Consejos para sobrellevar la alergia primaveral

La alergia puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero suele comenzar a partir de los 5-6 años

La alergia, es una afección que, pese a estar presente en todas las estaciones del año, se acrecienta en primavera debido a las grandes cantidades de polen en el ambiente.

Los síntomas más característicos son: congestión, estornudos frecuentes, picor en la nariz o paladar, ojos llorosos y, en menor medida, tos.

Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, aunque la alergia puede aparecer en cualquier momento de la vida, suele comenzar a partir de los 5-6 años y sus síntomas tienden a disminuir a partir de los 40.

Por otro lado, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica señalan que las enfermedades alérgicas por el polen afectan a más de ocho millones de personas en España y, aunque los primeros síntomas empiezan a sentirse en el mes de marzo, es en abril, mayo y junio cuando alcanzan su pico más alto.

CLAVES PARA COMBATIR LA ALERGIA

Seguir una serie de rutinas preventivas puede evitar, en cierto modo, que la alergia primaveral no afecte tanto.

Para empezar, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica recomienda evitar salir al campo y las actividades al aire libre en los días ‘’pico’’.

También aconsejan ventilar la vivienda al mediodía y por poco tiempo y luego cerrar las ventanas inmediatamente para evitar que entre el polen.

Igualmente, otra recomendación imprescindible es la de llevar siempre gafas de sol cuando se salga a la calle, ya que estas protegen los ojos del polen.

Extremar la higiene de manos y rostro se vuelve fundamental, al igual que limpiar de manera frecuente la nariz y los ojos con agua.

De igual forma, se recomienda evitar desplazamientos en moto o bicicleta, y cuando se viaje en coche, mejor hacerlo con las ventanas subidas.

La Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología también recomienda darse una ducha nada más llegar de la calle para eliminar el polen que hubiese quedado impregnado en el cabello.

Por último, si tu profesional médico te ha prescrito ciertos medicamentos para tratar la alergia, deberás seguir sus indicaciones y tomar las dosis recomendadas.

ALERGIA, CATARRO O CORONAVIRUS: ¿QUÉ TENGO?

Entre los síntomas más frecuentes de la rinitis alérgica destacan el picor nasal, estornudos frecuentes y congestión nasal de instrucción más o menos brusca

Las patologías alérgicas que aparecen en primavera tienen unos síntomas que pueden confundirse con los de un catarro o el propio coronavirus; sin embargo, existen claras diferencias.

SÍNTOMAS DE LA ALERGIA

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, entre los síntomas más frecuentes de la rinitis alérgica destacan el picor nasal, estornudos frecuentes y congestión nasal de instrucción más o menos brusca.

Estos síntomas alcanzan su pico más alto cuando el paciente está al aire libre y se reducen cuando está en un sitio cerrado.

Asimismo, otra característica que diferencia a estos síntomas de los del catarro y el coronavirus, es que estos disminuyen o remiten con rapidez tras la toma de antihistamínicos tópicos u orales.

En el caso del asma, algunos síntomas como la tos seca o la dificultad para respirar pueden confundirse con los del coronavirus, pero no hay datos de malestar general ni fiebre. La inflamación que produce el propio catarro, se suma a la inflamación propia del asma, y esto es responsable de la mayor dificultad para respirar.

SÍNTOMAS DEL CATARRO

Para la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, los síntomas del catarro pueden iniciarse como los de una rinitis y van aumentando de intensidad de 1 a 3 días. A los 3-4 días comienza a remitir y a los 6-7 días ya se habría resuelto.

Por su parte, desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) señalan que el resfriado no suele ir acompañado de malestar general, dolor muscular, pérdida de fuerzas… La fiebre no suele aparecer tampoco, pero la tos si puede estar en ambos casos.

SÍNTOMAS DEL CORONAVIRUS

Según señalan desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, los síntomas del coronavirus son parecidos a los de una gripe y el 80% de los casos son leves. Se trataría, por tanto, de fiebre, tos y malestar general.

Los casos más graves generalmente afectan a personas mayores o que padecen otras patologías.

Otoño, la estación preferida de los ácaros

Una humedad relativa del 75 % y una temperatura de entre 20º y 25º puede favorecer que los ácaros del polvo proliferen.

Los ácaros son una especie de arácnidos diminutos y gordos que viven en lugares oscuros y húmedos. Son capaces de habitar en todos los medios conocidos del planeta, pero es muy habitual encontrarlos en nuestras viviendas, sobre todo, en ropa de cama, colchones, alfombras, peluches, sofás…

El polvo del hogar, además de piel animal, arena, deshechos de insectos, suciedad corriente y piel muerta, también contiene ácaros microscópicos y estos pequeños insectos se encuentran entre los alérgenos de interior más potentes. En torno a dos millones de personas en España podrían padecer alergia a los ácaros, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos. Les puede ocasionar moqueo ocasional, ojos llorosos y estornudos si es una alergia a los ácaros leve; o bien estornudos constantes, tos, congestión, presión facial o ataque intenso de asma si la afección es intensa y continua.

Condiciones para propagarse

Los ácaros se desarrollan de manera óptima cuando la temperatura se sitúa entre 20º y 25º y la humedad relativa es de 75 %. El otoño es la época del año en la que se producen muy buenas condiciones para que los ácaros se propaguen en el ambiente:

  • Comienzan las primeras lluvias que aumentan la humedad ambiental.
  • Se empiezan a poner en marcha las calefacciones.
  • Con la bajada de las temperaturas, se ventilan en menos ocasiones las viviendas (hay que tener en cuenta que las partículas alergénicas producidas por los ácaros pueden permanecer tiempo en el ambiente).

Sin embargo, el malestar de un alérgico dependerá más del ambiente que se genere y no tanto de la estación del año. Si la habitación está mal ventilada, hay animales o hay problemas de humedad, los ácaros proliferarán.

Recomendaciones

Es importante ser conscientes de que los ácaros no pueden eliminarse del todo, pero sí es posible minimizar su presencia. Estos son algunos consejos para lograrlo:

  • Evita la humedad en la vivienda.
  • Ventila la habitación varias veces al día. En otoño e invierno, cuando bajan las temperaturas, se ventila menos la casa.
  • Mantén limpia la vivienda y especialmente el dormitorio. Mejor que barrer, que favorece la dispersión del polvo, aspira la casa. Además, evita objetos que acumulen polvo (peluches, moquetas, alfombras, cabeceros de cama tapizados, etc.).
  • Utiliza aspiradoras de alta eficacia. Los aspiradores con filtro de agua retienen mejor los ácaros.
  • Usa fundas antiácaros o ropa de cama sintética. Las primeras impiden el paso de las partículas y los tejidos sintéticos (látex o viscoelásticos) son menos proclives a que se almacenen los ácaros.
  • Favorece la luz solar. Recuerda que los ácaros habitan en zonas oscuras, así que procura que el dormitorio sea luminoso.
  • Lava la ropa a alta temperatura.
  • Seca el ambiente con calefacción o bomba de calor. Un ambiente seco ayuda a eliminar los ácaros. Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, por debajo del 65 % de humedad relativa no se observan poblaciones viables y, por debajo del 45 %, los ácaros desaparecen del todo.

Además de tomar todas las precauciones posibles, conviene acudir a un médico especialista que diagnostique la existencia de una alergia y su grado.

Cómo actuar ante un shock anafiláctico

Aprende cómo actuar en estos casos de emergencia y ayuda a evitar complicaciones graves

El shock anafiláctico o anafilaxia es una reacción alérgica grave, que progresa rápidamente y  que puede poner en peligro la vida de una persona. Se considera una anafilaxia cuando hay una arritmia, bajada de tensión, pulso débil y desvanecimiento.

De acuerdo con la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, se estima que afecta entre 3 y 30 personas de cada 100.000 en todo el mundo, aunque en los últimos años la prevalencia va en aumento.

Las causas más frecuentes de alergia en niños son alimentos (frutos secos, leche, huevo, pescado), mientras que en adultos son los fármacos.

Primeros auxilios en caso de anafilaxia

Si se sospecha que alguien está sufriendo un shock anafiláctico, hay que actuar de inmediato:

1. Tumbar a la persona con las piernas elevadas para aumentar el flujo sanguíneo. Esta postura no es aconsejable en caso de vómitos o ahogo.

2. A los pacientes inconscientes, pero que respiran, colocarlos tumbados y de lado. A las mujeres embarazadas, estirarlas del lado izquierdo para no comprimir la vena cava.

3 .Cubrirle con mantas o ropas para que no pierda calor.

4. Evitar los cambios posturales, especialmente el levantarse o al estar de pie, ya que pueden empeorar los síntomas.

5. En caso de vómitos o ahogo, permanecer sentado.

6. Comprobar si lleva consigo medicamentos de emergencia. Si es así, administrarle la adrenalina autoinyectable y mantener la aguja durante 10 segundos en la piel.

7. Pedir ayuda médica lo antes posible, llamando al número de teléfono 112 ó 061.

8. En caso de parada cardiorrespiratoria, iniciar con las maniobras de reanimación cardiopulomar (RCP), si se sabe hacer correctamente.

Síntomas de un shock anafiláctico

Las señales de alarma aparecen en minutos o pocas horas y van afectando diferentes partes:

– Síntomas cutáneos: aparecen ronchas rojas, se hincha la piel, se inflama la cara y la lengua, hay dificultad para tragar y se siente calor en manos y pies.

– Síntomas respiratorios: falta de aire, sensación de hinchazón en la garganta, silbidos en el pecho.

– Síntomas circulatorios: disminución de la tensión arterial, palpitaciones, mareo, dolor de cabeza.

– Síntomas digestivos: náuseas, vómitos, diarrea.

Las personas con riesgo de sufrir un shock anafiláctico deberían llevar consigo los fármacos autoinyectables. Además, sus familiares, compañeros de clase o trabajo, profesores, etc. deberían reconocer los síntomas para poder actuar de forma ágil y adecuada.

Conjuntivitis, otra alergia primaveral

Esta infección en el ojo suele curarse sin problemas, siempre y cuando se trate bien.

La conjuntivitis es la inflamación de la conjuntiva, que es la membrana que recubre los párpados y la parte blanca del ojo. Este tejido ayuda a lubricar el globo ocular produciendo mucosidad y lágrimas y, a su vez, las enzimas y los anticuerpos de las lágrimas para protegernos de agentes irritantes (polvo, polen, pelos, luz intensa).

¿Cómo saber si es conjuntivitis?

Los principales síntomas de la conjuntivitis son:

  • Ojos irritados, rojos o inflamados
  • Lagrimeo y picor
  • Secreción amarillenta y pastosa
  • Formación de costras o legañas junto al lacrimal
  • Sensibilidad a la luz e, incluso, visión borrosa

¿Por qué aparece?

Hay tantos tipos de conjuntivitis como causas que la originan:

Conjuntivitis infecciosa: es debida a un virus o una bacteria y es especialmente frecuente en niños. Son contagiosas y pueden transmitirse por contacto de las manos con los ojos, y a través de la tos y estornudos.

Conjuntivitis alérgica: se produce cuando los ojos están expuestos a una sustancia a la que la persona es alérgica (alérgeno), provocando la inflamación. Los ácaros del polvo, el polen y las partículas de árboles y flores, plantas, hongos y epitelios de animales suelen ser los factores más comunes. Otra causa puede ser el clima seco o el uso de lentes de contacto blandas.

Conjuntivitis irritativa: aparece por una inflamación del borde palpebral (blefaritis) causada generalmente por cosméticos o por sustancias irritantes que hay en el ambiente, como disolventes, pinturas, cloro de las piscinas, etc.

¿Cómo se trata?

Según el factor que haya desarrollado la inflamación el tratamiento será distinto.

  • La de tipo infeccioso suele curarse por sí sola. A veces son necesarios antibióticos en gotas o medicamentos de uso interno para tratar las conjuntivitis bacterianas, pero siempre bajo prescripción médica.
  • Para la de tipo alérgico se suelen emplear medicamentos antihistamínicos junto con gotas para rebajar la inflamación y limpiar los ojos. Igualmente, los lavados o las compresas frías alivian mucho la irritación.
  • Para la irritativa, cuando desaparece el alérgeno, los síntomas suelen remitir de forma espontánea.

En general suelen tener evoluciones favorables que no afectan a la visión, pero pueden complicarse si no se tratan adecuadamente.

Pautas para evitar la conjuntivitis

La mejor medida es intentar evitar exponerse al agente alérgeno. Y cuando aparece alguno de los síntomas descritos, acudir al oftalmólogo.

En el caso de conjuntivitis infecciosa, además, pueden tomarse algunas pautas para prevenir contagios:

  • No compartir ropa u objetos que hayan tocado el ojo infectado (fundas de almohadas, sábanas, toallas, lápiz de ojos, etc.)
  • Lavarse las manos después de haber estado en contacto con alguien con conjuntivitis
  • Tratar de no llevar a la escuela a los niños que tienen la infección
  • Limpiar bien las secreciones de los ojos con agua tibia, al menos dos veces al día
  • Prescindir de las lentes de contacto hasta que desaparezca la conjuntivitis y tirar aquellas lentes que han estado en contacto con el ojo infectado
Un problema ocular requiere siempre de la opinión de un oftalmólogo para que dictamine las causas reales de la enfermedad.