El poder de la alcachofa: una hortaliza para cuidar tu digestión y tu saludcardiovascular

Esta hortaliza es rica en fibra, fósforo, hierro y potasio, vitaminas del grupo B (tiamina y B6), vitamina C, esteroles y cinarina

Una alimentación equilibrada y rica en vitaminas, minerales y fibra es esencial para mantener una buena salud. De hecho, el estilo de vida poco saludable suele ser la antesala de futuros problemas de salud. Es por ello que incluir las verduras entre los alimentos que comemos habitualmente puede ser muy beneficioso. Eso sí, si nos preguntamos cuál de ellas sería una buena opción, tenemos un gran ejemplo: la alcachofa.

Y es que, tal y como explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, nuestro país se encuentra en el lugar idóneo para cultivarla. Tanto es así que el cultivo de la alcachofa en España está documentado desde el tiempo de la Antigua Roma. Este alimento milenario puede comerse cocido, crudo, en ensalada o aliñado, y su mejor temporada de recolección y consumo se produce de septiembre a mayo. Pero, ¿por qué es tan beneficioso para nuestra salud?

ASÍ AYUDA LA ALCACHOFA A TU SALUD

Para conocer los beneficios de la alcachofa debemos fijarnos en sus valores nutricionales. En primer lugar, esta verdura es rica en fibra, fósforo, hierro y potasio, vitaminas del grupo B (tiamina y B6), vitamina C, esteroles y cinarina. Además del agua, su componente mayoritario son los hidratos de carbono.

De todos los hidratos de carbono que contiene, la fibra inulina sería uno de los más importantes. Pertenece al grupo de los frútanos, cuya composición les permite no ser digeridos en el intestino delgado. De esta manera, la inulina llega intacta al intestino grueso y es allí donde cumple su principal función: actuar como prebiótico alimentando la microbiota intestinal.

Los prebióticos actúan como nutrientes para la microbiota. ¿Qué quiere decir esto? Que sirven como alimento a las bacterias beneficiosas de nuestro sistema digestivo. Además, la fibra de la alcachofa ayuda a prevenir el estreñimiento. Todo ello ahonda en una mejor salud intestinal, así como global, por lo que este componente de la alcachofa sería muy beneficioso.

SALUD DIGESTIVA Y CARDIOVASCULAR

Igualmente, la alcachofa cuenta con algunas sustancias que se encuentran de manera natural y en pequeñas cantidades en el alimento, como pueden ser los esteroles. Estos tienen la capacidad de limitar la absorción del colesterol en el intestino, lo que beneficia a la salud cardiovascular.

Además, cuentan también con la cinarina, con múltiples beneficios:

  • Hepatoprotectoras: Estimula la producción y el flujo de bilis, favoreciendo la función del hígado y la digestión de las grasas.
  • Coleréticas y colagogas: Mejora el vaciado de la vesícula biliar, lo que puede ser útil en casos de dispepsia o digestiones pesadas.
  • Antioxidantes: Ayuda a combatir el estrés oxidativo, protegiendo las células hepáticas.
  • Ligeramente hipolipemiantes: Contribuye a la reducción de los niveles de colesterol LDL.

Así, este alimento sería uno de los más recomendables a la hora de incluir en nuestra alimentación  gracias a todos sus beneficios para la salud.

Mantener un peso saludable en pacientes con EPOC: claves desde la Inmunonutrición

Uno de los desafíos más importantes del manejo de la EPOC es mantener un peso adecuado. La desnutrición como el sobrepeso pueden agravar la evolución de la enfermedad

Las enfermedades pulmonares crónicas, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar idiopática, impactan significativamente la calidad de vida de los pacientes. Uno de los desafíos más importantes en el manejo de la EPOC es mantener un peso adecuado, ya que tanto la desnutrición como el sobrepeso pueden agravar la evolución de la enfermedad. La inmunonutrición, un enfoque basado en la relación entre la alimentación y el sistema inmunológico, ofrece herramientas clave para mejorar la salud pulmonar y reducir el impacto de la inflamación crónica.

IMPORTANCIA DEL PESO CORPORAL EN ENFERMEDADES PULMONARES

El estado nutricional influye directamente en la función respiratoria. Un índice de masa corporal (IMC) demasiado bajo se asocia con pérdida de masa muscular, incluyendo los músculos respiratorios, lo que incrementa el riesgo de insuficiencia respiratoria. Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la resistencia de las vías respiratorias y la carga ventilatoria, exacerbando la disnea y reduciendo la tolerancia al ejercicio.

INFLAMACIÓN CRÓNICA Y NUTRICIÓN

En la mayoría de las enfermedades pulmonares crónicas existe un estado de inflamación sistémica persistente. La inmunonutrición busca modular esta respuesta a través de compuestos bioactivos presentes en los alimentos, optimizando la función inmunitaria y metabólica del organismo.

Algunos nutrientes clave en este contexto incluyen:

  • Ácidos grasos omega-3: Presentes en pescados grasos (sardina, caballa, salmón, carne de pasto, etc.) y semillas de chía o lino aunque menos biodisponible, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación pulmonar.
  • Aminoácidos esenciales: La glutamina y la arginina favorecen la reparación muscular y la función inmunitaria, siendo fundamentales para la preservación de la masa muscular respiratoria.
  • Polifenoles y antioxidantes: Presentes en frutas, verduras y té verde, protegen contra el daño oxidativo generado por el estrés inflamatorio crónico.
  • Vitamina D. Su déficit está asociado con mayor riesgo de infecciones respiratorias y disfunción inmunológica, por lo que es crucial mantener niveles adecuados.

Estrategias nutricionales para un peso saludable:

  1. Optimizar el consumo de proteínas: Se recomienda un aporte mínimo de 1.2-1.5 g/kg/día en pacientes con riesgo de sarcopenia para preservar la masa muscular.
  2. Controlar la carga glucémica: Reducir el consumo de azúcares refinados y carbohidratos de rápida absorción para evitar fluctuaciones en la energía y favorecer un metabolismo estable.
  3. Hidratación adecuada: La mucosidad espesa y la reducción del aclaramiento mucociliar en enfermedades pulmonares pueden mejorarse con un adecuado consumo de agua.
  4. Monitoreo del peso y la composición corporal. Es fundamental evaluar no solo el peso, sino la proporción de grasa y músculo para una mejor interpretación del estado nutricional.
  5. Suplementación personalizada. El uso de complementos nutricionales con omega-3, proteínas de alto valor biológico o vitaminas específicas puede ser una herramienta útil en el abordaje terapéutico, siempre que sean prescritos por un profesional de la salud..
CONCLUSIÓN

El mantenimiento de un peso saludable en pacientes con EPOC es un aspecto clave para mejorar la función respiratoria, la calidad de vida y la supervivencia. La inmunonutrición ofrece estrategias basadas en la evidencia para modular la inflamación, preservar la masa muscular y optimizar la función metabólica. Un enfoque personalizado, adaptado a las necesidades individuales de cada paciente, es fundamental para lograr los mejores resultados en el manejo integral de estas patologías.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

¿Cuándo debo vacunarme contra la alergia? Estas son las recomendaciones de los expertos

Una alergia es una reacción de defensa que le ocurre a nuestro organismo cuando una sustancia extraña entra en nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune intenta neutralizarla causando los molestos síntomas típicos.

Congestión nasal, estornudos, tos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos… puede que muchas personas se identifiquen con estos síntomas y que, de hecho, sean parte de su día a día en ciertas épocas del año y que convivan con alergias.  En este sentido, el Ministerio de Sanidad recuerda que, entre los causantes más comunes de cada tipo de alergia se encuentran el polen, algunos alimentos, los productos químicos, algunos medicamentos, el mohos, los ácaros del polvo, las picaduras de insecto y en general cualquier sustancia capaz de desencadenar una respuesta por parte del sistema inmunitario.

Debemos recordar que, a pesar de que las alergias pueden ser más frecuentes en niños y adolescentes, lo cierto es que puede afectarnos a cualquier edad. De hecho, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), explica que la alergia es muy frecuente, una cuarta parte de la ciudadanía tiene una alergia. Es más, la SEICAP también afirma que las alergias han aumentado mucho en las últimas décadas y, aunque no se conoce con certeza, los cambios ambientales podrían haber afectado a este incremento de casos.

Una alergia es una reacción de defensa que le ocurre a nuestro organismo cuando una sustancia extraña entra en nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune intenta neutralizarla. En algunos casos estos mecanismos se vuelven dañinos contra el propio organismo y es ahí cuando aparecen los síntomas que pueden llegar a ser graves. ¿Cómo podemos entonces evitar estos casos graves si tenemos una alergia? La clave en este caso serían la vacuna.

¿CUÁNDO VACUNARSE?

La vacuna contiene los alérgenos justos para alertar al sistema inmunitario, pero no los suficientes para causar síntomas de alergia. Son esenciales para muchos pacientes, pero, ¿cuándo se ha de vacunar una persona con alergia? La sociedad de alergología apunta que la vacunación debe darse en cuanto se tengan síntomas más intensos o más frecuentes y éstos no respondan a los medicamentos.

Será en ese momento cuando el especialista opte por recomendar la inmunización. Además serían las personas con una sola alergia las que mejor responderían a la vacuna. Eso sí, “tienen un mayor efecto cuanto más precozmente se usen”, según la SEICAP, aunque, por lo general, se recomienda no vacunar a los menores de cinco años.

Si bien lo normal es notar una mejoría tras la vacunación, se debe tener en cuenta que este proceso no va a ser inmediato. Es decir, no se trata de un medicamento que corta los síntomas en unos minutos, sino que la inmunización tardaría en adquirirse cuando llevemos entre tres y seis meses con el tratamiento. Será entonces cuando veremos que los síntomas duran menos días o que los síntomas serán más leves. Los efectos una vez terminado el tratamiento durarían incluso años.

¿QUÉ SE DEBE TENER EN CUENTA ANTES DE VACUNARSE?

Por regla general, y dado que la vacunas inyectadas para las debe administrar un profesional sanitario, lo normal es acudir a un centro de Atención Primaria para recibirla. Además, y a la hora de acudir a la vacunación, se debe tener en cuenta la condición física del momento. Por ejemplo, no se debe  vacunar si se tiene fiebre o varicela, es decir, hay que estar en buen estado de salud.

Después de la vacuna contra la alergia, se debe evitar hacer muchos esfuerzos físicos, al menos en las horas inmediatas a la inoculación. En el caso de que se produzcan reacciones adversas, se debe consultar siempre con el especialista.