Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves
Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).
El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de enfermedades respiratorias a nivel mundial, con repercusiones significativas en la salud pública. La GOLD 2021 estima que aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaco, y el 80% de las muertes por EPOC están relacionadas con el consumo de tabaco. Además, el tabaquismo también aumenta el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer no respiratorio, como el cáncer de vejiga, entre otros.
El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas nocivas, muchas de las cuales son irritantes para las vías respiratorias y pueden causar inflamación y daño en los pulmones. La exposición repetida al humo del tabaco puede provocar enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC, el enfisema y la bronquitis crónica, con un costo para la salud pública estimado en más de 300 mil millones de dólares anuales solo en los Estados Unidos según los CDC, 2021. Además, el tabaquismo está fuertemente asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, garganta, boca y otros tipos de cáncer relacionados.
Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves. Sin embargo, abandonar este hábito puede representar un desafío considerable, ya que el tabaquismo es tanto una adicción física como psicológica. Afortunadamente, existen recursos y estrategias disponibles para ayudar a las personas a dejar de fumar con éxito.
Buscar apoyo y educación sobre los métodos y recursos disponibles es un primer paso fundamental en el proceso de cesación tabáquica. Los programas de cesación tabáquica, las líneas de ayuda telefónica especializadas y los grupos de apoyo pueden brindar información y asistencia necesaria para dejar de fumar de manera efectiva. Además, los medicamentos recetados y los productos de reemplazo de nicotina, como los parches, chicles e inhaladores, pueden ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y aumentar las probabilidades de éxito a largo plazo.
Además de buscar ayuda profesional, es importante desarrollar un plan personalizado para dejar de fumar y establecer metas realistas. Esto implica identificar las situaciones y factores desencadenantes que pueden dificultar resistir la tentación de fumar, así como encontrar alternativas saludables para hacer frente al estrés y las emociones difíciles. Además, según Grice & Segre, 2011, se debe considerar el impacto del tabaquismo en la microbiota de la piel, la boca y el intestino, lo cual puede afectar la salud general del individuo.
En conclusión, el tabaquismo ejerce un impacto devastador en la salud respiratoria y general, aumentando considerablemente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades pulmonares y cánceres relacionados con el tabaco. No obstante, abandonar este hábito es posible con el apoyo adecuado y los recursos disponibles. Al tomar medidas para dejar de fumar, las personas pueden experimentar una mejora significativa en su salud respiratoria y disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo. Se recomienda encarecidamente consultar con un médico para recibir orientación y apoyo adecuados durante el proceso de cesación tabáquica.