Los tipos de meditación y sus beneficios para la salud física y mental

Esta disciplina milenaria tiene un impacto positivo en nuestra percepción del dolor y autoestima

La meditación está ganando cada vez más popularidad en los países de occidente, algo que no es de extrañar después de que la ciencia haya respaldado sus beneficios para la salud física y mental. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda “desarrollar el hábito de la meditación de atención plena, aunque solo sean unos minutos al día”, como forma de atender al autocuidado, disminuir el estrés y los niveles de ansiedad. Esta disciplina originaria de la medicina oriental ha trascendido a lo largo de los años llegando incluso a nuestra cultura, así que hoy queremos repasar los tipos de meditación más conocidos y todos sus efectos positivos en nuestro cuerpo.

LA MEDITACIÓN Y SUS TIPOS

La práctica de la meditación se remonta a miles de años atrás. Aunque no se conoce un dato exacto, se cree que podría contar con más de 5.000 años de historia, teniendo su origen en la India. Con vínculos espirituales con el hinduismo, parece que esta disciplina surgió como forma de entrenar la mente para la concienciación sobre el ciclo de esta vida en la que, según la citada religión, estamos de paso y con vistas a la reencarnación. Su práctica a veces se acompañaba de periodos de abstinencia y ayuno para esa conexión espiritual.

Sin embargo, la meditación ha llegado hasta nuestros días de una forma muy diferente. Más alejada del vínculo espiritual, la sociedad actual la emplea como método para la relajación y el control de la mente, en un contexto en el que prima un elevado ritmo de vida constante. No obstante, se han definido distintos tipos de meditación derivados de las modalidades más tradicionales:

  • Meditación Vipassana. Es una de las más practicadas en la actualidad y es la que emplea la técnica del mindfulness. Se trata de realizar una introspección acompañada de una respiración controlada para ser conscientes de nuestros pensamientos y eliminar aquellos que sean negativos y destructivos, pero sin juzgarlos. 
  • Meditación Mantra. Utiliza los mantras para lograr el control de la mente. Estos son los cánticos sagrados que inducen a la desconexión con el exterior gracias a las ondas vibratorias. Seguro que te suena eso de emitir el sonido ‘OM’ de forma prolongada… Es precisamente un ejemplo de mantra que logra la concentración y quietud de la mente.
  • Meditación Zazen. También conocida como ‘meditación zen’ requiere que la persona se encuentre sentada en el suelo, con las manos en el vientre, la barbilla hacia abajo y los ojos mirando al suelo. Es una técnica de meditación que también se vale de la respiración controlada y que centra sus energías en conectar con el interior eliminando todas las distracciones. Está considerada como una modalidad más avanzada, ya que requiere de mayor capacidad para obviar los estímulos.
  • Meditación Budista. Esta es otra de las técnicas más conocidas en occidente, que consiste en centrarse en la respiración para concentrar la atención en ella y vivir el presente. Su práctica evita los pensamientos intrusivos, pasando por encima de ellos para no detenernos y lograr la conexión interior. Se vale del control de los sentimientos y reacciones individuales para intentar dejar la mente en blanco y no caer en lo que es pasajero.
  • Meditación Trascendental. Propone repetir un mantra en nuestra mente durante un tiempo prolongado con el objetivo de conseguir la autoconsciencia al completo y liberar la mente de cualquier pensamiento. Esta modalidad debe ser practicada durante 20 minutos y dos veces al día para lograr todos los beneficios.
  • Meditación Metta. También denominada ‘del amor benevolente’, centra sus energías en la compasión. Entre los tipos de meditación, este utiliza el trabajo de la mente, que comienza a buscar sentimientos de amor y cariño por algún ser querido, para experimentar sensación de calidez y amplitud. Pero hay que tener cuidado de no caer en el recuerdo de vivencias personales, más bien se trata de experimentar los sentimientos positivos que nos genera la energía de ese ser querido.
  • Meditación Chakra. Esta variante utiliza los chakras, que son los siete puntos de energía que tenemos distribuidos por el cuerpo según la medicina oriental. La meditación chakra visualiza estos distintos puntos de energía, cada uno asociado a un color o sonido diferente, para alimentar su energía y restaurarla. Hay distintas técnicas para completar esta meditación, por ejemplo, contemplar uno de estos puntos, visualizar un círculo en él e imaginar que se va rellenando. Una vez completo, pasaríamos a repetir el procedimiento con el siguiente.

BENEFICIOS DE LA MEDITACIÓN

Hemos visto 7 tipos de meditación, que son las técnicas más empleadas en la actualidad. Todas ellas comparten los mismos beneficios para la salud física y mental:

– Reduce los efectos del estrés. El control de la respiración, de los pensamientos intrusivos y de los negativos durante los minutos en los que se practica rompe con el ritmo del día, estableciendo un momento de pausa y desconexión para la mente.

– Reduce la sensación de dolor. Numerosos estudios han concluido que la meditación es capaz de reducir la sensación de dolor físico gracias a su capacidad para aislar mente y cuerpo. Muchas veces, el dolor está relacionado con la presión en el pecho o los dolores musculares que aparecen debido a la tensión y el estrés. Por otro lado, en pacientes con dolor crónico, la meditación diaria está recomendada de forma complementaria a su tratamiento para aliviar sus dolencias.

– Mejora la capacidad cognitiva, de atención y de memoria. Está comprobado cómo el estrés y la fatiga mental reducen las funcionalidades de nuestro cerebro por colapso. Sin embargo, meditar estimula el sistema nervioso y, de hecho, algunas investigaciones han demostrado cómo esta disciplina es capaz de modificar la estructura del cerebro por la activación de las regiones que tienden a la divagación, una acción que nos conduce a la infelicidad al alejarnos del presente.

– Refuerza el sistema inmune. La mente tiene un poder desbordante sobre nuestro cuerpo. Sin embargo, la meditación es capaz de controlar su acción. Podemos comprobar su efecto de distintas maneras: en la regulación del dolor, de la inflamación y del estrés físico y mental en el que influye el equilibrio hormonal. En definitiva, esta práctica contribuye al bienestar. Esa mejora conjunta para el organismo tiene un efecto positivo en nuestro sistema inmune, que ofrecerá una mejor respuesta de nuestras defensas.

– Mejora la autoestima. Durante la meditación regulamos nuestras emociones y liberamos a nuestra mente de los pensamientos que la ocupan. También nos hace sentir mejor por dentro y eso tendrá un reflejo en nuestro exterior. Además, esta disciplina invita a la autorreflexión y a la autoconsciencia, alejándonos las percepciones que son negativas o destructivas. Por lo que, en su conjunto, tiene un impacto positivo en la salud mental.

Qué beneficios nos aporta la meditación y cómo iniciarnos en ella

Su práctica nos proporciona numerosos beneficios para la salud, entre ellos, la mejora del sueño

Cuando hablamos de meditación solemos imaginar alguien sentado con las piernas cruzadas con la mente en blanco y envuelto en una inmensa paz. No obstante, parece difícil que en nuestro día a día y con los niveles de estrés a los que estamos expuestos, se consiga esa armonía tan fácilmente.

“La meditación no solo está dirigida a monjes budistas o a yoguis hindúes, sino para todas esas personas que desean dedicarse un rato a ellas mismas, que se detengan a observar el momento; ya sea tomando una taza de té durante unos minutos, contemplando un paisaje por la ventana o escribiendo en un cuaderno en un parque, explican desde Yogoteca.

Meditar requiere semanas de entrenamiento, voluntad, constancia y esfuerzo. Sin embargo, en pocos meses nos podemos aprovechar de sus numerosas ventajas para el bienestar del organismo, ya que mejorará nuestra salud integral.

Además, su práctica nos proporciona numerosos beneficios para la salud, entre ellos, la mejora del sueño, por lo que es una fiel aliada para dormir bien y descansar de forma adecuada.

Asimismo, la Sociedad Mindfulness y Salud subraya, también, entre sus beneficios un mayor equilibrio, mayor calma, conexión con uno mismo, menor reacción frente a experiencias desagradables y menor identificación con los pensamientos.

De igual modo, el Instituto esMindfulness de Barcelona destaca sus beneficios en las mujeres embarazadas ya que esta práctica puede ayudar a disminuir su estrés y a mantener el ánimo, beneficios que pueden dar lugar a bebés más sanos y con menos problemas de desarrollo tras el nacimiento.

Para practicarlo de forma adecuada se deben tener en cuenta ciertos aspectos: fijarse una hora al día, escoger un sitio adecuado, utilizar ropa cómoda, concentrarse en la respiración, dejar que los pensamientos fluyan y no frustrarse si los cambios tardan en aparecer.

Recuerda que el estrés viene generado, en gran parte, por la sobre estimulación sensorial que recibes durante el día, llegando al colapso mental. Por eso hay que parar, silenciar la mente y dejarla reposar. Y la práctica de la meditación es una manera de sanar tu cerebro y de alcanzar un equilibrio interior.

Reuniones familiares sin conflictos

La Navidad es época de reencuentros, pero también suelen surgir tensiones que podemos afrontar utilizando las estrategias adecuadas.

La Navidad es tiempo de reuniones familiares, la época ideal para volverse a encontrar con aquellos a quienes no hemos visto hace tiempo y de apreciar su compañía. Incluso nos da la oportunidad de establecer y fortalecer vínculos con nuestros familiares. En definitiva, podríamos decir que la Navidad es la celebración familiar por excelencia.

Sin embargo, en más ocasiones de las que nos gusta reconocer, también es un periodo vacacional en el que suelen intensificarse las tensiones, los roces y los conflictos entre diferentes miembros de la familia. Y, según la Consejería de Familia y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, de todos los conflictos sociales, los familiares son los que suelen provocar mayor dolor, ya que sus integrantes sufren no solo por ellos mismos, sino por las personas a las que quieren.

Estrategias

Aunque sea difícil, mantener la cohesión familiar durante la temporada festiva beneficia a todos los integrantes de la familia. Puedes facilitarla aplicando estas técnicas:

  • Céntrate en las cualidades positivas de la persona. No pienses en los rasgos que te irritan. De esta forma, podrás encontrar algunos puntos en común que te permitan, incluso, desarrollar cierto respeto por ella.
  • Evita discutir durante las celebraciones. Si lo necesitas, debate tu preocupación antes de que llegue la temporada festiva. Así, reducirás tensiones y conflictos.
  • Fíjate en cómo disfrutan los más pequeños. Observa cómo disfrutan mientras decoran el árbol de Navidad o abren los regalos. Disfrutar de esta época a través de los ojos de los más pequeños puede distraerte de los problemas y del estrés.
  • Reserva un día de descanso antes de Navidad. Olvídate de las compras de última hora y de las listas de cosas por hacer. Busca tu espacio y alivia cualquier tensión subyacente que puedas tener. Esto le permitirá manejar cualquier problema que surja con una mente tranquila, clara y descansada.

Con todo, es cierto que son momentos en los que es difícil ignorar viejas rivalidades, relaciones tensas o discusiones muy recientes. Así que si, pese a los esfuerzos, se reactiva el conflicto, estas son algunas estrategias para lidiar con él:

  • Comunícate en positivo. El lenguaje y el tono que utilizamos en nuestras conversaciones pueden ayudar o dificultar la comunicación. Obvia los sarcasmos y los insultos. No ayudan a reducir la tensión del conflicto. Plantéate una comunicación clara, concisa y abierta que limite los malentendidos.
  • Busca la objetividad, sin emociones, cuando negocies. Cuando hay un conflicto familiar, se suelen experimentar emociones fuertes o desequilibrios de poder. Así que, para comunicarnos y razonar eficazmente, debemos apartar las emociones y que la ira o el resentimiento no nublen tu juicio. Esto te permitirá escuchar y no solo reaccionar.
  • Respeta el otro punto de vista. Cada persona tiene derecho a tener sus propios sentimientos, creencias y opiniones. Recuerda que los demás no están obligados a estar siempre de acuerdo con nosotros.
  • Negocia y comprométete. Presta atención, escucha activamente y trata de entender el punto de vista de la otra persona. Todo esto puede facilitar enormemente la negociación y ayudar a resolver el problema. Recuerda que el objetivo es resolver el conflicto y no ganar la discusión.
  • Busca varias soluciones al problema. Esto ayudará a las partes a llegar a un acuerdo basado en una solución aceptable y cómoda para los implicados. Una vez que se haya determinado la solución, mantenla. Incluso podéis escribir un contrato si fuera necesario.

Ante todo, recuerda que los conflictos ocasionales son una parte muy normal de cualquier relación. Aun así, puedes prepararte y reconducir la situación sin que la discordia se perpetúe. Trata de disfrutar de esta Navidad y de la oportunidad de reencontrarte con los tuyos.

“Lo que falta aprender en las familias es que dentro no debe existir el poder”, Francis Bacon.

¿Cultivas la compasión?

Sentir compasión es un proceso interno que implica percibir sufrimiento, evaluarlo, involucrarse y actuar.

La compasión es un comportamiento dirigido a eliminar el sufrimiento y a producir bienestar en quien sufre (puede ser otra persona o nosotros mismos). Implica un deseo de ser útil. Lo sentimos cuando reconocemos el dolor y nos asaltan pensamientos de empatía, calidez y amor por la persona que está padeciendo una situación difícil y deseamos aliviar ese sufrimiento.

No hay que confundirlo con empatía (la capacidad de entender la conducta y los sentimientos de los demás), simpatía (sentir la emoción de otro), lástima (un sentimiento de tristeza y ternura por el padecimiento de alguien) o estrés por observar el sufrimiento de los demás. Porque la compasión, a diferencia de estos estados, conlleva también un impulso (basado en el amor y en la comprensión cálida) de actuar para eliminar o disminuir el sufrimiento.

Las personas compasivas tienen una serie de cualidades:

  • Sabiduría: tiene que ver con las experiencias personales y haber logrado cierta conciencia de la naturaleza de las cosas y de las dificultades de la vida.
  • Fortaleza: el valor y el coraje para afrontar las situaciones difíciles.
  • Confianza: en las virtudes del ser humano.
  • Empatía: para entender cómo se sienten los demás a la hora de afrontar las dificultades de la vida.
  • Aceptación: y sentimiento de afecto hacia la persona tal y como es, sin juzgarla ni criticarla.
  • Responsabilidad: ya que no se trata de ser amable, sino de tener un deseo verdadero de ser de utilidad.

Cómo fomentar la compasión

La compasión puede aprenderse y entrenarse. De hecho, existe una terapia, que consiste en cultivar habilidades relacionadas con este tipo de comportamiento para regular el estado de ánimo y generar sentimientos de seguridad, autoaceptación y comodidad. La técnica utilizada es un tipo de meditación con la que se dirige la atención hacia sentimientos de calidez y ternura, hacia dentro (uno mismo) y hacia fuera (un grupo cada vez más amplio de personas).

A la hora de sentir compasión, deben darse cuatro pasos:

  1. Percibir el sufrimiento: debemos estar abiertos para sentirlo. Entrenarse con la meditación implica abrirse a lo que ocurre a nuestro alrededor, darnos cuenta de lo que les pasa a los demás y hacerlo con amplitud de mente y curiosidad. Así, seremos más libres para elegir cómo actuaremos en esos momentos.
  2. Evaluar el sufrimiento: ello influirá a la hora de sentir o no una emoción. Así, si valoramos de forma negativa a la persona que sufre, no sentiremos compasión, lo inhibiremos; y al contrario.
  3. Sentir compasión: debemos ser capaces de vivir estos sentimientos compasivos plenamente, si bien hay que tener en cuenta que dejarse llevar por la compasión puede suponer involucrarnos en el dolor ajeno priorizándolo a la reacción de protegerse.
  4. Actuar: así, nos dejaremos llevar por la compasión y nos comprometeremos con quien sufre.

Estos son algunos ejercicios para fomentar la compasión:

  • Sitúate en el presente y sé consciente de tus pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones. Ahora:
    • Piensa en alguien a quien quieras y que esté sufriendo. Sé consciente de las manifestaciones en las que podría verse ese sufrimiento. ¿Han cambiado en algo tus sensaciones?
    • Piensa en ayudar a esa persona a superar su sufrimiento. Deséalo.
    • Piensa en decírselo, a ella o a otra persona que la pueda ayudar (con este pensamiento ya estamos colaborando a que mejore). Mantén este pensamiento un buen rato y presta atención a las sensaciones que estás sintiendo.
    • Piensa si hay acciones concretas que puedes realizar y comprométete a hacerlo cuando sea posible.
  • Después de este ejercicio, piensa en tu sufrimiento y traspasa ese deseo de mejorar la situación de los demás a ti mismo.
  • También reflexiona sobre el sufrimiento de otra persona a la que no conozcas, pero que sepas que está sufriendo. Repite el proceso anterior.
  • Haz el mismo ejercicio con alguien que no te caiga bien.
“Sé compasivo porque cada persona con la que te cruzas está librando una dura batalla”, Elsa Punset.

El efecto saludable del silencio

Acallar palabras innecesarias y neutralizar el ruido es saludable para cuerpo y mente.

Vivimos en un mundo lleno de estímulos. Reuniones, familia, whatsapp, emails… Muchos vamos acelerados en una época llena de tensiones en la que todo va demasiado rápido. Sin pausa. Sin respiro.

Desbordados por la falta de tiempo, por la sobreinformación y por una vida profesional y personal que a menudo nos exige más de lo que podemos dar, a veces explotamos, hartos de todo. La monja budista Kankyo Tannier nos propone en su libro La magia del silencio incorporar espacios de desconexión en nuestro día a día, para mejorar nuestro bienestar.

Ejercicios para desconectar

Aquí proponemos una serie de ejercicios sencillos y prácticos que pueden ayudarnos a tomar la senda del silencio y de la harmonía.

1. Soledad transitoria voluntaria: aíslate del mundo ruidoso de vez en cuando. Esta cura de silencio te ayudará a recargar pilas. Empieza con unos minutos, luego unas horas y, al final, podrás practicar el silencio durante días sin esfuerzo.

2. Retiro en casa: puede ser de unas horas, de un día o de un fin de semana. Prepáralo bien: llena la nevera de comida sana, coge un buen libro y avisa a tus contactos de que vas a desaparecer. Luego, apaga el móvil.

3. No hacer nada: para eliminar nuestro ruido cotidiano el mejor antídoto es no hacer nada. Asómate a la ventana durante un tiempo ilimitado, respira con el abdomen, escápate a la naturaleza y camina despacio, apreciando el paisaje sin inquietud…

4. La regla de las 3 R y PTPA: desconectar es un proceso que requiere un poco de tiempo. Recuerda la regla de las 3 R, Repetir, Repetir, Repetir. Y Parece una Tontería Pero es Así.

5. Acalla esa vocecita: ridiculiza esa vocecilla interior que te manda, te critica constantemente y te dice ‘haz esto y lo otro’, ‘qué torpe eres’… Ponle un tono agudo o la voz del Pato Donald.

6. Apacigua discusiones: medita tus palabras antes de soltarlas y valora si merecen la pena. Controla lo que te ronda por la cabeza, ya que a veces creamos una película irreal. Ante una provocación, relaja la mandíbula y esconde la lengua tras los dientes, así aliviarás la tensión.

De acuerdo con la ciencia energética tibetana, la ausencia total de palabras limpia los canales sutiles. De esta manera, lo que no se verbaliza, desaparece, dando paso a la purificación. A partir de ahí, todo es más sencillo y la vida se simplifica.

La serenidad que brinda el silencio ayuda a encarar la vida desde una visión más sosegada.

Baños de bosque, beneficios de la naturaleza

La terapia japonesa ‘bañarse en verde’ ayuda a revitalizar el cuerpo y la mente.

Estar en contacto con la naturaleza, como ha estado el ser humano a lo largo de su historia evolutiva, mejora nuestra salud y nuestra calidad de vida.

Por este motivo, desde 1982 Japón promueve los Shirin-yoku o baños de bosque, una terapia que en su esencia consiste en pasear de manera relajada por un ecosistema forestal y conectar con el entorno empleando todos nuestros sentidos.

Diferentes estudios científicos han demostrado que la exposición de nuestro cuerpo a la naturaleza disminuye el estrés, la ansiedad, el insomnio, la obesidad o la diabetes, mejoran el sistema inmunitario y reducen el estado de ánimo depresivo.

Efectos curativos de los baños de bosque

1. Cerebro: ayuda a producir más serotonina (hormonas de la felicidad), mitigar la agresividad y los cambios súbitos de humor. Además, favorece la reparación de tejidos dañados y reduce el riesgo de padecer demencia.

2. Ojos: ayuda a relajar y restaurar la vista, que puede verse perjudicada por el uso constante de pantallas en dispositivos. Un artículo del Instituto de Salud Global de Barcelona muestra que los niños que viven más cerca de espacios verdes tienen menos probabilidad de usar gafas.

3. Corazón: disminuye la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la activación del sistema renina angiotensina (regula la presión sanguínea y el balance de sodio y potasio) y la homocisteina (niveles altos se asocian a enfermedades cardiovasculares y neurológicas).

4. Sistema digestivo: reduce las hormonas del estrés y los niveles de glucosa en sangre, lo que puede prevenir patologías como obesidad, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico.

5. Sistema inmunitario: aumenta el número de las células ‘natural killer’ (linfocitos que defienden el organismo) y modifica los marcadores de la inflamación (interleuquinas, endotelina-1), de acuerdo a un estudio del Departamento de de Salud de Japón.

6. Sube el ánimo: aumenta el estado positivo, la sensación de vitalidad y bienestar psicológico, y disminuye la tensión psicológica de la ansiedad, el insomnio, la depresión, la ira, la fatiga, la confusión o la hostilidad.

7. Longevidad: otra investigación reciente recoge una asociación positiva entre la exposición a espacios verdes urbanos y la salud de los habitantes. Así, vivir en áreas con espacios verdes aumenta la longevidad de las personas mayores.

Elige un sendero sencillo, adaptado a tus posibilidades, poco o nada transitado y sin contaminación acústica. Ten cuidado con las alergias, picaduras de insectos y el sol, y acuérdate de llevar agua contigo.

Camina, siéntate o estírate. Hazlo en silencio, con el móvil apagado para experimentar el entorno al máximo con todos los sentidos.

"De vez en cuando vale la pena salirse del camino, sumergirse en un bosque. Encontrará cosas que nunca había visto", Alexander Graham Bell.

Mindful walking, paseos conscientes

Caminar con todos los sentidos  puede ayudar a sentirnos más vitales y en armonía.

La meditación es una técnica que favorece el bienestar de la mente y el cuerpo. Su práctica diaria puede mejorar la calidad del sueño, aumentar la concentración y reducir el estrés.

Sin embargo, la meditación diaria no tiene por qué significar sentarse pasivamente. El Mindful walking o meditación caminando es un método activo, que requiere de consciencia y de movimiento por el entorno.

Una práctica diaria de caminata consciente

Tómate un descanso y mejora tu estado de ánimo con esta meditación de 10 minutos caminando.

1. Camina a un ritmo natural: coloca las manos donde te sea cómodo, en tu vientre, detrás de la espalda o a ambos lados. Con cada paso, presta atención a la elevación y la caída del pie. Nota el movimiento en las piernas y en el resto del cuerpo.

2. Expande tu atención a los sonidos: ya sea que estés en un espacio cerrado, en el bosque o por la ciudad, presta atención a los sonidos sin etiquetarlos ni nombrarlos, o juzgarlos (si los encuentras agradables o desagradables).

3. Cambia tu conciencia a tu sentido del olfato: de nuevo, simplemente nota. No te presiones ni te obligues a sentir nada, solo llama la atención al sentido del olfato, sea lo que sea que descubras.

4. Céntrate a la visión: colores y objetos y cualquier otra cosa que veas. Mantente natural, no demasiado rígido, no sueñes despierto. Vaga, pero con conciencia sostenida.

5. Mantén esta conciencia abierta: estate abierto a todo lo que te rodea, dondequiera que estés. Sin nada que hacer, nada que arreglar, nada que cambiar. Completamente consciente y caminando.

6. Vuelva a las sensaciones físicas de caminar: redirige tu mente dondequiera que se encuentre al acto de andar. Nota tus pies nuevamente tocando el suelo. Observa los movimientos en tu cuerpo con cada zancada.

Cuando estés listo para terminar tu Mindful walking, quédate quieto y elige un momento y un lugar para poner fin al ejercicio.

Esta práctica activa nos da la oportunidad de centrar nuestra atención en el presente, que a menudo se distrae o se va por los pensamientos. Es una oportunidad para guiarnos fuera del piloto automático distraído que vivimos durante gran parte de nuestro día.

Chi Kung, relajación en movimiento

Esta antigua disciplina china reporta energía al cuerpo y devuelve la calma a la mente

El Chi Kung o Qi Gong es una técnica tradicional china con más de 3.000 años de antigüedad, que activa la mente y la respiración, y hace trabajar el cuerpo físicamente para lograr un mayor estado de bienestar.

‘Chi Kung’ se traduce literalmente como ‘el trabajo de la energía’, ya que trata de hacer circular el flujo esencial el cuerpo mediante movimientos suaves al ritmo de la respiración y manteniendo nuestra atención.

Según el Instituto Internacional de Qi Gong, este arte energético ayuda a tonificar y flexibilizar el cuerpo, favorecer la circulación de la sangre, reforzar el sistema inmunitario, armonizar el funcionamiento de los órganos y conseguir un mejor equilibrio entre cuerpo y mente.

Beneficios del Chi Kung

1. Aporta vitalidad: los movimientos circulares, secuenciales y repetitivos del Chi Kung estimulan la energía vital y facilitan su libre circulación por todo el cuerpo.

2. Calma el estrés: la combinación de ejercicios pausados y respiraciones profundas favorece la relajación de las tensiones musculares y la paz en la mente.

3. Favorece el sueño: la tranquilidad mental y el estado de relajación corporal ayudan a conciliar más fácilmente el sueño y, a que éste, sea de mayor calidad.

4. Mejora la digestión: propicia el buen funcionamiento del sistema gastrointestinal, ya que acelera el metabolismo, y  regula las contracciones del intestino.

5. Fortalece el cuerpo: enseña a ejercitarnos sin forzar o bloquear las articulaciones. Poco a poco se aumenta la flexibilidad y la fuerza, evitando posibles lesiones y caídas.

Ejercicios básicos de Chi Kung

Las ‘ocho piezas del brocado’ es la serie más antigua del Chi Kung, que tratan de de tonificar el cuerpo y apaciguar la mente. Ocho piezas del brocado

Imagen de la Escuela Camino Interior blogspot.com

El taichí es un arte marcial que busca labrar la energía para usarla en la lucha después y hacer que la energía fluya por el cuerpo. En cambio, en el Chi Kung no existe una aplicación marcial, los movimientos que se realizan están centrados en brindarnos salud de forma integral.

Cómo respirar bien cuando hacemos deporte

Aprender a inhalar y exhalar correctamente nos ayudará a mejorar nuestro rendimiento.

Respirar es una función vital del organismo, como el comer o el dormir. Pero a pesar de su importancia, lo hacemos casi siempre de forma automática, apenas sin ser conscientes de ello. Solamente en momentos puntuales (practicando meditación o yoga) o, tal vez, cuando nos falta el aire nos acordamos del valor de la respiración.

No obstante, la respiración se vuelve aún más fundamental cuando realizamos ejercicio físico porque se incrementa la manera en que oxigenamos las células del organismo, y de ese proceso dependerá la energía que captemos para poder lograr con éxito la actividad.

Antes de empezar a movernos hay que tener en cuenta la técnica que usaremos, para evitar que, a los pocos minutos, la respiración sea agitada y superficial, haciendo que nos sintamos fatigados con más rapidez.

La clave es respirar conscientemente, inspirando y espirando desde una orden mental interna y focalizando nuestra atención en cada momento del entrenamiento. De esta manera, el organismo redistribuirá los gases de forma óptima y seremos capaces de superar el reto.

Consejos para una respiración óptima

  1. Sé consciente

Las disciplinas como el yoga o el pilates basan su rendimiento en el control voluntario de la respiración. Lo más recomendado es inhalar por la nariz:  imagina cómo entre el aire en los pulmones, mientras tu abdomen se infla y el diafragma se abre. Luego, saca el aire por la boca, hasta que el abdomen se deshinche.

  1. Una respiración para cada ejercicio

La respiración abdominal o diafragmática es la que se emplea en el yoga y otras técnicas de relajación y que consiste en concentrar el aire a nivel abdominal: al trabajar con la parte baja de los pulmones, se consigue estimular el sistema nervioso parasimpático y relajar el cuerpo.

En cambio, la respiración torácica (considerada como normal) es cuando respiramos de pulmón, es decir, inspiramos por la nariz y expiramos por la boca. Esta es la que utilizamos en cualquier tipo de ejercicio aeróbico o anaeróbico.

  1. Marca un ritmo

Intenta llevar un compás con la respiración, más lento al inicio y más rápido según vaya incrementándose la intensidad del ejercicio. Es fundamental repetir la cadencia y no acelerarse para que no hiperventilemos. Puede ser dos tandas y una inspiración, o 3:1, o 4:1, dependiendo de cómo te sientas más cómodo.

  1. Exhalar cuando el esfuerzo es mayor

Cuando hagas entrenamientos de fuerza o tonificación, intenta que la inspiración  coincida con un ejercicio relajado, preservando oxígeno suficiente para cuando los músculos hagan el trabajo duro. Debemos tratar de expulsar el aire durante el movimiento de mayor esfuerzo, así por ejemplo, en unos abdominales espira cuando eleves el abdomen e inspira al bajar.

  1. Mantén la postura correcta

Mantén la posición adecuada durante todo el ejercicio, tanto cuando realices esfuerzo, como en los tiempos de descanso. Y, siempre que puedas, intenta practicar la actividad física al aire libre, lejos de ambientes cargados o sin luz natural, ya que beneficiará a tus pulmones y te aportará mayor sensación de bienestar.

Recuerda que una respiración superficial acumula mayor cantidad de toxinas, provoca mayor  sequedad en la boca y aumenta la sensación de cansancio. Por contra, al respirar correcta y conscientemente se apacigua el trabajo cardíaco, se incrementa el flujo sanguíneo y se mejora la resistencia al esfuerzo.

Puedes decirte a ti mismo: inspirando, sé que estoy inspirando. Espirando, sé que estoy espirando.

Yoga para hacer en casa

Te contamos cuáles son las mejores posturas de relajación para practicar donde quieras.

El yoga es una antigua disciplina física, mental y espiritual que hoy día cuenta con millones de seguidores en todo el mundo. Son muchos los estudios que han avalado sus beneficios para la mejora del estado de salud de las personas y varias instituciones mundiales lo recomiendan para lograr un estilo de vida saludable, que esté en armonía con la naturaleza.

A pesar de que se trata de una técnica tradicional de la India, actualmente se practica de formas y con modalidades muy diversas (Vinyasa, Hatha, Kundalini, Flow, etc.). El objetivo del yoga es el beneficio holístico, es decir, la mejora en todo el ser, que se concibe como la suma de las partes que lo componen, como un todo.

De esta manera, a través de la concentración, la respiración y las posturas (asanas) se consigue un estado de meditación que favorece nuestro bienestar general: se tonifica el cuerpo, se libera el estrés y se enriquece el espíritu. Además, al ser una práctica sosegada, suave y pausada resulta adecuada a cualquier edad, independientemente de la condición física.

Asanas para practicar en cualquier sitio

  1. El guerrero

Ponte de pie y separa las piernas alineándolas con las caderas. Gira el pie derecho en ángulo recto y el izquierdo en diagonal. Abre el pecho y mueve la cabeza hacia atrás. Mantén la postura unos 10 segundos mientras inspiras y expiras por la nariz. Luego, cambia de lado. Con “el guerrero” se aumenta la flexibilidad de las caderas. El guerrero

  1. El triángulo extendido

Erguido y con las piernas separadas como en la posición anterior, coloca el pie izquierdo en horizontal y el derecho a unos 30 grados. Estira y alinea el tronco hacia el lado izquierdo mientras levantas el brazo contrario hacia el cielo. Intenta alargar todo el costado derecho, mirar hacia arriba y tocar con la mano izquierda el tobillo. Haz 5 respiraciones y luego repite el lado contrario. Esta asana sirve para fortalecer la zona pélvica y las piernas. El triángulo extendido

  1. El perro boca abajo

Coloca manos y pies en el suelo, como si crearas una V del revés. Separa los dedos de las manos y presiona el suelo con las palmas. A la vez, tira la pelvis hacia atrás e intenta que los talones no se despeguen de la superficie. Trata que las rodillas queden por debajo de la cadera, las manos debajo de los hombros y la cabeza relajada.  Este ejercicio ayuda a relajar la mente. El perro boca abajo

  1. El pez

Túmbate boca arriba y deja los brazos pegados al cuerpo y las palmas contra el suelo tocando los glúteos, arquea la columna y echa la cabeza hacia atrás. Deja que la coronilla descanse en el suelo. Recuerda que el peso cae sobre los brazos, no sobre las cervicales. Respira 20 veces conscientemente. El “pez” estimula los órganos del vientre y de la garganta. El pez

  1. La media torsión

Siéntate sobre el suelo, dobla la rodilla izquierda y esconde el pie derecho bajo el glúteo derecho. Flexiona la rodilla izquierda y pasa el talón por encima de la rodilla derecha.  La pierna izquierda reposa en el suelo y la rodilla derecha en el abdomen. Sujeta el pie izquierdo con la mano derecha y deja la otra mano en el suelo. Al exhalar,  gira el tronco y la cabeza unos 90 grados hacia la izquierda y con cada espiración aumenta más la torsión. Aguanta la posición 20 segundos antes de hacer el lado opuesto. La media torsión

Estas posturas de yoga nos ayudan a calmar la mente, a relajar tensiones musculares y a sentirnos más ágiles física y mentalmente. Además, son una excusa sana e idónea para regalarnos, un momento de introspección y ser más conscientes de uno mismo.

"Yoga es la concentración de la mente en el interior".  Sri Swami Sivananda, maestro yogui.

Taichí, la meditación activa

Conoce los beneficios que esta práctica físico-espiritual puede aportar a tu salud y bienestar.

El Taichí es un arte marcial, originario de China y con miles de años de antigüedad, que se practica hoy día en todo el mundo por millones de personas. En sus inicios, se trataba de un entrenamiento para la lucha cuerpo a cuerpo, sin embargo, actualmente se considera una práctica físico-espiritual con múltiples aplicaciones terapéuticas y que mejora considerablemente nuestra calidad de vida.

Su metodología se basa en meditar de forma activa y en movimiento, es decir, se lllega a un estado de calma a través de una serie de ejercicios suaves, circulares y continuos que aportan una sensación de calma, paz y relajación. Aunque es una actividad que se realiza con gestos lentos y apaciguados, en ella se ejercitan todos los músculos del cuerpo, además de trabajar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.

Beneficios para el bienestar

  1. Reduce el estrés

Sus movimientos sosegados juntamente con la respiración profunda y consciente fortalecen el pensamiento positivo y favorecen la capacidad de atención y calma. Según recientes investigaciones, estos beneficios se inician a nivel molecular y pueden cambiar incluso la manera en la que funciona nuestro código genético.

  1. Ayuda a controlar los síntomas del asma

La respiración que se consigue es tranquila y abdominal, favoreciendo la inhalación y exhalación por la nariz de manera suave para impedir que el aire frío se filtre y fomentando la calma durante el movimiento. Este método de respiración ayuda a reducir la duración de los episodios agudos de asma y con éstos, el sufrimiento de quienes los padecen.

  1. Corrige la postura

Favorece la movilidad de las articulaciones, como los hombros, la espalda o las rodillas, promoviendo la postura correcta y previniendo lesiones innecesarias. De este modo, la postura física se endereza y se adopta un mayor equilibrio en base a centrar el cuerpo en torno a un eje vertical, el cual mejora la manera de colocar la columna vertebral en movimiento (caminar) y en reposo (sentado).

  1. Mejora el tono muscular

Los movimientos han de realizarse con las piernas ligeramente flexionadas, lo que ayuda a mantener el tono muscular. Igualmente, se mejora la flexibilidad de tendones y ligamentos, por lo que previene la aparición de enfermedades óseas y articulares, como la artritis.

  1. Favorece la salud cardiovascular

Estos ejercicios ayudan a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol, así como a prevenir enfermedades vasculares y derrames cerebrales. Además, el taichí reduce el número de latidos por minuto, mejora la contracción del corazón e incluso ayuda a desarrollar nuevas arterias, lo que disminuye la formación de coágulos sanguíneos.

  1. Reporta energía

Este arte marcial está relacionado con la medicina tradicional china, que establece el Qi como flujo de energía de los seres vivos. Gracias al tacihí, el Qi se mueve por todo el cuerpo a lo largo de los meridianos, desbloqueando todas las vías y permitiendo que la energía fluya y recuperemos la vitalidad.

Además de estas ventajas saludables, el efecto más importante de la práctica del Taichí es el autoconocimiento, ya que aprendemos a contactar nosotros mismos, escuchar el cuerpo y la mente y a sentirnos mejor de forma integral.

El Taichí usa la energía y no la fuerza, la unidad de lo interno y lo externo y la búsqueda de la quietud en el movimiento.

5 Técnicas de yoga para descansar mejor

Te contamos las posiciones más propicias para dormir profundamente de forma natural.

El yoga es una práctica, física, mental y espiritual con millones de seguidores en todo el mundo y su popularidad no para de crecer. Son muchos los estudios que han demostrado los beneficios de esta técnica para el bienestar integral de la persona e, incluso, la Organización de las Naciones Unidas la recomienda para la salud óptima de la población general.

A pesar de que nació en India hace miles de años, hoy día sigue estando en boga y se practica de formas muy distintas y variadas en muchas partes del planeta. “Yoga”, que en sanscrito significa “unión”, simboliza la conexión entre cuerpo, mente y alma. Esta disciplina de relajación busca, precisamente, un beneficio holístico (que englobe la totalidad de la persona) mediante la concentración, la meditación y las asanas (posturas).

Gracias a los ejercicios de relajación y meditación, el yoga activa el sistema parasimpático y libera serotonina, melatonina y las ondas cerebrales alfa, favoreciendo, así, un descanso profundo y reconfortante.

5 Asanas para un sueño reparador

Con estas sencillas técnicas de yoga conseguirás gran calma mental en poco minutos y te ayudará a vencer el insomnio.

  1. Dedos sobre la frente

Siéntate en el extremo de la cama, respira profundamente por la nariz y cierra los ojos. Luego, lleva ambas manos a la frente y sitúa la yema de los dedos sobre las dos pequeñas protuberancias. Este movimiento despeja el nerviosismo y la tensión acumulada del día. Dedos sobre la frente

  1. Respiración lunar

Tapona con el dedo anular de la mano derecha la fosa nasal del mismo lado e inhala y exhala profunda y pausadamente durante unos minutos por la fosa izquierda. Este gesto relaja los músculos, favorece la inactividad física y potencia el recogimiento interior. Respiración lunar

  1. Visualización

Durante todo el día tenemos que estar atentos y pendientes de nuestro entorno, por lo que nuestro chakra de la frente (el tercer ojo) está totalmente activado. A la noche, la energía disminuye y la atención baja a la zona del cuello. Si imaginas una esfera dorada a la altura de la garganta, conseguirás una sensación armoniosa de paz y tranquilidad. Visualización

  1. Figura de manos

Las posición de las manos, llamada mudra, tienen una importancia relevante dentro del yoga. Mientras estás haciendo la visualización anterior, coloca ambas manos de la siguiente manera: los pulgares tocan la punta de los dedos anular y meñique, que representan los elementos del agua y la tierra (el aspecto Yin, que corresponde a la quietud máxima). A la mañana siguiente, podemos hacer el mudra Yan para desperezarnos y energizarnos: los dedos índice y anular se juntan al pulgar.

  1. Savasana

La postura del cadáver o Savasana, que consiste en tumbarse boca arriba y relajar todos los músculos, reduce al mínimo la actividad mental y fomenta el sueño. Métete en la cama y, tendido sobre la espalda, abre un poco las piernas, los brazos (a unos 45º del cuerpo) y las manos (sin forzar). Concéntrate en la respiración, en cómo entra y sale el aire del cuerpo, tratando que la exhalación dure el doble de segundos que la inspiración. Savasana

Con estas posiciones, ya conoces algunas técnicas que te ayudarán a descansar mejor. No obstante, el yoga es mucho más amplio y rico, posee un abanico inmenso de posibilidades y busca un triple objetivo: flexibilizar el cuerpo, relajar la mente y enriquecer la parte emocional.

Es una práctica suave, pausada y apta para cualquier persona, independientemente de la edad y condición física, adaptándose al estilo de vida de cada uno.