Mindful walking, paseos conscientes

Mindful walking, paseos conscientes

Caminar con todos los sentidos  puede ayudar a sentirnos más vitales y en armonía.

La meditación es una técnica que favorece el bienestar de la mente y el cuerpo. Su práctica diaria puede mejorar la calidad del sueño, aumentar la concentración y reducir el estrés.

Sin embargo, la meditación diaria no tiene por qué significar sentarse pasivamente. El Mindful walking o meditación caminando es un método activo, que requiere de consciencia y de movimiento por el entorno.

Una práctica diaria de caminata consciente

Tómate un descanso y mejora tu estado de ánimo con esta meditación de 10 minutos caminando.

1. Camina a un ritmo natural: coloca las manos donde te sea cómodo, en tu vientre, detrás de la espalda o a ambos lados. Con cada paso, presta atención a la elevación y la caída del pie. Nota el movimiento en las piernas y en el resto del cuerpo.

2. Expande tu atención a los sonidos: ya sea que estés en un espacio cerrado, en el bosque o por la ciudad, presta atención a los sonidos sin etiquetarlos ni nombrarlos, o juzgarlos (si los encuentras agradables o desagradables).

3. Cambia tu conciencia a tu sentido del olfato: de nuevo, simplemente nota. No te presiones ni te obligues a sentir nada, solo llama la atención al sentido del olfato, sea lo que sea que descubras.

4. Céntrate a la visión: colores y objetos y cualquier otra cosa que veas. Mantente natural, no demasiado rígido, no sueñes despierto. Vaga, pero con conciencia sostenida.

5. Mantén esta conciencia abierta: estate abierto a todo lo que te rodea, dondequiera que estés. Sin nada que hacer, nada que arreglar, nada que cambiar. Completamente consciente y caminando.

6. Vuelva a las sensaciones físicas de caminar: redirige tu mente dondequiera que se encuentre al acto de andar. Nota tus pies nuevamente tocando el suelo. Observa los movimientos en tu cuerpo con cada zancada.

Cuando estés listo para terminar tu Mindful walking, quédate quieto y elige un momento y un lugar para poner fin al ejercicio.

Esta práctica activa nos da la oportunidad de centrar nuestra atención en el presente, que a menudo se distrae o se va por los pensamientos. Es una oportunidad para guiarnos fuera del piloto automático distraído que vivimos durante gran parte de nuestro día.

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