Cómo saber si soy intolerante al gluten: Síntomas y tipos de celiaquía

Los síntomas pueden ser muy diferentes dependiendo de la edad del afectado

El 27 de mayo se celebra el Día Mundial del Celiaco, una enfermedad autoinmune y crónica, que, aunque en la mayoría de los casos se detecta durante la infancia, también puede presentarse en la edad adulta.

La sintomatología puede ser muy variada dependiendo de la edad, pero tal y como señalan desde la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, los más frecuentes son: pérdida de peso, pérdida de apetito, fatiga, nauseas, vómitos, diarrea, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, retraso de crecimiento y alteraciones del carácter, entre otros. Aun así, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes dificultando el diagnóstico.

Dependiendo de cómo se manifieste, esta patología se puede clasificar en tres tipologías:

  1. Celiaquía clásica. Es la más conocida y surge en la infancia provocando un retraso en el crecimiento de los niños.
  2. Celiaquía no clásica. Es la más común de los adultos y puede provocar síntomas digestivos poco específicos, como la diarrea sin perder peso, flatulencias, ardor e indigestión, según informan desde Quironsalud. Además, en algunos casos, también se detecta anemia ferropénica, osteoporosis o infertilidad.
  3. Celiaquías sin síntomas. En este caso, la enfermedad se debe diagnosticar mediante un cribado por estudio familiar.

Lo cierto es que, el hecho de que un miembro de la familia sea celíaco, supone una mayor probabilidad de desarrollarla. A esto se añaden otros factores que también pueden incrementar el riesgo de padecer celiaquía, como la diabetes tipo 1 y la tiroiditis autoinmune.

¿Cómo saber si eres celiaco?

Mediante un examen clínico y una analítica de sangre se establece el diagnóstico de la enfermedad. El único tratamiento para terminar con la sintomatología es una dieta sin gluten. Es decir, debes dejar de comer cereales como el trigo, centeno, cebada, triticale, incluso la avena (pan, cerveza, bollerías, etc).

Una vez reconocida la enfermedad y de haber retirado los alimentos con gluten de la dieta, debe realizarse un seguimiento para corroborar que se produce mejoría tras eliminar el gluten de la dieta por completo. La mejoría suele ser inmediata al dejar de tomar alimentos de este tipo, aunque la recuperación intestinal es más lenta.

Sin embargo, algunas personas con celiaquía no responden a lo que se consideran una dieta libre de gluten. Para los expertos de Mayo Clinic, las personas que no responden a esta dieta se debe a que tienen  bacterias en el intestino delgado, colitis microscópica, mal funcionamiento del páncreas o síndrome del colon irritable.

Si tienes alguno de los síntomas nombrados o alguien en tu familia, consúltalo con tu médico para que pueda realizarte las pruebas pertinentes y saber si es necesario restringir ciertos alimentos.

Termina el frío y comienza el calor: recetas refrescantes y saludables para combatirlo

Las ensaladas o los gazpachos son platos adecuados para esta temporada

Durante este mes de mayo las temperaturas han ido subiendo a medida que los días pasaban, dejando de lado el clima frío. A partir de ahora, el calor nos va a acompañar hasta finales de octubre y aunque no hay unas pautas concretas sobre qué comer cuando hace mucho calor, hoy te vamos a mostrar diversos platos para hacer los calores más llevaderos.

Además de refrescarte y alegrarte los días, estas recetas son completamente saludables. En este contexto, es importante destacar la importancia de comer sano, que contribuye a tu bienestar, promueve la salud y protege diversas enfermedades, según destacan desde diversasinstituciones, como el Ministerio de Sanidad.

Ensaladas

Se trata de uno de los platos más recurrentes de esta época. Son fáciles de preparar, admiten variaciones según el gusto y se montan en un momento. Las verduras y las hortalizas son las protagonistas de estos platos.

Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, estos alimentos son una parte importante de una dieta saludable porque pueden prevenir todas las formas de malnutrición y reducir el riesgo de enfermedades no trasmisibles.

Para variar estos platos, lo ideal es que juntes alimentos frescos. Por ejemplo, puedes hacer una ensalada con cebolla, pimiento, pepino y lechuga. También puedes incorporarlos con alimentos calientes o templados, como ocurre con la ensalada César, compuesta por lechuga romana, queso y pollo. Aun así, no hay una receta concreta para esta ensalada y puedes añadir y eliminar alimentos según tus preferencias.

Gazpacho de fresas

El calor siempre se ha asociado con platos fríos como el gazpacho andaluz, pero ¿sabías que se pueden hacer gazpacho con frutas? En este caso, te vamos a enseñar un gazpacho de fresas, ya que es el alimento de la temporada. Además, es una fuente de vitamina C y es que contiene un porcentaje superior al que posee la naranja, tal y como señalan desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).

Para preparar este plato, deberás lavar y trocear tres tomates, el pepino, el pimiento verde y las fresas. Vierte todo los alimentos en un vaso de batidora y bate hasta que quede líquido. Seguidamente, comprueba que el sabor del gazpacho está a tu gusto y mételo en la nevera para que se enfríe.

Tartar de salmón y aguacate

Al igual que los platos anteriores, esta receta es muy fácil de preparar. Primero tenemos que cortar y machacar salmón ahumado. Incorporamos este pescado a un bol junto a tiras de cebolla, aguacate y tomate. Removemos, añadimos sal si lo vemos necesario, y lo dejamos reposar en la nevera.

Cuando vayas a servirlo, puedes acompañarlo de pequeñas tostas o complementarlo con una bebida refrescante, como limonada sin azúcar, agua de frutas, un smothie o un té frío.

Estas son unas pocas de las muchas recetas que se pueden preparar para aliviarnos del calor. Pero, no olvides consultar con tu médico o  un nutricionista.

Claves para llevar una buena alimentación en los adolescentes

Esta etapa de la vida se caracteriza por los cambios emocionales, sociales y fisiológicos

La Organización Mundial de la Salud ya ha dejado claro que llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir diferentes enfermedades no trasmisibles y otros trastornos. Más importante es llevar una alimentación saludable en las edades más jóvenes para evitar patologías a corto y largo plazo.

Es por eso que, durante la adolescencia, una etapa de la vida marcada por importantes cambios emocionales, sociales y  fisiológicos, la alimentación cobra un papel importante debido a los requerimientos nutricionales para hacer frente a estos cambios con la intención de aportar un adecuado aporte de energía y nutrientes.

Para ello, se deben vigilar los excesos para caer en el sobrepeso o la obesidad. Asimismo, el ejercicio se convierte en un complemento esencial de la dieta saludable. Se puede estimular esta práctica de acuerdo con las aficiones, habilidades y capacidades de cada niño, pero lo más importante es educar una vida activa, en movimiento,  en la que se practiquen habitualmente algunos ejercicios básicos como pasear o subir escaleras.

En segundo lugar, tal y como aseguran desde Quirónsalud, la familia debe supervisar el tipo de alimentación que siguen los adolescentes para evitar  importantes deficientes de nutrientes o caer en inapetencias peligrosas, hasta llegar a trastornos de la conducta alimentaria.

En tercer lugar, es recomendable que los alimentos se distribuyan en las diferentes comidas del día para que el cuerpo tenga los nutrientes y vitaminas necesarias en función de sus exigencias físicas. Además, hay que variar la preparación de los alimentos intentando evitar lo máximo posible los fritos. A su vez, estimula el consumo de alimentos naturales y crudos, como las ensaladas.

Los hidratos de carbono no deben faltar en la alimentación diaria ya que son imprescindibles para aportar energía. Con la gran variedad gastronómica que existe son muy fáciles de consumir: patatas, arroz, pastas…

Lo más importante es controlar el exceso de grasas trans, azúcar y sal. Recuerda que el abuso de la comida rápida no es aconsejable, pues contribuye a la formación de malos hábitos alimentarios y a la obesidad infantil.

No hay que olvidar las vitaminas y los minerales. Para los adolescentes se recomiendan las vitaminas que de una u otra forma se relacionan con el crecimiento y desarrollo: vitamina A y D, Ácido Fólico, B12, B6, tiamina, riboflavina o niacina.

En el caso de los minerales, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), las necesidades de minerales aumentan durante la adolescencia, siendo las del hierro, calcio y zinc de especial importancia para el crecimiento y aquellas que con más frecuencia no se alcanzan. Alimentos como los huevos o los lácteos pueden ser óptimos.

Aun así, cada adolescente es diferente y pueden tener necesidades distintas. Lo ideal es hablar con el médico de familia y un nutricionista para que pauten una dieta equilibrada y saludable según los objetivos.

¿Tienes asma? Esto es lo que debes saber para evitar las crisis

La enfermedad no se puede curar, pero las crisis se pueden prevenir

El asma es una enfermedad crónica que provoca una inflamación en el interior de los bronquios, produciendo una estrechez más o menos importante e impide la entrada de aire a los pulmones de forma correcta. Esta patología no se cura, pero se puede tratar y controlar.

Tal y como informan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), los principales síntomas suelen manifestarse a realizar un ejercicio físico, por las noches, tras respirar un alérgeno o sustancias del medio ambiente que causa dificultad para respirar, tos, pitidos en el pecho y opresión.

Esto puede llegar a causar una crisis de asma, cuando las vías respiratorias se hinchan e inflaman. Los músculos alrededor de las vías respiratorias se contraen y se producen una mayor cantidad de mucosidad, lo que hace que los conductos respiratorios se estrechen, tal y como señalan desde Mayo Clinic.

Es por eso que, pese a que la enfermedad no se puede prevenir, sí podemos evitar las crisis asmáticas. Con motivo de la celebración del Día Mundial del Asma, el 3 de mayo, te ofrecemos unas recomendaciones para prevenir y controlar estos ataques.

En primer lugar, es importante reconocer e identificar qué situaciones, acciones u objetos pueden propiciar estas crisis. Con esto, según destacan desde Sanitas, podremos adoptar una serie de medidas preventivas frente a agentes desencadenantes como las alergias al polen y los ácaros del polvo, entre otras sustancias.

Utilizar colchones antiácaros, mantener la casa libre de polvo, evitar los ambientes húmedos, el humo de todo tipo, y los ambientes contaminados también son consejos a seguir que todo paciente con asma agradecerá.

Asimismo, un neumólogo habrá recetado al paciente un tratamiento que deberá seguir y deberás tener siempre a mano el inhalador con el broncodilatador, ya que son claves para además de evitarlas, poder acabar lo antes posible con ellas. A su vez, no utilices fármacos que puedan generar una crisis asmática, como es el caso del ácido acetilsalicílico y otros antiinflamatorios.

Por último, el asma no es un impedimento para realizar deporte. El ejercicio físico debe formar parte del estilo de vida de cualquier paciente asmático, ya que aporta importantes beneficios para la salud. En este caso, el médico indicará el tipo de ejercicio más adecuado y las condiciones en las que debe realizarse.

Si no puedes evitar el ataque de asma, después de identificar los síntomas iniciales, lo importante es mantenerse tranquilo y en un ambiente relajado. Después tómate la medicación que haya pautado tu médico. En el caso de no responder, es importe que acudas a urgencias.

Cuando alguien es diagnosticado de asma lo adecuado es trazar con el neumólogo un plan en el que muestre unas recomendaciones, indicaciones y advertencias sobre cómo tratar los cambios de la respiración. Si aun no sabes lo qué hacer cuando te ocurre un ataque de asma o cómo saber si ha cesado, es aconsejable acudir a tu médico para que pueda ayudarte.