Gestión emocional: claves para dominar tus emociones

La inteligencia emocional aporta un nuevo marco para educar la capacidad de adaptación social y emocional de las personas

Los sentimientos forman parte de nuestro día a día e influyen, de forma notable, en las decisiones que tomamos a lo largo de la vida.

Cada persona experimenta las emociones de una forma en particular, dependiendo de las experiencias anteriores, el aprendizaje o de una situación concreta, pero es importante aprender a controlarlas y reconocerlas.

En este sentido, según la Asociación Española Contra el Cáncer, la inteligencia emocional aporta un nuevo marco para educar la capacidad de adaptación social y emocional de las personas y nos permite expresar y controlar los sentimientos de forma más adecuada.

HABILIDADES PARA REGULAR LAS EMOCIONES

La Asociación Española Contra el Cáncer destaca cuatro habilidades para un adecuado control emocional.

Una de ellas es la percepción, que se refiere a la capacidad que tienen las personas de identificar sus emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas que conllevan.

La segunda habilidad es la asimilación, que significa tener en cuenta los sentimientos cuando tomamos decisiones.

La tercera habilidad, la compresión, implica saber etiquetar las emociones y reconocer en qué categoría se agrupan los sentimientos.

Por último, la cuarta habilidad, la regulación emocional, es la regulación consciente de las emociones e incluye la capacidad para estar abierto a todo tipo de sentimiento.

CLAVES PARA CONTROLAR LAS EMOCIONES

  • Entiende tus emociones. Reflexionar sobre lo que sientes y la manera que tienes de reaccionar en algunas situaciones es clave para entender las emociones.
  • Haz ejercicio físico. El mindfulness, por ejemplo, consigue detectar las emociones negativas y ayuda a reducir los niveles de ansiedad.
  • Visualiza tu futuro. El Instituto Europeo de Psicología Positiva destaca que una emoción intensa puede desbordarnos y hacer que no veamos más allá, ni a corto, ni a medio ni a largo plazo. Para evitarlo, es necesario intentar racionalizar que la vida sigue y no quedarse anclado en esa emoción.
  • Sé optimista. Mantener una actitud positiva en la vida te hará más fuerte y te ayudará a tener menos conflictos interpersonales.
  • Rectifica. Aceptar que nos hemos equivocado nos vuelve más humanos. Y es que, en este proceso de autoevaluación somos conscientes de que hay más opciones válidas de las que pensábamos en un momento.

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