Mantener un peso saludable en pacientes con EPOC: claves desde la Inmunonutrición

Uno de los desafíos más importantes del manejo de la EPOC es mantener un peso adecuado. La desnutrición como el sobrepeso pueden agravar la evolución de la enfermedad

Las enfermedades pulmonares crónicas, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y la fibrosis pulmonar idiopática, impactan significativamente la calidad de vida de los pacientes. Uno de los desafíos más importantes en el manejo de la EPOC es mantener un peso adecuado, ya que tanto la desnutrición como el sobrepeso pueden agravar la evolución de la enfermedad. La inmunonutrición, un enfoque basado en la relación entre la alimentación y el sistema inmunológico, ofrece herramientas clave para mejorar la salud pulmonar y reducir el impacto de la inflamación crónica.

IMPORTANCIA DEL PESO CORPORAL EN ENFERMEDADES PULMONARES

El estado nutricional influye directamente en la función respiratoria. Un índice de masa corporal (IMC) demasiado bajo se asocia con pérdida de masa muscular, incluyendo los músculos respiratorios, lo que incrementa el riesgo de insuficiencia respiratoria. Por otro lado, el sobrepeso y la obesidad pueden aumentar la resistencia de las vías respiratorias y la carga ventilatoria, exacerbando la disnea y reduciendo la tolerancia al ejercicio.

INFLAMACIÓN CRÓNICA Y NUTRICIÓN

En la mayoría de las enfermedades pulmonares crónicas existe un estado de inflamación sistémica persistente. La inmunonutrición busca modular esta respuesta a través de compuestos bioactivos presentes en los alimentos, optimizando la función inmunitaria y metabólica del organismo.

Algunos nutrientes clave en este contexto incluyen:

  • Ácidos grasos omega-3: Presentes en pescados grasos (sardina, caballa, salmón, carne de pasto, etc.) y semillas de chía o lino aunque menos biodisponible, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación pulmonar.
  • Aminoácidos esenciales: La glutamina y la arginina favorecen la reparación muscular y la función inmunitaria, siendo fundamentales para la preservación de la masa muscular respiratoria.
  • Polifenoles y antioxidantes: Presentes en frutas, verduras y té verde, protegen contra el daño oxidativo generado por el estrés inflamatorio crónico.
  • Vitamina D. Su déficit está asociado con mayor riesgo de infecciones respiratorias y disfunción inmunológica, por lo que es crucial mantener niveles adecuados.

Estrategias nutricionales para un peso saludable:

  1. Optimizar el consumo de proteínas: Se recomienda un aporte mínimo de 1.2-1.5 g/kg/día en pacientes con riesgo de sarcopenia para preservar la masa muscular.
  2. Controlar la carga glucémica: Reducir el consumo de azúcares refinados y carbohidratos de rápida absorción para evitar fluctuaciones en la energía y favorecer un metabolismo estable.
  3. Hidratación adecuada: La mucosidad espesa y la reducción del aclaramiento mucociliar en enfermedades pulmonares pueden mejorarse con un adecuado consumo de agua.
  4. Monitoreo del peso y la composición corporal. Es fundamental evaluar no solo el peso, sino la proporción de grasa y músculo para una mejor interpretación del estado nutricional.
  5. Suplementación personalizada. El uso de complementos nutricionales con omega-3, proteínas de alto valor biológico o vitaminas específicas puede ser una herramienta útil en el abordaje terapéutico, siempre que sean prescritos por un profesional de la salud..
CONCLUSIÓN

El mantenimiento de un peso saludable en pacientes con EPOC es un aspecto clave para mejorar la función respiratoria, la calidad de vida y la supervivencia. La inmunonutrición ofrece estrategias basadas en la evidencia para modular la inflamación, preservar la masa muscular y optimizar la función metabólica. Un enfoque personalizado, adaptado a las necesidades individuales de cada paciente, es fundamental para lograr los mejores resultados en el manejo integral de estas patologías.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Lipedema: causas y tratamiento para una enfermedad aún muy desconocida

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció al lipedema como enfermedad en 2018

La ciencia todavía tiene que dar respuesta a muchos problemas de salud, entre ellos, el lipedema. Se trata de una enfermedad crónica, infradiagnosticada, casi exclusivamente femenina y que aún no cuenta con ninguna cura. De hecho, sus causas tampoco se conocen con demasiada exactitud, algo que retrasa los diagnósticos y la respuesta con tratamientos, ya que sus síntomas se confunden con los que demuestran otras enfermedades. Por ejemplo, el sobrepeso, la obesidad o el linfedema, entre otros.

La OMS reconoció al lipedema como enfermedad hace tan sólo seis años, en 2018, y se estima que afecta a aproximadamente el 10% de las mujeres. Afecta el tejido adiposo que acumula células de grasa (adipocitos) generalmente en las piernas, muslos, cadera y brazos. La inflamación y proliferación de los adipocitos provoca dolor, así como complicaciones linfáticas y/o vasculares.

CAUSAS DEL LIPEDEMA

El lipedema es una enfermedad multifactorial y, como tal, responde a distintos síntomas: dolor de las zonas afectadas, ya sea en reposo o al tocarlas, fuerte sensibilidad al tacto, hinchazón o quemazón por la inflamación de los tejidos, desproporción de volumen entre las extremidades afectadas y el tronco, acumulación de grasa y aparición de nódulos y celulitis, fácil aparición de varices o arañas vasculares; y poca o nula disminución de la grasa corporal a pesar de cumplir una dieta y ejercicio físico.

Las causas del lipedema aún no son del todo conocidas y aún quedan por realizar muchas investigaciones para acercarse a más conclusiones, pero algunos estudios identifican los siguientes factores:

  • Hormonal: se ha comprobado cómo los desajustes hormonales empeoran los cuadros de lipedema. De hecho, suele manifestarse en momentos de cambios, como puede ser la pubertad, el embarazo o la menopausia.
  • Genético: los recientes estudios demuestran que cerca del 95% de las pacientes tienen predecesoras con síntomas o diagnóstico de lipedema.
  • Autoinmune: el lipedema se describe como una enfermedad autoinmune que podría estar relacionada con la alteración de la permeabilidad intestinal.

En cualquier caso, existen diferentes grados o etapas de lipedema (I, II y III) en función de la escala de su desarrollo y las zonas afectadas. Sin embargo, no existe una correlación entre ellas. Lo que sí se sabe es que las pacientes con esta enfermedad tienen mayor probabilidad de desarrollar otras afecciones. Algunas de ellas como la obesidad, la fibromialgia, los ovarios poliquísticos, alteraciones de la tiroides y psoriasis.

TRATAMIENTO DEL LIPEDEMA

Al ser considerada una enfermedad multifactorial, el lipedema requiere de un abordaje multidisciplinar. Sin embargo, cabe recordar que es un problema de salud crónico y que no cuenta con ninguna cura, sino con tratamientos que ayudan a mejorar la calidad de vida de la paciente y a controlar el avance de la enfermedad:

  • Intervención quirúrgica: es una de las opciones más recurridas, pues ofrece resultados visibles y de forma más inmediata. Consiste en someterse a una cirugía para retirar el tejido graso inflamado y devolver a la paciente a una fase más inicial. Se realiza a través de técnicas de liposucción específicas para el lipedema.
  • Tratamientos no quirúrgicos: tienen por objetivo disminuir los síntomas y la inflamación de la paciente a través de inyecciones de medicamentos. Esta vía aporta un abordaje más metabólico para el control de la enfermedad.
  • Tratamiento conservador: corresponde a todas las técnicas a las que la paciente puede recurrir en su día a día. Incluye una nutrición adecuada y antiinflamatoria, actividad física, el uso de medias de compresión, trabajo de terapia manual para el drenaje linfático y el uso de protocolos con tecnología como la presoterapia o la radioterapia para aliviar el dolor.

Adicionalmente, las mujeres con lipedema pueden acudir a terapia psicológica para el acompañamiento y el refuerzo de su autoestima frente a una enfermedad de la que aún queda mucho por descubrir. De hecho, muchas pacientes reclaman más formación sobre el lipedema entre el personal sanitario para garantizar diagnósticos precisos y de manera temprana. En definitiva, para obtener una pronta respuesta que repercuta de alguna manera en la mejora de su calidad de vida.