Embarazo: lo que debes comer y lo que no

Durante el embarazo es importante  aumentar el consumo de frutas y hortalizas, para cubrir la necesidad de vitaminas y minerales

Seguir una alimentación variada y equilibrada durante el embarazo es imprescindible para el correcto desarrollo del bebé. Pero, ¿cómo conseguirlo?

En primer lugar, se deben realizar 4-5 comidas al día y respetar los horarios. Esto, según la Asociación Española de Pediatría, evita la formación de cuerpos cetónicos y que se coman grandes cantidades de alimentos poco nutritivos.

En base a esto, el desayuno debe ser completo y aportar un mayor potencial calórico. La comida no debe ser excesivamente abundante, la merienda será ligera y se recomienda cenar pronto, y sin excederse.

Asimismo, se debe prestar especial atención a ciertos nutrientes: ácido fólico, una vitamina B que ayuda a prevenir algunos efectos congénitos; hierro, para el crecimiento y desarrollo cerebral del bebé; calcio, para fortalecer los huesos y dientes del bebé; y vitamina D, que ayuda a absorber el calcio.

También, desde el Ministerio de Sanidad recuerdan la importancia de aumentar el consumo de frutas y hortalizas, para cubrir la necesidad de vitaminas y minerales durante esta etapa; y comer pescado alrededor de 3-4 veces a la semana, sobre todo el pescado azul, pues aporta ácidos grasos omega-3 y otros nutrientes esenciales beneficioso para el buen desarrollo del bebé.

La hidratación es otra necesidad nutricional especial durante el embarazo. Por esta razón, se deben beber, al menos, 2,3 litros de agua diarios.

¿QUÉ ALIMENTOS DEBEN EVITARSE DURANTE EL EMBARAZO?

El alcohol, por supuesto, es una bebida totalmente prohibida durante el embarazo. Según la Asociación Española de Pediatría, dado que no se conoce qué cantidad produce malformaciones en el feto, la recomendación de consumo es cero.

El pescado con altos niveles de mercurio, como el pez espada, el tiburón, el atún rojo o el lucio, deben evitarse. También, la leche cruda y los quesos frescos o de pasta blanda si en la etiqueta no especifica que estén fabricados con leche pasteurizada.

Los huevos crudos o poco cocidos, que pueden contener la bacteria de la Salmonella, tampoco hay que consumirlos, al igual que la carne y el pescado crudos o poco hechos.

Los patés que se vendan refrigerados y los sándwiches envasados y otros alimentos preparados que contengan vegetales, huevo, carne, fiambres, pescado y derivados, son también, tal y como señalan desde el Ministerio de Sanidad, alimentos restringidos durante esta etapa.

La cafeína, si es en cantidades moderadas, puede tomarse, pero si se sobrepasa su consumo, puede ser perjudicial para el feto.

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