¿Cómo llevar un estilo de vida saludable en Navidad?

Los excesos acumulados durante las fiestas de Navidad pueden favorecer un aumento del colesterol de hasta un 10%

Aunque este año va a ser un poco diferente por el Coronavirus, y vamos a tener que restringir la interacción social, la Navidad sigue siendo la época preferida de muchas personas. Reencuentros familiares, quedadas con amigos, regalos… Todos esos factores hacen que las fiestas navideñas sean muy especiales.

Sin embargo, algo que también caracteriza mucho a esta época del año son las comidas copiosas, un mayor consumo de alcohol y una reducción de la práctica de actividad física. Todo ello hace que, durante estas fechas, los españoles engorden de media entre 3 y 5 kilos.

Y no solo eso, ya que, según la Fundación Española del Corazón, los excesos acumulados durante las fiestas de Navidad pueden favorecer un aumento del colesterol de hasta un 10%.

CONSEJOS PARA UNAS FIESTAS MÁS SANAS

Para que esto no suceda y podamos disfrutar de la Navidad sin descuidar nuestro bienestar y salud, debemos tener en cuenta algunas pautas importantes:

  • Haz las cinco comidas diarias: El desayuno, el almuerzo, la comida, la merienda y la cena no deben suprimirse bajo ningún concepto, ya que seguir esta rutina alimenticia evita que dejemos pasar mucho tiempo sin comer y nos demos atracones.
  • Elabora un menú semanal saludable: Si haces esto, tendrás un mayor control de lo que comes. Opta por alimentos cocinados a la plancha, hervidos o al horno, y evita los procesados.
  • No abuses de los dulces: Sabemos que son típicos en estas fechas, pero no deben consumirse en exceso, ya que tienen mucho azúcar. Sácalos solo en las ocasiones especiales y después guárdalos en un sitio que no tengas a la vista para evitar tentaciones de comer más.
  • No te pases con el alcohol y mantén tu cuerpo hidratado: Un consumo excesivo de alcohol es perjudicial para la salud, por lo que, si bebes, lo mejor es que lo hagas de forma responsable y moderada, sin excederse. Asimismo, para mantener el cuerpo hidratado, debes beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día para funcionar correctamente. También puedes tomar algunas infusiones digestivas de manzanilla, cardamomo o jengibre.
  • Haz ejercicio: Durante esta época del año solemos descuidar el ejercicio físico y, sin embargo, es cuando más deberíamos incrementar la práctica deportiva para mantener el equilibrio entre ingesta y consumo calórico. Para ello, basta con que hagas ejercicio entre 30 y 60 minutos al día. Correr, andar, montar en bicicleta, nadar… Las opciones son infinitas.

Los beneficios del deporte en la infancia

Dependiendo de la edad, se recomienda un tipo de ejercicio, pero el objetivo es siempre el mismo: favorecer el desarrollo físico, mental, psicológico y social de los niños

El deporte es uno de los aspectos fundamentales para llevar un estilo de vida saludable, sobre todo en la infancia, etapa en la que se aconseja una práctica habitual del ejercicio físico para disminuir el sedentarismo.

Dependiendo de la edad, se recomienda un tipo de ejercicio, pero el objetivo es siempre el mismo: favorecer el desarrollo físico, mental, psicológico y social de los niños.

Así, en lactantes, la Asociación Española de Pediatría recomienda los juegos en el suelo o en el agua donde los más pequeños tengan que realizar movimientos que impliquen los brazos y piernas, gatear, arrastrarse o andar.

En el caso de los preescolares, es decir, hasta los 5 años de edad, aconsejan correr, ir en bicicleta, andar, saltar y columpiarse.

Por su parte, en la edad escolar y adolescencia, la actividad física moderada-intensa debe realizarse, al menos, una hora al día todos los días de la semana, compaginando con ejercicios para el fortalecimiento muscular y óseo tres veces a la semana.

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA

Realizar ejercicio físico de forma adecuada y con asiduidad proporciona beneficios a nivel físico y mental. Entre ellos, la Fundación Española del Corazón destaca que previene la obesidad, eleva el nivel de colesterol bueno y disminuye los triglicéridos, desarrollando un sistema cardiovascular sano, reduce la ansiedad y la depresión, aumenta la autoestima y estimula el rendimiento académico.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud y Unicef subrayan que la práctica deportiva promueve la amistad y el juego limpio, contribuye a preparar a los jóvenes para hacer frente a los retos futuros, favorece el control del sistema neuromuscular y desarrolla un aparato locomotor sano.

CONSEJOS PARA HACER DEPORTE

Antes de empezar a practicar cualquier deporte, es importante acudir al médico para que este realice un chequeo médico al niño y comprobar que todo está bien.

Una vez hecho esto, el ejercicio debe empezar de forma moderada y no brusca, intensificando la intensidad a medida que pase el tiempo.

También, la Fundación Española del Corazón recomienda mantener una buena hidratación antes, durante y después del ejercicio físico. Asimismo, desaconseja las carreras de larga distancia antes de la madurez y subraya que los niños con obesidad o sobrepeso deben realizar un plan de entrenamiento específico antes de integrarlos en deportes competitivos.

Todo lo que debes saber sobre la fatiga ocular: qué es, por qué surge y cómo se trata

La fatiga ocular o visual es una molestia que aparece en los ojos tras el uso intenso de estos. Aunque no es grave y suele desaparecer cuando descansas la vista, puede llegar a ser muy molesta.

Pero, ¿cuáles son las causas de su aparición? Según la Asociación Española de Optometristas Unidos, todo aquello que produzca una sobrecarga en el sistema visual es susceptible de ser una causa de fatiga ocular, como por ejemplo: condiciones de luz inadecuadas, falta de sueño, condiciones ambientales, errores refractivos mal corregidos o sin corregir, sequedad ocular, actividades prolongadas sin descanso en visión próxima y actividades prolongadas en visión lejana, entre otras cosas.

Los síntomas más frecuentes de la fatiga visual son: picazón, ardor o escozor en los ojos, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz; dificultad para mantener los ojos abiertos; visión doble o borrosa; sensación de sueño y dificultad para concentrarse.

CÓMO PREVENIR LA FATIGA OCULAR

Tener una iluminación adecuada es una de las principales recomendaciones para evitar la fatiga ocular (se aconseja la luz natural frente a la artificial). También lo es tomar descansos, sobre todo cuando se realicen trabajos minuciosos, mirando con los ojos hacia otra dirección.

Asimismo, debe limitarse el tiempo frente a las pantallas. Si esto no es posible, ya sea porque trabajamos con ordenador o cualquier otro dispositivo electrónico, es aconsejable establecer pausas siguiendo la regla 20-20-20 (tras 20 minutos de esfuerzo, se descansa 20 segundos a una distancia de 6 metros o 20 pies).

De igual forma, desde Clínica Mayo recomiendan el uso de lágrimas artificiales, que ayudan a prevenir y aliviar los ojos secos, y mejorar la calidad del aire del espacio, ajustando el termostato para reducir el soplo de aire, por ejemplo.

Por otro lado, parpadear de forma frecuente ayuda a evitar la sequedad ocular, ya que al hacer el movimiento se generan lágrimas que humedecen los ojos.

Finalmente, en caso de trabajar con ordenador, es aconsejable ajustar la configuración de la pantalla. Para ello, hay que agrandar el tamaño de la letra, para que podamos leer con facilidad y no tengamos que forzar la vista, y ajustar los niveles de contraste y brillo.

Ciclismo: ¿por qué deberías practicar este deporte?

Para obtener un buen rendimiento deportivo y evitar ciertas lesiones y molestias, tener una postura adecuada en la bicicleta es de especial importancia

Para mantener el cuerpo y la salud en óptimas condiciones, el deporte juega un papel fundamental; pero, con la amplia variedad de deportes que existen, ¿por cuál decantarse? El ciclismo es, sin duda, uno de los más beneficiosos, tanto a nivel físico como a nivel mental.

Para obtener un buen rendimiento deportivo y evitar ciertas lesiones y molestias, tener una postura adecuada en la bicicleta es de especial importancia. Según la Sociedad Española de Medicina del Deporte, existen patrones para adecuar la postura, que sirven como elementos orientativos para aquellas personas que se van a iniciar en este deporte, aunque en ciclistas de alto nivel este aspecto se afina en gran manera y siempre teniendo en cuenta aspectos subjetivos del propio deportista (la especialidad que practique y las características que posea).

BENEFICIOS DEL CICLISMO

Practicar ciclismo, entre otras cosas, mejora el sistema circulatorio, ya que reduce la presión sanguínea y disminuye el riesgo de padecer enfermedades coronarias.

También, tonifica y endurece los músculos, sobre todo la parte inferior del cuerpo, que es la que más trabaja con los movimientos. Asimismo, aumenta la capacidad pulmonar y es un excelente aliado para controlar el peso, ya que con su práctica se elimina grasa.

De igual forma, mejora la coordinación gracias a los movimientos de piernas y pies sobre los pedales y de las manos sobre el manillar, así también fortalece los huesos.

Por otra parte, la Real Federación Española de Ciclismo destaca que el ciclismo favorece la oxigenación cerebral y mejora el bienestar emocional gracias a la segregación de endorfinas, las ‘’hormonas de la felicidad’’ que se generan en nuestro cerebro.

Igualmente, subraya que montar en bicicleta fomenta el optimismo y la socialización, lo que reduce la agresividad y la angustia, y ayuda a ser más productivo y activo en el día a día, no solo desde el punto de vista físico, sino también cognitivo.

Por último, el ciclismo también tiene beneficios relacionados con la piel, ya que retrasa el envejecimiento y ayuda a reducir la celulitis.

Fibrosis quística: qué es, síntomas, causas y tratamiento

La fibrosis quística es la enfermedad hereditaria más frecuente en la población caucásica

Para muchas personas, la fibrosis quística todavía sigue siendo una gran desconocida, sin embargo, se sabe que es la enfermedad hereditaria más frecuente en la población caucásica.

Se trata de un trastorno genético que provoca alteraciones en un canal de cloro localizado en distintos órganos del cuerpo, produciendo secreciones muy espesas. Se caracteriza por ser una enfermedad con una herencia autosómica, es decir, para padecerla, es necesario heredar el gen defectuoso de la madre y el padre, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

Los signos y síntomas de la enfermedad varían dependiendo de la gravedad de la misma, sin embargo, entre los más comunes se encuentran: tos persistente, mucosidad abundante, diarrea con presencia de heces grasientas, sudor salado, que puede estar acompañado de deshidratación, sinusitis, y fosas nasales inflamadas.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

El diagnóstico temprano de la enfermedad es de especial relevancia para prevenir o retrasar las manifestaciones por dicha patología.

En este sentido, la Asociación Española de Pediatría señala que el diagnóstico de la fibrosis quística se basa en rasgos clínicos compatibles: enfermedad sinopulmonar, alteraciones gastrointestinales y nutricionales, síndrome de la pérdida de sal, azoospermia obstructiva, una historia de fibrosis quística en hermanos o un test de despistaje positivo de recién nacido.

En cuanto al tratamiento, aunque no existe uno definitivo y concreto, ya que es una enfermedad sin cura y que se manifiesta de forma diferente en cada persona, los pilares básicos para tratarla, según explican desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, son: nutrición con dietas hipercalóricas e hiperproteícas, ejercicio y fisioterapia respiratoria y terapia antibiótica. En casos extremos, el trasplante pulmonar es la mejor alternativa.

Lo más importante, ante todo, es el autocuidado del paciente. Este debe asumir la responsabilidad de su enfermedad y su tratamiento, junto con la colaboración pertinente del personal sanitario, ya que, sin una buena adherencia, la efectividad podría llegar a ser prácticamente nula.

¿Conoces los beneficios del salmón?

Tiene un contenido lipídico parecido al del atún  o el reo, y alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, insaturados y omega-3

El consumo de pescado es fundamental para seguir una dieta equilibrada. Por ello, se recomienda una ingesta de 3-4 raciones a la semana, ya que este aporta proteínas de alto valor biológico, potasio, hierro, calcio, vitamina D y vitamina del grupo B, entre otros.

Dentro del pescado, el azul es el que más destaca por todos sus beneficios para la salud. De hecho, según la Fundación Española del Corazón, una de sus principales cualidades es que es un producto muy beneficioso para la salud cardiovascular debido a los elementos que lo componen: mucha agua, cerca del 20% de proteínas de buena calidad, pocas grasas saturadas y, sobre todo, ácidos grasos omega-3, la principal característica de este tipo de pescado.

De todos los pescados azules, el salmón es sin duda, uno de los más consumidos. Este pescado se compone de las mismas propiedades que los pescados azules y tiene un contenido lipídico parecido al del atún o el reo, y alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, insaturados y omega-3.

Además, la Fundación Española de Nutrición subraya que es rico en proteínas y minerales, como el fósforo, el selenio, el yodo y el potasio. También contiene vitaminas del grupo B y vitamina D y E.

Gracias a estas propiedades, disminuye el colesterol ‘’malo’’ y se incrementan los niveles del colesterol ‘’bueno’’, baja la tensión arterial y disminuye la inflamación en las lesiones arterioescleróticas retrasando su formación, tal y como destaca la Organización de Consumidores y Usuarios.

También, ayuda a que los huesos estén más fuertes, contribuye a la formación de la estructura ósea, mantiene el funcionamiento de la tiroides en buen estado y mejora la memoria.

Para sacar el máximo partido a este alimento, en concreto cuando está ahumado, la Organización de Consumidores y Usuarios aconseja guardarlo en la zona más fría de la nevera. Una vez abierto, consumirlo en dos o tres días. Si se congela, lo ideal es hacerlo al vacío, y antes de servirlo, dejarlo media hora al aire para que coja la temperatura ambiente.

¿Tienes acné? Esto es lo que debes conocer sobre esta afección dermatológica

Suele ser más frecuente en la adolescencia y juventud, ya que afecta al 80% de las personas de entre 12 y 18 años

El acné es una afección de la piel que se produce cuando los folículos pilosos que están debajo de esta se obstruyen. Suele ser más frecuente en la adolescencia y juventud, ya que afecta al 80% de las personas de entre 12 y 18 años. No obstante, también puede aparecer en la edad adulta y, de hecho, la prevalencia de esta patología en mujeres adultas se sitúa entre un 11 y 12%.

Dependiendo del tipo de acné, los síntomas varían, pero los más frecuentes son: espinillas cerradas o abiertas, pápulas, pústulas, nódulos y lesiones quísticas.

En cuanto a las causas de su aparición, la Academia Española de Dermatología y Venereología destaca varios factores: secreción sebácea, obstrucción del folículo pilosebáceo o comedogénesis y colonización de las áreas ricas en sebo por el Propionibacterium Acnés. Asimismo, existen algunos otros que pueden contribuir a su desarrollo, aunque no son el desencadenante principal: medicamentos, antecedentes familiares, hormonas y la edad.

Por otro lado, el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel detalla que otros factores, aunque no causan acné, sí pueden empeorarlo: estrés, algunos alimentos y la contaminación.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Para empezar un tratamiento contra el acné, es fundamental el diagnóstico previo del especialista, que será quien indique el más adecuado en función del tipo. No obstante, el tratamiento habitual tiene como objetivo reducir la inflamación y evitar la proliferación del Propionibacterium Acnés.

Así, existen medicamentos para controlar la grasa; otros para controlar la hipercornificación del folículo, y otros para controlar la inflamación y la infección.

En el caso del acné comedogénico no inflamatorio, según la Asociación Española de Pediatría, se aconseja tretinoína o isotretinoína tópica y antibiótico tópico, para evitar la aparición de lesiones pustulosas. En el caso del acné inflamatorio leve, antibiótico tópico y peróxido de benzoilo; en el caso del acné inflamatorio moderado, se pueden combinar la tretinoína o el peróxido de benzoilo con un antibiótico tópico y/o sistémico; y en el caso del acné inflamatorio grave, un dermatólogo puede valorar la necesidad de iniciar un tratamiento con isotretinoína oral.

Además de estos tratamientos, existen otros complementarios que pueden ayudar a mejorar o reducir el acné, tal y como destacan desde la Clínica Mayo: láser y terapia fotodinámica, exfoliación química e inyección de esteroides.