¿Sabías que la contaminación afecta a las enfermedades respiratorias? Estos son los riesgos para la salud

La contaminación puede impactar directamente en la salud, conocer los riesgos y como evitarlos es esencial

Casi la totalidad de la población respira aire contaminado. Así lo revelan los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que alertan del peligro que supone para la salud la exposición a la contaminación de las partículas finas del aire. Los riesgos de esta exposición son tan altos  que pueden llegar a provocar accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias agudas y crónicas.

Los contaminantes más peligrosos son en primer lugar las partículas en el aire, que pueden ser sólidas o líquidas, y que puede provenir, por ejemplo, de la quema de  combustibles usados para los coches o para las empresas. Son partículas muy finas, tanto es así que 60 de estas partículas tendrían el grosor de un cabello, según explica la OMS.

Otros contaminantes igualmente peligrosos para serían el dióxido de nitrógeno, que generan también el transporte o la industria; el dióxido de azufre, que proviene principalmente de la calefacción de los hogares y de la generación de electricidad; y el ozono, que se genera por reacciones químicas.

LOS RIESGOS PARA LA SALUD

Todos están expuestos de manera diaria a estos contaminantes que penetran en el interior de los pulmones, pueden afectar gravemente a la salud, y provocar o empeorar las enfermedades respiratorias.

La institución dependiente de la ONU alerta de que casi el 70% de las muertes prematuras relacionadas con la contaminación se debieron en 2019 a cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares, el 14% a enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, el 14% a infecciones agudas de las vías respiratorias bajas y el 4% de las muertes se debieron a cánceres de pulmón. En el caso de los niños, la contaminación es todavía más dañina: más del 27% de los fallecimientos en niños menores de cinco años se debe a factores ambientales.

¿CÓMO PROTEGERSE DE LA CONTAMINACIÓN?

Si bien los datos están claros, una de las preguntas a hacerse es precisamente cómo prevenir la exposición a todos estos contaminantes. Estas serían algunas de las recomendaciones:

  • Evitar la actividad física en zonas de una alta contaminación. Durante el ejercicio físico se aumenta la frecuencia respiratoria y se inhala una mayor cantidad de contaminantes. Es por ello que realizar deporte en zonas menos contaminadas sería recomendable.
  • Alejarse de los cascos urbanos. Salir fuera de la ciudad a zonas con árboles, vegetación o en lugares de montaña mejorará también la calidad del aire que respiramos.
  • Optar por rutas con menos tráfico. Gran parte de los provienen de la quema de combustibles, por lo que alejarse de las emisiones de los coches o evitar las “horas punta” sería importante.
  • No olvidarnos de la mascarilla. La mascarilla se convirtió en uno de los grandes acompañantes durante la pandemia, y su uso puede también proteger de todos estos agentes externos en lugares con mucha contaminación.

Cuidado constante: el papel del seguimiento médico en las enfermedades pulmonares

Los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, el seguimiento médico regular es esencial

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El seguimiento médico regular es fundamental para el manejo efectivo de las enfermedades pulmonares y la prevención de complicaciones graves. Para las personas que viven con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, el seguimiento médico regular es esencial para controlar los síntomas, monitorizar la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario.

IMPORTANCIA DEL SEGUIMIENTO MÉDICO

Control de síntomas y progresión de la enfermedad

El seguimiento médico permite una evaluación continua de los síntomas respiratorios y la progresión de la enfermedad. Las visitas regulares al médico permiten detectar cambios tempranos en la condición del paciente, lo que facilita intervenciones rápidas y ajustadas.

EPOC: Los pacientes con EPOC pueden experimentar exacerbaciones agudas que empeoran significativamente los síntomas. El seguimiento médico ayuda a identificar estos episodios y a ajustar el tratamiento para prevenir futuras exacerbaciones.

Asma: En los pacientes asmáticos, el seguimiento regular permite ajustar la medicación y el plan de manejo para minimizar los ataques de asma y mejorar la calidad de vida.

Fibrosis pulmonar: Para los pacientes con fibrosis pulmonar, la monitorización continua es vital para evaluar la respuesta al tratamiento y hacer ajustes según la progresión de la enfermedad.

Pruebas de función pulmonar

Durante las visitas de seguimiento, el médico puede realizar una variedad de pruebas de función pulmonar para evaluar la capacidad respiratoria y detectar cualquier cambio en el curso de la enfermedad.

Algunas de las pruebas más comunes incluyen:

Espirometría: Mide el volumen de aire exhalado y la rapidez de la exhalación. Es fundamental para diagnosticar y monitorear enfermedades como EPOC y asma.

Pruebas de Capacidad Pulmonar Total: Evalúan la cantidad total de aire que los pulmones pueden retener. Son útiles en la evaluación de enfermedades pulmonares restrictivas como la fibrosis pulmonar.

Oximetría de pulso: Mide la saturación de oxígeno en la sangre. Es una prueba rápida y no invasiva que ayuda a evaluar la oxigenación del paciente.

Ajuste del plan de tratamiento

El plan de tratamiento para enfermedades pulmonares crónicas es dinámico y debe ajustarse periódicamente para adaptarse a las necesidades cambiantes del paciente. El seguimiento médico regular permite:

Revisión de medicación: Evaluar la eficacia y los efectos secundarios de los medicamentos actuales y hacer ajustes según sea necesario.

Recomendaciones de estilo de vida: Asesorar sobre cambios en el estilo de vida, como dejar de fumar, la importancia del ejercicio regular y la alimentación adecuada.

Derivaciones a especialistas: Referir al paciente a otros especialistas según sea necesario para una atención más especializada.

BENEFICIOS DEL SEGUIMIENTO MÉDICO

Empoderamiento del paciente: El seguimiento médico regular brinda la oportunidad de discutir cualquier preocupación o pregunta que el paciente pueda tener sobre su enfermedad respiratoria y su manejo. Esto puede ayudar a empoderar al paciente para tomar decisiones informadas sobre su salud y promover una mejor adherencia al tratamiento.

Educación del paciente: Proporcionar información sobre la enfermedad, los desencadenantes y las estrategias de manejo puede mejorar la autoeficacia del paciente.

Mejora de la adherencia: Un paciente bien informado es más probable que siga el plan de tratamiento recomendado y asista a las citas de seguimiento.

Prevención de complicaciones: La monitorización regular y los ajustes en el tratamiento pueden prevenir complicaciones graves asociadas con enfermedades respiratorias crónicas.

Exacerbaciones y hospitalizaciones: Intervenciones tempranas pueden reducir la frecuencia y la severidad de las exacerbaciones, disminuyendo la necesidad de hospitalizaciones.

Calidad de vida: Un manejo efectivo de los síntomas mejora la calidad de vida y la capacidad del paciente para realizar actividades diarias.

En conclusión, el seguimiento médico regular es esencial para el manejo efectivo de las enfermedades pulmonares y la prevención de complicaciones. Al trabajar en estrecha colaboración con el médico y seguir un plan de tratamiento personalizado, las personas con enfermedades respiratorias crónicas pueden mantener su salud pulmonar y disfrutar de una mejor calidad de vida. La atención continua y la adaptación del tratamiento a las necesidades individuales del paciente son claves para el éxito en el manejo de estas enfermedades compleja.

Beneficios de la fisioterapia respiratoria para los pacientes con EPOC

Aunque la EPOC es una enfermedad crónica, es tratable, y quienes la padecen pueden mejorar su calidad de vida gracias a la rehabilitación respiratoria

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una patología respiratoria considerada un auténtico problema de salud pública. Por ello, mejorar la calidad de vida de sus pacientes se ha convertido en objetivo prioritario. Y, en ese desafío, la fisioterapia respiratoria supone una pieza clave para el abordaje de la enfermedad. Gracias a ella, los pacientes mejoran la disnea (falta de aire), la capacidad pulmonar y la resistencia durante la práctica de ejercicio.

Esta patología respiratoria es progresiva e irreversible, aunque tratable, y está ocasionada por la inhalación de una sustancia tóxica, generalmente el humo del tabaco. La obstrucción del flujo aéreo que provoca esa inhalación hace que vaciar los pulmones sea más difícil. Y, a su vez, ocasiona un daño en las paredes de los alvéolos, un engrosamiento de los bronquios y una mayor producción de moco. Consecuentemente, las vías respiratorias quedan obstruidas.

Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) estiman que la EPOC afecta a 2,1 millones de españoles. Además, representa el 6,95% de las defunciones anuales, solo por detrás de la cardiopatía isquémica (14,5%), el alzhéimer y otras demencias (13,6%) y el ICTUS (7,1%). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), supone la tercera causa de muerte en el mundo.

La evidencia científica respalda los beneficios de la rehabilitación respiratoria como tratamiento de las afecciones respiratorias, incluida la EPOC. Se trata de una modalidad de fisioterapia que previene, preserva y mejora la función del sistema respiratorio, la oxigenación, la actividad de los músculos respiratorios y la tolerancia al ejercicio. Y, en definitiva, contribuye a mejorar la vida diaria de quienes sufren alguna patología respiratoria.

La rehabilitación respiratoria comprende diferentes técnicas y protocolos, aplicadas en colaboración con un equipo multidisciplinar de profesionales de la salud. Aquí se incluyen neumólogos, psicólogos, nutricionistas, rehabilitadores, cardiólogos, terapeutas ocupacionales, enfermeros y médicos de familia. Sin embargo, será el fisioterapeuta especializado quien guíe en la realización de los ejercicios adaptados a las necesidades individuales del paciente.

Gracias a la ayuda del fisioterapeuta, el paciente podrá reeducar su forma de respirar, aprender ejercicios posturales, aplicar técnicas de ventilación, drenar secreciones y fortalecer la musculatura del tórax. Con ello, desobstruirá los pulmones, corregirá la mecánica de la respiración y expandirá o abrirá zonas cerradas. También ayudará a adaptar el pulmón a la actividad física para aumentar la tolerancia al esfuerzo y al ejercicio.

Asimismo, la fisioterapia respiratoria prepara al paciente para la cirugía de pulmón, disminuyendo, además, los días de ingreso y los riesgos asociados a la intervención. Aquí se incluyen la neumonía o el colapso del pulmón (atelectasia). Y, posteriormente a la misma, la aplicación de esta terapia favorece la rehabilitación de los pulmones para una recuperación más rápida.

Los fisioterapeutas pueden intervenir en cualquier fase de la enfermedad, incluso en la fase aguda, durante la estancia en la UCI o tras el alta hospitalaria. De hecho, se ha demostrado científicamente que el trabajo con fisioterapia respiratoria ayuda a reducir el tiempo de ingreso en la UCI y a acelerar la recuperación. Después del alta hospitalaria, la fisioterapia respiratoria es clave para el seguimiento de los pacientes y mejorar las posibles secuelas en el medio y largo plazo.

Como tratamiento no farmacológico, la fisioterapia respiratoria mejora la manifestación de los síntomas en personas con EPOC. Además, reduce el riesgo de hospitalizaciones que merman la calidad de vida del paciente, mejorando su autonomía y calidad de vida. Y todo ello repercute, a su vez, en una reducción del coste sanitario y en una liberación de recursos de la red sanitaria.

Pero esta especialidad no sólo comprende el entrenamiento muscular. El resto de profesionales del equipo multidisciplinar trabaja con el paciente distintos protocolos alineados con el objetivo de lograr el mayor bienestar del paciente. Se incluye la aplicación de una pauta de alimentación individualizada, el tratamiento psicológico, la educación en la adquisición de los nuevos hábitos respiratorios o el apoyo en el cese del hábito tabáquico. También se brinda soporte domiciliario, acompañado de un posible tratamiento farmacológico y otras terapias, como la  oxigenoterapia.

¿Afecta el aire acondicionado a la salud respiratoria?

El aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano, según SEPAR

En los meses en los que las temperaturas son más elevadas, los sistemas de climatización se convierten en aliados indispensables para mantener el ambiente fresco y cómodo. Estos sistemas están instalados en domicilios particulares, pero también en locales, comercios e instituciones públicas. Y, aunque son muy deseados para aliviar el calor, el uso prolongado y continuo del aire acondicionado impacta negativamente en la salud respiratoria.

El aire acondicionado expulsa aire frío y seco, disminuyendo así la humedad ambiente. Su efecto sobre la salud respiratoria es irritante e inflamatorio, al contribuir a la sequedad de la mucosa nasal y de la vía respiratoria superior. Además, un uso mantenido de estos aparatos podría causar problemas respiratorios más graves, acompañados de irritación de garganta y tos.

Según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano. Un mal uso de estos aparatos puede desencadenar estos cuadros al generar irritación e inflamación en las vías respiratorias. Unas patologías que también pueden aparecer con los cambios bruscos de temperatura, al pasar de espacios con aire acondicionado frío a lugares sin él.

Además, la sequedad del aire aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias, como indica el informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), que aborda cómo afectan los sistemas de climatización en el puesto de trabajo. Otro de los efectos demostrados es que la falta de humedad y el exceso de aire frío pueden agravar los síntomas de patologías crónicas como el asma, la bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

No obstante, los problemas más graves relacionados con el uso de la climatización mecánica están relacionados con el mal mantenimiento de los aparatos. Desde SEPAR explican que los gérmenes acumulados en los filtros del aire acondicionado favorecen la dispersión de patógenos como virus y bacterias, entre los que destaca la Legionella pneumophila. Esta bacteria es la responsable de desencadenar cuadros de neumonía, que pueden llegar a complicar gravemente la salud de los pacientes de riesgo

Los hongos son otros de los contaminantes relacionados con el uso de los aires acondicionados. El Aspergillus niger y el Aspergillus fumigatus son los más destacados, ya que son los responsables de provocar rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad. Por otro lado, se ha observado cómo las fibras de vidrio empleadas como aislante térmico en los sistemas de aire acondicionado se degradan fácilmente y se descomponen en partículas. Una falta de mantenimiento de los aparatos y de la ventilación del aire interior podría provocar la migración de estos componentes al tejido pulmonar a través de su inhalación.

CONSEJOS DE USO ADECUADO

Para garantizar que el uso del aire acondicionado no afecta a la salud respiratoria, pueden seguirse unas recomendaciones de seguridad. Desde SEPAR indican que el primer paso debe ser la revisión y limpieza periódica de los filtros, especialmente antes del verano. Además, es conveniente seguir las instrucciones de mantenimiento fijadas por cada fabricante, así como colocar los aparatos en los lugares adecuados.

Con el objetivo de mantener la calidad del aire y liberarlo de los patógenos, conviene ventilar correctamente el ambiente. También es importante encender los dispositivos a unos 22 o 24 ºC, subiendo la temperatura uno o dos grados adicionales por la noche. Y conservar una humedad en el aire situada entre el 35% y el 60% para no resecar el ambiente en exceso y evitar congestiones.

Por último, desde SEPAR recuerdan que los catarros relacionados con los aires acondicionados no suelen causar fiebre, sino estornudos, congestión nasal y rinorrea. Para tratar estos síntomas, no se deben tomar antibióticos, ya que suelen corresponder a problemas de origen vírico. Asimismo, conviene evitar los cambios bruscos de temperatura y no exponerse al frío. Lo ideal es seguirlos consejos, continuar con los tratamientos habituales en pacientes con afecciones respiratorias crónicas y prestar atención ante cualquier empeoramiento o cambio en el estado de salud.

Deportes y actividades físicas beneficiosas para personas con patologías respiratorias

Existe una serie de ejercicios recomendadas a las personas con patologías respiratorias

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Las personas con enfermedad respiratoria pueden enfrentar desafíos al participar en ejercicios y actividades físicas, pero existen opciones seguras y beneficiosas adaptadas a sus necesidades y capacidades.

La natación se destaca como una actividad altamente recomendada. Al ser un ejercicio de bajo impacto, no ejerce estrés en las articulaciones, al tiempo que ofrece un entrenamiento cardiovascular completo. Estudios indican que la natación puede mejorar significativamente la función pulmonar y la capacidad de ejercicio en personas con enfermedades respiratorias crónicas (Varga et al., 2012). Además, el aire húmedo y caliente en una piscina cubierta puede dilatar las vías respiratorias, facilitando la respiración.

El yoga es otra opción beneficiosa como ejercicio. Al combinar posturas físicas, técnicas de respiración y meditación, el yoga mejora la flexibilidad, la fuerza muscular y la función pulmonar. La práctica regular de yoga puede conducir a una mejoría significativa en la capacidad pulmonar y la calidad de vida en pacientes con asma y EPOC (Cramer et al., 2019).

Otras actividades recomendadas incluyen caminar, montar en bicicleta estacionaria y ejercicios de resistencia con pesas ligeras. Estas actividades pueden mejorar la capacidad pulmonar, fortalecer los músculos respiratorios y promover una mejor salud cardiovascular en general.

Los ejercicios físicos regular no solo beneficia a las personas con enfermedad respiratoria por mejorar la función pulmonar, sino que también influye positivamente en la microbiota intestinal, lo que repercute en la salud pulmonar de manera indirecta. La microbiota intestinal, compuesta por una amplia diversidad de microorganismos, desempeña un papel esencial en la regulación del sistema inmunológico y la inflamación, lo que puede tener un impacto significativo en la salud de los pulmones. Se ha observado que el ejercicio aeróbico regular puede aumentar la diversidad y la abundancia de bacterias beneficiosas en el intestino, al tiempo que reduce la presencia de microorganismos asociados con la inflamación (Monda et al., 2017). Esta modulación positiva de la microbiota puede tener efectos beneficiosos en la salud pulmonar al reducir la inflamación sistémica y fortalecer la respuesta inmunitaria.

Además, una alimentación equilibrada y hábitos saludables también contribuyen a mantener una microbiota intestinal saludable (Holscher, 2017). Esta interacción entre la alimentación, el ejercicio y la microbiota intestinal puede tener efectos sinérgicos en la salud pulmonar al modular la respuesta inflamatoria y mejorar la función inmunitaria.

Es importante destacar que el ejercicio en general es una demanda fisiológica del cuerpo que promueve la homeostasis y la adaptación. Además de mejorar la capacidad pulmonar y la salud cardiovascular, el ejercicio regular también puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo, lo que puede tener efectos positivos en la salud pulmonar (Marsland et al., 2015). En conclusión, el ejercicio físico regular, combinado con una alimentación equilibrada y hábitos saludables, puede influir positivamente en la microbiota intestinal y en la salud pulmonar. Estas intervenciones pueden ayudar a reducir la inflamación, fortalecer el sistema inmunológico y mejorar

Importancia de la Nutrición y la Microbiota Intestinal en la Salud Pulmonar

Alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales influyen en los procesos inflamatorios de las enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Cuando abordamos la salud pulmonar, es crucial reconocer el impacto directo que tiene nuestra nutrición en el funcionamiento óptimo de nuestros pulmones. La nutrición desempeña un papel fundamental en este aspecto, y la microbiota intestinal, a través del eje microbiota-intestino-pulmón, juega un papel clave al proporcionar los nutrientes esenciales y fortalecer el sistema inmunológico.

CONTROLAR LA ENFERMEDAD CON LA ALIMENTACIÓN

Una alimentación rica en antioxidantes, vitaminas y minerales es esencial para proteger los pulmones del daño oxidativo y la inflamación. Los antioxidantes presentes en frutas y verduras de colores vivos ayudan a neutralizar los radicales libres y reducir la inflamación pulmonar. Esto puede prevenir enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el asma, y mejorar la función pulmonar en general.

Estudios indican que hasta un 80% de los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas presentan malnutrición (Lozano et al., 2017). Además, la obesidad también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades respiratorias, como la Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) y el asma bronquial (Beuther & Sutherland, 2007). Esta relación entre la nutrición y las enfermedades respiratorias subraya la importancia de una alimentación equilibrada para mantener la salud pulmonar.

NUTRIENTES CON ROLES EN LA SALUD PULMONAR

Por otro lado, ciertos nutrientes como la vitamina C, la vitamina E y el zinc desempeñan roles específicos en la salud pulmonar. La vitamina C, abundante en frutas cítricas, fresas y pimientos, fortalece el sistema inmunológico y protege contra infecciones respiratorias. La vitamina E, presente en nueces, semillas y aceites vegetales, protege las células pulmonares del daño oxidativo. El zinc, que se encuentra en alimentos como carne, mariscos y legumbres, es esencial para el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico y la salud pulmonar (Kasielski & Nowak, 2001).

Es fundamental evitar ciertos alimentos y hábitos que pueden perjudicar la salud pulmonar. El consumo de alimentos procesados, grasas trans y azúcares añadidos puede contribuir a la inflamación, incluida la inflamación pulmonar. Además, el tabaquismo y la exposición al humo de segunda mano son factores de riesgo significativos para enfermedades respiratorias graves, como el cáncer de pulmón y la EPOC.

En conclusión, una alimentación equilibrada y nutritiva enfocada en la microbiota intestinal, desempeña un papel vital en la salud pulmonar a largo plazo. Al incluir una variedad de alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales en nuestra dieta diaria y evitar hábitos dañinos, podemos proteger y fortalecer nuestro sistema respiratorio y mejorar nuestra calidad de vida.

¿Cómo afectan los vapeadores a los pulmones?

El líquido con el que se diseñan los vapeadores incorpora sustancias nocivas, además de la nicotina o el cannabis

El auge de los vapeadores como alternativa supuestamente ‘inocua’ o ‘más saludable’ al tabaco es preocupante. Si bien hay quienes los consideran como una herramienta para dejar progresivamente el cigarro convencional, los expertos no dejan de alertar de los serios riesgos que implica su uso para la salud respiratoria. De hecho, los primeros estudios científicos ya están desmintiendo su supuesta inocuidad, demostrando cómo afecta el vapeo a los pulmones.

La incidencia de los vapeadores está creciendo en la sociedad. El 12,1% de los españoles dice haber probado estos dispositivos (incluidos dentro del grupo de los cigarrillos electrónicos) alguna vez en la vida, atendiendo a los datos más recientes del Ministerio de Sanidad (2022). Pero lo más alarmante es que su uso es elevado en adolescentes. Tal y como informa la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el 20,8% de los jóvenes entre los 14 y 18 años que asegura fumar lo hace utilizando el vapeo o el cigarrillo electrónico.

Los vapeadores no dejan de ser un cigarrillo electrónico, pero su nombre pretende acercar al usuario a la idea de que lo que fuma es vapor de agua, sustancia inocua para el cuerpo humano. Sin embargo, el líquido que utilizan estos dispositivos está compuesto por diversos productos químicos y saborizantes que, calentados por una batería, pueden ser inhalados y llegar hasta los pulmones. Es aquí donde reside la gravedad del problema.

ASÍ AFECTA EL VAPEO A LOS PULMONES

Estos líquidos pueden incluir nicotina o cannabis, los principales productos activos en las formas de tabaco convencionales. Y, aunque existen opciones sin nicotina, lo cierto es que la gran variedad de saborizantes y el resto de ingredientes que incorporan continúan siendo nocivos para la salud, puesto que fueron originalmente diseñados para ser ingeridos y no para ser inhalados.

En concreto, la nicotina y el resto de sustancias adictivas pueden causar enfermedades pulmonares, ya que inflaman y dañan a los pulmones. Un estudio reciente publicado en la revista ‘Thorax’ ha comprobado que el vapor del cigarrillo electrónico es capaz de aumentar la producción de químicos en el cuerpo con capacidad inflamatoria. Esos químicos desactivan a las células del sistema inmunitario, aumentando así el riesgo de actividad tumoral. Además, dicho estudio ha comprobado cómo muchos de los daños precisados por los pacientes son similares a los que presentan los fumadores habituales de tabaco y las personas con enfermedad pulmonar crónica (EPOC).

Otra investigación ha comprobado que dos de los ingredientes con los que se elabora el líquido de los cigarrillos electrónicos, el propilenglicol y la glicerina vegetal, son tóxicos para las células del cuerpo. Y cuanto más alta es la cantidad en la que se incorporan, más aumenta su toxicidad. Además, el líquido de los vapeadores contiene un fluido empleado como herbicida, que se asocia a lesiones pulmonares agudas, al desarrollo de EPOC, asma y cáncer de pulmón. Y también partículas ultrafinas de metales pesados como zinc, cobre y estaño, capaces de penetrar en el fondo de los pulmones y de generar riesgo potencial de cáncer.

Aparte de todos estos efectos, los síntomas de daño pulmonar asociados al uso de cigarrillos electrónicos incluyen disnea o dificultad respiratoria, tos y dolor torácico, dolor pleurítico y hemoptisis (expectoración de sangre). En las radiografías de pacientes afectados también se han observado neumonías agudas, daños a los alveolos y bronquiolitis. La evidencia científica recogida hasta la fecha concluye que el vapeo dispara el riesgo de padecer cáncer de pulmón en un 122%. No obstante, al tratarse de dispositivos de reciente creación, aún es necesario estudiar cuáles podrían ser las consecuencias de vapear en el largo plazo.

Aunque las sustancias que se inhalan con los vapeadores se metabolizan en los pulmones, cabe recordar que fumar genera más síntomas a otros niveles de la salud. Sus riesgos se extienden mucho más allá de los pulmones y de las vías respiratorias, como ocurre con el tabaco o el cannabis. Para los fumadores que opten por recurrir al vapeo como alternativa ‘más saludable’ a estas otras formas convencionales, cabe recordar que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) no ha aprobado ningún cigarrillo electrónico como dispositivo para dejar de fumar. Además de desaconsejarlos por completo, la FDA recuerda que ya existen medicamentos efectivos y seguros que ayuden a la cesación tabáquica.

Mientras tanto, en Europa hay un esfuerzo por reducir el consumo de estos productos. En noviembre de 2022 la Unión Europea prohibió la comercialización del tabaco de sabores o aromatizado de los cigarrillos electrónicos y se está a la espera de que la evidencia científica arroje más luz para tomar más decisiones. Además, en su estrategia contra el cáncer, la UE tiene por objetivo reducir el consumo del tabaco del 25% actual al 5% para 2040. Para lograrlo, y en relación con el vapeo, algunos Estados miembros ya han implantado impuestos especiales y restricciones para frenar su avance en la sociedad.

La Importancia de la Respiración Consciente para la Salud Pulmonar

La respiración consciente tiene un impacto sustancial en nuestra salud pulmonar y bienestar general

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La respiración, esa función esencial que realizamos sin pensarlo, cobra una relevancia crucial cuando nos enfrentamos a problemas respiratorios. Sin embargo, la adopción de la respiración consciente no solo es una respuesta a las dificultades, sino una práctica que puede tener un impacto sustancial en nuestra salud pulmonar y bienestar general.

La respiración consciente implica una atención deliberada a la forma en que inhalamos y exhalamos, con ajustes que mejoran la calidad de este proceso vital. Diversos estudios científicos, confirman que la respiración consciente es una herramienta poderosa.

En primer lugar, la práctica de la respiración consciente mejora la eficiencia respiratoria al optimizar el intercambio de gases en los pulmones. Al concentrarnos en respiraciones profundas y controladas, permitimos que más oxígeno (O2) entre en nuestro cuerpo, favoreciendo una mejor oxigenación de los tejidos, y facilitamos la eliminación más efectiva de dióxido de carbono (CO2) y otros desechos metabólicos.

Además, la evidencia científica respalda que su práctica regular puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo cual tiene un impacto positivo en la salud pulmonar.

El estrés crónico se ha asociado con el desarrollo de problemas respiratorios como el Asma Bronquial y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Al reducir el estrés, no solo prevenimos exacerbaciones, sino que también mejoramos la calidad de vida de quienes ya enfrentan estas condiciones.

Para incorporarla en la vida diaria, es útil dedicar unos minutos cada día a practicar ejercicios específicos respaldados por la comunidad médica, como la respiración abdominal, la respiración diafragmática y la respiración alternante de las fosas nasales.

En conclusión, la respiración consciente no solo es una herramienta respaldada por la ciencia, sino también una práctica accesible y efectiva que todos pueden adoptar para fortalecer sus pulmones y promover un bienestar integral.

Tuberculosis: Síntomas, diagnóstico y tratamiento

Cuando el enfermo tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos, que pueden ser inhalados por otra persona e infectarse con la enfermedad

Es una infección bacteriana causada por MycobacteriumTuberculosis, o bacilo de Koch, una bacteria que casi siempre afecta a los pulmones, aunque también puede afectar a los riñones, la columna vertebral y el cerebro.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección se transmite de persona a persona, a través del aire. Cuando el enfermo tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos, que pueden ser inhalados por otra persona y esta contagiarse.

SINTOMAS

Entre los síntomas de la tuberculosis destacan:

  • Tos, cuya duración es superior a 3 semanas
  • Dolor torácico
  • Pérdida de apetito
  • Pérdida de peso
  • Debilidad
  • Sudores nocturnos
  • Escalofríos
  • Fiebre

Cuando la tuberculosis afecta a otras partes del cuerpo, los síntomas pueden variar. Siafecta la columna vertebral, puede haber dolor de espalda; si afecta los riñones, puede provocar sangrado en la orina, tal y como explican desde Mayo Clinic.

DIAGNÓSTICO

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades destacan que existen 2 tipos de pruebas para detectar la tuberculosis:

  • Prueba cutánea de la tuberculina y prueba de sangre.

Un resultado positivo en ambas pruebas solo indica que la persona está infectada con el Bacilo de Koch, pero no indica si la persona tiene la infección latente, o si ha evolucionado a enfermedad. Por esta razón deben hacerse pruebas complementarias como una radiografía de tórax.

TRATAMIENTO

La Organización Mundial de la Salud explica que la tuberculosis activa, sensible a los antibióticos se trata con una combinación de 4 medicamentos, durante 6 meses.También es muy importante el apoyo del profesional sanitario para que la adhesión al tratamiento sea más sencilla.

Bronquiolitis: síntomas, causas y tratamiento

La incidencia de la bronquiolitis se sitúa, sobre todo, entre los meses de noviembre y marzo, y casi siempre está causada por el virus respiratorio sincitial

La bronquiolitis es una infección de las pequeñas vías respiratorias que están en los pulmones. Afecta sobre todo a los niños menores de 2 años y supone el 18% de todas las hospitalizaciones pediátricas.

La incidencia de la bronquiolitis se sitúa, sobre todo, entre los meses de noviembre y marzo, y casi siempre está causada por el virus respiratorio sincitial (VRS), aunque el virus de la gripe, la parainfluenza o el adenovirus también pueden ser los responsables.

Según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, en un principio, la bronquiolitis suele comenzar como un resfriado, con moco, tos y, en ocasiones, fiebre. Después de un par de días, la tos empeora y el niño puede tener una respiración mucho más agitada. Algunos, incluso, pueden experimentar dificultad para respirar y ruidos en el pecho.

En cuanto a los factores de riesgo, la Sociedad Española de Neumología Pediátrica destaca que el más importante es la edad, ya que los menores de 3 meses son los que tienen mayor riesgo de hospitalización. Por otro lado, existen otros factores como: nacimiento prematuro, ausencia de lactancia materna, exposición al humo del tabaco y asistencia a guarderías.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Por lo general, el diagnóstico de la bronquiolitis es clínico, basado en la anamnesis y en la exploración física, aunque en situaciones concretas puede ser necesaria la realización de pruebas complementarias, tal y como explica la Asociación Española de Pediatría.

En lo que se refiere al tratamiento, no existe ninguno eficaz que pueda combatirlo, sin embargo, sí se pueden adoptar algunas medidas para ayudar a controlar los síntomas.  En este sentido, uno de los principales tratamientos es el uso de un humificador de aire para ayudar a aliviar la congestión y la tos.

Otros aspectos importantes son que el niño ingiera líquidos de manera regular, para tener una hidratación adecuada,  que esté en posición vertical, ya que esto facilita la respiración, y que el espacio donde se encuentre esté libre de humos.

Por otro lado, los lavados nasales con suero fisiológico pueden ayudar a mantener despejada la nariz.

Tos ferina: todo lo que debes saber

Una persona con la enfermedad puede transmitirla a otra mediante la tos o los estornudos

La tos ferina es una infección de las vías respiratorias, altamente contagiosa, que puede provocar graves problemas de salud y afectar a cualquier persona, independientemente de la edad.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, una persona con la enfermedad puede transmitirla a otra mediante la tos o los estornudos, o simplemente compartiendo durante mucho tiempo el mismo espacio donde se respira.

Por lo general, los síntomas aparecen entre 5-10 días después de estar expuesto a la enfermedad, suelen durar hasta 6 semanas y se parecen a los de un resfriado: congestión y secreción nasal, tos y fiebre. En casos más grave pueden aparecer: vómitos y pérdida del conocimiento.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

La tos ferina puede diagnosticarse a través de los síntomas, pero en ocasiones es difícil, por lo que los médicos pueden tomar una muestra del moco proveniente de las secreciones nasales, solicitar unos análisis de sangre o una radiografía de tórax.

En cuanto al tratamiento, la Sociedad Española de Medicina Interna refiere que los antibióticos pueden ser muy efectivos para hacer desaparecer los síntomas si el diagnóstico se ha realizado a tiempo.

Cuando las crisis de tos presenten gravedad, hasta tal punto que impiden que la persona pueda beber, se pueden administrar líquidos por vía intravenosa. En el caso de los bebés, puede ser necesaria la hospitalización.

Además de esto, la Clínica Mayo recomienda seguir una serie de cuidados: descansar mucho, comer en porciones más pequeñas, beber muchos líquidos y purificar el aire de la casa.

En la mayoría de los casos, el pronóstico de la enfermedad es bueno, es decir, todos los pacientes se recuperan. No obstante, existen algunas complicaciones que pueden derivarse de la enfermedad: neumonía, hemorragia cerebral, apnea, daño cerebral por falta de oxígeno e infecciones en el oído.

La vacunación es la mejor manera de prevenir la tos ferina en bebés, niños, adolescentes y adultos.

¿Cómo afecta a tu salud la calidad del aire?

La contaminación del aire supone un importante riesgo para la salud de las personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 3,7 millones de muertes cada año en el mundo pueden atribuirse a la contaminación atmosférica. En 2013, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó la contaminación del aire exterior como cancerígena.

El crecimiento y la concentración de la población en las ciudades, así como la forma en la que consumimos energía en las zonas urbanas a través del transporte o los sistemas de calefacción y aire acondicionado, entre otros, favorecen la emisión de grandes cantidades de gases perjudiciales para nuestra salud.

Los niños, los ancianos y las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares o diabetes son particularmente vulnerables a la exposición y a la contaminación del aire.

Un peligro invisible

El aire está cargado de contaminantes microscópicos que penetran en nuestro sistema respiratorio y circulatorio. Lo que generalmente conocemos como contaminación del aire en realidad es una mezcla de pequeñas partículas. De acuerdo con la OMS, son seis los principales contaminantes del aire que dañan la salud humana y el ecosistema:

  • Óxido de nitrógeno: se emite principalmente de motores y, por tanto, son contaminantes del aire relacionado con el tráfico. Pueden aumentar el riesgo de infecciones respiratorias.
  • Ozono a nivel del suelo: es un gas incoloro, componente principal de la atmósfera. Se produce como resultado de una reacción química entre los óxidos del suelo y los compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos por fuentes naturales o por actividades humanas.
  • Dióxido de azufre: es un gas incoloro, altamente reactivo, que se considera un importante contaminante del aire. Se emite sobre todo a partir del consumo de combustibles fósiles, actividades volcánicas naturales y procesos industriales. Es muy dañino para la vida vegetal, animal y la salud humana.
  • Plomo: es un metal pesado tóxico que se usa ampliamente en distintas industrias. Se emite desde motores, plantas de baterías y aguas residuales. Los fetos y los niños son muy sensibles incluso a dosis bajas. El plomo se acumula en la sangre, los huesos y en los tejidos blandos (músculos, tendones, grasa, vasos sanguíneos, nervios, etc.).
  • Monóxido de carbono: es un gas incoloro e inodoro producido por combustibles fósiles, particularmente cuando la combustión no es apropiada, como la quema de carbón y madera. Dependiendo de la concentración y duración de la exposición, puede producirse una intoxicación de leve a severa, con dolores de cabeza, mareos, náuseas y vómitos.

Cuáles son los efectos en la salud

La exposición a largo y corto plazo a tóxicos suspendidos en el aire tiene un impacto toxicológico distintos en las personas. Los más habituales son:

  • Enfermedades respiratorias: debido a que la mayoría de los contaminantes entran en el cuerpo a través de las vías respiratorias, este sistema está en la primera línea de batalla de las enfermedades provocadas por la contaminación del aire. Este se considera uno de los principales factores para enfermedades como el asma y el cáncer de pulmón.
  • Enfermedades cardiovasculares: muchos estudios han demostrado la relación entre la exposición a contaminantes del aire y enfermedades del corazón. Se ha asociado, por ejemplo, a cambios en los glóbulos blancos o con hipertrofia ventricular derecha e izquierda.
  • Irritación de ojos: los efectos de la contaminación del aire en los ojos pueden ir desde problemas oculares que no presentan síntomas al síndrome del ojo seco. Además, la exposición crónica a contaminantes ambientales puede aumentar el riesgo de retinopatía.
  • Enfermedades de la piel: al ser la principal barrera con el exterior, la piel es el primer órgano que puede estar contaminado mostrándose en forma de envejecimiento y causando manchas pigmentadas en la cara.
  • Enfermedades crónicas a largo plazo como el cáncer.

Un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas se deben a la contaminación del aire, según la OMS.

Cómo ayudar a reducir la contaminación del aire

Para cada simple acción que llevamos a cabo (ir al trabajo o tomar un café), tomamos decisiones que pueden agravar la contaminación. Algunos pasos para reducir este problema son:

  • Ahorrar energía: apagar las luces, los ordenadores y los electrodomésticos cuando no se estén usando.
  • Usar bombillas de bajo consumo.
  • Limitar el uso del coche y priorizar el transporte público, la bicicleta o andar.
  • Hacer un buen mantenimiento del coche: cambiar el aceite y los filtros y verificar la presión de los neumáticos o la alineación de las ruedas.

Estas no son las únicas formas de reducir la contaminación del aire, pero sí son pequeñas acciones que contribuyen a conseguirlo. En las pequeñas acciones están los grandes resultados.