Actívate durante las vacaciones y juega a este deporte con grandes beneficios para la salud.
El vóley playa cada vez gana más adeptos. Es un deporte intenso y muy entretenido que, como actividad aeróbica, ayuda a mejorar el ritmo cardiaco y la función cardiocirculatoria a la vez que fortalece músculos y trabaja la agilidad y el equilibrio del cuerpo.
Durante el verano, esta actividad aeróbica es perfecta para practicar con los amigos o la familia. Tan solo necesitamos una pelota y una red y podemos adaptar las reglas a las características y necesidades de los jugadores.
Cómo jugar al vóley playa
Aunque el vóley playa es una variante del voleibol, tiene reglas propias. El juego consiste en el enfrentamiento entre dos equipos en un espacio separado por una red ubicada en el centro. Cada grupo trata de pasar el balón por encima de la red y tocar con él el suelo del campo contrario.
La pelota se toca mediante golpes con las manos, los brazos o cualquier otra parte del cuerpo, pero no se puede coger, sujetar ni retener. Los dos equipos tienen un número de toques limitado para devolver el balón al campo contrario.
Existen unas reglas oficiales determinadas por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB). Estas son algunas que podrían tenerse en cuenta para planificar una competición veraniega:
Medidas del campo: la cancha es un rectángulo de 16 metros de largo por 8 metros de ancho, desde el borde exterior de las líneas que delimitan el campo de juego.
Jugadores: el número oficial es de dos personas contra dos personas.
Toques permitidos: cuando el balón se pone en juego, los jugadores de un equipo solo pueden realizar un máximo de 3 toques.
Red: mide 8,5 metros de largo y 1 metro de ancho cuando está tensa. Se coloca verticalmente sobre el eje del centro de la cancha.
Balón: la superficie exterior debe ser de material flexible (cuero o sintético), que no absorba la humedad. De colores brillantes como naranja, amarrillo, rosa… o combinación de colores.
Arena: el terreno de juego debe estar compuesto de arena nivelada, lo más plana y uniforme posible, libre de rocas y conchas.
Cuerpo y mente sanos con el vóley playa
El cuerpo siempre agradece que nos activemos y, más aún, si lo hacemos al aire libre. Si practicamos el vóley playa:
Mejoraremos el equilibro y la agilidad: realizaremos saltos, giros y desplazamientos en todas las direcciones en un medio al que el cuerpo no está acostumbrado, la arena, una superficie donde pesamos más y se pierde movilidad.
Mejoraremos las articulaciones y fortaleceremos los tobillos: aunque es conveniente tomar precauciones y evitar lesionarnos con los desniveles de la arena.
Ejercitaremos gemelos, glúteos, cuádriceps y músculos de los pies: porque mantendremos una posición constante de sentadillas (piernas flexionadas) y realizaremos saltos.
Reduciremos grasa corporal: si complementamos esta actividad física mixta con caminar a buen ritmo.
Exfoliaremos nuestra piel: los granos de arena son un exfoliante natural.
Absorberemos vitamina D: al practicarse al aire libre, nuestra piel transpira y los rayos solares nos permiten absorber vitamina D, fundamental en el desarrollo de huesos y dientes. Sin embargo, conviene no olvidar proteger la piel con crema solar.
Nos sentiremos mejor: practicar vóley playa con regularidad, al igual que otro tipo de deporte, libera endorfinas, unas sustancias químicas que producen sensación de felicidad. Además, nos permitirá desconectar y reducir el estrés.
Fomentaremos las relaciones sociales: reforzaremos las relaciones entre los jugadores e incluso nos permitirá conocer gente que desee participar en el juego.
Los beneficios del vóley playa son indiscutibles. Así que este verano anímate, coge una pelota y diviértete en familia o con amigos a la vez que disfrutas de la agradable brisa marina del mar. ¡Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán!