Deportes y actividades físicas beneficiosas para personas con patologías respiratorias

Existe una serie de ejercicios recomendadas a las personas con patologías respiratorias

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Las personas con enfermedad respiratoria pueden enfrentar desafíos al participar en ejercicios y actividades físicas, pero existen opciones seguras y beneficiosas adaptadas a sus necesidades y capacidades.

La natación se destaca como una actividad altamente recomendada. Al ser un ejercicio de bajo impacto, no ejerce estrés en las articulaciones, al tiempo que ofrece un entrenamiento cardiovascular completo. Estudios indican que la natación puede mejorar significativamente la función pulmonar y la capacidad de ejercicio en personas con enfermedades respiratorias crónicas (Varga et al., 2012). Además, el aire húmedo y caliente en una piscina cubierta puede dilatar las vías respiratorias, facilitando la respiración.

El yoga es otra opción beneficiosa como ejercicio. Al combinar posturas físicas, técnicas de respiración y meditación, el yoga mejora la flexibilidad, la fuerza muscular y la función pulmonar. La práctica regular de yoga puede conducir a una mejoría significativa en la capacidad pulmonar y la calidad de vida en pacientes con asma y EPOC (Cramer et al., 2019).

Otras actividades recomendadas incluyen caminar, montar en bicicleta estacionaria y ejercicios de resistencia con pesas ligeras. Estas actividades pueden mejorar la capacidad pulmonar, fortalecer los músculos respiratorios y promover una mejor salud cardiovascular en general.

Los ejercicios físicos regular no solo beneficia a las personas con enfermedad respiratoria por mejorar la función pulmonar, sino que también influye positivamente en la microbiota intestinal, lo que repercute en la salud pulmonar de manera indirecta. La microbiota intestinal, compuesta por una amplia diversidad de microorganismos, desempeña un papel esencial en la regulación del sistema inmunológico y la inflamación, lo que puede tener un impacto significativo en la salud de los pulmones. Se ha observado que el ejercicio aeróbico regular puede aumentar la diversidad y la abundancia de bacterias beneficiosas en el intestino, al tiempo que reduce la presencia de microorganismos asociados con la inflamación (Monda et al., 2017). Esta modulación positiva de la microbiota puede tener efectos beneficiosos en la salud pulmonar al reducir la inflamación sistémica y fortalecer la respuesta inmunitaria.

Además, una alimentación equilibrada y hábitos saludables también contribuyen a mantener una microbiota intestinal saludable (Holscher, 2017). Esta interacción entre la alimentación, el ejercicio y la microbiota intestinal puede tener efectos sinérgicos en la salud pulmonar al modular la respuesta inflamatoria y mejorar la función inmunitaria.

Es importante destacar que el ejercicio en general es una demanda fisiológica del cuerpo que promueve la homeostasis y la adaptación. Además de mejorar la capacidad pulmonar y la salud cardiovascular, el ejercicio regular también puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, lo que puede tener efectos positivos en la salud pulmonar (Marsland et al., 2015). En conclusión, el ejercicio físico regular, combinado con una alimentación equilibrada y hábitos saludables, puede influir positivamente en la microbiota intestinal y en la salud pulmonar. Estas intervenciones pueden ayudar a reducir la inflamación, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar

Cáncer de piel: ¿cómo prevenir su aparición?

Aunque existen distintos tipos de cáncer de piel, las medidas de prevención son las mismas para todos ellos

El mes de junio marca el inicio de la temporada de sol y, por ello, el día 13 de este mes se celebra el Día Europeo de la Prevención Contra el Cáncer de Piel. Se trata de uno de los tipos de cáncer más frecuentes en la sociedad, que afecta a 78.000 nuevas personas cada año en España, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Además, su incidencia ha aumentado un 40% en las últimas décadas, por lo que la prevención y la detección precoz juegan un papel protagonista.

Existen distintos tipos de cáncer de piel en función de las células tumorales en las que se reproduzca el tumor. Los más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular. También existe el cáncer de tipo melanoma, que es menos frecuente pero el que más riesgo y letalidad presenta. Sin ir más lejos, el melanoma causó 1.025 muertes en España en 2023, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En cualquier caso, las medidas de prevención son las mismas para todos los tipos de cáncer cutáneo.

La exposición al sol es el factor de riesgo fundamental en la aparición de cáncer de piel. Por lo tanto, los métodos de prevención van enfocados hacia la protección contra los rayos solares. La radiación ultravioleta (UV) es capaz de modificar el material genético de las células de la piel. Evitar la exposición solar descontrolada, ya sea directamente desde el sol o desde las cabinas de bronceado, es una de las medidas más importantes para cuidar la salud de la piel.

Hay que tener en cuenta la potencia de los rayos del sol. Estos son más intensos en los meses de verano y primavera, en la franja horaria comprendida entre las 10:00 y las 17:00h del día y en las zonas de mayor altitud o con superficies reflectantes, como el agua o la nieve. Por lo tanto, es importante resguardarse del sol cuando se presenten estas condiciones y protegerse de la forma adecuada.

Para prevenir la aparición del cáncer de piel, también es imprescindible utilizar protección solar con factor de protección elevado en todo el cuerpo. Pero esta medida no debe aplicarse únicamente en los meses de mayor potencia solar, sino durante todo el año. Cabe recordar que conviene reaplicar las cremas solares según las instrucciones del fabricante, generalmente cada dos horas o después de la transpiración de la piel.

Al uso de fotoprotección hay que sumarle la búsqueda de la sombra en los meses más cálidos y la utilización de ropa que cubra la piel. Aquí pueden incluirse sombreros, gafas de sol y prendas holgadas, de color claro. No obstante, también es importante cuidar el tejido cutáneo desde dentro, proporcionándole una buena hidratación a través del consumo de agua y de antioxidantes con las frutas y las verduras.

Aquellas personas con fototipos de piel claros deben esforzarse más en adoptar estas medidas, ya que son más vulnerables. Además, otro de los factores de riesgo en el desarrollo de cáncer de piel es la predisposición genética. Los pacientes con antecedentes familiares deben comunicárselo a su médico para permanecer alerta. En cualquier caso, la recomendación de los expertos pasa por acudir al dermatólogo una vez al año, de tal manera que pueda revisar las marcas y lunares del cuerpo, chequear su evolución y controlar las nuevas que vayan apareciendo.

Importancia de la Nutrición y la Microbiota Intestinal en la Salud Pulmonar

Alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales influyen en los procesos inflamatorios de las enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Cuando abordamos la salud pulmonar, es crucial reconocer el impacto directo que tiene nuestra nutrición en el funcionamiento óptimo de nuestros pulmones. La nutrición desempeña un papel fundamental en este aspecto, y la microbiota intestinal, a través del eje microbiota-intestino-pulmón, juega un papel clave al proporcionar los nutrientes esenciales y fortalecer el sistema inmunológico.

CONTROLAR LA ENFERMEDAD CON LA ALIMENTACIÓN

Una alimentación rica en antioxidantes, vitaminas y minerales es esencial para proteger los pulmones del daño oxidativo y la inflamación. Los antioxidantes presentes en frutas y verduras de colores vivos ayudan a neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación pulmonar. Esto puede prevenir enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma, y mejorar la función pulmonar en general.

Estudios indican que hasta un 80% de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas presentan malnutrición (Lozano et al., 2017). Además, la obesidad también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, como la Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) y el asma bronquial (Beuther & Sutherland, 2007). Esta relación entre la nutrición y las enfermedades respiratorias subraya la importancia de una alimentación equilibrada para mantener la salud pulmonar.

NUTRIENTES CON ROLES EN LA SALUD PULMONAR

Por otro lado, ciertos nutrientes como la vitamina C, la vitamina E y el zinc desempeñan roles específicos en la salud pulmonar. La vitamina C, abundante en frutas cítricas, fresas y pimientos, fortalece el sistema inmunológico y protege contra infecciones respiratorias. La vitamina E, presente en nueces, semillas y aceites vegetales, protege las células pulmonares del daño oxidativo. El zinc, que se encuentra en alimentos como carne, mariscos y legumbres, es esencial para el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico y la salud pulmonar (Kasielski & Nowak, 2001).

Es fundamental evitar ciertos alimentos y hábitos que pueden perjudicar la salud pulmonar. El consumo de alimentos procesados, grasas trans y azúcares añadidos puede contribuir a la inflamación, incluida la inflamación pulmonar. Además, el tabaquismo y la exposición al humo de segunda mano son factores de riesgo significativos para enfermedades respiratorias graves, como el cáncer de pulmón y la EPOC.

En conclusión, una alimentación equilibrada y nutritiva enfocada en la microbiota intestinal, desempeña un papel vital en la salud pulmonar a largo plazo. Al incluir una variedad de alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales en nuestra dieta diaria y evitar hábitos dañinos, podemos proteger y fortalecer nuestro sistema respiratorio y mejorar nuestra calidad de vida.

Alimentación saludable: el ‘método del plato’ que propone la Universidad de Harvard

En lugar de restringir grupos de alimentos o de contar calorías, este protocolo de alimentación se enfoca en la calidad nutricional del plato

La salud es, sin duda, un claro reflejo de la alimentación que seguimos en el día a día. Los nutrientes que recibe el organismo con la comida mantienen a cada célula para que pueda seguir realizando sus funciones. Por ello, los expertos no cesan en su intención de divulgar sobre la importancia de seguir una alimentación variada y equilibrada. Y, con ese objetivo, la Universidad de Harvard ha diseñado el ‘método del plato’, un protocolo que estipula las cantidades óptimas a consumir de cada grupo de alimentos en la comida.

La alimentación insalubre es una de las grandes lacras de la sociedad. El consumo creciente de grasas saturadas, trans, azúcares, refinados y procesados ya está impactando en la salud pública. La incidencia de enfermedades como la diabetes, el cáncer, el sobrepeso, la obesidad y otras no transmisibles está en aumento, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, esta malnutrición ya es responsable de 8 millones de muertes anuales en todo el mundo.

¿EN QUÉ CONSISTE EL MÉTODO DEL PLATO?

Nutricionistas de la Escuela de Salud Pública de Harvard crearon en 2011 el método del plato bajo el concepto de ‘El plato para comer saludable’. Estos expertos proponen rellenar el plato de cada comida del día de una manera muy visual, con las proporciones de alimentos necesarios y recomendados. Y, en esa división matemática, hay unos grupos de alimentos que tienen más peso que otros:

  • La mitad del plato debe estar conformada por verduras y hortalizas. Estos vegetales son los que aportan agua, antioxidantes, minerales esenciales y fibra. Además, tienen un alto poder saciante y se pueden consumir tanto crudos como cocinados de forma ligera. Si se priorizan aquellas verduras y hortalizas de temporada, se asegura una variedad de alimentos ideal para contribuir al equilibrio de nutrientes. Eso sí, desde Harvard recuerdan que las patatas y los fritos “no cuentan como verduras”.
  • Dentro de la mitad vegetal del plato hay que incluir frutas. Las frutas son un vegetal más que consumir a diario y en cada comida. Los nutricionistas que diseñaron el método del plato animan a tomar “muchas frutas y de todos los colores” para obtener todos sus beneficios. También podrían ser una buena opción de postre.
  • Los cereales integrales conformarán un cuarto del plato. Dado que los cereales refinados, el arroz blanco y el pan blanco disparan los niveles de glucosa en sangre, es mejor renunciar a ellos o limitar su consumo. En cambio, hay que apostar por cereales integrales y no manipulados, tales como el trigo integral, la cebada, la quinoa, la avena y el arroz y la pasta de trigo integrales.
  • Proteínas de calidad para completar el cuarto restante del plato. Tanto de origen animal como vegetal, las proteínas son un componente básico del organismo, necesarias para múltiples funciones. Se pueden incluir el pescado, el pollo, legumbres como las habichuelas, los garbanzos y las lentejas, o frutos secos. Todas estas proteínas dan mucho juego culinario con las verduras del resto del plato. Sin embargo, hay otras proteínas que conviene limitar, ya que son más grasas. Estas son las carnes rojas y, por supuesto, las procesadas y los embutidos.
  • Utilizar aceites saludables para el cocinado y aderezo. El aceite es fuente de omega, las grasas saludables que contribuyen a la salud cardiovascular. Por lo tanto, es recomendable utilizar aceites como el de oliva para cocinar y para las ensaladas. En el lado opuesto de la balanza están las mantequillas, cuyo consumo conviene limitar, y las grasas trans, que están contraindicadas.
  • Para beber: siempre agua, aunque también se permiten el té o el café sin azúcar. El agua es la bebida más saludable que se le puede aportar al organismo y, de hecho, es una necesidad básica. De esta manera, el agua debe suponer el líquido principal en ese aporte. Se puede complementar con el café o el té con poco o nada de azúcar, con el consumo de lácteos limitado de 1 a 2 veces al día o con un vaso pequeño de zumo. En cambio, las bebidas azucaradas deben evitarse por su “poco valor nutricional”.

Gracias a esta división de alimentos, el cuerpo podrá obtener la variedad equilibrada de los nutrientes esenciales que necesita para funcionar. A diferencia de las dietas, basadas en las restricciones y en el número de calorías diarias, el método del plato propone una alimentación saludable enfocándose en la calidad nutricional. Además, para completar la salud del organismo y el control de peso, los nutricionistas de Harvard también recuerdan la importancia de mantener una vida activa a través del ejercicio regular.