Trasplante de pulmón, la opción que salva doscientas vidas al año

España lidera todos los rankings en donación y trasplante de órganos, con 220 trasplantes de pulmón realizados solo en 2023

Los trasplantes de pulmón salvan vidas y, además, mejoran la calidad de vida de los pacientes. Después de la intervención, muchas personas experimentan una recuperación notable de su capacidad pulmonar. Esto les permite realizar actividades cotidianas que antes eran imposibles, como caminar, subir escaleras o incluso participar en deportes. Además, no solo prolonga la vida, sino que también reduce la dependencia de oxígeno o de tratamientos invasivos.

El trasplante de pulmón es una opción para pacientes con enfermedades pulmonares en estado avanzado que no responden a otros tratamientos. Patologías como la fibrosis pulmonar, el enfisema, la hipertensión pulmonar y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) son algunas de las principales indicaciones para este tipo de intervención. En muchos casos, el trasplante es la única opción viable para prolongar y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

El 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, una fecha clave para concienciar sobre la importancia de este acto. Uno de los procedimientos más complejos y transformadores dentro de la medicina moderna es, precisamente, el trasplante de pulmón, una opción que ha devuelto la esperanza a miles de personas en todo el mundo. En la expansión de esta técnica, precisamente, ha jugado un papel fundamental España, país líder en donaciones de órganos.

ESPAÑA, LÍDER EN DONACIÓN Y TRASPLANTES

Durante 29 años consecutivos, España ha mantenido la tasa más alta de donación a nivel global. De acuerdo con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en 2023 se realizaron 220 trasplantes de pulmón. Una cifra significativa que refleja la solidaridad de los donantes y el compromiso de los profesionales sanitarios. Se trata de un éxito que radica en la potente infraestructura hospitalaria y el coordinado sistema de donaciones y trasplantes. Todo ello permite que órganos vitales como los pulmones lleguen a quienes más los necesitan.

LA IMPORTANCIA DE LA DONACIÓN DE ÓRGANOS

El Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes es una gran oportunidad para visibilizar la importancia de la donación y su gran capacidad para salvar vidas. En lo relativo al trasplante de pulmón, la necesidad de donantes es elevada, pues no todos los órganos son viables para la donación, y el tiempo para encontrar un receptor compatible es muy limitado.

Ser donante de órganos es un acto de generosidad y solidaridad que puede transformar la vida de quienes esperan desesperadamente una segunda oportunidad.

En España, el sistema de donación ha permitido salvar la vida de miles de personas y, gracias a campañas de concienciación, cada vez más personas deciden convertirse en donantes. Pero aún hay mucho por hacer y es fundamental continuar sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de este gesto. No solo salva vidas, sino que también mejora significativamente la calidad de vida de los pacientes trasplantados.

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, CON RIESGOS

Pese a sus beneficios, el trasplante de pulmón también tiene sus riesgos, tanto a corto como a largo plazo. Tras la cirugía, uno de los principales riesgos es el rechazo del órgano trasplantado. Este puede ocurrir cuando el sistema inmunológico del receptor identifica al pulmón como un cuerpo extraño y lo ataca. Para mitigar este riesgo, los pacientes deben tomar inmunosupresores de por vida, lo que, aunque efectivo, puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a infecciones.

Paralelamente a esto, es importante tener en cuenta el rechazo crónico. Se trata de una complicación que puede desarrollarse meses o años después del trasplante y que puede deteriorar la función pulmonar de manera progresiva. A pesar de estos desafíos, los avances en la inmunología y la medicina traslacional están mejorando las tasas de éxito y supervivencia tras los trasplantes.

Los beneficios en términos de calidad de vida y supervivencia son innegables. La donación de órganos es, sin duda, uno de los actos más generosos y transformadores que se pueden realizar. Gracias a ella, miles de personas en España y en todo el mundo han recibido una segunda oportunidad para vivir, respirar y disfrutar de una vida plena.

Postura que respira: La importancia de una correcta posición para la respiración

La postura adecuada juega un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para respirar de manera eficiente.

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La postura adecuada juega un papel fundamental en la capacidad del cuerpo para respirar de manera eficiente. Una postura incorrecta puede comprometer el funcionamiento de los músculos respiratorios y dificultar la respiración profunda y completa.

Aquí te mostramos cómo una buena postura puede mejorar tu salud respiratoria y algunos ejercicios que pueden ayudarte a mantenerla.

La relación entre postura y respiración. ¿Por qué es importante una buena postura?

Una postura adecuada para la respiración implica mantener la columna vertebral recta y los hombros relajados. Esto permite que los pulmones se expandan completamente y que el diafragma se mueva libremente hacia abajo durante la inhalación. Una postura encorvada o colapsada puede comprimir los pulmones y dificultar la capacidad del cuerpo para respirar profundamente.

Beneficios de una postura correcta

Expansión pulmonar completa: Mantener una columna vertebral recta permite una mayor expansión de los pulmones, facilitando una inhalación completa y eficiente.

Movimiento libre del diafragma: Una buena postura permite que el diafragma se mueva hacia abajo sin restricciones, mejorando la ventilación pulmonar.

Apertura de las vías respiratorias: Una postura adecuada ayuda a abrir las vías respiratorias, facilitando el flujo de aire hacia y desde los pulmones y previniendo la congestión pulmonar.

Mejor oxigenación: Con una respiración más eficiente, se mejora la oxigenación de los tejidos del cuerpo, contribuyendo a una mejor salud general.

Consejos para mantener una buena postura

Durante el día

De pie: Mantén los pies separados al ancho de los hombros, las rodillas ligeramente flexionadas y los hombros relajados hacia atrás.

Sentado: Siéntate con la espalda recta, los pies apoyados en el suelo y los hombros relajados. Usa una silla con buen soporte lumbar.

Acostado: Al dormir, usa una almohada que mantenga tu cuello alineado con la columna vertebral y evita dormir boca abajo, ya que puede forzar el cuello y la espalda.

Ejercicios para mejorar la postura

Estiramientos de pecho: Coloca los brazos en un marco de puerta y da un paso hacia adelante para estirar los músculos del pecho y los hombros.

Fortalecimiento del núcleo: Realiza ejercicios como planchas y abdominales para fortalecer los músculos del tronco y la espalda.

Yoga y pilates: Estas prácticas ayudan a mejorar la postura, la flexibilidad y la fuerza muscular.

En Resumen

Mantener una postura adecuada es esencial para respirar de manera eficiente y una salud pulmonar óptima. Al adoptar una postura correcta y practicar buenos hábitos posturales, puedes mejorar tu capacidad para respirar profundamente y mantener una función pulmonar óptima. Ser consciente de tu postura durante todo el día y realizar ejercicios específicos puede tener un impacto significativo en tu salud respiratoria y general.

Ejercicios de respiración para pacientes con enfermedades respiratorias crónicas

Para las personas que viven con enfermedades respiratorias crónicas como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el asma o la fibrosis pulmonar, los ejercicios de respiración pueden desempeñar un papel importante en el manejo de los síntomas y la mejora de la calidad de vida. Aquí te presentamos algunos de los ejercicios de respiración más efectivos y cómo pueden ayudarte.

1-Respiración diafragmática. ¿Qué es la respiración diafragmática?

También conocida como respiración abdominal, este ejercicio implica inhalar profundamente a través de la nariz, permitiendo que el diafragma se contraiga y se mueva hacia abajo, lo que hace que los pulmones se llenen completamente de aire. Luego, exhala lentamente por la boca, permitiendo que el abdomen se contraiga.

Beneficios

  • Fortalecimiento de los músculos respiratorios: Mejora la capacidad pulmonar al fortalecer el diafragma.
  • Reducción de la tensión respiratoria: Facilita una respiración más relajada y eficiente.

¿Cómo Practicarlo?

Siéntate o acuéstate en una posición cómoda.

Coloca una mano en tu pecho y la otra en tu abdomen.

Inhala profundamente por la nariz, sintiendo cómo se eleva tu abdomen.

Exhala lentamente por la boca, permitiendo que tu abdomen se contraiga.

Repite de 5 a 10 veces.

2-Técnica de respiración de labios fruncidos. ¿Qué es la respiración de labios fruncidos?

Este ejercicio implica exhalar lentamente a través de los labios fruncidos, como si estuvieras soplando una vela.

Beneficios

  • Control de la exhalación: Ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas por más tiempo.
  • Mejora de la capacidad pulmonar: Útil para personas con enfermedades obstructivas, como la EPOC.

¿Cómo Practicarlo?

Inhala profundamente por la nariz.

Exhala lentamente a través de los labios fruncidos, como si estuvieras soplando una vela.

Repite de 5 a 10 veces.

3-Respiración Profunda

Beneficios

  • Mejora de la Capacidad Pulmonar: Ayuda a llenar completamente los pulmones de aire.
  • Reducción de la Sensación de Falta de Aire: Alivia los síntomas respiratorios.

¿Cómo practicarlo?

Inhala profundamente por la nariz, llenando completamente los pulmones de aire.

Exhala completamente por la boca, liberando todo el aire de los pulmones.

Repite de 5 a 10 veces.

Conclusión

Es importante trabajar con un fisioterapeuta o un profesional de la salud capacitado para aprender y practicar estos ejercicios de respiración de manera segura y efectiva. Además, la consistencia es clave; practicar estos ejercicios regularmente puede proporcionar el máximo beneficio. Incorporar estos ejercicios de respiración en tu rutina diaria puede mejorar significativamente la capacidad pulmonar y calidad de vida, especialmente si vives con una enfermedad respiratoria crónica.

Mantén una postura adecuada y realiza ejercicios de respiración para promover una mejor salud pulmonar. ¡Respira mejor y vive mejor!

Alimentos que nutren tus pulmones, un enfoque para la respiración saludable

Una dieta equilibrada puede tener un impacto directo en la salud pulmonar

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

Mantener una dieta equilibrada no solo es fundamental para la salud en general, sino que también puede tener un impacto directo en la salud pulmonar. Los pulmones desempeñan un papel crucial en nuestra capacidad de respirar y en la oxigenación de nuestro cuerpo, y ciertos alimentos pueden ayudar a mantenerlos fuertes y saludables. Además, existe una conexión sorprendente entre la salud intestinal y la salud pulmonar conocida como el eje microbiota intestino-pulmón. A continuación, exploraremos cómo la inmunonutrición adecuada puede contribuir a una mejor salud respiratoria.

La Conexión Intestino-Pulmón

El eje microbiota intestino-pulmón se refiere a la interacción entre los microorganismos que viven en nuestro intestino y la salud de nuestros pulmones. La microbiota intestinal, compuesta por billones de bacterias beneficiosas, desempeña un papel crucial en la regulación del sistema inmunológico y la inflamación. Un intestino saludable puede contribuir a la reducción de enfermedades respiratorias y mejorar la función pulmonar. Por lo tanto, alimentar adecuadamente la microbiota intestinal es esencial para mantener unos pulmones en óptimas condiciones.

Alimentos que promueven la salud pulmonar

1. Frutas y verduras ricas en antioxidantes

Las frutas y verduras son fuentes ricas en antioxidantes que pueden ayudar a proteger los pulmones del daño oxidativo y reducir la inflamación. Alimentos como las naranjas, los arándanos, las espinacas y los pimientos rojos son excelentes opciones para incluir en tu alimentación.

2. Ácidos grasos Omega-3

Los ácidos grasos omega-3, encontrados en pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, así como en las nueces y las semillas de lino, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden beneficiar la salud pulmonar. Incorporar estos alimentos en tu alimentación puede ayudar a reducir la inflamación en los pulmones y mejorar la función respiratoria.

3. Alimentos ricos en fibra

La fibra es fundamental para mantener una microbiota intestinal saludable. Alimentos ricos en fibra como las legumbres, los granos enteros, las frutas y las verduras ayudan a alimentar a las bacterias beneficiosas en el intestino, promoviendo un ambiente intestinal equilibrado que puede tener efectos positivos en los pulmones.

4. Hierbas y especias antiinflamatorias

Ciertas hierbas y especias, como el jengibre, la cúrcuma y el ajo, tienen propiedades antiinflamatorias que pueden beneficiar tanto la salud intestinal como la pulmonar. Incorporar estas especias en tus comidas no solo añade sabor, sino también beneficios para la salud.

5. Alimentos fermentados

Los alimentos fermentados, como el yogur, el kéfir, el chucrut, kombucha y el kimchi, contienen probióticos que ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino. Un intestino saludable puede contribuir a una mejor respuesta inmunológica y a la salud respiratoria.

Consejos para una respiración saludable

1. Mantén una alimentación equilibrada

Asegúrate de incluir una variedad de alimentos ricos en nutrientes en tu dieta alimentación para apoyar tanto la salud intestinal como la pulmonar. Evita los alimentos procesados y azúcares añadidos, ya que pueden afectar negativamente a la microbiota intestinal y, por ende, a la salud pulmonar.

2. Hidrátate adecuadamente

Beber suficiente agua es esencial para mantener las mucosas de los pulmones hidratadas y funcionando correctamente. La hidratación adecuada también ayuda a mantener la salud intestinal.

3. Evita los contaminantes ambientales

Limita la exposición a contaminantes ambientales como el humo del tabaco, los productos químicos fuertes y el polvo, ya que pueden irritar los pulmones y afectar negativamente la función pulmonar.

4. Haz ejercicio regularmente

El ejercicio regular no solo mejora la capacidad pulmonar, sino que también promueve una mejor salud intestinal. Actividades como caminar, nadar o hacer ejercicio de fuerza, pueden ser particularmente beneficiosas para la salud respiratoria.

5. Descansa y reduce el estrés

El estrés crónico puede afectar tanto la salud intestinal como la pulmonar. Practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda y el yoga puede ayudar a reducir el estrés y mejorar la salud en general.

En Resumen

La nutrición adecuada juega un papel crucial en la salud pulmonar, y la conexión entre el intestino y los pulmones subraya la importancia de mantener una microbiota intestinal saludable. Al incorporar alimentos ricos en antioxidantes, ácidos grasos omega-3, fibra, hierbas antiinflamatorias y prebióticos y fermentados, podemos nutrir tanto nuestro intestino como nuestros pulmones. Mantén una alimentación equilibrada, hidrátate adecuadamente, evita contaminantes, haz ejercicio regularmente y maneja el estrés para promover una respiración saludable y un bienestar general. ¡Nutre tus pulmones y respira mejor!

Duerme mejor, respira mejor: mejora tu calidad de sueño para una salud respiratoria óptima

La calidad del sueño desempeña un papel crucial en nuestra salud respiratoria

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La calidad del sueño desempeña un papel crucial en nuestra salud respiratoria. Durante el sueño, el organismo se recupera y se repara, incluyendo el sistema respiratorio. Por tanto, es fundamental tomar medidas para mejorar la calidad del sueño y promover una mejor salud respiratoria.

Te presentamos algunas estrategias efectivas para lograrlo:

Mantén un horario regular de sueño

Establecer un horario de sueño consistente es una de las formas más efectivas de mejorar la calidad del sueño. Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para mantener un ritmo circadiano saludable. Esto ayuda a regular los ciclos de sueño y vigilia, lo que mejora tanto la calidad como la duración del sueño.

Crea un ambiente propicio para dormir

Transforma tu dormitorio en un santuario para el sueño:

Temperatura. Mantén la habitación fresca.

Oscuridad. Usa cortinas opacas o un antifaz para bloquear la luz.

Silencio. Minimiza los ruidos molestos con tapones para los oídos si es necesario.

Tecnología. Evita el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarte. La luz azul emitida por estos dispositivos puede interferir con la producción de melatonina, la hormona del sueño y quien regula el ciclo sueño-vigilia.

Practica técnicas de relajación

Incorporar técnicas de relajación antes de acostarte puede mejorar la calidad del sueño y promover una respiración más profunda y regular. Prueba con:

Meditación: Dedica unos minutos a meditar y calmar tu mente.

Respiración profunda: Realiza ejercicios de respiración para relajar tu cuerpo.

Yoga suave: Practica algunas posturas suaves de yoga para aliviar la tensión.

Mantén un estilo de vida saludable

Un estilo de vida saludable durante el día es clave para un buen sueño. Aquí tienes algunos consejos:

Ejercicio. Haz ejercicio regularmente, pero evita hacerlo justo antes de acostarte.

Cafeína y alcohol. Reduce el consumo de cafeína y alcohol, especialmente en las horas previas a dormir.

Cena ligero. Opta por una cena ligera y saludable al menos dos horas antes de acostarte.

Rutina relajante. Establece una rutina relajante antes de dormir, como leer un libro, orar/rezar, tomar un baño caliente o escuchar música suave.

En resumen

Mejorar la calidad del sueño es fundamental para una mejor salud respiratoria. Al establecer un horario regular de sueño, crear un ambiente propicio para dormir, practicar técnicas de relajación y mantener un estilo de vida saludable, podemos promover un sueño reparador que beneficie nuestra salud respiratoria y general.

Implementa estos consejos y disfruta de un sueño de calidad que no solo mejorará tu salud respiratoria, sino también tu bienestar general. ¡Duerme bien y respira mejor!

Ejercicios de respiración para reducir el estrés y la ansiedad: una perspectiva Integrativa

Los ejercicios de respiración y la respiración consciente son claves para evitar los efectos del estrés y la ansiedad

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El estrés y la ansiedad son realidades comunes en nuestra vida cotidiana y pueden tener un impacto significativo en nuestra salud mental y física. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 30% de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad y el 80% en algún momento de sus vidas,  se ve afectada por el  estrés. Sin embargo, existe una poderosa herramienta que podemos aprovechar para mitigar estos efectos: la respiración consciente y ejercicios de respiración.

Los ejercicios de respiración profunda son una técnica simple pero eficaz para reducir el estrés y la ansiedad. Al inhalar profundamente a través de la nariz, llenamos nuestros pulmones de aire, y al exhalar lentamente por la boca, liberamos cualquier tensión o ansiedad acumulada. Repetir este proceso varias veces puede calmar el sistema nervioso y promover una sensación de calma y relajación. Según Jerah et al 2006, la práctica regular de la respiración profunda puede reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en un 25%.

Otra técnica efectiva son los ejercicios de respiración abdominal, también conocida como diafragmática. Este ejercicio implica inhalar profundamente mientras expandimos el abdomen, permitiendo que el diafragma se mueva hacia abajo y los pulmones se llenen completamente de aire. Luego, exhalamos lentamente mientras el abdomen se contrae. La respiración abdominal activa el sistema nervioso parasimpático, responsable de relajar el cuerpo y reducir el estrés.

Además de estos ejercicios, la práctica de la atención plena puede complementar la reducción del estrés y la ansiedad. Esta centra nuestra atención en el momento presente y liberar pensamientos intrusivos. La atención plena cultivada a través de la respiración consciente puede mejorar la conexión mente-cuerpo y fomentar una actitud de aceptación y compasión hacia uno mismo.

Además, un estudio realizado por Smith et al. 2017, encontró una reducción significativa en los síntomas de ansiedad en individuos que practicaron regularmente ejercicios de respiración durante ocho semanas.

Es importante destacar que los hábitos de vida saludables, incluida una alimentación con “alimentos reales”, también pueden influir positivamente en el manejo del estrés y la ansiedad. Investigaciones sugieren que una microbiota intestinal diversa y equilibrada puede estar asociada con una menor incidencia de trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad y la depresión (Mayer et al., 2015).

En conclusión, los ejercicios de respiración son una herramienta efectiva para reducir el estrés y la ansiedad. Estos promueven una respiración más lenta y profunda y calmar el sistema nervioso. Al incorporar estos ejercicios en nuestra rutina diaria, podemos aprender a manejar mejor el estrés y la ansiedad, y disfrutar de una mayor sensación de calma y bienestar en nuestras vidas.

El impacto del tabaquismo en la salud respiratoria y estrategias para dejar de fumar

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

El tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de enfermedades respiratorias a nivel mundial, con repercusiones significativas en la salud pública. La GOLD 2021 estima que aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de pulmón son causados por el tabaco, y el 80% de las muertes por EPOC están relacionadas con el consumo de tabaco. Además, el tabaquismo también aumenta el riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer no respiratorio, como el cáncer de vejiga, entre otros.

El humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas nocivas, muchas de las cuales son irritantes para las vías respiratorias y pueden causar inflamación y daño en los pulmones. La exposición repetida al humo del tabaco puede provocar enfermedades respiratorias crónicas como la EPOC, el enfisema y la bronquitis crónica, con un costo para la salud pública estimado en más de 300 mil millones de dólares anuales solo en los Estados Unidos según los CDC, 2021. Además, el tabaquismo está fuertemente asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, garganta, boca y otros tipos de cáncer relacionados.

Dejar de fumar es una de las decisiones más saludables que una persona puede tomar para mejorar su salud respiratoria y reducir el riesgo de enfermedades graves. Sin embargo, abandonar este hábito puede representar un desafío considerable, ya que el tabaquismo es tanto una adicción física como psicológica. Afortunadamente, existen recursos y estrategias disponibles para ayudar a las personas a dejar de fumar con éxito.

Buscar apoyo y educación sobre los métodos y recursos disponibles es un primer paso fundamental en el proceso de cesación tabáquica. Los programas de cesación tabáquica, las líneas de ayuda telefónica especializadas y los grupos de apoyo pueden brindar información y asistencia necesaria para dejar de fumar de manera efectiva. Además, los medicamentos recetados y los productos de reemplazo de nicotina, como los parches, chicles e inhaladores, pueden ayudar a reducir los síntomas de abstinencia y aumentar las probabilidades de éxito a largo plazo.

Además de buscar ayuda profesional, es importante desarrollar un plan personalizado para dejar de fumar y establecer metas realistas. Esto implica identificar las situaciones y factores desencadenantes que pueden dificultar resistir la tentación de fumar, así como encontrar alternativas saludables para hacer frente al estrés y las emociones difíciles. Además, según Grice & Segre, 2011, se debe considerar el impacto del tabaquismo en la microbiota de la piel, la boca y el intestino, lo cual puede afectar la salud general del individuo.

En conclusión, el tabaquismo ejerce un impacto devastador en la salud respiratoria y general, aumentando considerablemente el riesgo de desarrollar diversas enfermedades pulmonares y cánceres relacionados con el tabaco. No obstante, abandonar este hábito es posible con el apoyo adecuado y los recursos disponibles. Al tomar medidas para dejar de fumar, las personas pueden experimentar una mejora significativa en su salud respiratoria y disfrutar de una mejor calidad de vida a largo plazo. Se recomienda encarecidamente consultar con un médico para recibir orientación y apoyo adecuados durante el proceso de cesación tabáquica.

La Importancia de la Respiración Consciente para la Salud Pulmonar

La respiración consciente tiene un impacto sustancial en nuestra salud pulmonar y bienestar general

Dra. Johanny Vargas Rodriguez. Especialista en Neumología Integrativa, Terapias Respiratorias Domiciliarias, Trastornos del Sueño, Microbiota e Inmunonutrición. Actualmente se encuentra en proceso de formación en PsicoNeuroInmunoEndocrinología (PNIe).

La respiración, esa función esencial que realizamos sin pensarlo, cobra una relevancia crucial cuando nos enfrentamos a problemas respiratorios. Sin embargo, la adopción de la respiración consciente no solo es una respuesta a las dificultades, sino una práctica que puede tener un impacto sustancial en nuestra salud pulmonar y bienestar general.

La respiración consciente implica una atención deliberada a la forma en que inhalamos y exhalamos, con ajustes que mejoran la calidad de este proceso vital. Diversos estudios científicos, confirman que la respiración consciente es una herramienta poderosa.

En primer lugar, la práctica de la respiración consciente mejora la eficiencia respiratoria al optimizar el intercambio de gases en los pulmones. Al concentrarnos en respiraciones profundas y controladas, permitimos que más oxígeno (O2) entre en nuestro cuerpo, favoreciendo una mejor oxigenación de los tejidos, y facilitamos la eliminación más efectiva de dióxido de carbono (CO2) y otros desechos metabólicos.

Además, la evidencia científica respalda que su práctica regular puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, lo cual tiene un impacto positivo en la salud pulmonar.

El estrés crónico se ha asociado con el desarrollo de problemas respiratorios como el Asma Bronquial y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Al reducir el estrés, no solo prevenimos exacerbaciones, sino que también mejoramos la calidad de vida de quienes ya enfrentan estas condiciones.

Para incorporarla en la vida diaria, es útil dedicar unos minutos cada día a practicar ejercicios específicos respaldados por la comunidad médica, como la respiración abdominal, la respiración diafragmática y la respiración alternante de las fosas nasales.

En conclusión, la respiración consciente no solo es una herramienta respaldada por la ciencia, sino también una práctica accesible y efectiva que todos pueden adoptar para fortalecer sus pulmones y promover un bienestar integral.

¿Cómo afecta a tu salud la calidad del aire?

La contaminación del aire supone un importante riesgo para la salud de las personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 3,7 millones de muertes cada año en el mundo pueden atribuirse a la contaminación atmosférica. En 2013, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) clasificó la contaminación del aire exterior como cancerígena.

El crecimiento y la concentración de la población en las ciudades, así como la forma en la que consumimos energía en las zonas urbanas a través del transporte o los sistemas de calefacción y aire acondicionado, entre otros, favorecen la emisión de grandes cantidades de gases perjudiciales para nuestra salud.

Los niños, los ancianos y las personas con enfermedades cardíacas o pulmonares o diabetes son particularmente vulnerables a la exposición y a la contaminación del aire.

Un peligro invisible

El aire está cargado de contaminantes microscópicos que penetran en nuestro sistema respiratorio y circulatorio. Lo que generalmente conocemos como contaminación del aire en realidad es una mezcla de pequeñas partículas. De acuerdo con la OMS, son seis los principales contaminantes del aire que dañan la salud humana y el ecosistema:

  • Óxido de nitrógeno: se emite principalmente de motores y, por tanto, son contaminantes del aire relacionado con el tráfico. Pueden aumentar el riesgo de infecciones respiratorias.
  • Ozono a nivel del suelo: es un gas incoloro, componente principal de la atmósfera. Se produce como resultado de una reacción química entre los óxidos del suelo y los compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos por fuentes naturales o por actividades humanas.
  • Dióxido de azufre: es un gas incoloro, altamente reactivo, que se considera un importante contaminante del aire. Se emite sobre todo a partir del consumo de combustibles fósiles, actividades volcánicas naturales y procesos industriales. Es muy dañino para la vida vegetal, animal y la salud humana.
  • Plomo: es un metal pesado tóxico que se usa ampliamente en distintas industrias. Se emite desde motores, plantas de baterías y aguas residuales. Los fetos y los niños son muy sensibles incluso a dosis bajas. El plomo se acumula en la sangre, los huesos y en los tejidos blandos (músculos, tendones, grasa, vasos sanguíneos, nervios, etc.).
  • Monóxido de carbono: es un gas incoloro e inodoro producido por combustibles fósiles, particularmente cuando la combustión no es apropiada, como la quema de carbón y madera. Dependiendo de la concentración y duración de la exposición, puede producirse una intoxicación de leve a severa, con dolores de cabeza, mareos, náuseas y vómitos.

Cuáles son los efectos en la salud

La exposición a largo y corto plazo a tóxicos suspendidos en el aire tiene un impacto toxicológico distintos en las personas. Los más habituales son:

  • Enfermedades respiratorias: debido a que la mayoría de los contaminantes entran en el cuerpo a través de las vías respiratorias, este sistema está en la primera línea de batalla de las enfermedades provocadas por la contaminación del aire. Este se considera uno de los principales factores para enfermedades como el asma y el cáncer de pulmón.
  • Enfermedades cardiovasculares: muchos estudios han demostrado la relación entre la exposición a contaminantes del aire y enfermedades del corazón. Se ha asociado, por ejemplo, a cambios en los glóbulos blancos o con hipertrofia ventricular derecha e izquierda.
  • Irritación de ojos: los efectos de la contaminación del aire en los ojos pueden ir desde problemas oculares que no presentan síntomas al síndrome del ojo seco. Además, la exposición crónica a contaminantes ambientales puede aumentar el riesgo de retinopatía.
  • Enfermedades de la piel: al ser la principal barrera con el exterior, la piel es el primer órgano que puede estar contaminado mostrándose en forma de envejecimiento y causando manchas pigmentadas en la cara.
  • Enfermedades crónicas a largo plazo como el cáncer.

Un tercio de las muertes por accidente cerebrovascular, cáncer de pulmón y enfermedades cardíacas se deben a la contaminación del aire, según la OMS.

Cómo ayudar a reducir la contaminación del aire

Para cada simple acción que llevamos a cabo (ir al trabajo o tomar un café), tomamos decisiones que pueden agravar la contaminación. Algunos pasos para reducir este problema son:

  • Ahorrar energía: apagar las luces, los ordenadores y los electrodomésticos cuando no se estén usando.
  • Usar bombillas de bajo consumo.
  • Limitar el uso del coche y priorizar el transporte público, la bicicleta o andar.
  • Hacer un buen mantenimiento del coche: cambiar el aceite y los filtros y verificar la presión de los neumáticos o la alineación de las ruedas.

Estas no son las únicas formas de reducir la contaminación del aire, pero sí son pequeñas acciones que contribuyen a conseguirlo. En las pequeñas acciones están los grandes resultados.

Mantén sanas tus vías respiratorias: cómo cuidarlas

El sistema respiratorio está compuesto por un grupo de órganos y tejidos que trabajan juntos y que es necesario cuidar porque son los que nos ayudan a respirar.

Muchas personas se preocupan por el peso, la salud cardiovascular o el sistema digestivo, pero dejan de lado el sistema respiratorio. Sin embargo, es importante prestarle mucha atención y conocer las distintas formas de cuidar los pulmones, los bronquios o la tráquea.

Y es que el sistema respiratorio juega un papel fundamental en el mantenimiento de la salud general del cuerpo. Su principal función es mover el aire y eliminar los gases residuales del cuerpo. Los pulmones, en concreto, suministran oxígeno a la sangre y eliminan el dióxido de carbono.

Enfermedades del sistema respiratorio

Las enfermedades del sistema respiratorio son cualquier problema en los pulmones que impida que estos funcionen correctamente. Algunas de las más comunes son:

  • Enfermedades de las vías respiratorias: causan un estrechamiento de las vías respiratorias. Se incluyen aquí el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
  • Enfermedades del tejido pulmonar: afectan a la estructura del tejido pulmonar. La inflamación de este tejido hace que los pulmones no puedan expandirse por completo (enfermedad pulmonar restrictiva), lo que dificulta que los pulmones absorban oxígeno y liberen dióxido de carbono. La fibrosis quística y la sarcoidosis se incluyen en esta categoría.
  • Enfermedades de la circulación pulmonar: están causadas por la coagulación, cicatrización o inflamación de los vasos sanguíneos. También pueden afectar a la función cardiaca. Las personas a menudo sienten falta de aliento cuando se esfuerzan.

Cualquier cosa que se respire puede afectar de forma directa a los pulmones.

Consejos para una mejor salud respiratoria

Algunas consideraciones simples pueden conducir a un sistema respiratorio mucho más saludable:

  • Dejar de fumar: fumar es responsable de alrededor del 80 % de los cánceres de pulmón. El humo del tabaco estrecha los conductos del aire en los pulmones y dificulta la respiración. Además, el cáncer de pulmón puede estar causado por la inhalación del humo de otros fumadores. Por tanto, aunque no se sea fumador, pero se encuentre en un entorno de fumadores, el riesgo es el mismo e, incluso, mayor.
  • Hacer ejercicio de forma regular: la actividad física regular mejora la calidad de vida y es importante para mantener un peso saludable y un corazón y unos pulmones sanos. Si bien la actividad en sí misma no fortalece los pulmones, sí ayuda a sacar más provecho de ellos. Durante el ejercicio, los músculos trabajan más y el cuerpo usa más oxígeno. Para adaptarse a esto, la respiración se incrementa de forma significativa. El ejercicio regular mejora la aptitud cardio-respiratoria, lo que facilita que los pulmones se mantengan más sanos.
  • Prevenir infecciones: las infecciones respiratorias comunes como los resfriados y la gripe se transmiten a través de las manos al tocar las superficies infectadas y después tocar la boca o la nariz. El lavado de manos regular reduce de manera significativa este riesgo. Una buena higiene bucal también protege de los gérmenes en la boca que provocan infecciones.
  • Seguir una alimentación equilibrada: aunque no está directamente relacionada con el sistema respiratorio, es una de las formas más importantes para mantenerlo saludable. Una inadecuada alimentación y tener sobrepeso, por ejemplo, causa otros problemas que dificultan el ejercicio y nos hacen más susceptibles a algunas enfermedades. Es aconsejable la ingesta de alimentos ricos en vitaminas A, C y E y minerales como el zinc, potasio, selenio, magnesio y zinc.
  • Mantener limpio el aire de casa: el polvo, los limpiadores químicos y la humedad pueden contaminar el aire en el hogar. Es aconsejable mantener secas las zonas más húmedas, como el baño y la cocina, y limpiar el polvo de forma regular. También es importante ventilar la casa cada día para dejar entrar aire fresco.

Cuida tu entorno y cuida de ti. Tu sistema respiratorio te lo agradecerá.

Qué hacer si sangra la nariz

Aprende cómo tratar fácilmente (y paso a paso) una hemorragia nasal

Epistaxis es el nombre que reciben las hemorragias que se originan en la nariz. De acuerdo con la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, este tipo de sangrado se produce sobre todo por la cantidad de sangre que llega a las fosas nasales, lo que facilita que cualquier golpe provoque una hemorragia.

¿Por qué sangra la nariz?

Las causas de una epistaxis pueden ser varias:

Agresiones: los golpes, meterse algún objeto en la nariz o hurgarse la cavidad nasal pueden causar lesiones en la mucosa, que ocasionen una hemorragia.

Ambiente: un entorno seco (exceso de calefacción o aire acondicionado) puede resecar el interior de la nariz, hacer que se formen costras y que estas, al romperse, produzcan sangrado.

Fisuras: contusiones directas que fracturen la nariz o la base del cráneo pueden provocar que salga sangre por las fosas nasales.

Presión atmosférica: los cambios de altitud o de presión atmosférica o pueden producir hemorragias, como por ejemplo, subir un monte o volar en avión.

Patologías: sufrir alergias (rinitis), pólipos en la nariz,  hipertensión, arteriosclerosis, tener carencias de algunas vitaminas, etc.

Fármacos: algunos medicamentos anticoagulantes, como la aspirina, diluyen la sangre favoreciendo que sea más sensible a escaparse por los vasos sanguíneos.

Cómo actuar si sangra la nariz

1. Calma: un sangrado nasal puede alarmar mucho, pero hay que tratar de estar tranquilo. La mayoría de veces no son graves y se pueden tratar en casa.

2. Inclinación: sentarse en una silla con el cuerpo y la cabeza un poco inclinados hacia delante. No echar nunca la cabeza hacia atrás para evitar tragar la sangre, que podría provocar náuseas y vómitos.

3. Presión: taponar la nariz con los dedos, como si fuera una pinza. Mantener la presión unos 5 minutos, hasta que deje de sangrar.

4. Frío: si al cabo de ese tiempo sigue saliendo sangre, colocar hielo o compresas frías por encima de los huesos de la nariz.

5. Precaución: una vez se haya detenido la hemorragia, no hacer nada que pueda hacer que comience a sangrar otra vez, como rascarse, sonarse la nariz, tumbarse o realizar ejercicio físico en las 24-48 horas siguientes.

6. Humedad: es aconsejable aplicar vaselina en las cavidades nasales para mantenerlas húmedas y colocar también humificadores en el dormitorio para favorecer una respiración óptima.

7. Acudir al médico: cuando el sangrado dura más de 15 minutos, la sangre cae de forma continua hacia la garganta o cuando la hemorragia ha sido por un golpe o si se sangra de forma frecuente.

Legionela, síntomas y tratamiento

Te explicamos las claves de la legionelosis, una enfermedad parecida a la neumonía

La ‘legionela’ es la bacteria causante de la legionelosis o ‘la enfermedad del legionario’, una afección infecciosa que presenta un cuadro de neumonía y fiebres altas. Su nombre viene en honor a las 34 personas fallecidas en 1976 por un brote de neumonía en una convención de legionarios de Estados Unidos.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la forma más común de transmisión de la legionela es la inhalación de aerosoles, aires acondicionados o agua contaminados, donde la bacteria encuentra las condiciones idóneas (suciedad y temperatura entre 25º y 45º) para reproducirse y colonizar.

La legionelosis tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días y, aunque suele aparecer como casos aislados, afecta más a personas de mediana edad, sobre todo si son fumadoras o tiene alguna patología pulmonar.

Síntomas de la legionelosis

  • Fiebre y escalofríos
  • Tos, seca o con mucosidad
  • Dolor de cabeza o musculares
  • Cansancio y pérdida de apetito

Los síntomas son difusos y pueden confundirse con otras enfermedades, por lo que se necesitan pruebas serológicas para un diagnóstico diferencial.

Tratamiento de la legionelosis

No existe ninguna vacuna disponible contra esta dolencia. Sin embargo, la enfermedad del legionario requiere de tratamiento antibiótico.

Su prevención depende de la aplicación de medidas de control e higiene que minimicen la proliferación de la legionela y su difusión por torres de refrigeración y sistemas de conducción de agua, de manera que limiten el crecimiento y multiplicación de esta bacteria.

Aunque no siempre es posible erradicar la fuente de infección, sí se pueden reducir sustancialmente los riesgos: limpiando y desinfectando periódicamente estos aparatos. Así, en hospitales, centros comerciales y hoteles es imprescindible que los conductos de refrigeración y de agua estén en perfecto estado, no sólo en los meses de verano sino todo el año.

Lavado nasal, por una respiración sana del bebé

La limpieza de las fosas nasales permite al pequeño eliminar los mocos y respirar mejor.

Los bebés no saben respirar por la boca, por lo que cuando tienen muchos mocos le cuesta enormemente coger aire del exterior. Un lavado de las fosas nasales con suero fisiológico puede ser un remedio eficaz y sencillo, que les aliviará las molestias, mejorará su respiración y hará que se sientan más cómodos.

De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, podemos realizar tantas limpiezas nasales como el bebé necesite. Y es que los pequeños no saben sonarse, ni siquiera reconocen ese esfuerzo y es, precisamente, el suero subministrado el que funciona como un pañuelo para ellos.

No obstante, no se recomienda emplear con la misma frecuencia los aspiradores de secreciones, ya que la presión de succión que producen puede ocasionar sensaciones desagradables en el oído y resecar la mucosa del interior de la nariz. Es preferible usarlos una o dos veces al día, solo si hay mucho moco para aspirar (eso se ve) y hacerlo de forma suave.

Asimismo, existen diferentes sistemas de limpieza con suero fisiológico que pueden adquirirse en farmacia. Son preferibles los envases pequeños, puesto que la utilización de un mismo frasco, catarro tras catarro, favorece la contaminación por gérmenes.

Cómo hacer correctamente una limpieza nasal

  1. Antes de la toma y de dormir

Aconsejan hacer el lavado nasal antes de que el bebé se duerma y anterior a la toma. La cantidad a inyectar tiene que rondar los 1,5-2 ml en cada fosa nasal en niños pequeños y hasta 5 ml en mayores. El suelo tiene que estar a temperatura ambiente, así le será menos desagradable.

  1. Ladearle la cabeza

Se puede tumbar al niño boca abajo o boca arriba, según como le sujetemos más fácilmente. Eso sí, hay que intentar girarle la cabeza a un lado y que no tire el cuerpo hacia atrás.

  1. Echar el suero con decisión

 Cuando tengamos al bebé bien sujeto, introducir el suero fisiológico por el orificio que quede arriba, con determinación y sin dudar. Si ves que la nariz está muy obstruida, puedes echar un poco de suero, masajear la zona para reblandecer y volver a echar más suero.

  1. Sentarlo

Después de haber introducido la solución salina en una fosa nasal, es mejor sentarlo para ayudarle a que expulse las secreciones con  menos esfuerzo.

  1. Hacer en el otro lado

Una vez limpio un orificio de la nariz, pasamos al lado contrario. De este modo, repetiremos la maniobra para echar el suero, girándole la cabeza hacia el otro costado.

  1. Taparle la boca

Si el niño no colabora (normalmente hasta los 2-3 años no lo hacen) algunos fisioterapeutas aconsejan cerrarle la boca para aprovechar el llanto (es frecuente que llore al realizarle la limpieza) y conseguir que inspire intensamente por la nariz. Esto hará arrastrar las secreciones y permitirá una correcta respiración.

No hay que preocuparse si no expulsa toda la mucosidad: con un simple lavado nasal veremos cómo nuestros hijos empiezan a respirar mejor. Además, eliminarán parte de los mocos y otra parte se los tragarán, que suele ser normal.

Los lavados nasales no suelen gustar a casi ningún niño, por lo que a veces tendrás que buscar verdaderas estrategias para poder sujetar a tu hijo.