llegar hasta los pulmones. Es aquí donde reside la gravedad del problema.

ASÍ AFECTA EL VAPEO A LOS PULMONES

Estos líquidos pueden incluir nicotina o cannabis, los principales productos activos en las formas de tabaco convencionales. Y, aunque existen opciones sin nicotina, lo cierto es que la gran variedad de saborizantes y el resto de ingredientes que incorporan continúan siendo nocivos para la salud, puesto que fueron originalmente diseñados para ser ingeridos y no para ser inhalados.

En concreto, la nicotina y el resto de sustancias adictivas pueden causar enfermedades pulmonares, ya que inflaman y dañan a los pulmones. Un estudio reciente publicado en la revista ‘Thorax’ ha comprobado que el vapor del cigarrillo electrónico es capaz de aumentar la producción de químicos en el cuerpo con capacidad inflamatoria. Esos químicos desactivan a las células del sistema inmunitario, aumentando así el riesgo de actividad tumoral. Además, dicho estudio ha comprobado cómo muchos de los daños precisados por los pacientes son similares a los que presentan los fumadores habituales de tabaco y las personas con enfermedad pulmonar crónica (EPOC).

Otra investigación ha comprobado que dos de los ingredientes con los que se elabora el líquido de los cigarrillos electrónicos, el propilenglicol y la glicerina vegetal, son tóxicos para las células del cuerpo. Y cuanto más alta es la cantidad en la que se incorporan, más aumenta su toxicidad. Además, el líquido de los vapeadores contiene un fluido empleado como herbicida, que se asocia a lesiones pulmonares agudas, al desarrollo de EPOC, asma y cáncer de pulmón. Y también partículas ultrafinas de metales pesados como zinc, cobre y estaño, capaces de penetrar en el fondo de los pulmones y de generar riesgo potencial de cáncer.

Aparte de todos estos efectos, los síntomas de daño pulmonar asociados al uso de cigarrillos electrónicos incluyen disnea o dificultad respiratoria, tos y dolor torácico, dolor pleurítico y hemoptisis (expectoración de sangre). En las radiografías de pacientes afectados también se han observado neumonías agudas, daños a los alveolos y bronquiolitis. La evidencia científica recogida hasta la fecha concluye que el vapeo dispara el riesgo de padecer cáncer de pulmón en un 122%. No obstante, al tratarse de dispositivos de reciente creación, aún es necesario estudiar cuáles podrían ser las consecuencias de vapear en el largo plazo.

Aunque las sustancias que se inhalan con los vapeadores se metabolizan en los pulmones, cabe recordar que fumar genera más síntomas a otros niveles de la salud. Sus riesgos se extienden mucho más allá de los pulmones y de las vías respiratorias, como ocurre con el tabaco o el cannabis. Para los fumadores que opten por recurrir al vapeo como alternativa ‘más saludable’ a estas otras formas convencionales, cabe recordar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) no ha aprobado ningún cigarrillo electrónico como dispositivo para dejar de fumar. Además de desaconsejarlos por completo, la FDA recuerda que ya existen medicamentos efectivos y seguros que ayuden a la cesación tabáquica.

Mientras tanto, en Europa hay un esfuerzo por reducir el consumo de estos productos. En noviembre de 2022 la Unión Europea prohibió la comercialización del tabaco de sabores o aromatizado de los cigarrillos electrónicos y se está a la espera de que la evidencia científica arroje más luz para tomar más decisiones. Además, en su estrategia contra el cáncer, la UE tiene por objetivo reducir el consumo del tabaco del 25% actual al 5% para 2040. Para lograrlo, y en relación con el vapeo, algunos Estados miembros ya han implantado impuestos especiales y restricciones para frenar su avance en la sociedad.

El impacto del tabaquismo en la salud respiratoria y estrategias para dejar de fumar

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de enfermedades respiratorias a nivel mundial, con repercusiones significativas en la salud pública. La GOLD 2021 estima que aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaco, y el 80% de las muertes por EPOC están relacionadas con el consumo de tabaco. Además, el tabaquismo también aumenta el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer no respiratorio, como el cáncer de vejiga, entre otros.

El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas nocivas, muchas de las cuales son irritantes para las vías respiratorias y pueden causar inflamación y daño en los pulmones. La exposición repetida al humo del tabaco puede provocar enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC, el enfisema y la bronquitis crónica, con un costo para la salud pública estimado en más de 300 mil millones de dólares anuales solo en los Estados Unidos según los CDC, 2021. Además, el tabaquismo está fuertemente asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, garganta, boca y otros tipos de cáncer relacionados.

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves. Sin embargo, abandonar este hábito puede representar un desafío considerable, ya que el tabaquismo es tanto una adicción física como psicológica. Afortunadamente, existen recursos y estrategias disponibles para ayudar a las personas a dejar de fumar con éxito.

Buscar apoyo y educación sobre los métodos y recursos disponibles es un primer paso fundamental en el proceso de cesación tabáquica. Los programas de cesación tabáquica, las líneas de ayuda telefónica especializadas y los grupos de apoyo pueden brindar información y asistencia necesaria para dejar de fumar de manera efectiva. Además, los medicamentos recetados y los productos de reemplazo de nicotina, como los parches, chicles e inhaladores, pueden ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y aumentar las probabilidades de éxito a largo plazo.

Además de buscar ayuda profesional, es importante desarrollar un plan personalizado para dejar de fumar y establecer metas realistas. Esto implica identificar las situaciones y factores desencadenantes que pueden dificultar resistir la tentación de fumar, así como encontrar alternativas saludables para hacer frente al estrés y las emociones difíciles. Además, según Grice & Segre, 2011, se debe considerar el impacto del tabaquismo en la microbiota de la piel, la boca y el intestino, lo cual puede afectar la salud general del individuo.

En conclusión, el tabaquismo ejerce un impacto devastador en la salud respiratoria y general, aumentando considerablemente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades pulmonares y cánceres relacionados con el tabaco. No obstante, abandonar este hábito es posible con el apoyo adecuado y los recursos disponibles. Al tomar medidas para dejar de fumar, las personas pueden experimentar una mejora significativa en su salud respiratoria y disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo. Se recomienda encarecidamente consultar con un médico para recibir orientación y apoyo adecuados durante el proceso de cesación tabáquica.