El poder de la alcachofa: una hortaliza para cuidar tu digestión y tu saludcardiovascular

Esta hortaliza es rica en fibra, fósforo, hierro y potasio, vitaminas del grupo B (tiamina y B6), vitamina C, esteroles y cinarina

Una alimentación equilibrada y rica en vitaminas, minerales y fibra es esencial para mantener una buena salud. De hecho, el estilo de vida poco saludable suele ser la antesala de futuros problemas de salud. Es por ello que incluir las verduras entre los alimentos que comemos habitualmente puede ser muy beneficioso. Eso sí, si nos preguntamos cuál de ellas sería una buena opción, tenemos un gran ejemplo: la alcachofa.

Y es que, tal y como explica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, nuestro país se encuentra en el lugar idóneo para cultivarla. Tanto es así que el cultivo de la alcachofa en España está documentado desde el tiempo de la Antigua Roma. Este alimento milenario puede comerse cocido, crudo, en ensalada o aliñado, y su mejor temporada de recolección y consumo se produce de septiembre a mayo. Pero, ¿por qué es tan beneficioso para nuestra salud?

ASÍ AYUDA LA ALCACHOFA A TU SALUD

Para conocer los beneficios de la alcachofa debemos fijarnos en sus valores nutricionales. En primer lugar, esta verdura es rica en fibra, fósforo, hierro y potasio, vitaminas del grupo B (tiamina y B6), vitamina C, esteroles y cinarina. Además del agua, su componente mayoritario son los hidratos de carbono.

De todos los hidratos de carbono que contiene, la fibra inulina sería uno de los más importantes. Pertenece al grupo de los frútanos, cuya composición les permite no ser digeridos en el intestino delgado. De esta manera, la inulina llega intacta al intestino grueso y es allí donde cumple su principal función: actuar como prebiótico alimentando la microbiota intestinal.

Los prebióticos actúan como nutrientes para la microbiota. ¿Qué quiere decir esto? Que sirven como alimento a las bacterias beneficiosas de nuestro sistema digestivo. Además, la fibra de la alcachofa ayuda a prevenir el estreñimiento. Todo ello ahonda en una mejor salud intestinal, así como global, por lo que este componente de la alcachofa sería muy beneficioso.

SALUD DIGESTIVA Y CARDIOVASCULAR

Igualmente, la alcachofa cuenta con algunas sustancias que se encuentran de manera natural y en pequeñas cantidades en el alimento, como pueden ser los esteroles. Estos tienen la capacidad de limitar la absorción del colesterol en el intestino, lo que beneficia a la salud cardiovascular.

Además, cuentan también con la cinarina, con múltiples beneficios:

  • Hepatoprotectoras: Estimula la producción y el flujo de bilis, favoreciendo la función del hígado y la digestión de las grasas.
  • Coleréticas y colagogas: Mejora el vaciado de la vesícula biliar, lo que puede ser útil en casos de dispepsia o digestiones pesadas.
  • Antioxidantes: Ayuda a combatir el estrés oxidativo, protegiendo las células hepáticas.
  • Ligeramente hipolipemiantes: Contribuye a la reducción de los niveles de colesterol LDL.

Así, este alimento sería uno de los más recomendables a la hora de incluir en nuestra alimentación  gracias a todos sus beneficios para la salud.

Microbiota Intestinal: El Eje central de nuestra salud global

La microbiota intestinal es fundamental para nuestra salud no solo digestiva, sino también global.

La microbiota intestinal es una vasta comunidad de microorganismos que habita en nuestro sistema digestivo fundamental para nuestra salud no solo digestiva, sino también global. Aunque solemos asociar la microbiota con la digestión, sus funciones van mucho más allá de este ámbito, influyendo en el sistema inmune, el sistema nervioso, el sueño, el sistema endocrino, e incluso en la salud de nuestra piel.

¿Qué hace la microbiota intestinal por nuestro cuerpo?

La microbiota cumple diversas funciones esenciales, como el metabolismo de los carbohidratos no digeribles. Este proceso, que involucra la fermentación de fibras que nuestras enzimas no pueden descomponer, da lugar a la producción de ácidos grasos de cadena corta como el butirato, el acetato y el propionato. Estos compuestos no solo contribuyen a la salud de las células intestinales, sino que también tienen propiedades antiinflamatorias y energéticas. Por ello, es esencial consumir una alimentación rica en fibra a menos que haya una indicación médica de evitar ciertos alimentos.

La microbiota también es crucial en la producción de vitaminas como la K, la A y algunas del complejo B, mejorando su absorción y apoyando nuestro sistema inmune. Además, ocupa espacio y compite por nutrientes con bacterias, parásitos y virus patógenos, limitando así su crecimiento. Esta competencia se ve reforzada por la capacidad de la microbiota de producir sustancias antimicrobianas y de regular el pH intestinal, proporcionando un ambiente menos favorable para los  microrganismos “malos”.

Colonización y desarrollo de la microbiota

La microbiota empieza a desarrollarse incluso antes de que nazcamos. Algunas bacterias de la madre se transfieren al feto a través de la placenta, creando las primeras bases para esta compleja comunidad microbiana. Sin embargo, el momento del nacimiento es crucial: un bebé que nace por parto vaginal hereda una microbiota similar a la de la madre, principalmente de su microbiota vaginal e intestinal. En cambio, los bebés nacidos por cesárea adquieren microorganismos más similares a los que se encuentran en la piel, lo que puede afectar su sistema inmunológico y predisponerlo a enfermedades futuras.

La alimentación durante el primer año también influye en la composición de la microbiota. La leche materna, que contiene hasta 360 tipos de microorganismos diferentes, permite una colonización beneficiosa y diversa que contribuye a una microbiota saludable y estable a medida que el niño crece. Hacia los tres años, la microbiota intestinal se estabiliza, alcanzando una composición similar a la de un adulto, que permanece en equilibrio hasta los 65 años, cuando la diversidad y la cantidad de bacterias protectoras tienden a disminuir.

Cuidar nuestra microbiota intestinal es esencial para mantener un equilibrio que sostenga la salud física y mental. Su rol en el desarrollo de nuestro sistema inmune, en la prevención de infecciones y en el apoyo de procesos metabólicos es innegable. A través de una alimentación balanceada, rica en fibra y alimentos fermentados, podemos nutrir este ecosistema interno y asegurar que desempeñe eficazmente sus múltiples funciones.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

¿Cómo prevenir las afecciones respiratorias en invierno? La vacunación, nuestra mejor aliada

Las infecciones como la gripe o la Covid-19 son muy comunes en invierno, y la vacunación la herramienta más eficaz para prevenirlas

Es común que durante el invierno contraigamos más afecciones respiratorias, como por ejemplo la gripe, que pueden incluso evolucionar hacia casos más graves y llegar a requerir hospitalización. Ante las complicaciones asociadas a esta infección, contamos con un arma esencial que nos permite prevenir la enfermedad grave: la vacunación.

Es en invierno cuando las temperaturas bajan y proliferan los patógenos causantes de diferentes infecciones como el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, o el virus de la influenza, tras la gripe. Patologías que pueden derivar en graves complicaciones, hospitalización e incluso la muerte, especialmente en pacientes con enfermedades previas, como los pacientes con patologías respiratorias o cardiovasculares.

¿CON QUÉ VACUNAS CONTAMOS?

Para protegernos contra los virus y bacterias que provocan estos problemas respiratorios, contamos con la vacunación. En la campaña de invierno de este año, el Ministerio de Sanidad ha recomendado la inmunización frente a la gripe y la Covid-19, que son las dos enfermedades infecciosas respiratorias que más circulan durante el otoño y el invierno.

En el Calendario Nacional de Vacunación para toda la vida también se incluye la vacunación frente al neumococo para pequeños y mayores, y frente al virus respiratorio sincitial (VRS) en los menores de un año, causante de los casos de bronquiolitis en los más pequeños. La vacunación frente al VRS en los adultos se encuentra por el momento comercializada en España, no así incluida en la Cartera de Servicio del Sistema Nacional de Salud y, por ende, en el Calendario.

QUIÉNES DEBEN VACUNARSE

“La vacunación es la medida más eficaz para prevenir estas patologías y evitar sus complicaciones”, demuestran los expertos y es especialmente recomendable en algunos grupos de población. Si nos preguntamos quiénes están dentro de estos grupos, tenemos dos ramas distintas: aquellos que tienen mayor riesgo de complicaciones y los que mantienen los servicios esenciales a la comunidad y están en riesgo de contagiarse por su trabajo.

Dentro del primer grupo encontramos:

  • Personas de 60 o más años de edad
  • Niños de 5 o más años que se encuentren en centros o instituciones
  • Jóvenes a partir de 12 años que tengan condiciones de riesgo como diabetes, obesidad, hemofilia, cáncer u otras enfermedades crónicas o que conllevan disfunción cognitiva
  • Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio
  • Convivientes con personas que tienen alto grado de inmunosupresión

Por otro lado, tendríamos los casos de aquellas personas que, por su labor, son imprescindibles para los servicios públicos. En este caso tenemos:

  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
  • Fuerzas Armadas
  • Bomberos
  • Servicios de protección civil

Estos son los alimentos con los que protegerás tu sistema inmunitario este invierno

La alimentación tiene un papel principal en esta protección de nuestro sistema inmune y, por tanto, en nuestra salud

Nuestro sistema inmunitario nos protege diariamente frente a esos virus externos que nos atacan y que pueden provocar enfermedades o infecciones. En invierno, la mayor presencia de patógenos y la exposición al frío constante debilita nuestra respuesta inmunitaria, y suponen un incremento de los casos de infecciones respiratorias. Es en este momento cuando toca reforzar nuestro sistema inmune, algo que puede conseguirse de forma muy simple: basta con seguir una alimentación correcta.

Unas defensas fuertes evitan que enfermemos y algunos alimentos pueden servir precisamente para mejorar su fortalecimiento. Para ello es importante seguir una alimentación variada que contenga suficientes nutrientes y vitaminas. Un reto cuando hablamos de Navidad, momento en el que no controlamos tanto lo que comemos.

¿QUÉ DEBEMOS INCORPORAR EN NUESTRA ALIMENTACIÓN? 

El primer consejo que plantean los expertos es el de comer más vegetales, y 3 piezas de frutas pues contienen vitamina C y fibra, que protege el intestino y su microbiota intestinal. También recomiendan incorporar más alimentos fermentados, como el yogurt, kéfir, Kombucha, tempe, chucrut, etc. muy ricos en microorganismos beneficiosos: probióticos, que ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal.

Asimismo, para que nuestro sistema inmunitario se mantenga, hay que seguir una alimentación con proteínas, grasas saludables, fibra, almidón resistente. Todo ello engloba a los macronutrientes, cuyo nombre se debe a que se encuentran en grandes cantidades en la comida, y que nos aportan esencialmente energía.

Tampoco podemos olvidarnos en nuestra alimentación de los micronutrientes, fundamentales para mantener la salud óptima y desempeñan un papel clave en diversas funciones metabólicas y del sistema inmune.

  • Vitamina A: Crucial para la visión, el sistema inmune y la piel. Presente en la yema de huevo, carne de pasto (especialmente hígado de ternera o pescado).
  • Omega-3: Antinflamatorio y esencial para la salud cerebral y cardiovascular. Se encuentra en salmón salvaje, huevos, ostras, caviar, carne de pasto, caballa, sardinas, atún, arenques, aceite de hígado de bacalao y suplementos de calidad.
  • Vitamina B6: Importante para el metabolismo energético y la síntesis de neurotransmisores. Fuentes: pollo, salmón, atún y plátanos.
  • Vitamina C: Potente antioxidante y promotor de la síntesis de colágeno. Presente en cítricos, brócoli y otros vegetales frescos.
  • Vitamina E: Esencial para proteger las membranas celulares contra el daño oxidativo. Se encuentra en nueces, almendras y semillas.
  • Zinc: Fundamental para la función inmune y la reparación celular. Fuentes: mariscos, alubias y lentejas.
  • Selenio: Poderoso antioxidante que contribuye a la función tiroidea. Destaca en nueces de Brasil y cereales integrales.
  • Hierro: Necesario para el transporte de oxígeno en el organismo. Presente en marisco, espinacas y legumbres.
  • Ácido fólico: Vital para la síntesis de ADN y la salud celular. Se encuentra en verduras de hojas verdes como espinacas y col rizada.

En nuestra alimentación, por otro lado, hemos de limitar el consumo del azúcar, harinas refinadas y grasas trans que podemos encontrar en refrescos, ultraprocesados, bollería industrial… etc. No en vano, estos productos pueden contribuir significativamente a la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas.

DUERME LO SUFICIENTE, HAZ EJERCICIO REGULAR E  HIDRATATE

Además de mantener una alimentación saludable para mantener nuestro sistema inmunitario hay que ejercitarse y mantenerse hidratado. El agua es la responsable de transportar las células inmunitarias por nuestro organismo, además diluye las toxinas, mantiene las mucosas húmedas, y mejora en gran medida la circulación.

En cuanto al sueño, expertos y estudios han dado a conocer que el dormir poco puede conducir a un peor estado de salud. Mientras dormimos se fortalecen nuestras defensas, y por ello debemos fomentar una buena higiene del sueño, que pasaría, entre otras medidas, por limitar la exposición a las pantallas durante las noches.  

Microbiota Intestinal y su impacto en el sueño

Te contamos la importancia del eje microbiota-intestino-cerebro y cómo impacta en el sueño

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La microbiota es el conjunto de microorganismos (bacterias, virus, hongos, arqueas, parásitos, protozoos y los recién descubiertos obeliscos) que habitan en diferentes partes del cuerpo. Están presentes en la boca, intestino, pulmones, piel, etc.

Son unos 100 billones de microorganismos funcionales y simbióticos, y más de 10 mil especies distintas se han descrito en el cuerpo humano. La mayor concentración (95%) se localiza en el colon, donde desempeñan un rol esencial en procesos metabólicos que impactan directamente en la salud.

Estos microorganismos no solo influyen en la digestión o el sistema inmune, sino que también afectan a nuestras emociones, el sueño, el comportamiento, etc. creando una conexión bidireccional entre el intestino y el cerebro.

CURIOSIDADES

  • Tenemos más microbios que estrellas en la vía láctea.
  • Hay más microorganismos que células humanas en nuestro cuerpo.
  • El peso de la microbiota puede llegar a los 200 g.
  • Si se alinearan todos los microbios, darían 2,5 veces la vuelta al planeta tierra.

FUNCIONES

  • Entrenamiento del sistema inmunológico.
  • Producción y absorción de vitaminas.
  • Producción de ácidos grasos como acetato, propionato y butirato.
  • Generación de hormonas y neurotransmisores como la serotonina y el GABA, esenciales para la salud mental y el sueño.
  • Participación en la digestión y control del peso corporal.

EJE MICROBIOTA-INTESTINO-CEREBRO

La microbiota se relaciona de manera bidireccional con todo el organismo, incluyendo el cerebro. Si la microbiota está en equilibrio (eubiosis), ayuda a mantener la salud en múltiples sistemas. Sin embargo, el desequilibrio (disbiosis) puede provocar síntomas o enfermedades.

La investigación ha demostrado que la disbiosis se asocia con trastornos como el insomnio, la depresión, la ansiedad, el autismo y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y el párkinson.

Conexión Microbiota y Sueño

El sueño es un estado fisiológico que está vinculado al sistema inmunológico y a la composición de la microbiota intestinal. Los estudios muestran que la alteración en la composición bacteriana intestinal (disbiosis) y el aumento de la permeabilidad intestinal están asociados con trastornos del sueño en niños y adultos. Estos problemas pueden estar ligados a un incremento en los niveles de bacterias que producen lipopolisacáridos y otros mediadores inflamatorios.

La microbiota sigue un ritmo circadiano similar al de nuestros relojes biológicos internos. Si no mantenemos un patrón de sueño saludable, esto afecta negativamente a los microorganismos en el intestino, y viceversa. Los microorganismos intestinales son responsables de producir el 90-95% de la serotonina en el cuerpo, un neurotransmisor que regula el bienestar y que es el precursor de la melatonina, la hormona que controla el ciclo de sueño-vigilia.

Además, la microbiota genera GABA, una sustancia relajante que reduce el estrés y facilita el sueño. Cuando los niveles de GABA son bajos, hay más estrés y más dificultades para conciliar el sueño.

Trastornos del Sueño y la Microbiota

Estudios han demostrado que personas con insomnio, depresión y otros trastornos del sueño, como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas o alteraciones del ritmo circadiano, suelen presentar disbiosis.

Estos problemas pueden ser tratados con un enfoque multidisciplinario que incluye cambios en el estilo de vida y alimentación, mejorando la salud intestinal.

Estrategias para mejorar el sueño a través de la Microbiota

El tratamiento de los trastornos del sueño requiere un enfoque que incluya:

  • Alimentación personalizada enfocada en el equilibrio de la microbiota.
  • Inmunonutrición para reducir la inflamación.
  • Exposición a la luz solar.
  • Uso de probióticos (psicobióticos) para contrarrestar la disbiosis.

Mantener una microbiota saludable es clave no solo para una buena digestión, sino también para el equilibrio emocional y la calidad del sueño.

Desmitificando la respiración: verdades y mentiras sobre la salud pulmonar

Exploramos las creencias más comunes sobre la respiración y la salud pulmonar y las contrastamos con la realidad basada en evidencia científica

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La salud respiratoria es un aspecto fundamental de nuestro bienestar general, pero desafortunadamente, existen muchos mitos y conceptos erróneos que pueden llevar a una comprensión incorrecta de cómo cuidar nuestros pulmones. Es crucial desentrañar estos mitos y separar la verdad de la ficción para promover una mejor salud respiratoria.

A continuación, exploramos algunas de las creencias más comunes y las contrastamos con la realidad basada en evidencia científica.

MITO 1: LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIA SOLO AFECTAN A LOS FUMADORES

Verdad: Si bien el tabaquismo es un factor de riesgo significativo para enfermedades respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el cáncer de pulmón, no es la única causa. La exposición al humo de segunda mano, la contaminación del aire, las alergias y las infecciones respiratorias también pueden contribuir al desarrollo de enfermedades pulmonares.

Exposición al humo de segunda mano

La inhalación pasiva del humo del tabaco contiene muchas de las mismas sustancias tóxicas y cancerígenas que afectan a los fumadores activos, aumentando el riesgo de EPOC y cáncer de pulmón en no fumadores.

Contaminación del aire

La contaminación atmosférica, especialmente en áreas urbanas, está relacionada con el agravamiento de enfermedades respiratorias preexistentes y puede causar nuevas afecciones en personas previamente sanas.

Alergias e infecciones respiratorias

Las alergias y las infecciones respiratorias, como el asma y la neumonía, también pueden tener un impacto significativo en la salud pulmonar, independientemente de los hábitos de fumar.

MITO 2: EL AIRE FRÍO Y HÚMEDO CAUSA RESFRIADOS Y ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

Verdad: Aunque es más común enfermarse durante los meses de invierno, esto se debe principalmente a la propagación de virus en ambientes cerrados, no al clima frío en sí. Los virus respiratorios, como los que causan el resfriado común y la gripe, se transmiten más fácilmente en interiores donde las personas tienden a congregarse más en invierno.

Prevención de enfermedades respiratorias

Higiene personal: Lavarse las manos con frecuencia y evitar tocarse la cara puede reducir significativamente el riesgo de infecciones.

Evitar el contacto cercano: Mantener la distancia de personas que estén enfermas y cubrirse al toser o estornudar son medidas clave para prevenir la propagación de enfermedades respiratorias.

MITO 3: LOS EJERCICIOS CARDIOVASCULARES INTENSOS SON PERJUDICIALES PARA LA SALUD RESPIRATORIA

Verdad: El ejercicio regular, incluso de alta intensidad, puede beneficiar la salud pulmonar al mejorar la capacidad pulmonar y la eficiencia del intercambio de gases en los pulmones. La actividad física fortalece los músculos respiratorios y aumenta la resistencia, lo cual es beneficioso para la salud general del sistema respiratorio.

Beneficios del ejercicio para la salud pulmonar

Mejora de la Capacidad Pulmonar: El ejercicio aeróbico ayuda a expandir los pulmones y aumenta la capacidad para procesar oxígeno.

Reducción del estrés: La actividad física regular puede reducir los niveles de estrés, lo cual tiene un impacto positivo en la respiración y la salud pulmonar.

Ejercicio seguro

Es importante realizar ejercicio de manera segura y de acuerdo a la capacidad individual. Las personas con condiciones respiratorias deben consultar a su médico antes de iniciar un régimen de ejercicios intensos.

Es fundamental cuestionar y desafiar los mitos comunes sobre la salud respiratoria para promover una comprensión más precisa de cómo cuidar nuestros pulmones. Al educarnos sobre los factores que afectan la salud respiratoria y adoptar medidas preventivas basadas en la evidencia, podemos proteger y mejorar la función pulmonar a largo plazo.

¿Afecta el aire acondicionado a la salud respiratoria?

El aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano, según SEPAR

En los meses en los que las temperaturas son más elevadas, los sistemas de climatización se convierten en aliados indispensables para mantener el ambiente fresco y cómodo. Estos sistemas están instalados en domicilios particulares, pero también en locales, comercios e instituciones públicas. Y, aunque son muy deseados para aliviar el calor, el uso prolongado y continuo del aire acondicionado impacta negativamente en la salud respiratoria.

El aire acondicionado expulsa aire frío y seco, disminuyendo así la humedad ambiente. Su efecto sobre la salud respiratoria es irritante e inflamatorio, al contribuir a la sequedad de la mucosa nasal y de la vía respiratoria superior. Además, un uso mantenido de estos aparatos podría causar problemas respiratorios más graves, acompañados de irritación de garganta y tos.

Según los datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el aire acondicionado está detrás de un 20% de los casos de catarros, laringitis, faringitis y procesos bronquíticos del verano. Un mal uso de estos aparatos puede desencadenar estos cuadros al generar irritación e inflamación en las vías respiratorias. Unas patologías que también pueden aparecer con los cambios bruscos de temperatura, al pasar de espacios con aire acondicionado frío a lugares sin él.

Además, la sequedad del aire aumenta la susceptibilidad a infecciones respiratorias, como indica el informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), que aborda cómo afectan los sistemas de climatización en el puesto de trabajo. Otro de los efectos demostrados es que la falta de humedad y el exceso de aire frío pueden agravar los síntomas de patologías crónicas como el asma, la bronquitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

No obstante, los problemas más graves relacionados con el uso de la climatización mecánica están relacionados con el mal mantenimiento de los aparatos. Desde SEPAR explican que los gérmenes acumulados en los filtros del aire acondicionado favorecen la dispersión de patógenos como virus y bacterias, entre los que destaca la Legionella pneumophila. Esta bacteria es la responsable de desencadenar cuadros de neumonía, que pueden llegar a complicar gravemente la salud de los pacientes de riesgo

Los hongos son otros de los contaminantes relacionados con el uso de los aires acondicionados. El Aspergillus niger y el Aspergillus fumigatus son los más destacados, ya que son los responsables de provocar rinitis, asma, neumonía o neumonitis por hipersensibilidad. Por otro lado, se ha observado cómo las fibras de vidrio empleadas como aislante térmico en los sistemas de aire acondicionado se degradan fácilmente y se descomponen en partículas. Una falta de mantenimiento de los aparatos y de la ventilación del aire interior podría provocar la migración de estos componentes al tejido pulmonar a través de su inhalación.

CONSEJOS DE USO ADECUADO

Para garantizar que el uso del aire acondicionado no afecta a la salud respiratoria, pueden seguirse unas recomendaciones de seguridad. Desde SEPAR indican que el primer paso debe ser la revisión y limpieza periódica de los filtros, especialmente antes del verano. Además, es conveniente seguir las instrucciones de mantenimiento fijadas por cada fabricante, así como colocar los aparatos en los lugares adecuados.

Con el objetivo de mantener la calidad del aire y liberarlo de los patógenos, conviene ventilar correctamente el ambiente. También es importante encender los dispositivos a unos 22 o 24 ºC, subiendo la temperatura uno o dos grados adicionales por la noche. Y conservar una humedad en el aire situada entre el 35% y el 60% para no resecar el ambiente en exceso y evitar congestiones.

Por último, desde SEPAR recuerdan que los catarros relacionados con los aires acondicionados no suelen causar fiebre, sino estornudos, congestión nasal y rinorrea. Para tratar estos síntomas, no se deben tomar antibióticos, ya que suelen corresponder a problemas de origen vírico. Asimismo, conviene evitar los cambios bruscos de temperatura y no exponerse al frío. Lo ideal es seguirlos consejos, continuar con los tratamientos habituales en pacientes con afecciones respiratorias crónicas y prestar atención ante cualquier empeoramiento o cambio en el estado de salud.

Cáncer de piel: ¿cómo prevenir su aparición?

Aunque existen distintos tipos de cáncer de piel, las medidas de prevención son las mismas para todos ellos

El mes de junio marca el inicio de la temporada de sol y, por ello, el día 13 de este mes se celebra el Día Europeo de la Prevención Contra el Cáncer de Piel. Se trata de uno de los tipos de cáncer más frecuentes en la sociedad, que afecta a 78.000 nuevas personas cada año en España, según los datos de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Además, su incidencia ha aumentado un 40% en las últimas décadas, por lo que la prevención y la detección precoz juegan un papel protagonista.

Existen distintos tipos de cáncer de piel en función de las células tumorales en las que se reproduzca el tumor. Los más comunes son el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular. También existe el cáncer de tipo melanoma, que es menos frecuente pero el que más riesgo y letalidad presenta. Sin ir más lejos, el melanoma causó 1.025 muertes en España en 2023, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). En cualquier caso, las medidas de prevención son las mismas para todos los tipos de cáncer cutáneo.

La exposición al sol es el factor de riesgo fundamental en la aparición de cáncer de piel. Por lo tanto, los métodos de prevención van enfocados hacia la protección contra los rayos solares. La radiación ultravioleta (UV) es capaz de modificar el material genético de las células de la piel. Evitar la exposición solar descontrolada, ya sea directamente desde el sol o desde las cabinas de bronceado, es una de las medidas más importantes para cuidar la salud de la piel.

Hay que tener en cuenta la potencia de los rayos del sol. Estos son más intensos en los meses de verano y primavera, en la franja horaria comprendida entre las 10:00 y las 17:00h del día y en las zonas de mayor altitud o con superficies reflectantes, como el agua o la nieve. Por lo tanto, es importante resguardarse del sol cuando se presenten estas condiciones y protegerse de la forma adecuada.

Para prevenir la aparición del cáncer de piel, también es imprescindible utilizar protección solar con factor de protección elevado en todo el cuerpo. Pero esta medida no debe aplicarse únicamente en los meses de mayor potencia solar, sino durante todo el año. Cabe recordar que conviene reaplicar las cremas solares según las instrucciones del fabricante, generalmente cada dos horas o después de la transpiración de la piel.

Al uso de fotoprotección hay que sumarle la búsqueda de la sombra en los meses más cálidos y la utilización de ropa que cubra la piel. Aquí pueden incluirse sombreros, gafas de sol y prendas holgadas, de color claro. No obstante, también es importante cuidar el tejido cutáneo desde dentro, proporcionándole una buena hidratación a través del consumo de agua y de antioxidantes con las frutas y las verduras.

Aquellas personas con fototipos de piel claros deben esforzarse más en adoptar estas medidas, ya que son más vulnerables. Además, otro de los factores de riesgo en el desarrollo de cáncer de piel es la predisposición genética. Los pacientes con antecedentes familiares deben comunicárselo a su médico para permanecer alerta. En cualquier caso, la recomendación de los expertos pasa por acudir al dermatólogo una vez al año, de tal manera que pueda revisar las marcas y lunares del cuerpo, chequear su evolución y controlar las nuevas que vayan apareciendo.

Cáncer de pulmón: síntomas y diagnóstico de la enfermedad

Se trata de una enfermedad de elevada letalidad que suele detectarse en estados avanzados

El cáncer de pulmón es una de las enfermedades más letales, el tipo de cáncer que más muertes registra en Europa. Sólo en España provoca alrededor de 22.000 fallecimientos al año, mientras que son cerca de 30.000 los nuevos casos diagnosticados, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Lo más alarmante de todo es el horizonte que podemos esperar: según los expertos, en los próximos 20 años se duplicará su incidencia.

El cáncer de pulmón representa un desafío médico y social significativo en todo el mundo: con la tasa de supervivencia dependiendo en gran medida del diagnóstico temprano, es fundamental comprender los síntomas y métodos de diagnóstico de esta enfermedad.

SÍNTOMAS DEL CÁNCER DE PULMÓN

El cáncer de pulmón se desarrolla a menudo sin causar síntomas notables en sus etapas iniciales, lo que contribuye a su alta mortalidad. Sin embargo, algunas señales podrían alertar a algunos pacientes sobre la presencia de la enfermedad:

  • Tos persistente: debería alarmar una tos que no desaparece después de varias semanas o que empeora con el tiempo. La expectoración sanguinolenta también puede ser un indicador.
  • Cambios en la voz: alteraciones en la voz, como ronquera persistente, pueden ser señales de preocupación.
  • Dificultad para respirar: la falta de aire, especialmente sin una razón aparente, es motivo de atención.
  • Dolor en el pecho: dolor constante en el pecho, hombro o espalda, que empeora al respirar profundamente, podría ser un síntoma.

A estos síntomas que, recordemos, se presentan de forma difusa en los estadios iniciales de la enfermedad, cabe añadir los distintos factores de riesgo asociados con el cáncer de pulmón. Gracias a la identificación de todos ellos, se podría obtener un diagnóstico temprano y una intervención más efectiva:

  • Tabaquismo: se trata del principal factor de riesgo. Los fumadores y las personas expuestas al humo del tabaco tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar este tipo de cáncer.
  • Exposición a sustancias tóxicas: como por ejemplo, al amianto y al radón, que son sustancias químicas asociadas a la enfermedad.
  • Antecedentes familiares: la predisposición genética también puede contribuir al desarrollo de cáncer de pulmón.
  • Edad y género: el riesgo de desarrollar esta patología aumenta con la edad. En cuanto al género, los hombres tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad. No obstante, las mujeres son el grupo demográfico que más incidencia está acumulando en los últimos años. De hecho, el ICAPEM advierte de que podría convertirse en el tipo de cáncer más letal entre mujeres antes de 2030.

DIAGNÓSTICO DEL CÁNCER DE PULMÓN

La detección temprana del cáncer de pulmón es esencial para mejorar las tasas de supervivencia entre los pacientes. Sin embargo, según el  Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), sólo el 10% de los diagnósticos se producen en las fases iniciales de la enfermedad. Estos son algunos de los métodos de diagnóstico empleados:

  • Radiografía de tórax: es un método de prueba por imagen con rayos X que puede revelar anomalías en los pulmones.
  • Tomografía computarizada (TC) de tórax: a través de los rayos X y de tecnología informática, proporciona imágenes más detalladas de los órganos internos, tejidos y estructuras anatómicas, ayudando a identificar posibles tumores más pequeños.
  • Biopsia: implica la extracción de una muestra de tejido pulmonar mediante procedimientos como la punción con aguja guiada por imágenes o la broncoscopia, con el objetivo de analizar las células y confirmar la presencia de cáncer, así como determinar el tipo específico.
  • Pruebas de función pulmonar: evalúan la capacidad de los pulmones para funcionar correctamente mediante mediciones precisas de la cantidad de aire inhalado y exhalado.
  • Citología del esputo: consiste en el examen microscópico de las células presentes en las muestras de esputo (secreciones mucosas), permitiendo la identificación de posibles células cancerosas y contribuyendo al diagnóstico temprano de la enfermedad.
  • Toracocentesis: se trata de la inserción de una aguja en la cavidad torácica para drenar el exceso de líquido acumulado alrededor de los pulmones, facilitando el alivio de síntomas respiratorios y proporcionando una muestra para su análisis y diagnóstico.

Como hemos visto, el cáncer de pulmón se descubre en etapas avanzadas, principalmente por los síntomas difusos que demuestra en los estadios iniciales. Cuando las opciones de tratamiento son limitadas, la conciencia y la detección temprana de la enfermedad son esenciales. Y más allá de la investigación científica, la mejor arma preventiva para evitar el desarrollo de la enfermedad consiste en la no exposición a los factores de riesgo, especialmente el tabaquismo, una medida que debe ir acompañada de unos hábitos de vida saludables que contribuyan al bienestar del organismo.

Hongos en los pies: así debemos prevenirlos y tratarlos

La picazón en la piel, el mal olor o la descamación son algunos de los síntomas más comunes

Los meses de verano son una de las épocas del año que más afecta a la salud de nuestros pies, ya no sólo porque nos pasamos al calzado plano y abierto, sino porque el agua de las piscinas y del mar los deja más expuestos a la sequedad y al riesgo de sufrir infecciones. En estos lugares coincidimos con mucha gente y el agua estancada en combinación con las altas temperaturas son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de microorganismos.

Precisamente por estos motivos, los hongos en los pies son una de las infecciones más comunes y contagiosas en verano, pues caminamos descalzos por superficies contaminadas tales como el suelo de las piscinas, gimnasios o duchas públicas. La zona que resulta más afectada es entre los dedos de los pies, aunque también pueden dañarse las uñas y otras áreas.

¿Cómo saber si tengo hongos en los pies?

Para reconocer si estamos ante un caso de hongos en los pies, debemos atender a los siguientes síntomas:

  • Picazón y ardor en la piel.
  • Descamación, especialmente entre los dedos.
  • Enrojecimiento e inflamación.
  • Aparición de ampollas y grietas.
  • Mal olor en los pies.
  • Cambios en la apariencia de las uñas, como engrosamiento, decoloración hacia tonos amarillos o fragilidad.

Si sospechas de que tienes hongos en los pies ahora que sabemos qué problemas nos ocasionan, debes seguir unos pasos concretos para poder eliminarlos. De hecho, si no actuamos a la mayor brevedad posible, los síntomas pueden empeorar, ya que no desaparecen por sí solos.

Así que para deshacernos de estos microorganismos, el primero de los pasos será mantener una buena higiene en los pies, evitando la humedad y el sudor y secándolos adecuadamente. También debemos hidratarlos para que no se formen grietas que faciliten las infecciones, utilizando cremas con fórmulas regeneradoras a diario. El calzado abierto y transpirable serán nuestro mejor aliado para prevenir el sudor.

Los tratamientos pasan por ir al podólogo para que desinfecte y cure los pies y por la aplicación de cremas de uso tópico, lociones o polvos para aplicar directamente sobre la piel afectada. En los casos más graves, el médico puede llegar a recetar medicamentos orales antifúngicos que combatan la infección.

Prevenir la aparición de hongos en los pies

Para no contagiarnos, el paso más importante es utilizar calzado en superficies que pueden estar contaminadas, como por ejemplo, llevar chanclas hasta la entrada de la piscina. Pero también mantener una buena higiene y desinfección, tanto de los pies como de los zapatos que estemos usando. Para ello, además de tu rutina de limpieza e hidratación, puedes incluir la aplicación de aerosoles o polvos antimicóticos.

Mantener los pies secos será fundamental para que no proliferen los hongos e infecciones, así que procura secarlos bien cuando notes humedad. Usa calzado abierto o transpirable durante estos meses, evitando los zapatos fabricados con material sintético. Y, cómo no, realiza una visita rutinaria al podólogo para que evalúe la salud de tus pies.

Todo lo que hay que saber para prepararse para una citología vaginal

Es una prueba ginecológica que detecta células anómalas o potencialmente dañinas en la vagina, cérvix o cuello del útero

La citología vaginal es una prueba ginecológica imprescindible en la vida de las mujeres, entre los 21 y 65 años que han mantenido relaciones sexuales. Pese a ello, tal y como aseguran desde Quironsalud, a menudo se sigue posponiendo debido al miedo de recibir un resultado positivo, por las molestias que puede ocasionar e incluso por pereza.

La importancia de este examen reside en poder detectar células anómalas o potencialmente dañinas en la vagina, el cérvix o cuello de útero. Asimismo, este test se utiliza para el diagnóstico precoz del cáncer de cuello del útero y además se pueden obtener resultados sobre la posible existencia de infecciones vaginales. Es más, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la citología ginecológica ha conseguido reducir la incidencia y la mortalidad del cáncer de cuello uterino.

La citología es conocida también como prueba de Papanicolau y permite recoger una muestra de las células uterino para, después, analizarlas en un microscopio. Concretamente, en primer lugar, se coloca el espéculo en la vagina para mantener separadas las paredes vaginales. En segundo lugar, se introduce un cepillo y una espátula para la recogida de la muestra. Seguidamente se realiza una frotis por diversas zonas del útero y finalmente se guardan las muestras extraídas.

La toma de muestras no resulta doloras ni tampoco comportan ningún riesgo para la mujer, pero si puede llegar a sentir una pequeña molestia. En algunos casos se producen pequeños sangrados, pero no es algo muy habitual. Por todo ello, es vital perder el miedo a la prueba de Papanicolauo porque se realiza en pocos segundos y nos ofrece una información muy importante para tratar enfermedades que pueden ser muy graves.

Instrucciones previas

Es importante llevar una buena preparación para este tipo de pruebas porque los resultados se pueden ver alterados. Por eso, desde Sanitas detallan unas instrucciones para la mujer.

Es recomendable abstenerse de relaciones sexuales en las 48 horas previas a la toma. También es importante no acudir con la menstruación. Se aconseja que se espere a que haya trascurrido unos 4 o 5 días desde que finalizó la menstruación.

Igualmente, no se debe usar tratamientos tópicos en 5 o 7 días antes de la prueba y lavarse externamente con agua y jabón, pero no hacer lavados internos.

¿Qué pasa si el resultado es positivo?

Como en toda prueba, su resultado puede ser negativo o positivo. En el caso de que fuera negativo, querrá decir que, estamos libres de cualquier enfermedad vaginal. Si el resultado fuera positivo, las células anormales extraídas pueden advertirnos de algunas de las ya enfermedades nombradas, por lo que el ginecólogo procederá a establecer el tratamiento que viera oportuno.

Esta prueba es fundamental para todas las mujeres, por lo que ante cualquier duda antes de realizarla es importante compartirla con el profesional sanitario. Además, podrás comentarle las preocupaciones que tengas respecto al posible resultado de la prueba.

¿Sabes cómo prevenir un resfriado?

El resfriado suele curarse a los pocos días sin tratamiento, aunque síntomas como la tos pueden durar un poco más

El resfriado es una infección leve de las vías respiratorias causada por diferentes virus. Se transmite por vía área o mediante el contacto con personas afectadas o sus secreciones.

La mayoría de los resfriados se producen con la bajada de las temperaturas y entre sus síntomas más frecuentes destacan: dolor de garanta, mocos, taponamiento nasal, dolor de cabeza, tos y fiebre.

Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el resfriado suele curarse a los pocos días sin tratamiento, aunque síntomas como la tos pueden durar un poco más.

Por lo general, es frecuente sufrir entre 2-5 resfriados al año. Los niños, de hecho, pueden tener más, sobre todo si van al colegio o la guardería.

PAUTAS PARA PREVENIR LOS RESFRIADOS

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello destaca el lavado de manos con jabón como una de las medidas más importantes para prevenir el resfriado. Y es que las manos están expuestas a numerosos microorganismos y gérmenes que, aunque no se ven, pueden causar enfermedades.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades detallan la importancia de no tocarse los ojos, la nariz o la boca si no se han lavado las manos, ya que los virus pueden entrar al cuerpo de esta manera.

También es importante reducir el contacto con personas infectadas y cubrirse la nariz y la boca con un pañuelo desechable cuando se tose o se estornuda.

Asimismo, hay que tener mucho cuidado con los espacios cerrados, sobre todo si hay mucha gente, ya que la posibilidad de contagio es mejor. Se recomienda estar en lugares abiertos o que tengan buena ventilación.

Por otro lado, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello aconseja evitar el estrés, puesto que este puede contribuir a que el sistema inmunológico se debilite, bajen las defensas y, como consecuencia, puedan producirse más infecciones.