Aprovecha los días de playa para ejercitar el cuerpo y divertirte al mismo tiempo
En todas las playas de nuestra costa, hay un deporte sencillo, divertido y popular, que lo practican tanto niños como adultos y que nos trae ese sonido tan característico. Hablamos de jugar a las palas.
El juego consiste en golpear con una pala de madera una pelota, sin que ésta caiga al suelo. La distancia media entre los dos jugadores es de entre 5 y 8 metros. El objetivo está en mantener la pelota en el aire el mayor tiempo posible, con el mayor número de golpes. Puede haber lindes de espacio en la arena o dejar el movimiento libre sin ningún límite.
Beneficios de jugar a la palas
No es un juego competitivo (normalmente no se cuentan puntos), así que se trata de moverse, sudar y pasarlo bien.
- Tonifica las piernas: correr tras la pelota, iniciar el movimiento rápido, parar dar impulso o girar hace trabajar a los músculos del tren inferior. La postura adecuada es con las rodillas semiflexionadas y las piernas separadas.
- Fortalece los brazos: al tener que golpear con fuerza la pelota, los hombros y los brazos se ejercitan. No es necesario que la pala sea excesivamente maciza, porque pesará mucho y cansará más. El codo siempre flexionado y la muñeca firme.
- Mejora la postura: esto es así porque requiere que nuestra espalda esté recta, la cabeza alta, los hombros atrás y las caderas adelantadas. De esta manera se recibe mejor la fuerza de la pelota y se sostiene la pala.
- Favorece la salud del corazón: se trata de un ejercicio aeróbico, por lo que hace trabajar el corazón y mejora el flujo sanguíneo. Además, aumenta la capacidad pulmonar, porque aceleras la respiración.
- Quemas calorías: se trata de una actividad física intensa, especialmente cuando se juega con alguien que te devuelve los golpes. Las jugadas pueden ser largas, y una sesión de media hora puede suponer la quema de unas 270 calorías.
- Potencia los reflejos: el movimiento debe ser inmediato y preciso para no fallar la trayectoria de la pelota, lo que ayuda a mejorar la percepción espacio-tiempo, la coordinación y nuestra capacidad de reacción.
- Activas la circulación: el roce con el terreno arenoso activa el flujo sanguíneo, movilizando la circulación desde la planta de los pies hasta el corazón.
Es un juego muy aconsejable para niños, porque estimula sus aptitudes motoras y su capacidad de reacción y sin fomentar la competición.
Recuerda aplicarte un buen protector solar y llevar gorra y gafas. Normalmente se juega a pleno sol y debes ser precavido.