¿Qué papel tiene la alimentación en las enfermedades respiratorias como la EPOC?

Una nutrición saludable puede tener grandes beneficios en pacientes con EPOC

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una afección respiratoria que se basa en la reducción del flujo del aire. Entre las causas más comunes para que esta enfermedad se presente en nuestras vidas los expertos coinciden en señalar el tabaquismo y la contaminación. Se trata de una afección que no puede curarse, pero cuyos efectos y síntomas sí que pueden ser mejor. Es aquí donde la alimentación juega un papel clave en la EPOC.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que esta enfermedad es ya la tercera causa de muerte en el mundo y en 2019 llegó a provocar 3,23 millones de defunciones. Las personas con EPOC a menudo sufren otras enfermedades crónicas o comorbilidades y pueden incluso presentar malnutrición. Además de los síntomas más conocidos a nivel respiratorio, también es común bajar de peso o perder masa muscular. Así como sufrir molestias gástricas, como señalan los expertos.

LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN EN EPOC

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) apunta que, tras el diagnóstico, existen una serie de medidas generales para tener en cuenta en todo paciente con EPOC que comprenden, entre otras, el abandono del tabaco o la adecuada nutrición. Un punto sobre el que inciden debido a que algunos problemas relacionados con la alimentación pueden además empeorar la situación del paciente. De hecho, la sociedad alerta de que la desnutrición se relaciona con mayor riesgo de hospitalización, mayor duración de la estancia y mayor riesgo de reingreso.

Ante ello, la valoración del estado nutricional es fundamental tras el diagnóstico. Lo aconsejable, según informa la consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, es controlar que el índice de masa corporal (IMC) se encuentre entre 21 y 25 Kg/m2 .

TIPO DE ALIMENTOS QUE TOMAR Y QUE EVITAR

En cuanto a las recomendaciones más concretas, desde la ‘Escuela de Salud’ del Gobierno de La Rioja se sugiere seguir una dieta basada en el patrón mediterráneo. Esta dieta tiene efectos beneficiosos sobre la función pulmonar. Por ejemplo, sería más idóneo tomar alimentos blandos, evitando aquellos que exijan masticación prolongada intensa. En caso de reflujo, no se deben tomar alimentos muy grasos y sería recomendable evitar verduras flatulentas.

Así estos esta es la alimentación recomendada por los expertos para los pacientes con EPOC:

  • Fruta. Se recomienda tomar tres o cuatro raciones de diarias, especialmente las ricas en vitamina C y E (naranjas, kiwis, mandarinas, fresas)
  • Verduras. Tomar dos raciones diarias, preferentemente una de ellas cruda.
  • Cereales. Serían preferibles los integrales, contando también el pan, la pasta o el arroz.
  • Pescado. Debería tomarse entre tres o cuatro veces a la semana, dos de ellas siendo pescado azul (salmón, trucha, sardinas, bonito, boquerones, caballa…)

Es importante, recuerdan, que las personas con EPOC reduzcan en su alimentación los hidratos de carbono, pero aumenten el consumo de grasas saludables, evitando las grasas saturadas. La sal y los líquidos sería también importante restringirlos en los casos en los que se retienen líquidos, así como las bebidas con cafeína.

Finalmente, se recomienda también evitar grandes volúmenes de alimento, fraccionando la toma en cinco o seis comidas pequeñas. También sería necesario procurar tener un ambiente tranquilo a la hora de las comidas y estar sentado para ayudar a eliminar la presión de los pulmones.

Lo ideal sería, además, utilizar medicamentos que faciliten la respiración una hora antes de comer y, en caso de que el paciente utilice oxígeno, emplearlo mientras come, pues la digestión gasta energía y por ello se consume más oxígeno. Por último, cualquier duda, no olvide acudir a su médico.

Desmitificando la respiración: verdades y mentiras sobre la salud pulmonar

Exploramos las creencias más comunes sobre la respiración y la salud pulmonar y las contrastamos con la realidad basada en evidencia científica

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La salud respiratoria es un aspecto fundamental de nuestro bienestar general, pero desafortunadamente, existen muchos mitos y conceptos erróneos que pueden llevar a una comprensión incorrecta de cómo cuidar nuestros pulmones. Es crucial desentrañar estos mitos y separar la verdad de la ficción para promover una mejor salud respiratoria.

A continuación, exploramos algunas de las creencias más comunes y las contrastamos con la realidad basada en evidencia científica.

MITO 1: LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIA SOLO AFECTAN A LOS FUMADORES

Verdad: Si bien el tabaquismo es un factor de riesgo significativo para enfermedades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón, no es la única causa. La exposición al humo de segunda mano, la contaminación del aire, las alergias y las infecciones respiratorias también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades pulmonares.

Exposición al humo de segunda mano

La inhalación pasiva del humo del tabaco contiene muchas de las mismas sustancias tóxicas y cancerígenas que afectan a los fumadores activos, aumentando el riesgo de EPOC y cáncer de pulmón en no fumadores.

Contaminación del aire

La contaminación atmosférica, especialmente en áreas urbanas, está relacionada con el agravamiento de enfermedades respiratorias preexistentes y puede causar nuevas afecciones en personas previamente sanas.

Alergias e infecciones respiratorias

Las alergias y las infecciones respiratorias, como el asma y la neumonía, también pueden tener un impacto significativo en la salud pulmonar, independientemente de los hábitos de fumar.

MITO 2: EL AIRE FRÍO Y HÚMEDO CAUSA RESFRIADOS Y ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

Verdad: Aunque es más común enfermarse durante los meses de invierno, esto se debe principalmente a la propagación de virus en ambientes cerrados, no al clima frío en sí. Los virus respiratorios, como los que causan el resfriado común y la gripe, se transmiten más fácilmente en interiores donde las personas tienden a congregarse más en invierno.

Prevención de enfermedades respiratorias

Higiene personal: Lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara puede reducir significativamente el riesgo de infecciones.

Evitar el contacto cercano: Mantener la distancia de personas que estén enfermas y cubrirse al toser o estornudar son medidas clave para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias.

MITO 3: LOS EJERCICIOS CARDIOVASCULARES INTENSOS SON PERJUDICIALES PARA LA SALUD RESPIRATORIA

Verdad: El ejercicio regular, incluso de alta intensidad, puede beneficiar la salud pulmonar al mejorar la capacidad pulmonar y la eficiencia del intercambio de gases en los pulmones. La actividad física fortalece los músculos respiratorios y aumenta la resistencia, lo cual es beneficioso para la salud general del sistema respiratorio.

Beneficios del ejercicio para la salud pulmonar

Mejora de la Capacidad Pulmonar: El ejercicio aeróbico ayuda a expandir los pulmones y aumenta la capacidad para procesar oxígeno.

Reducción del estrés: La actividad física regular puede reducir los niveles de estrés, lo cual tiene un impacto positivo en la respiración y la salud pulmonar.

Ejercicio seguro

Es importante realizar ejercicio de manera segura y de acuerdo a la capacidad individual. Las personas con condiciones respiratorias deben consultar a su médico antes de iniciar un régimen de ejercicios intensos.

Es fundamental cuestionar y desafiar los mitos comunes sobre la salud respiratoria para promover una comprensión más precisa de cómo cuidar nuestros pulmones. Al educarnos sobre los factores que afectan la salud respiratoria y adoptar medidas preventivas basadas en la evidencia, podemos proteger y mejorar la función pulmonar a largo plazo.

Recomendaciones para disfrutar del verano sin que tu enfermedad respiratoria te frene

Con las altas temperaturas es fundamental seguir unos cuidados específicos

A menudo relacionamos las enfermedades respiratorias con la época invernal. Sin embargo, las personas que sufren enfermedades como EPOC, asma o bronquitis siguen teniendo sus síntomas en verano. Es más, las altas temperaturas y algunas actividades de esta propia época pueden tener efectos sobre determinadas patologías respiratorias.

Durante esta estación es fundamental seguir unos cuidados específicos. A continuación, te contamos algunos de ellos que mejoraran tu salud respiratoria, tu calidad de vida y podrás disfrutar del verano con tus familiares y amigos.

  • Evita temperaturas extremas: es difícil pensar cómo sería el verano sin el aire acondicionado. Las temperaturas frescas pueden aliviarnos frente al calor, pero también pueden perjudicar la salud pulmonar. Por eso, Neumoteknon recomiendan que la temperatura del aire acondicionado no baje nunca de los 22,5 grados y con una humedad relativa del 35 al 60%.
  • Rehúye los cambios bruscos de temperaturas: es habitual que en ciertos lugares públicos tengan temperaturas muy bajas y con el aire acondicionado a tope, pero en la calle la temperatura muy elevada. Esto condiciona cambios bruscos de temperatura al entrar y salir de los sitios.
  • ¿Playa o montaña?: en la playa hay más humedad, pero más calor. En el caso de la montaña, se está más fresco pero el clima puede ser más seco. La Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid) explica que lo ideal es buscar lugares con un clima estable y moderado.
  • No olvides tu tratamiento: si vas a viajar, lleva contigo tus medicamentos que debes tomar y en cantidades suficiente para todos los días que vas a estar fuera de tú casa.
  • ¿Puedo viajar en avión?: la respuesta es sí. Aun así, consulta antes con tu médico si tus condiciones son las adecuadas para realizar un viaje aéreo, sea largo o corto.
  • Mantente hidratado: la Fundación Española del Corazón (FEC) destaca la importancia de mantener una buena hidratación en todas las etapas y situaciones de la vida. Más importante es esta recomendación para aquellos pacientes que sufren una enfermedad respiratoria. En verano se suda más y es necesario mantener un correcto estado de hidratación del organismo. Con ello, se facilita que las flemas sean más fáciles de eliminar.

Además, no te olvides de las medidas de prevención para evitar cualquier otro problema de salud: evita salir de casa durante las horas centrales del día, evita comidas copiosas, toma frutas y verduras, reduce la actividad física y usa ropa de tejidos naturales, ligera y holgada.

Lo mejor que puedes hacer es anticiparte a las altas temperaturas y establecer con tu neumólogo un plan que te ayude a disfrutar del verano sin preocuparte de que tu enfermedad respiratoria pueda complicarse.

¿Qué debes saber sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)? Síntomas, causas y tratamiento

Es una enfermedad que se caracteriza por una reducción persistente del flujo del aire y entre los síntomas más frecuentes se encuentran la tos, la expectoración y la disnea

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica, más conocida como EPOC, es una enfermedad que se caracteriza por una reducción persistente del flujo del aire. La principal causa de la EPOC es el tabaco, aunque según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, la exposición a distintos contaminantes aéreos, los factores genéticos y las infecciones respiratorias también juegan un papel fundamental en su aparición.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la tos, la expectoración y la disnea. A medida que avanza la enfermedad, los pequeños esfuerzos del día a día, como subir escalones, se hacen especialmente difíciles para aquellas personas que la padecen.

A su vez, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica subraya que otros síntomas en fases más avanzadas pueden incluir: sensación de agotamiento, falta de concentración y opresión en el pecho.

La EPOC suele aparecer a partir de los 35-40 años de edad y lo hace, por lo general, en personas expuestas a un tóxico inhalado durante varios años, como es el humo del tabaco.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Para diagnosticar la EPOC, el paciente debe someterse a una espirometría, una prueba sencilla y no invasiva que tiene como objetivo medir el volumen de la respiración, la  cual se ha efectuado con el máximo esfuerzo, y la rapidez con la que se espira el aire, destaca la Organización Mundial de la Salud.

De esta manera, la espirometría, al revelar una posible alteración, puede detectar la EPOC mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas, por lo que ayuda en el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de la enfermedad.

Aunque la EPOC no tiene cura definitiva, los síntomas de la enfermedad se pueden reducir mediante tratamiento farmacológico y rehabilitación pulmonar. También, hacer cambios en el estilo de vida, como dejar el hábito del tabaco, contribuye a retrasar la evolución de la enfermedad.