Té matcha: los beneficios de una bebida ancestral

Proviene de la familia de los tés verdes, un tipo que no aporta valor calórico

El té matcha se ha convertido en la bebida estrella y puede llegar a ser un sustituto del café. Muchos bares y cadenas ya lo ofrecen en sus cartas, y es sobre todo, por la riqueza en vitaminas y antioxidantes que contienen estos polvos verdes, tal y como aseguran desde la Asociación Española  de Té e Infusiones (AETi).

El matcha viene de la familia de los tés verdes, un tipo que no necesita oxidación y las hojas se secan en ausencia de humedad y son fragmentadas rápidamente después de ser recogidas. Según la Fundación Española de Nutrición (FEN), no aporta valor calórico a no ser que se añada azúcar o leche en su consumo, por lo que lo convierte en una buena alternativa a las bebidas gaseosas y azucaradas.

En general, desde Sanitas explican que el té verde aporta propiedades positivas gracias a la presencia de una de las catequinas más potentes que tiene: el EGCG. Además, este tipo de bebida tiene pequeñas cantidades de minerales que son importantes para la salud.

Resulta curioso que este alimento haya conseguido ser una bebida de moda, y es que proviene de una fuente que llevamos años consumiendo, como es el té verde. Pero que ahora esté en boca de todos es gracias a los múltiples beneficios que aporta para la salud.

¿Por qué debes tomarlo?

  • Protege de enfermedades cardiovasculares: las propiedades antioxidantes que componen este té pueden ser beneficiosas para combatir el colesterol LDL, la diabetes y la grasa, lo que podría reducir los factores de riesgo para desarrollar este tipo de enfermedades.
  • Aumenta tú energía: el matcha presenta  niveles de cafeína alto, por lo que consumirlo puede ayudar a combatir el agotamiento físico y mental.
  • Depura el organismo: contiene clorofila y niacina. Gracias a ello, es una bebida ideal para depurar el organismo.
  • Regula el metabolismo: esto hace que sea una buena alternativa para perder grasa.

¿Cómo se prepara?

Preparar un té matcha es un proceso diferente al de otros tés. Aun así, es un proceso muy sencillo que, con la práctica se vuelve intuitivo. Suele prepararse con agua, pero en occidente se ha extendido hacerlo con leche o bebidas vegetales.

Lo primero que tenemos que hacer es verter en un bol de cerámica un gramo de los polvos matcha. Después, hay que añadir agua caliente sin que esté hirviendo, ya que podría provocar que el té se vea perjudicado (aproximadamente 60 ml).

Seguidamente, debemos utilizar un batidor de bambú y batir enérgicamente en forma de zigzag o en forma de W durante unos 30 segundos hasta que se haya generado una capa de espuma. Ahora solo debemos esperar a que el agua se temple un poco y ya podemos consumirlo.

Aunque el matcha se ha convertido en una de las bebidas más consumidas en los últimos años, es importante consultar con su médico.

Consejos para afrontar la vuelta a la rutina deportiva

Después de las festividades navideñas, volver a la rutina deportiva puede ser arduo

Las vacaciones de Navidad han sido el momento perfecto para relajarnos. Por ello, es normal que dejemos de lado los entrenamientos o que no realicemos ejercicio de forma tan intensa ni regular.

La Organización Mundial de la Salud recuerda que la actividad física es buena para el corazón, el cuerpo y la mente. Concretamente, realizar una actividad física con regularidad puede prevenir y ayudar a gestionar cardiopatías, la diabetes tipo 2 y el cáncer. Asimismo, puede reducir los síntomas de depresión y ansiedad.

El problema comienza cuando llega el momento de volver a la rutina. Tras días sin entrenar, cometer ciertos errores puede hacer que comiences la temporada cargado de lesiones. Por eso, te vamos a dar unos consejos para volver a entrenar como lo hacías antes de estas vacaciones de forma progresiva.

En primero lugar, establece un objetivo para este año, ya que te hará estar más motivado. Eso sí, no seas demasiado exigente contigo mismo. Con esto, es importante tener en cuenta que no es necesario entrenar todos los días. Descansa al menos dos días a la semana.

En segundo lugar, evita las sesiones de impacto. Según Mayo Clinic, puedes ir introduciendo ejercicios de cardio y de ejercicio moderado, como ir en bicicleta estática o elíptica; hacer caminatas a paso ligero, e ir introduciendo un ejercicio de carrera a medida que pasan los días.

A esto hay que sumar tener una buena organización de los ejercicios a realizar. Es decir, trabaja actividades específicas y no abarques diferentes tipos de deportes. Si no lo practicas ya, replantéate introducir algunas sesiones de yoga o estiramientos, ya que te servirá para relajarte después de cada actividad.

Por último, ten paciencia. Es fundamentar volver a la rutina de forma pausada para evitar lesiones. Aunque sientas que te está costando retomar la forma, no te agobies, en pocos días notarás como vuelves a tu condición física anterior.

¿Y si no he practicado deporte nunca?

El comienzo de año trae consigo nuevos propósitos, y empezar a hacer deporte es uno de los más vistos. El exceso de la comida de esta festividad es una buena excusa para comenzar a practicar ejercicio de forma moderada y mejorar tu salud.

Tal y como aseguran desde Quirónsalud, la actividad física en general mejoran la imagen corporal, la autoestima, el funcionamiento cardiaco, incluso el humor, la sociabilidad, genera nuevas habilidades, reduce la demencia y la osteoporosis.

Si nunca has practicado ningún tipo de actividad física, lo primero que debes hacer es organizarte los días destinando una hora al día para practicarlo. Comienza dando paseos junto a personas que conozcas: familiares, amigos…

Además, establece metas cortas que puedas conseguir. Cada reto que vayas consiguiendo será una celebración para animarte a seguir adelante. Y, por supuesto, no olvides divertirte. No te tomes el ejercicio como una obligación, porque es importante que disfrutes de lo que estás haciendo.

Tanto si ya practicabas deporte como si vas a empezar a hacerlo, sería interesante que busques un entrenador que pueda asesorarte y te guíe desde el principio. Te darán consejos sobre alimentación y te marcarán el ritmo según tus propias posibilidades.

Colesterol bueno y colesterol malo: las diferencias que te ayudarán a mejorar tu salud.

Hay ciertos alimentos que nos ayudan a controlar el colesterol

Uno de los mayores miedos a la hora de hacer un análisis sanguíneo son los índices de colesterol, y es porque con el colesterol alto es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos.

Según Mayo Clinic, con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a las arterias. Algunas veces, pueden romperse y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Sin embargo, es importante saber que existen dos tipos de colesterol: LDL (lipoproteínas de baja densidad) o colesterol malo y HDL (lipoproteínas de alta densidad) o colesterol bueno.

El primero, tal y como informan desde Sanitas, contiene mayor cantidad de grasas y menos proteínas. Las LDL son las que hacen que el colesterol se deposite en las arterias.

En cambio, el HDL contiene una mayor cantidad de proteínas y poca grasa. En realidad, las HDL evitan o dificultan que el colesterol se acumule en las arterias y tiene propiedades antitrombóticas y antiinflamatorias. Sin embargo, tener unas cifras muy elevadas de HDL tampoco es lo más recomendable.

En este contexto, las dietas alimentarias cumplen un papel primordial para mantener el colesterol en un rango óptimo y que no afecte a nuestra salud. Por eso hay alimentos que contienen colesterol malo y colesterol bueno.

Alimentos con “colesterol malo”

Para Quirónsalud, aquellos alimentos que contienen colesterol malo son los que están enriquecidos con grasas saturadas y trans, como los ultraprocesados, la margarinas, y  carnes grasas o embutidos procesados.

Estos se pueden sustituir por aceite de oliva virgen extra, mantequilla ecológica, carnes magras de pastoreo, como ternera, hígado, incluso sus huesos, conejo o el pollo sin piel, etcétera. En cuanto a los embutidos, fritos en general y la bollería industrial, se deben evitar.

Alimentos con “colesterol bueno”

Los alimentos que contienen colesterol bueno son aquellos que se componen de grasas saludables. Entre ellos, podemos destacar:

  • Pescados azul, como el salmón, el atún, la sardina etc.
  • Aceite de Oliva Virgen Extra – AOVE-.
  • Frutos secos como las nueces, castañas, almendras o avellanas.
  • Algunas frutas como los higos, el aguacate, la acelga y las espinacas,

Un aspecto clave para mantener las cifras de colesterol en lo recomendable es la actividad física, que puede ayudar a controlar el LDL a la vez que aumenta el colesterol HDL, bajar los triglicéridos y mejorar el estado del corazón y los pulmones. También ayuda a reducir la tensión arterial y el riesgo de diabetes.

Para controlar los niveles de colesterol, acude una o dos veces al año al médico para realizarte un análisis sanguíneo y así controlar estos niveles y a la misma vez evitar las enfermedades cardíacas futuras.