Cómo respirar bien cuando hacemos deporte

Aprender a inhalar y exhalar correctamente nos ayudará a mejorar nuestro rendimiento.

Respirar es una función vital del organismo, como el comer o el dormir. Pero a pesar de su importancia, lo hacemos casi siempre de forma automática, apenas sin ser conscientes de ello. Solamente en momentos puntuales (practicando meditación o yoga) o, tal vez, cuando nos falta el aire nos acordamos del valor de la respiración.

No obstante, la respiración se vuelve aún más fundamental cuando realizamos ejercicio físico porque se incrementa la manera en que oxigenamos las células del organismo, y de ese proceso dependerá la energía que captemos para poder lograr con éxito la actividad.

Antes de empezar a movernos hay que tener en cuenta la técnica que usaremos, para evitar que, a los pocos minutos, la respiración sea agitada y superficial, haciendo que nos sintamos fatigados con más rapidez.

La clave es respirar conscientemente, inspirando y espirando desde una orden mental interna y focalizando nuestra atención en cada momento del entrenamiento. De esta manera, el organismo redistribuirá los gases de forma óptima y seremos capaces de superar el reto.

Consejos para una respiración óptima

  1. Sé consciente

Las disciplinas como el yoga o el pilates basan su rendimiento en el control voluntario de la respiración. Lo más recomendado es inhalar por la nariz:  imagina cómo entre el aire en los pulmones, mientras tu abdomen se infla y el diafragma se abre. Luego, saca el aire por la boca, hasta que el abdomen se deshinche.

  1. Una respiración para cada ejercicio

La respiración abdominal o diafragmática es la que se emplea en el yoga y otras técnicas de relajación y que consiste en concentrar el aire a nivel abdominal: al trabajar con la parte baja de los pulmones, se consigue estimular el sistema nervioso parasimpático y relajar el cuerpo.

En cambio, la respiración torácica (considerada como normal) es cuando respiramos de pulmón, es decir, inspiramos por la nariz y expiramos por la boca. Esta es la que utilizamos en cualquier tipo de ejercicio aeróbico o anaeróbico.

  1. Marca un ritmo

Intenta llevar un compás con la respiración, más lento al inicio y más rápido según vaya incrementándose la intensidad del ejercicio. Es fundamental repetir la cadencia y no acelerarse para que no hiperventilemos. Puede ser dos tandas y una inspiración, o 3:1, o 4:1, dependiendo de cómo te sientas más cómodo.

  1. Exhalar cuando el esfuerzo es mayor

Cuando hagas entrenamientos de fuerza o tonificación, intenta que la inspiración  coincida con un ejercicio relajado, preservando oxígeno suficiente para cuando los músculos hagan el trabajo duro. Debemos tratar de expulsar el aire durante el movimiento de mayor esfuerzo, así por ejemplo, en unos abdominales espira cuando eleves el abdomen e inspira al bajar.

  1. Mantén la postura correcta

Mantén la posición adecuada durante todo el ejercicio, tanto cuando realices esfuerzo, como en los tiempos de descanso. Y, siempre que puedas, intenta practicar la actividad física al aire libre, lejos de ambientes cargados o sin luz natural, ya que beneficiará a tus pulmones y te aportará mayor sensación de bienestar.

Recuerda que una respiración superficial acumula mayor cantidad de toxinas, provoca mayor  sequedad en la boca y aumenta la sensación de cansancio. Por contra, al respirar correcta y conscientemente se apacigua el trabajo cardíaco, se incrementa el flujo sanguíneo y se mejora la resistencia al esfuerzo.

Puedes decirte a ti mismo: inspirando, sé que estoy inspirando. Espirando, sé que estoy espirando.

¿Cuáles son los riesgos de las enfermedades respiratorias?

Descubre qué elementos son perjudiciales para tu salud en general y la de tus pulmones.

La mayoría de enfermedades respiratorias, como EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o apnea de sueño, pueden prevenirse. Y es que los factores que pueden llevar a su aparición están relacionados con hábitos de vida poco saludables.

El tabaco, el consumo de alcohol, la obesidad y una alimentación inadecuada son las principales causas del desarrollo de estas patologías crónicas, cuyos síntomas suelen manifestarse sobre todo a partir de los 40 años.

Según la Organización Mundial de la Salud  en múltiples ocasiones las enfermedades respiratorias no son diagnosticadas, y, sin embargo, rebajan notablemente la calidad de vida de quienes las sufren. Conocer los factores de riesgo que pueden favorecer su aparición y empeorar su estado nos reportará mayor bienestar y tranquilidad.

Factores de riesgo para recordar

  1. Tabaco

La principal causa de la aparición de la EPOC es fumar o respirar humo de tabaco (fumadores activos y pasivos), ya que cuando se fuma la irritación de las vías respiratorias se mantiene durante mucho tiempo. Resulta más difícil mover el aire de los pulmones, además, las glándulas mucosas producen un exceso de moco que se acumula, favoreciendo el crecimiento de bacterias y el desarrollo de infecciones.

Así, el tabaco también incremente la apnea del sueño y produce un descanso nocturno más superficial y con interrupciones. Abandonar el tabaco es la única medida eficaz para frenar la progresión de estas dolencias.

  1. Inhalar sustancias irritantes

La inhalación de ciertas sustancias que irritan los pulmones, como humos, algunos tipos de polvo y los vapores de productos químicos aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad. Protégete de sprays, pinturas y disolventes, polvo, gases y contaminación del tráfico, pelos de animales domésticos, insecticidas, lacas, ambientadores y perfumes fuertes.

Del mismo modo, la contaminación de interiores mal ventilados (por ejemplo, del uso de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción en hogares) pueden ser elementos desencadenantes.

  1. Obesidad

El sobrepeso empeora el pronóstico de pacientes con enfermedades broncopulmonares, ya que altera el aparato respiratorio. La obesidad afecta a los aspectos mecánicos de la respiración, a la fuerza y la resistencia de los músculos, a la capacidad de oxigenación y de ejercicio.

Está demostrado que los pacientes con EPOC o el síndrome de apnea del sueño tienen mayor riesgo de padecer algún trastorno cardiovascular, e incluso, de muerte prematura.

De ahí la importancia de llevar una alimentación equilibrada, que ayude a mantener un peso adecuado: haz 5 comidas al día ligeras, bebe 1,5 litro mínimo de agua al día y consume verduras, frutas y cereales integrales para prevenir el estreñimiento.

  1. Alcohol

Beber alcohol en exceso resulta muy perjudicial para diferentes partes del organismo, hígado, corazón, sistema nervioso y también para los pulmones, ya que reduce las defensas y empeora la función respiratoria. Siempre que no esté contraindicado, puedes tomar un vaso de vino o cerveza durante las comidas pero, sobre todo, evita tomarlo por la noche.

  1. Estrés

La falta de aire o disnea puede ocasionar en muchas ocasiones ansiedad. La respiración se hace entonces más rápida y pueden aparecer otros síntomas como palpitaciones, opresión, náuseas, sudoración y mareo.

Aprender a controlar la tensión y los ataques de pánico ayuda a seguir con las actividades diarias y a sentirse seguro. Para ello, planifica tus tareas diarias, deja tiempo para realizar tareas agradables y practica técnicas de relajación.

  1. Cambios de temperatura

El frío y los cambios de temperatura pueden ser un problema para las personas con enfermedades respiratorias. Aconsejan mantener todas las habitaciones de casa a la misma temperatura. Asimismo, coloca recipientes con agua en varios puntos del hogar o humificadores para impedir que el ambiente sea excesivamente seco.

  1. Higiene de sueño

Dormir boca arriba puede dificultar la respiración durante la noche, es preferible adoptar una postura un poco incorporada o de medio lado, colocando varias almohadas debajo de la cabeza. Es igualmente importante mantener unos horarios razonables para ir a dormir y no realizar tareas, como leer o ver la televisión, en la cama, ya que pueden perjudicar a una correcta higiene de sueño.

Como ves, para prevenir y mejorar los trastornos respiratorios es importante adoptar hábitos saludables como una dieta apropiada, ejercicio físico diario y abandonar el tabaco y el alcohol.

"Para asegurarte una buena salud: come lo necesario, respira profundamente, vive con moderación, cultiva la alegría e interésate por la vida" - William Londen.

Fisioterapia respiratoria, técnicas para el bienestar

Esta rama sanitaria propone unos ejercicios para la mejora de las funciones pulmonares.

La fisioterapia respiratoria es una especialidad dedicada a la prevención y tratamiento de enfermedades del aparato respiratorio,  cuyo fin consiste en que el paciente mejore su disnea o sensación de ahogo, logre mayor autonomía funcional y consiga una buena calidad de vida.

Bebés, niños, adultos o ancianos con problemas respiratorios (EPOC, asma, neumonías, etc.) se pueden beneficiar enormemente de esta especialidad. Ahora bien, aunque en muchos casos se consigue reducir la dosis de mediación, la fisioterapia respiratoria nunca sustituye al tratamiento médico, sino que lo complementa haciéndolo más efectivo.

Un fisioterapeuta especializado debe realizar este tipo de ejercicios, con la suficiente formación como para conocer la patología en cuestión y las técnicas más adecuadas para cada situación y caso. Asimismo, una sesión de fisioterapia respiratoria se puede llevar a cabo en consulta o en el propio domicilio, si la persona no puede desplazarse.

 Beneficios de la técnica respiratoria

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica ha difundido las razones por las que se debería realizar fisioterapia respiratoria. Te las contamos:

  1. Elimina la mucosidad bronquial: en las infecciones respiratorias como la bronquitis, se generan secreciones dentro del pulmón provocando tos y dificultad respiratoria.
  2. Mejora el sueño: incorporarse ligeramente la cama, respirar profundamente y eliminar el moco antes de acostarte te ayudará a dormir mejor.
  3. Evita riesgos más graves: los síntomas de catarros, aunque estén superados, perduran más de lo normal. Con esta técnica, se disminuye la tos y se consigue evitar complicaciones mayores.
  4. Ayuda a controlar la enfermedad: cuanto más activo estés más se mueven tus pulmones y tu corazón. Si tú paras, ellos se paran.
  5. Da aire a tus pulmones: respira profundamente 5 veces cada hora. Unos pulmones bien ventilados son unos pulmones limpios.

4 Ejercicios para practicar:

Estos ejercicios pretenden facilitar la ventilación pulmonar porque ponen en movimiento todo el pecho. Intenta no realizar estas rutinas hasta dos horas después de comer, para evitar vómitos o reflujo:

  • De respiración diafragmática: inspira lenta y profundamente por la nariz, tratando de de elevar el abdomen forma rítmica. Luego espira con los labios entreabiertos, notando como va descendiendo el abdomen.
  • Respirar con movimiento: haz respiraciones profundas cogiendo el aire por la nariz y soplando por la boca. Inspira mientras separas el brazo izquierdo del cuerpo, luego expira y baja de nuevo la extremidad. A continuación eleva el brazo derecho para ventilar el pulmón de ese lado. Por último, coge aire por la nariz mientras subes ambos brazos por delante del tronco y desciéndelos al exhalar.
  • De expansión torácica: son ejercicios localizados en distintas partes, aplicando presión en áreas apropiadas de la pared del tórax. Al inicio de la inspiración pon la mano en la zona a tratar y ya en plena inspiración relaja la presión; durante la espiración dirige el movimiento.

Con la fisioterapia respiratoria conseguirás un mejor control de los síntomas, una optimización de la función pulmonar y más capacidad de esfuerzo, además, tendrás unos pulmones más limpios y ventilados y, por tanto, ganarás en calidad de vida.

Es importante señalar que el médico siempre es el encargado del diagnóstico, del control del paciente y de la mediación. El trabajo del fisioterapeuta es coadyuvante.

Protegerse de candidiasis

Seguir algunos consejos puede ayudarnos a frenar y prevenir la infección vaginal. Toma nota.

La candidiasis vaginal es una infección provocada por el hongo denominado candida albicans. Este microorganismo, que habita en la flora vaginal, la boca y el tubo digestivo en condiciones normales, en ocasiones ve alterado su equilibrio, desencadenando que su población crezca en exceso. Se estima que dos de cada tres mujeres padecerá a lo largo de su vida una candidiasis de este tipo.

La causa principal de la afección es la alteración de la flora vaginal, debido a un cambio hormonal (menopausia, embarazo), la toma de antibióticos, el uso de jabones agresivos que alteran el pH natural, la ingesta de alcohol, un exceso de azúcar, la presencia de humedad en la zona, diabetes o incluso estrés.

Algunos de los síntomas habituales de la candidiasis son irritación, prurito (picor), escozor o enrojecimiento en la zona genital y alteraciones en el flujo vaginal (opaco, blanquecino o con adherentes), mal olor y malestar al orinar. A pesar de las molestias, con un tratamiento médico adecuado, su pronóstico es favorable y la infección suele desaparecer por completo.

Tratamientos para la infección

  1. Cremas de uso tópico: este tipo de fármacos están disponibles en distintas versiones como geles, cremas, supositorios u óvulos vaginales. La forma más común es la aplicación de cremas sobre la vulva o la inserción de supositorios en la vagina. Este método suele tener una duración de 1 a 7 días.
  2. Tratamiento oral: es posible que el facultativo recete una medicación oral basada en la toma de cápsulas o pastillas. Cuando la infección es muy severa se suele recurrir al tratamiento oral con fluconazol o itraconazol, siempre  bajo preinscripción médica.
  3. Bálsamos de plantas: la fitoterapia (empleo de productos de origen vegetal para la prevención y curación de dolencias) propone realizar baños de agua con gotas de hierbas con propiedades antifúngicas. El uso tópico de la infusión con aceite de árbol de té, con orégano o con equinácea puede ayudarnos a combatir los microorganismos y aumentar nuestras defensas.
  4. Probióticos vaginales: favorecen el crecimiento de los microorganismos habituales de la vagina (bacilos de Doderlëin) y evitan las recurrencias de estas infecciones. Eso sí, antes de hacerte con un suplemento, pregunta a un especialista.

Cómo prevenir los hongos

Zona seca: intenta mantener la zona íntima seca, ya que la humedad favorece la proliferación bacteriana. Este verano, no estés con el bañador mojado en contacto mucho tiempo. Después de hacer ejercicio, de un día de playa o si has sudado, lava la ropa.

Higiene íntima: limpia la zona una vez al día con un jabón de pH neutro (pH entre 3,5 y 5,5), que restablezca la barrea ácida que aporta protección natural contra infecciones fúngicas. Aséate de delante hacia atrás después de ir al baño, de esta manera, impedirás que los gérmenes presentes en el ano se trasladen hacia la vagina.

Ciclo menstrual: durante la menstruación, cambia con frecuencia de compresas, también por la noche y evita emplear tampones mientras permanezca el problema.

Ropa adecuada: usa ropa interior de algodón, puesto que los tejidos sintéticos favorecen la sudoración de la zona íntima y aumentan las posibilidades de desarrollar infecciones. Evita prendas ajustadas, de este modo, favorecerás al máximo la aireación en esta parte del cuerpo.

Además de estas recomendaciones, disminuir el consumo de azúcares en la alimentación y utilizar siempre preservativo en las relaciones sexuales, ayudará a prevenir y evitar el contagio de infecciones por hongos y bacterias.

Acudir a un médico, hacer un uso adecuado de los fármacos y seguir unas medidas de higiene personal impedirá que la infección vuelva a aparecer.

Guía para una compra saludable

Elegir los productos adecuados es una decisión clave para lograr una alimentación sana.

En estos últimos años ha cambiado radicalmente la manera en cómo compramos la comida. Antes, era costumbre adquirir en el día los alimentos que se iban a consumir, y de esta forma, los productos eran más perecederos, frescos y saludables.

Hoy solemos realizar una gran compra quincenal o mensual o, incluso, hacemos la compra por  internet en busca de comodidad. No obstante, todo estos cambios nos impiden muchas veces obtener alimentos más naturales y sanos y llevar a cabo una compra inteligente.

La compra es un momento importante, porque es cuando debemos elegir con cabeza las opciones más nutritivas y seguras para nosotros y nuestra familia, al margen de promociones comerciales. Para lograr una cesta nutritiva y económica, debemos planificar con tiempo qué tipo de alimentos necesitamos y en qué cantidad.

Esta comprobado que una alimentación rica en verduras, frutas y cereales integrales, y pobre en productos procesados nos vuelve más fuertes frente a enfermedades como la diabetes y la hipertensión. Así, en el supermercado, tenemos que decantarnos por los alimentos de siempre y descartar los más novedosos (snacks, galletas, empanados, congelados…) que intentan captar nuestra atención con ofertas llamativas.

Cómo elaborar una cesta sana

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria sugiere seguir los siguientes pasos para elegir los productos que más nos convienen con sentido común:

  1. Planifica anticipadamente los menús: escribe los menús de la semana, tratando de incorporar gran variedad de alimentos y de respetar las raciones de la pirámide (el consumo diario tiene que ser de frutas, verduras, pan, pasta, leche, huevos y pescado, el consumo esporádico es de carne roja y embutidos).
  2. Redacta una lista de alimentos, con tres columnas: alimentos frescos (ej: hortalizas, leche, queso, carnes), no perecederos (ej: arroz, azúcar, cereales) y congelados; de este modo, le darás un orden a la compra y evitarás que los productos pierdan calidad.
  3. Tómate tu tiempo: intenta ir a comprar con tiempo, descansado y sin hambre, así podrás comparar precios y la calidad de los productos y elegirás la mejor opción.
  4. Primero, los no perecederos: empieza por los productos no perecederos (pasta, latas, arroz), sigue por los frescos, y acaba por los refrigerados. Asegúrate de leer la información nutricional de las etiqueta de los envases.
  5. Alimentos de temporada: las frutas y verduras son una fuente incalculable de vitaminas y nutrientes y nos ayudan a un tener un mejor estado de salud, por lo que deben ser indispensables en nuestra cocina. Las de temporada, además de ser más económicas y tener más calidad, suponen una acción decisiva en el ámbito de la sostenibilidad.
  6. Menos carnes rojas: disminuye la cantidad de carnes rojas y embutidos, ya que se ha demostrado que un consumo elevado de estos productos puede suponer un riesgo por su alto contenido en grasas saturadas, colesterol y sodio. Es preferible que optes por carnes blancas y magras (pollo, pavo).
  7. Reduce los productos industriales: intenta evitar aquellos productos que nuestros bisabuelos no reconocerían, es decir, refrescos azucarados, dulces, snacks, comida preparada, bollería industrial, etc., puesto que contienen muchas grasas y ningún valor nutritivo. Mientras que los más procesados son los menos nutritivos, los más simples ofrecen muchas más garantías.
  8. Antes de pagar: no compres por “si acaso”, ya que adquirirás demasiada cantidad y harás que se caduque en la nevera. Revisa la lista de alimentos antes de pasar por caja y utiliza bolsas de tela o cartón, así ahorrarás dinero y no perjudicarás tanto al medioambiente.

Con estos consejos ganarás tiempo y dinero, conseguirás más variedad y colorido en tus platos y aportarás los nutrientes esenciales para tu salud y bienestar.

La compra inteligente es el primer paso hacia una alimentación saludable.

Criobiología, congelación con gas puro

Esta técnica de refrigeración requiere de fluidos limpios, facilitados por proveedores serios.

La criobiología es la rama de la biología que estudia los efectos de baja temperaturas en seres vivos. La palabra, que proviene del griego “cryo” = frío, “bios” = vida, y “logos” = ciencia, describe la práctica en la que se focaliza esta disciplina, es decir, el estudio en el uso de la congelación para la conservación de sustancias biológicas, tejidos u órganos.

Desde hace décadas la ciencia está interesada en preservar el material biológico para una aplicación posterior, tanto en clínica como en investigación. Es por eso, que hoy día se requieren de este tipo de técnicas en las industrias farmacéutica, biotecnológica y cosmética. Así, por ejemplo, para los procesos de congelación de células madres en tratamientos de reproducción asistida se necesitan gases de alta pureza como nitrógeno limpio.

Claves de la criobiología

  1. Conservar muestras biológicas

Existen en el mercado una amplia variedad de contenedores de distintos tamaños, diseñados para usar en centros de inseminación, clínicas de fertilidad, bancos de esperma y óvulos, así como en centros de investigación biológico-sanitaria y laboratorios farmacéuticos. Estos envases son capaces de optimizar el consumo de gases puros, disminuyendo costes e incrementando su eficacia.

  1. Transportar las muestras

Las empresas especializadas en la fabricación, comercialización y distribución de gases para la criobiología, como Praxair, disponen de recipientes de menor capacidad para trasladar las muestras biológicas en  pequeños volúmenes de nitrógeno líquido y otros gases . Todos estos contenedores deben cumplir la regulación internacional sobre transporte de mercancías peligrosas por carretera, aire y ferrocarril.

  1. Congelar prototipos

El mercado especializado ofrece actualmente una extensa gama de congeladores que permiten asegurar la fiabilidad del enfriamiento de las muestras biológicas. En este procedimiento es fundamental respetar las diferentes etapas del descenso de temperatura del prototipo, por lo que es conveniente un proveedor de confianza.

  1. Higiene de envases

Con el fin de llevar a cabo un procedimiento criobiológico adecuado, es esencial contar con un servicio de desinfección y limpieza de recipientes criogénicos. Esto garantizará su buen funcionamiento y reportará seguridad a los clientes en la preservación de las muestras biológicas.

  1. Mantener los equipos

Los equipos criogénicos precisan de un mantenimiento adecuado para su correcto funcionamiento y longevidad. Por ello, es conveniente inspeccionar de forma regular los contenedores de gases puros, revisar los elementos de seguridad y comprobar su estado.

Praxair, líder en la fabricación y la distribución de equipos y gases especiales, atmosféricos y de proceso, cuenta con una completa oferta de servicios para la criobiología adaptados a las necesidades concretas de cada cliente, además, de su extensa gama de materiales para el transporte, almacenamiento, congelación y conservación de muestras.

Ayudamos a maximizar el bienestar de las personas y avanzar en la medicina del futuro.

Yoga para hacer en casa

Te contamos cuáles son las mejores posturas de relajación para practicar donde quieras.

El yoga es una antigua disciplina física, mental y espiritual que hoy día cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Son muchos los estudios que han avalado sus beneficios para la mejora del estado de salud de las personas y varias instituciones mundiales lo recomiendan para lograr un estilo de vida saludable, que esté en armonía con la naturaleza.

A pesar de que se trata de una técnica tradicional de la India, actualmente se practica de formas y con modalidades muy diversas (Vinyasa, Hatha, Kundalini, Flow, etc.). El objetivo del yoga es el beneficio holístico, es decir, la mejora en todo el ser, que se concibe como la suma de las partes que lo componen, como un todo.

De esta manera, a través de la concentración, la respiración y las posturas (asanas) se consigue un estado de meditación que favorece nuestro bienestar general: se tonifica el cuerpo, se libera el estrés y se enriquece el espíritu. Además, al ser una práctica sosegada, suave y pausada resulta adecuada a cualquier edad, independientemente de la condición física.

Asanas para practicar en cualquier sitio

  1. El guerrero

Ponte de pie y separa las piernas alineándolas con las caderas. Gira el pie derecho en ángulo recto y el izquierdo en diagonal. Abre el pecho y mueve la cabeza hacia atrás. Mantén la postura unos 10 segundos mientras inspiras y expiras por la nariz. Luego, cambia de lado. Con “el guerrero” se aumenta la flexibilidad de las caderas. El guerrero

  1. El triángulo extendido

Erguido y con las piernas separadas como en la posición anterior, coloca el pie izquierdo en horizontal y el derecho a unos 30 grados. Estira y alinea el tronco hacia el lado izquierdo mientras levantas el brazo contrario hacia el cielo. Intenta alargar todo el costado derecho, mirar hacia arriba y tocar con la mano izquierda el tobillo. Haz 5 respiraciones y luego repite el lado contrario. Esta asana sirve para fortalecer la zona pélvica y las piernas. El triángulo extendido

  1. El perro boca abajo

Coloca manos y pies en el suelo, como si crearas una V del revés. Separa los dedos de las manos y presiona el suelo con las palmas. A la vez, tira la pelvis hacia atrás e intenta que los talones no se despeguen de la superficie. Trata que las rodillas queden por debajo de la cadera, las manos debajo de los hombros y la cabeza relajada.  Este ejercicio ayuda a relajar la mente. El perro boca abajo

  1. El pez

Túmbate boca arriba y deja los brazos pegados al cuerpo y las palmas contra el suelo tocando los glúteos, arquea la columna y echa la cabeza hacia atrás. Deja que la coronilla descanse en el suelo. Recuerda que el peso cae sobre los brazos, no sobre las cervicales. Respira 20 veces conscientemente. El “pez” estimula los órganos del vientre y de la garganta. El pez

  1. La media torsión

Siéntate sobre el suelo, dobla la rodilla izquierda y esconde el pie derecho bajo el glúteo derecho. Flexiona la rodilla izquierda y pasa el talón por encima de la rodilla derecha.  La pierna izquierda reposa en el suelo y la rodilla derecha en el abdomen. Sujeta el pie izquierdo con la mano derecha y deja la otra mano en el suelo. Al exhalar,  gira el tronco y la cabeza unos 90 grados hacia la izquierda y con cada espiración aumenta más la torsión. Aguanta la posición 20 segundos antes de hacer el lado opuesto. La media torsión

Estas posturas de yoga nos ayudan a calmar la mente, a relajar tensiones musculares y a sentirnos más ágiles física y mentalmente. Además, son una excusa sana e idónea para regalarnos, un momento de introspección y ser más conscientes de uno mismo.

"Yoga es la concentración de la mente en el interior".  Sri Swami Sivananda, maestro yogui.

Cefaleas en racimo, cómo convivir con el dolor

Te damos unos consejos para aliviar este tipo de jaqueca tan intensa e incapacitante.

La cefalea en racimos está considerada por la ciencia como uno de los dolores más fuertes que puede sufrir un ser humano. Se le ha llegado a llamar “la cefalea suicida”, porque es quizás la aflicción más hiriente que puede soportar una persona antes de perder el conocimiento.

Se estima que afecta a un 0,1 % de la población mundial y suele ser más frecuente en hombres que en mujeres. Es un dolor severo, constante y punzante, que aparece de repente y en el mismo lado de la cabeza y que acostumbra a durar entre 15 y 180 minutos. Sin embargo, el daño irradia hacia la cara, lo que produce lagrimeo, secreción o taponamiento nasal, inflamación y enrojecimiento del párpado y la zona del ojo. Las crisis se manifiestan a diario durante semanas o meses y luego desaparecen, pero pueden presentarse de nuevo.

La Sociedad Internacional de Cefaleas distingue dos grandes grupos de cefaleas, las primarias y las secundarias. Estas últimas suelen ser derivadas de una infección o un desorden vascular, mientras que las primarias no van ligadas a una enfermedad y el dolor en la cabeza es su único síntoma. Los científicos investigan aún las causas de este tipo de jaquecas porque, aunque son las más comunes, siguen siendo las más desconocidas.

Asimismo, la Asociación Española de Pacientes con Cefalea recalcan la incapacidad de llevar una vida normal cuando se sufre cefaleas en racimo, lo que supone no solamente absentismo laboral o baja productividad, sino la pérdida de la calidad de vida. De hecho, la OMS la sitúa en el decimonoveno puesto  de las enfermedades más incapacitantes del mundo.

Consejos para calmar el dolor

Cada persona debe identificar los factores detonantes de las crisis para, así, ayudar a prevenir y aliviar las molestias:

  1. Respetar los horarios de sueño

Es conveniente acatar el ritmo circadiano, es decir, nuestro reloj biológico que regula el sueño, la vigilia y el hambre. Se aconseja mantener siempre unos horarios para acostarse  y dormir las horas suficientes, lo que nos reportará más energía al día siguiente y mayor sensación de bienestar.

  1. Alimentarse de forma adecuada

Se estima que el 80% de las migrañas de origen desconocido están causadas por problemas alimentarios. Algunos productos, como el alcohol, los quesos, las comidas ricas en nitritos (carne curada), el potenciador de sabor glutamato (presente en snacks) o el edulcorante aspartamo provocan en el sistema inmunológico una reacción de rechazo. No olvides que una dieta rica en verduras, hortalizas y legumbres y baja en grasas y carnes rojas, nutrirá a tu organismo con lo necesario.

3. Escapar de situaciones de estrés

El exceso de ansiedad suele producir contracción de la musculatura de la cabeza y el cuello. Si ésta se prolonga varias horas se produce constricción vascular e isquemia, que sería la causante del dolor. Para evitarlo, intenta relativizar los problemas, apóyate en tu familia y/o amigos y aprende a relajarte mediante técnicas de respiración, yoga o simplemente dando un largo paseo.

  1. No abusar de analgésicos

Los últimos estudios apuntan que los medicamentos como paracetamol, aspirina e ibuprofeno, cuando se toman 15 o más días al mes, pueden causar dolor de cabeza por abuso. El tratamiento adecuado para la cefalea en racimos consiste en fármacos triptanes u oxígeno inhalado, aunque todo depende del  diagnóstico y tratamiento  médico personalizado.

  1. Usar oxígeno como terapia

El oxígeno es una solución alternativa a la medicación principal para la jaqueca y siempre debe estar prescrito por un Médico Especialista en Neurología. No obstante, hay que tener en cuenta que esta terapia no quita el dolor de cabeza, sino que es una parte del tratamiento que mejora las molestias.  De este modo, el oxígeno se suministra en una botella de fácil manejo y, mediante una mascarilla, uno inhala la cantidad indicada por el doctor. Este método es eficaz en cerca del 80% de los casos.

Ideas para cenar sano y ligero

Ingerir un plato nutritivo, sano y no copioso a la noche te ayudará a dormir mejor.

Con el ritmo frenético de la vida diaria a veces comemos cualquier cosa durante el día y dejamos para la noche la comida más copiosa del día. Sin embargo, esta costumbre no es muy recomendada, ni para mantener un peso saludable ni para disfrutar de un sueño óptimo.

Aunque en España se cene bastante tarde, hay que intentar hacerlo unas tres horas antes de irnos a la cama, es decir, cuando hayamos hecho la digestión. Además, hay que evitar que los platos sean muy calóricos (fritos, salsas) y que contengan más vegetales y proteínas que hidratos de carbono.

De acuerdo con la Sociedad Española de Nutrición, en la cena debemos procurar consumir aquellos alimentos que no hemos ingerido durante el día, así como aquellos fáciles de digerir (como verduras cocidas, sopas, pescados y lácteos) para tener un descanso reparador.

Una cena saludable adecuada tiene que ser fácil de preparar, nutritiva y saciante. Los nutricionistas aconsejan que incluyamos hortalizas, arroz y pasta integrales, patatas y legumbres (en pequeñas cantidades para que no nos causen flatulencias), pescados, huevos, aves o pequeñas porciones de carne, frutas y lácteos.

Recetas sanas para el verano

Te ofrecemos algunas ideas de platos vitamínicos y deliciosos:

  1. Cena uno: crema fría de calabacín, merluza a la plancha y ensalada de lechuga con maíz y de postre, nísperos.
  2. Cena dos: cogollos con anchoas, tortilla de patata y cebolla y pan con tomate y un yogur.
  3. Cena tres: tomates con patatas a la provenzal, brochetas de carne y champiñones y albaricoques.
  4. Cena cuatro: crema de verduras, pizza de jamón y queso, y sandía.
  5. Cena cinco: pasta fresca con zanahoria y remolacha rallada y, de segundo, hamburguesa de ternera con pisto. Luego, un yogur.
  6. Cena seis: Ensalada de tomate y queso fresco, tortilla de patata, cebolla y calabacín y, por último, un yogur con melocotón.
  7. Cena siete: como entrante gazpacho y, como plato principal, ensalada de lentejas con atún, tomate picado, cebolla y olivas negras. De postre un vasito de compota de manzana

Como ves, existen opciones completas, ligeras y saludables para la última comida del día. Saltarse una cena o comer solo una pieza de fruta no favorece que adelgacemos ni que durmamos bien. La clave está en incorporar sopas, cremas de verduras, ensaladas y verduras hervidas con la que obtendrás nutrientes suficientes para la salud y para un descanso de ensueño.

Recuerda el dicho popular: "desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo".

Cómo viajar con una enfermedad respiratoria

Si preparas el viaje con antelación disfrutarás de las vacaciones con una salud de hierro.

El 10% de la población en España sufre Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y entre el 5 y el 15% padece el Síndrome de Apnea del Sueño (SAHS), dos de las enfermedades respiratorias con más prevalencia en el país y con más repercusión desde el punto de vista sanitario y social.

A pesar de los avances médicos de las últimas décadas, estas dolencias no tienen cura. Pero un tratamiento farmacológico, la práctica de ejercicio físico diario y el seguimiento de un estilo de vida saludable pueden aumentar notablemente la calidad de vida de los pacientes.

Hoy día existen numerosos dispositivos y fármacos que ayudan a los pacientes a vivir con normalidad y naturalidad. Y es que la alta prevalencia de EPOC y SAHS en todo el mundo ha empujado a un fuerte desarrollo en el ámbito asistencial, con gran repercusión desde el punto de vista de la necesidad de recursos sanitarios.

De este modo, tener una enfermedad respiratoria crónica no implica que tengamos que dejar de lado nuestros planes de ocio, quedarnos encerrados en casa y abandonar los viajes. El secreto para disfrutar de una bonita escapada es prepararlo todo con antelación.

7 Claves para viajar con salud

  1. Averigua el clima del destino: evita temperaturas extremas (ni demasiado frío ni demasiado calor), piensa en los terrenos que tendrás que recorrer (los lugares planos y a la altura del mar son más recomendables) y en los medios de transportes que tendrás que coger para llegar al lugar de veraneo.
  2. Consulta con tu médico: comenta con el especialista si estás en condiciones de realizar el viaje que tienes en mente. Mete en la maleta un informe médico actualizado, el listado de tu tratamiento y todos los medicamentos en cantidad suficiente para toda tu estancia fuera.
  3. Toma la medicación: acuérdate de seguir con la ingesta de fármacos durante las vacaciones. Si tienes cualquier problema inesperado, acude al servicio de salud más cercano o ponte en contacto con tu médico habitual.
  4. Sigue una vida saludable: come y bebe con moderación y aprovecha para hacer más actividad física que el resto del año. Distribuye las comidas en 5 o 6 tomas al día, siempre en cantidades moderadas. Controla el peso, tanto un exceso como un peso muy bajo, son altamente perjudiciales para la enfermedad.
  5. Si usas oxigenoterapia: habla con la empresa proveedora de oxígeno y notifícale tu plan de viaje. Viajar con el dispositivo puede ser un poco tedioso, pero con un poco de anticipación, tendrás plena libertad para gozar de tus vacaciones, ellos te informaran de con qué dispositivos puedes viajar y de todo lo necesario para poder continuar con tu terapia en tu lugar de vacaciones. En ocasiones será necesario gestionar la terapia en el destino vacacional.
  6. . Si usas un CPAP para dormir, adquiere un adaptador, un cable eléctrico de extensión y un enchufe para cargar la batería.
  7. El trayecto con Oxígeno : comunícaselo a la compañía aérea o a la empresa marítima con un mes de antelación. También puede ser una buena idea solicitar una silla de ruedas para tu traslado hasta el embarque. Si viajas en tren o autobús, procura tener oxigeno suficiente para tener una autonomía que supere en 2 horas la duración del viaje. Si vas en coche, haz alguna parada para descansar y no dejes que nadie fume en el interior.
  8. Descansa y relájate: el objetivo de las vacaciones es desconectar y recargar pilas, así que intenta ponerlo en práctica. Duerme lo suficiente, un buen sueño nocturno te ayudará a afrontar el día siguiente y a realizar todas las actividades con más energía y mejor ánimo. Evita las situaciones que te hagan sentir nervioso o estresado, háblalo con tus amigos y/o familiares y te sentirás más relajado.

No renuncies a viajar y a hacer planes divertidos fuera de tu entorno habitual. Planificar con antelación y pedir consejos a tu médico y a las compañías asistenciales, te hará sentir seguro y te permitirá vivir tu aventura al máximo.

Cambiar de vida por unos días, conocer otros lugares y tener nuevas experiencias en vacaciones te aportará muchos beneficios para tu salud física y emocional.