Cómo mantener la motivación cuando hacemos deporte

Fija objetivos, escríbelos, diviértete y recompénsate para sentir esa energía que te estimula a hacer ejercicio con regularidad.

La motivación es una fuerza interna que determina todos los aspectos de nuestro comportamiento. Influye en nuestra forma de pensar, sentir e interactuar con los demás. Existen dos tipos principales de motivación. La básica, que se refiere a los motivos que llevan a una persona a realizar una actividad o tarea concreta, y la cotidiana, relacionada con las razones para llevarla a cabo de una forma constante todos o varios días a la semana.

En el deporte, una motivación alta es un requisito fundamental para que el deportista desarrolle todo su potencial. Tiene que estar dispuesto a trabajar duro ante la fatiga, el aburrimiento, el dolor y el deseo de hacer otras cosas. Sin motivación, otros factores como la confianza, la intensidad o las emociones no tendrán sentido.

Consejos

Iniciar un deporte o entrenamiento y abandonarlo poco tiempo después es una situación muy común. Una falta de deseo, saltar o acortar los entrenamientos o realizar un esfuerzo incompatible con las metas son señales de alarma que indican que hay una baja motivación.

La buena noticia es que la motivación es un fenómeno dinámico y multifacético, así que puede ser modificado hasta cierto punto para conseguir un rendimiento deportivo superior. Somos nosotros quienes tenemos el control sobre ella y trabajarla influirá en la consecución de nuestras metas.

Estos son algunos consejos para mantenerse motivado:

  • Fija tus metas: empieza por unos objetivos simples (realistas y alcanzables) para luego poder ir avanzando hacia metas más ambiciosas. La frustración suele aparecer si los objetivos son demasiado ambiciosos.
  • Conviértelo en algo divertido: busca actividades que disfrutes y luego ve modificando la rutina para mantenerla interesante. Cuando ya no disfrutes de tus entrenamientos, prueba algo diferente, pero no abandones.
  • Introduce la actividad en parte de tu rutina: programa los entrenamientos al igual que harías con cualquier otra actividad importante.
  • Plásmalo en un papel: escribe tus metas y fíjate en los beneficios de practicar ejercicio físico de forma regular. También puede ser útil llevar un diario de ejercicios, en el que registres lo que has hecho en cada sesión (tiempo, tipo de actividad y sentimiento posterior). Ver el seguimiento puede ayudarte a ver el progreso.
  • Busca compañía: haz ejercicio acompañado. Te ayudará a hacer más amenas las sesiones.
  • Recompénsate: después de cada sesión, tómate unos minutos para sentir y saborear las buenas sensaciones que el ejercicio te proporciona. Es una recompensa interna que puede ayudarte a comprometerte más con la práctica deportiva. También puedes incorporar recompensas externas (adquirir nuevas zapatillas o incorporar nuevas canciones a la lista de reproducción).
  • Sé flexible: cuando estás estresado u ocupado para hacer ejercicio o no te sientes con fuerzas, tómate un día o dos de descanso.

Recuerda que ser sedentario conlleva muchos peligros para tu salud. Por ello, el Departamento americano de Salud y Servicios Humanos (HHS en sus siglas en inglés) recomienda al menos 150 minutos a la semana de actividad aeróbica moderada, 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa o una combinación de ambas. Además, conviene incorporar ejercicios de entrenamiento de fuerza de todos los grupos musculares, al menos, 2 veces por semana.

Claves para mantenerse siempre en forma

Te damos algunas pautas para llevar una vida más sana y no  tirar la toalla.

Generalmente un cuerpo esbelto y tonificado es reflejo de estilo de vida saludable, un modo de vida que se basa en tres pilares básicos: una alimentación equilibrada (con más vegetales que carne), unos hábitos sanos (sin tabaco y con un consumo de alcohol moderado) y la práctica de ejercicio físico diario.

No obstante, el cansancio, la falta de motivación y las obligaciones diarias nos pueden desmotivar e incluso, hacer tirar la toalla. Te damos algunas estrategias para mantenerte en forma ahora y en adelante.

Cómo mejorar nuestro estilo de vida

La motivación, esencial

Analiza qué es lo que te impulsa a dar el paso: a veces la motivación es errónea, porque se centra en algo meramente estético y no en un objetivo realista, como es el cambio de hábitos. El mejor aliciente para no perder las ganas es comprometerse con uno mismo (y con la salud) y plantearse para siempre un estilo de vida más beneficioso.

Elige un patrón alimenticio

No te dejes llevar por modas pasajeras a la hora de seleccionar una dieta y escoge una que se adapte a ti y a tu modo de vida. Tus menús tienen que ir acorde a tu perfil hormonal, la genética, la actividad física que hagas diariamente, tu trabajo y tus objetivos finales. Lo mejor es que consultes con un nutricionista.

Planifica tus menús

Recuerda que en la variedad y en el equilibrio está el gusto y también la riqueza nutricional. Elabora un menú semanal con las comidas, intentando seguir las recomendaciones médicas: 3-4 raciones de legumbres, 2 raciones de pasta o arroz (según el ejercicio físico), 3 verduras al día, 3-4 frutas al día y alterna el pescado, la carne y los huevos.

Abandona la comida rápida

Hay que decir ‘no’ a las tentaciones del fase-food, hamburguesas, patatas fritas y demás snacks que no poseen ningún valor nutricional y, por contra, contienen gran cantidad de calorías. Para evitar que aparezca la ansiedad, procura merendar y consumir aperitivos saludables, como una ración de frutos secos, frutas o un mini bocadillo de queso fresco. Si algún día te saltas la norma, no te castigues. Paciencia y vuelve a empezar.

Deporte, 3 veces a la semana

Resérvate algunos huecos para hacer ejercicio 3-4 veces a la semana, con sesiones de entre 30 minutos y 1 hora. El deporte te ayudará a mantener un peso óptimo, favorecerá tu salud emocional, te protegerá de enfermedades y hará que duermas mejor.

Muévete siempre que puedas

Intenta integrar la actividad física en tu vida: sube escaleras, camina más (si puedes ser, a ritmo ligero) por la ciudad, baja una parada antes del autobús, usa la bicicleta y deja el coche. El movimiento es vital, especialmente hoy día, en que las jornadas laborales nos obligan a pasar muchas horas sentados.

“No puedes poner un límite a nada. Cuanto más sueñas, más lejos llegas”, Michael Phelps.