Los golpes de calor se consideran una emergencia médica y pueden tener consecuencias fatales si no se atienden a tiempo
El verano siempre ha sido la época de más calor de todo el año. Con el cambio climático, además, se están produciendo nuevos récords de temperatura. Sobrellevar los días calurosos puede ser complicado, especialmente para las personas que se vean obligadas a desarrollar actividades en el exterior o para la población de riesgo. En 2023 se produjeron 123 muertes por golpe de calor y 232 por deshidratación, según los datos del INE. Por lo tanto, es importante aprender a prevenir los golpes de calor con unos cuantos consejos, ya que
¿QUÉ ES UN GOLPE DE CALOR?
Un golpe de calor, también conocido como hipertermia, se produce cuando la temperatura corporal aumenta considerablemente debido a la exposición a las altas temperaturas o al esfuerzo físico en ambientes calurosos. Generalmente aparece cuando el cuerpo supera los 40°C durante un tiempo prolongado y está considerado una emergencia médica. Para reconocerlo, conviene prestar atención a los siguientes síntomas:
- Temperatura corporal extremadamente alta, en torno a los 39 – 40°C.
- Piel caliente y enrojecida, que puede estar seca o con sudoración profusa.
- Alteraciones neurológicas como confusión, desorientación, convulsiones o pérdida del conocimiento.
- Frecuencia cardíaca rápida y fuerte.
- Náuseas y vómitos.
Previamente a esta situación, aparece el agotamiento por calor, una situación en la que la pérdida de agua y electrolitos provocan deshidratación, calambres, insolación, sudoración, mareo, cansancio, ritmo cardíaco débil pero acelerado, presión arterial baja y calambres musculares. En cualquier caso, una exposición a temperaturas elevadas puede generar una respuesta insuficiente del sistema termorregulador del cuerpo humano.
CONSEJOS PARA PREVENIR EL GOLPE DE CALOR
Gracias a la identificación temprana de los síntomas, es posible actuar con rapidez para mejorar el pronóstico del paciente. Sin embargo, lo ideal es no llegar a esta situación y protegerse con medidas preventivas, especialmente entre los meses de junio y septiembre. Como cada verano, el Ministerio de Sanidad activa un Plan Nacional para promover medidas de prevención contra las altas temperaturas. En él se incluyen las siguientes disposiciones:
- Mantener una buena hidratación: beber suficiente agua es crucial para regular la temperatura corporal. Durante los días calurosos, se recomienda aumentar la ingesta de líquidos, incluso ante la ausencia de sed. También es importante evitar las bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que contribuyen a la deshidratación.
- Ropa adecuada: utilizar ropa ligera de colores claros y fabricada con materiales transpirables como el algodón ayuda a mantener una mejor temperatura corporal. Además, es importante cubrir las áreas del cuerpo que queden expuestas al sol, para evitar el daño solar en la piel.
- Actividades físicas en los momentos de menos calor: estar en verano no implica renunciar a la práctica de ejercicio al aire libre. Sin embargo, será necesario aplazarlo a las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando las temperaturas son más frescas. Es fundamental mantener la hidratación antes, durante y después del entrenamiento.
- Comidas ligeras: las verduras y las frutas están repletas de antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales para reponer las sales perdidas a través del sudor. Por este motivo, conviene priorizar las ensaladas y los zumos en las comidas.
- Medicinas guardadas en lugares frescos: para evitar que los componentes de los fármacos puedan alterarse o perder eficacia, es importante conservarlos lejos de los ambientes cálidos.
- Refúgiate a la sombra o en lugares frescos: durante los días extremadamente calurosos, lo ideal es permanecer en espacios interiores con aire acondicionado o ventiladores. Si no fuera posible acceder a estos, buscar la sombra es la mejor opción, especialmente durante las horas centrales del día.
- Especial atención a la población de riesgo: las personas mayores, los niños y bebés, las mujeres lactantes y gestantes y las personas con determinadas enfermedades son más vulnerables a los cambios de temperatura, así que conviene extremar su vigilancia. Los pacientes con problemas cardíacos, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, la demencia y otras enfermedades mentales se consideran población de riesgo.
- No dejar personas en vehículos cerrados y estacionados: los vehículos cerrados y estacionados al sol pueden llegar a alcanzar los 70ºC, una temperatura extremadamente elevada. Es muy importante tener en cuenta esta medida para evitar consecuencias fatales.
- Prestar atención a la información institucional: los distintos gobiernos e instituciones informan a la ciudadanía de las olas de calor para que refuercen sus precauciones, trasladando también recomendaciones de seguridad.
- Acudir al médico ante la presencia de síntomas: al conocer cuáles son las manifestaciones de un golpe de calor, es más fácil estar alerta ante su posible aparición. En cualquier caso, se recomienda acudir al médico cuando los síntomas se prolonguen más de una hora.