Talasoterapia, el mar como fuente de salud

Los baños en agua salada contribuyen a un mejor estado de nuestra salud y bienestar.

La talasoterapia es un tratamiento de hidroterapia que utiliza el agua salada para obtener múltiples beneficios para el cuerpo y la mente. Y es que el mar posee elementos químicos de su propio ecosistema, como las algas, el barro y el clima, que resultan excelentes agentes rehabilitadores.

Ya los  griegos  confiaban su salud a las propiedades curativas del mar y de su entorno. Defendían el uso terapéutico de los distintos medios marinos para la prevención de enfermedades y lesiones. Más tarde, en la época de los romanos, la talasoterapia adquirió aún más importancia (seguramente hemos visto algunas termas romanas). Fue allí donde comenzaron los estudios sobre tratamientos con aguas marinas que terminarían dando lugar al método que conocemos hoy.

El éxito de los baños en el mar reside en la capacidad de relajar cuerpo y mente gracias a la salinidad, la densidad y el movimiento de sus olas. La suma de estos factores contribuye a que el agua salada sea un recurso integral, es decir, que mejora la salud, el bienestar y la belleza de las personas.

Beneficios del agua marina

  1. Equilibra los fluidos del cuerpo

El agua del mar tiene una composición similar a la del plasma sanguíneo, además, los minerales y oligoelementos que posee pueden ser absorbidos por ósmosis (a través de la piel), de forma que se equilibren los fluidos de nuestro organismo, ayudando a mejorar nuestra salud general.

  1. Escaso riesgo de lesiones

La densidad del agua salada es  mucho mayor que la del agua dulce, por lo que los movimientos son más suaves y se reduce el riesgo de lesiones. Aparte, el plancton contiene vitaminas B y E que evitan la formación de radicales libres, nos defiende de picaduras y nos aporta un plus de nutrición a la piel y glicoproteínas.

  1. Mejora el estado de la piel

El yodo, el calcio, el potasio, el cobre, el flúor y el magnesio, presentes en la composición del agua marina, retrasan el envejecimiento cutáneo, gracias a sus propiedades antioxidantes y a su capacidad para eliminar toxinas del cuerpo. Igualmente, los lodos y barros marinos sirven para exfoliar la piel y aumentar su firmeza y elasticidad.

  1. Protege de infecciones

Las algas marinas contienen minerales, vitaminas y proteínas que nuestro cuerpo necesita para protegerse de bacterias y virus. Encima, la humedad y la sal abren las vías aéreas, previniéndonos de infecciones respiratorias.

  1. Relaja cuerpo y mente

La brisa marina posee gran cantidad de iones negativos, partículas eléctricas del ambiente con cualidades relajantes, que nos regalan una agradable sensación de bienestar y calma. Asimismo, la arena de la playa también nos reporta serenidad y activa nuestro sistema circulatorio.

  1. Ejercita el cuerpo

Las olas del mar tonifican los músculos y permiten un ejercicio más intenso con mayor gasto de energía. Asimismo, la corriente marina participa en la eliminación de toxinas, endurece la masa ósea, mejora la fuerza muscular y  beneficia el corazón.

La talasoterapia se recomienda especialmente en personas con procesos reumáticos y osteoporosis, asma, faringitis, edemas y en situaciones de estrés. Sin embargo, este tratamiento no se aconseja para pacientes con cardiopatías descompensadas, hipotensión o procesos febriles. Ante la duda, consulta antes con tu médico.

Haz una visita a un centro de hidroterapia y prueba sus múltiples actividades. Saldrás relajado y como nuevo.

El a, b, c de un estilo de vida saludable

Sentirnos bien a diario depende de varios factores. ¡Descubre cuáles y renuévate!

La salud es el estado completo bienestar físico, mental y también social, y no solo la ausencia de enfermedad o dolencia, según marca la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Teniendo en cuenta esta premisa, nuestro principal objetivo para cumplir con ese nivel de bienestar es sentirnos bien día a día. De lo contrario, podría significar que algo no está funcionando del todo bien en nuestro organismo y es hora de acudir al médico.

La buena noticia es que tener un estado óptimo de salud depende, en gran medida, de nosotros mismos. Así, si deseamos envejecer de forma sana y con calidad de vida, hay que conocer qué hábitos son los más perjudiciales, cuáles son los más adecuados, encontrar las estrategias que nos ayuden a cumplir los retos, a sentirnos motivados y a potenciarnos la felicidad.

Consejos para vivir mejor

De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, un estilo de vida saludable mejora la sensación de bienestar de las personas y disminuye el riesgo de enfermar.

  1. Cuida lo que comes

Una buena alimentación nos asegura tener nuestro organismo en nivel óptimo de salud. Consume a menudo verduras, frutas y cereales integrales; procura que la leche y sus derivados sean semidesnatados; cocina al vapor, al horno o a la plancha y usa aceite de oliva; alterna durante la semana legumbres, pescados, aves y huevos, y a su vez, reduce el consumo de carnes rojas. Y, sobre todo, evita los dulces, la pastelería y bollería industrial, así como los rebozados, las empanadas y los fritos.

2. Duerme bien

Un sueño adecuado es una de las fórmulas más importantes para mejorar nuestra calidad de vida. Ten en cuenta que si no descansas lo suficiente y bien, a la larga puede acarrearte trastornos físicos y mentales. Por ello, intenta que el reposo nocturno dure al menos 7-8 horas al día.

3. Despídete de los hábitos tóxicos

Un consumo excesivo de alcohol puede pasarnos factura, además, el es el causante de la mayoría de accidentes de tráfico, por lo que es mejor no arriesgar. Por otro lado, dejar de fumarte traerá enormes beneficios, pero requiere de un esfuerzo por tu parte. Si has intentado dejarlo y no lo has conseguido, no te desanimes, pide ayuda a tu médico y apóyate en tus familiares y/o amigos.

4. Actívate ya

Realiza ejercicio físico diario o al menos media hora 3 veces por semana. Si ahora no practicas ninguna actividad física, empieza por tareas cotidianas, como subir escaleras, hacer labores de jardinería o caminar siempre que sea posible. No sólo fortalecerás los huesos, sino que mejorarás tu masa muscular, tu circulación y tu capacidad pulmonar y, encima, liberarás serotonina lo que te hará sentir más a gusto contigo mismo. Recuerda que el ejercicio junto a una alimentación equilibrada, te ayudarán a mantener un peso saludable.

5. Desconecta de vez en cuando

Trata de evitar el estrés, planifica con tiempo tus quehaceres y hazlos sin prisa, pero sin pausa. Tu corazón te lo agradecerá. Las técnicas de relajación mediante la respiración pueden ayudarte a calmar la mente: inspira y expira aire por la nariz de forma lenta y profunda durante unos minutos.

6. Regálate momentos 

Procura encontrar un ratito de tiempo libre para pasear, leer, escuchar música, practicar deporte o pasar tiempo con tu familia y amigos. Haz cosas con las que disfrutes e intenta buscar el lado positivo de la vida.

Hoy puede ser un buen día para empezar una vida más consciente y sana. Como ves son pocos los cambios que hay que emprender. Empieza modificando aquello que te resulte más fácil, comienza por las metas pequeñas y, una vez conseguidas, tendrás más fuerza para plantearte nuevos retos.

Mentalízate de que lograrás lo que te propongas, porque son hábitos de vida que te harán sentir mejor.

Botella inteligente, el oxígeno seguro

Los nuevos dispositivos móviles de Oxigenoterapia conceden más movilidad  y sencillez al paciente.

Todos respiramos el aire del ambiente, que contiene un 21% de oxígeno y un 79% de nitrógeno y otros gases. Esta cantidad de O₂ es suficiente para asegurar el correcto funcionamiento de todos nuestros órganos.

Sin embargo, en muchas enfermedades respiratorias se produce un fallo en la ventilación y en el intercambio de gases (O₂ y CO₂) que tiene lugar en los pulmones, lo que conlleva la aparición de una insuficiencia respiratoria (disminución de los niveles de O2 en sangre con o sin aumento de los niveles de CO2). Uno de los tratamientos para estas dolencias consiste en incrementar de forma artificial la concentración de O₂ en el aire que respira la persona. Sólo es eficaz si el paciente tienes niveles de O2 bajos.

El oxígeno domiciliario es fundamental para los pacientes que sufren una falta crónica del mismo. Esta insuficiencia necesita ser medida por el análisis de sangre arterial (gases en sangre o Gasometría arterial) o indirectamente por oximetría o Pulsioximetría (prueba que detecta la saturación de O₂ a través de la piel). Las cifras normales de presión de Oxigeno arterial son entre 75-100 mmHg , normalmente el medico puede prescribir tratamiento con Oxigeno cuando los valores son inferiores a 55-60 mmHg. Con niveles superiores no se ha demostrado ningún beneficio.

Una empresa de servicios cómo Praxair , es la mejor elección para proporcionar el Oxígeno en forma de botellas , concentradores o incluso oxígeno líquido, en función de las necesidades de la persona. Asimismo, para conseguir la máxima eficacia se recomienda usarlo como mínimo 16 horas al día, incluyendo siempre la noche. Aunque no siempre se sienta la falta de oxígeno, el cuerpo puede sufrir daños si los niveles en sangre son lo suficientemente bajos.

Ventajas de la botella de Oxigeno

La botella inteligente incluye los aspectos positivos de los envases compactos (seguridad, manejabilidad y ligereza), pero incorpora, además, las últimas novedades tecnológicas.

  1. Claridad: posee un display digital en el que aparece la información relevante de forma clara. En la pantalla se muestran los iconos del consumo y el caudal de oxígeno, los litros de gas que quedan y el tiempo de autonomía del aparato.
  2. Seguridad: el dispositivo cuenta con alertas sonoras y visuales que avisan al llegar a niveles críticos de gas (¼ de su capacidad) y cuando quedan solo 15 minutos de administración del caudal seleccionado. Estos datos proporcionan al paciente una mayor sensación de seguridad y garantía.
  3. Eficiencia: los parámetros básicos son visibles en la pantalla digital, lo que aporta más fiabilidad. Igualmente, el suministro de gas se calcula cada minuto, haciendo un uso eficiente del mismo, por lo que se requieren menos cambios de botellas, optimizando el consumo al máximo.
  4. Sencillez: tiene un diseño ergonómico y fuerte que protege de golpes la válvula integrada, el regulador y el sistema electrónico. Además, su estructura inteligente hace que sea más fácil de levantar, mover y operar en cualquier situación. En definitiva, el manejo resulta más sencillo y cómodo.

Los especialistas aconsejan mantener una correcta higiene de la botella y, sobre todo, no fumar, ya que el tabaco puede suponer la pérdida de efectos del tratamiento de oxigenoterapia y un alto riesgo de incendio.

Como ves, la botella inteligente ofrece mayor confianza, tranquilidad y autonomía a las personas, permitiendo a los equipos médicos enfocarse en lo más importante, el cuidado del paciente.

Mindfulness, cómo vivir en el presente

Es un estilo de vida que busca la atención plena del momento para lograr mayor felicidad.

El Mindfulness es un concepto psicológico que se basa en la concentración de la atención y la conciencia en el presente, con el objetivo de gozar de mayor bienestar y plenitud. Este método, que se ha convertido ya en una filosofía de vida en gran parte del mundo, emplea técnicas y ejercicios de meditación para llegar a un estado óptimo de relajación.

Aunque tiene su origen en la filosofía budista, fue Joan Kavat-Zinn quien introdujo el mindfulness en el programa de Reducción del Estrés Basado en la Atención Plena (REBAP) en la Universidad de Massachusetts (EE.UU), quien lo describe de la siguiente manera: “es prestar atención al presente con intención y sin juzgar“.

Varios estudios han comprobado los beneficios de esta práctica para la salud física, mental y emocional, además de mejorar el rendimiento académico, reducir el estrés, prevenir enfermedades mentales y ayudar a tener más control sobre las emociones.

Pasos para practicar la atención plena

Su fundador ha recopilado en el libro ‘Mindfulness para principiantes’ un compendio de recomendaciones para iniciarse en esta práctica y empezar a desarrollar conciencia plena en nuestra vida:

  1. Busca tú momento

Elige un momento en el que sepas que nadie puede interrumpirte. Apaga el móvil y el ordenador y dedícate unos 15 minutos al día a cuidar de ti mismo. A primera hora de la mañana puede ser el instante perfecto, pero asegúrate de no estar aún adormilado.

  1. Fluye con la respiración

Canaliza tu atención en la respiración, siéntela y deja que fluya. Intenta que sea por la nariz, mediante inhalaciones y exhalaciones pausadas. Siente cómo entra y sale el aire por las fosas nasales. Luego, haz un repaso por todo el cuerpo, observando las sensaciones de cada parte, desde los pies, pasando por las piernas, los brazos, el torso hasta la cabeza.

  1. Deja pasar los pensamientos

Se necesita mucha práctica para lograr dejar la mente en blanco. Normalmente nos vienen a la mente varios pensamientos, sobre todo, no los juzgues, déjalos que pasen de largo y vuelve a centrarte en la respiración.  Poco a poco irás entrenando la mente.

  1. Mantén la postura

Se puede practicar mindfulness tumbado, de pie o sentado en una silla o en el suelo sobre un cojín. Fíjate en tu postura: columna vertebral recta, los brazos colgando a ambos lados, la cabeza erguida y el mentón metido ligeramente hacia adentro.

  1. Mira tu interior

Generalmente la meditación consciente se hace con los ojos cerrados, pero en realidad puedes elegir la manera que más te guste. Dejarlos abiertos y mirar un punto fijo, como una vela o una planta, también te ayudará a focalizar la atención.

Existen multitud de acciones rutinarias con las que podemos practicar la conciencia plena y que nos sitúan en el aquí y en el ahora, como caminar atentamente, comer saboreando cada bocado, hacer manualidades o escuchar música.

Como ves, el mindfulness es un estilo de vida que nos enseña a desconectar de las situaciones que nos generan estrés, a dejar de vivir en modo piloto automático y a disfrutar cada momento de nuestras vidas.

"Los sentimientos van y vienen como las nubes en un cielo ventoso. La respiración consciente es mi ancla", Thich Nhat Hanh.

Así mejora el insomnio

Te contamos las recomendaciones para conseguir que tu sueño nocturno sea reparador.

Las personas invertimos, de media, un tercio de la vida durmiendo. De hecho, dormir es una actividad necesaria, ya que con ella se restablece el equilibrio físico y psicológico básico del organismo. Sin embargo, la necesidad de sueño cambia, en cada persona, dependiendo de la edad y el estado de salud y emocional. Así, el tiempo ideal de sueño es aquel que nos permita realizar las actividades diarias con normalidad.

No obstante, en muchos casos el insomnio nos impide conseguir ese descanso óptimo tan vital. Los inconvenientes por no dormir adecuadamente suelen aparecer cuando los problemas de calidad y/o cantidad con el sueño son intolerables, y es entonces cuando aparecen síntomas como alteraciones del humor, dificultad para concentrarse, cansancio físico y mental, tensión y ansiedad.

De acuerdo con la Sociedad Española del Sueño, de los factores que más influyen en el insomnio  destacan los psicológicos (darle vueltas a las cosas, no saber manejar las emociones negativas, tener hábitos inadecuados), el estrés y el miedo a no dormir.

10 Consejos que favorecen el sueño

Existen una serie de hábitos de sueño saludables que podemos seguir para disminuir los problemas de insomnio y favorecer, así, un sueño vigorizante.

  1. Horario fijo: mantén un horario establecido para acostarte y levantarte, incluidos fines de semana y vacaciones. Los cambios constantes en la hora de dormir aumentan la probabilidad de sufrir dificultades crónicas para dormir.
  2. En la cama, el tiempo justo: quédate en la cama el tiempo suficiente, pero no más, adaptándolo a tus necesidades reales de sueño. Se ha comprobado que permanecer menos tiempo en la cama mejora el sueño y, al contrario, estar mucho tiempo puede producir un descanso fragmentado y ligero.
  3. Si no te duermes, levántate: si han pasado 30 minutos desde que te acostaste y sigues aún sin dormir, levántate de la cama y haz algo que no te active demasiado, como, por ejemplo, leer una revista. Cuando vuelvas a tener sueño regresa al dormitorio. El objetivo es que asocies la cama con quedarte dormido lo antes posible.
  4. Evita las siestas: huye de la siesta y de las situaciones que la propician. En casos concretos, se puede permitir una cabezadita después de comer, pero no más de 30 minutos.
  5. Abandona el alcohol y el tabaco: ambos son hábitos insanos, ya que además de perjudicar tu salud, dañan el sueño. El alcohol provoca despertares a lo largo de la noche y la nicotina estimula el sistema nervioso.
  6. Ninguna actividad mental: evita realizar en la cama actividades como ver la televisión, leer, escuchar la radio, comer, hablar por teléfono, discutir… Nuestro cerebro necesita ligar el dormitorio y la cama a la actividad de dormir. No le mandes al cerebro mensajes contradictorios.
  7. Haz ejercicio moderado: realiza ejercicio suave (como pasear) más de 30 minutos y al menos tres horas antes de ir a dormir. Si realizas ejercicio intenso en las 3 horas previas a acostarte, el sistema nervioso puede activarse y perder la sensación de somnolencia.
  8. Cena ligero: procura no irte a la cama hasta que hayan pasado dos horas desde la cena. Un plato copioso puede ocasionarte una digestión pesada y causarte insomnio. Opta por recetas sencillas, evitando los guisos, los fritos y las salsas.
  9. Rutina nocturna: repite cada noche el mismo ritual de acciones que te ayuden a prepararte mental y físicamente para irte a la cama. Lávate los dientes, ponte el pijama, prepara la ropa del día siguiente….
  10. Practica ejercicios de relajación: practicar ejercicios de relajación antes de acostarte puede favorecer a que duermas mejor. Haz respiraciones lentas y relajadas. Imagina que eres como un globo que se hincha lentamente y luego se deshincha.

Para determinar la buena calidad del sueño hay que tener en cuenta la duración, la continuidad y la profundidad del mismo. Sin embargo, si tienes algún trastorno de sueño que no mejora, lo aconsejable es que acudas a tu médico.

Está en tus manos recuperar o aprender nuevos hábitos en tu vida para mejorar tu sueño.

Claves para una respiración saludable

Ser consciente de cómo tomamos el oxígeno nos ayudará a mejorar nuestro bienestar.

La respiración es un acto inconsciente, involuntario y tan natural que apenas le prestamos atención. Solo reparamos en ello, cuando no lo estamos realizando correctamente o es insuficiente. Y es que sin respirar nuestra vida no existiría. Por ello, quizás hoy sea un buen momento para tomar conciencia de su valor y de cómo realizarlo de forma adecuada para mejorar nuestro estado de salud.

En realidad, se trata del proceso a través del cual introducimos aire en los pulmones, permitiendo que el oxígeno pase a la sangre y se expulse el dióxido de carbono. En este procedimiento participan dos movimientos esenciales, la inspiración y la espiración. En la primera, el aire entra al organismo desde la nariz hasta los bronquios, donde están los alvéolos, encargados del intercambio gaseoso. Con la espiración expulsamos el aire, ahora pobre en oxígeno y rico en dióxido de carbono.

Consejos para respirar mejor

  1. Preferiblemente por la nariz

Seguramente hemos oído alguna vez que es mejor respirar por la nariz que por la boca, y es cierto. Además al hacerlo por la nariz, calentamos el aire y lo humedecemos, controlamos la entrada de bacterias y virus (quedan atrapados en las fosas nasales), y gestionamos nuestra tolerancia  al esfuerzo.

  1. Respira para relajarte

Se la conoce como respiración diafragmática o abdominal, porque al inspirar los pulmones se llenan empujando el diafragma y los órganos de la cavidad abdominal, dando la sensación que el vientre se hincha. Al exhalar, los pulmones se vacían y van ocupando menos espacio, mientras que el diafragma regresa a su posición inicial.

Esta técnica, que se usa en el yoga y actúa sobre el plexo solar, una red nerviosa situada en el corazón, creando un efecto relajante y reduciendo el estrés.

  1. Aumenta la capacidad pulmonar

La respiración costal o torácica se basa en la separación de las costillas para una expansión de la cavidad del tórax. Para realizarla de forma correcta, hay que llenar primero la parte baja con respiración diafragmática y, a continuación, completar la zona media del pulmón. Esta técnica contribuye a mejorar la capacidad pulmonar.

  1. Aprende a coger aire

La respiración clavicular se centra en la parte superior del pulmón, que es de menor volumen que las anteriores y absorbe menos aire. En la inspiración parece que se levanten las clavículas, de ahí su nombre. Suele darse durante un ataque de ansiedad o de nervios o en los últimos meses de embarazo, cuando el bebé ocupa la mayor parte de la cavidad abdominal.

  1. Controla la respiración

La respiración completa o yóguica busca el dominio de las tres técnicas anteriores, es decir, la unificación de todas ellas para un control consciente de la respiración.

Primero hay que vaciar los pulmones, luego inspirar lentamente (respiración diafragmática), continuar cogiendo aire dilatando las costillas (respiración costal) y llegar a levantar las clavículas (respiración clavicular). El siguiente paso es retener el aire y exhalar, haciendo que primero salga el aire de la parte alta, seguido de la media y, por último, el de la zona baja de los pulmones.

Si tomamos conciencia de la respiración nos será más fácil conciliar el sueño, calmar la mente y concentrarnos, lo que influirá en  nuestra calidad de vida y nuestro bienestar.

"Respirar es vivir...vivir es respirar...no vivas con prisas y tómate tu tiempo para respirar".

La siesta y sus beneficios

¿Sabías que descansar después de la comida ayuda a mejorar nuestro estado de salud?

Esta costumbre mediterránea, lamentablemente cada vez menos arraigada, tiene sus orígenes en los romanos, quienes consideraban la “sexta hora”(sobre las 15 h) un momento idóneo para descansar  y, así, afrontar el resto del día con energía. En los países del sur de Europa el hábito se popularizó, sobre todo, en los meses estivales, cuando había que hacer una pausa en las horas centrales del día por las altas temperaturas.

El reposo físico y mental después de la comida es ventajoso para el bienestar general, porque ayuda a mantener un ritmo en la digestión y a liberarnos un poco de las preocupaciones diarias. No obstante, una siesta no debe ser extremadamente larga, ya que los beneficios que nos aporta se volverían problemas para conciliar el sueño por la noche.

Lo más recomendable es descansar entre 20 y 40 minutos y adoptar una postura semisentada (no totalmente tumbado) para que los alimentos del estómago lleguen fácilmente al intestino. En el caso de niños menores de tres años, la siesta es obligatoria, y puede ser incluso algo más extensa, puesto que con ella reponen fuerzas y logran pasar la tarde activos y con vitalidad.

Ventajas de descansar tras la comida

  1. Respetamos la voluntad del cuerpo

Después de comer, la actividad del organismo se centra en hacer la digestión, por eso se produce un período en el que el cerebro nos pide descanso y tiende a desconectar. Esto está relacionado con los ritmos circadianos, que entre las 13 y 15 horas y las 2 y 4 de la madrugada, inducen al cuerpo a parar y ralentizar la actividad.

  1. Ganamos creatividad

Treinta minutos de descanso son suficientes para experimentar una mejora en las capacidades cognitivas: reduce las ganas de comer, favorece la creatividad, mejora la percepción y potencia la memoria, el aprendizaje e incluso la vida sexual. Además, según varios estudios, incrementa un 35% nuestro rendimiento laboral posterior y en un 50% el nivel de alerta.

  1. Favorece al corazón

La siesta ayuda a la recuperación cardiovascular después de un ejercicio de esfuerzo y reduce la presión arterial del día, lo que nos previene de padecer problemas cardiovasculares, hipertensión e ictus. De hecho, las personas con este hábito saludable tienen casi un 40 % menos de probabilidades de sufrir un infarto.

  1. Restaura el sistema inmune

Es capaz de restituir el impacto hormonal en nuestro sistema endocrino, después de haber pasado una mala noche. El rato de siesta tras la comida devuelve los marcadores inmunológicos y neuroendocrinos a sus niveles normales.

  1. Eleva el estado de ánimo

El mal humor y una visión negativa del día también pueden dispersarse con esta buena costumbre. Varias investigaciones han demostrado que tras un sueño corto sube el estado de ánimo. Somos más empáticos a la hora de evaluar las emociones de los demás, disminuyen nuestros prejuicios negativos y aumentan los positivos.

Para disfrutar de una siesta reconfortante intenta estar en una habitación lo más oscura posible y en silencio, puesto que la luz impide la fabricación de melatonina, la hormona del sueño. Apaga el móvil para que no te molesten y ponte una alarma para no excederte en el tiempo.

Muchos dicen que la siesta debería ser la octava maravilla del mundo, porque es increíblemente saludable y nos ayuda a tener una mejor calidad de vida.

Consejos para aliviar dolores musculares

Te contamos cómo recuperarte de las molestias de las agujetas y de los calambres.

Los dolores musculares o mialgias son reacciones adversas que experimentan nuestros músculos como consecuencia de un esfuerzo físico, una enfermedad (gripe, fibromialgia, lupus) o del calor excesivo, y pueden aparecer en muchos momentos de nuestra vida.

Las molestias musculares más habituales son los calambres y las agujetas. Los primeros son contracciones involuntarias que paralizan los músculos, mientras que las agujetas se producen después de un gran trabajo físico y crean una sensación de agarrotamiento.

Cómo calmar las agujetas y calambres

El tratamiento habitual del dolor muscular producido por cansancio del músculo obliga a realizar un tiempo de reposo adecuado y seguir una serie de medidas:

  1. Usa compresas calientes: aplica compresas calientes sobre la zona específica o toma un baño caliente, si el dolor es general.
  2. Reposo: intenta guardar cama unos días, así dejarás que tus músculos se recuperen y se relajen.
  3. Aliméntate bien: sigue una dieta con abundante fibra y proteínas de calidad que nutran el músculo. Puedes encontrar estos nutrientes funcionales en carnes magras (pollo, pavo), pescado azul (anchoa, atún, salmón, sardina), legumbres, huevos y lácteos desnatados.
  4. Gana flexibilidad: intenta hacer ejercicios de fortalecimiento y flexibilidad, una vez hayas superado el dolor y como herramienta de prevención. El yoga, el taichí o el pilates pueden ayudarte a elongar y fortalecer los músculos. Eso sí, asegúrate de que sea un ejercicio leve o moderado para no empeorar el dolor muscular.
  5. Bebe mucha agua: cuando los músculos están doloridos solemos estar menos activos, lo que puede favorecer el estreñimiento. Para remediarlo, toma cantidad de líquidos y no olvides consumir suficiente fibra (fruta, verdura y cereales integrales).
  6. Escribe un diario del dolor: anota cuándo aparece, porqué, cuál es la intensidad y cuánto dura, si afecta a uno o varios músculos, si es intenso, etc. Esto es importante para descartar si se produce por el ejercicio (que es lo más fácil de distinguir) o si la causa es más compleja y hay que hacer otro tipo de pruebas.
  7. Masajea la zona: darse un masaje con aceites esenciales puede ayudar a aliviar las molestias y a recuperarse de la mialgia. Los aceites de menta, árnica y hierba de San Juan contienen propiedades analgésicas y antiinflamatorias que mitigan el dolor.

Ponte en contacto con tu médico si notas adormecimiento y hormigueo en las piernas, un dolor intenso en la espalda, incontinencia intestinal o urinaria o dolor en la cintura o el pecho, ya que podrían ser indicios de una afección médica grave.

Recuerda que el dolor tiene siempre un componente subjetivo: algunas personas lo toleran muy mal y otras, que apenas se quejan, tienen el umbral muy alto. Será un médico quien pueda distinguir qué tan intenso es ese dolor y diferenciar cuál es la causa que lo produce, para dar el mejor tratamiento posible.

Para cualquier dolor, la paciencia es lo mejor.