Ejercicios adaptados a pacientes respiratorios

Te contamos unos entrenamientos físicos sencillos que mejorarán tu bienestar y salud.

El ejercicio físico diario mejora la calidad de vida, tanto si estamos sanos como si padecemos una afección pulmonar. Y es que el deporte es uno de los pilares básicos de un estilo saludable, que nos ayuda a conservar la salud del corazón, reducir  el riesgo de enfermedades (como la diabetes) y mantener en forma los pulmones.

De acuerdo con la Fundación Europea del Pulmón, todos deberíamos realizar al menos 30 minutos de ejercicio moderado al día, lo que equivaldría caminar a una velocidad de 4 a 6 kilómetros por hora. Pero cualquier actividad física puede valer, desde correr, nadar o jugar a tenis, hasta ir en bicicleta y hacer las labores de casa.

Cuando hacemos deporte, se ponen en marcha dos órganos importantes del cuerpo: el corazón y los pulmones. Mientras que el primero bombea el oxígeno hasta los músculos que se están moviendo,  los pulmones llevan oxígeno al organismo para proporcionarle energía y eliminar el dióxido de carbono (el gas que desechamos).

De esta manera, cuanto más intensa es la actividad, más oxigeno consumiremos y más dióxido expulsaremos. Al hacer deporte la respiración aumenta de 15 veces por minuto (12 litros de aire), cuando se está en reposo, hasta unas 40-60 veces por minuto (100 litros de aire). Con todo y eso, aunque uno pueda sentir que se queda sin aliento no es una situación peligrosa. Se ha demostrado que las personas con enfermedades pulmonares crónicas experimentan mejoría en los síntomas mediante el ejercicio regular.

Entrenamiento para hacer en casa

Te proponemos una rutina de 4 ejercicios sencillos para que puedas activar tu cuerpo en cualquier lugar y en días alternos, a ser posible.

  1. Respira con los labios fruncidos: coge el máximo de aire por la nariz, de forma lenta y profunda, inflando el abdomen y después expúlsalo por la boca de forma suave, como si soplaras. Respira con los labios fruncidos:
  2. Expansión costal: sentado sobre una silla, levanta los brazos hasta la horizontal respirando por la nariz y luego, baja los brazos expulsando el aire por la boca. Expansión costal
  3. Flexión de brazos: en la misma posición que en el ejercicio anterior, eleva los brazos por delante del tronco, hasta el máximo que puedas por encima de la cabeza y mantenlos así durante 3 segundos antes de bajarlos. Flexión de brazos
  4. Abducción de brazos: abre los brazos hasta la altura de los hombros, aguántalos en posición horizontal de 3 a 5 segundos y bájalos. Abducción de brazos

Todos estos ejercicios se tienen que realizar de forma suave y progresiva. Si podemos, tenemos que realizar cada uno en 2 tandas, es decir, primero hacerlo 5 veces, descansar un minuto y repetirlo otras 5 veces. Además, estas rutinas pueden practicarse con pesas de 1 o 2 kg, siempre y cuando no suponga una dificultad respiratoria.

Si tienes miedo de quedarte sin aire al practicar deporte, lo ideal es que consultes con tu médico o fisioterapeuta, para asegurarte de que el ejercicio es seguro y está en consonancia con tu capacidad.

¡Cuanto más ejercicio haga, más será capaz de hacer!

5 Técnicas de yoga para descansar mejor

Te contamos las posiciones más propicias para dormir profundamente de forma natural.

El yoga es una práctica, física, mental y espiritual con millones de seguidores en todo el mundo y su popularidad no para de crecer. Son muchos los estudios que han demostrado los beneficios de esta técnica para el bienestar integral de la persona e, incluso, la Organización de las Naciones Unidas la recomienda para la salud óptima de la población general.

A pesar de que nació en India hace miles de años, hoy día sigue estando en boga y se practica de formas muy distintas y variadas en muchas partes del planeta. “Yoga”, que en sanscrito significa “unión”, simboliza la conexión entre cuerpo, mente y alma. Esta disciplina de relajación busca, precisamente, un beneficio holístico (que englobe la totalidad de la persona) mediante la concentración, la meditación y las asanas (posturas).

Gracias a los ejercicios de relajación y meditación, el yoga activa el sistema parasimpático y libera serotonina, melatonina y las ondas cerebrales alfa, favoreciendo, así, un descanso profundo y reconfortante.

5 Asanas para un sueño reparador

Con estas sencillas técnicas de yoga conseguirás gran calma mental en poco minutos y te ayudará a vencer el insomnio.

  1. Dedos sobre la frente

Siéntate en el extremo de la cama, respira profundamente por la nariz y cierra los ojos. Luego, lleva ambas manos a la frente y sitúa la yema de los dedos sobre las dos pequeñas protuberancias. Este movimiento despeja el nerviosismo y la tensión acumulada del día. Dedos sobre la frente

  1. Respiración lunar

Tapona con el dedo anular de la mano derecha la fosa nasal del mismo lado e inhala y exhala profunda y pausadamente durante unos minutos por la fosa izquierda. Este gesto relaja los músculos, favorece la inactividad física y potencia el recogimiento interior. Respiración lunar

  1. Visualización

Durante todo el día tenemos que estar atentos y pendientes de nuestro entorno, por lo que nuestro chakra de la frente (el tercer ojo) está totalmente activado. A la noche, la energía disminuye y la atención baja a la zona del cuello. Si imaginas una esfera dorada a la altura de la garganta, conseguirás una sensación armoniosa de paz y tranquilidad. Visualización

  1. Figura de manos

Las posición de las manos, llamada mudra, tienen una importancia relevante dentro del yoga. Mientras estás haciendo la visualización anterior, coloca ambas manos de la siguiente manera: los pulgares tocan la punta de los dedos anular y meñique, que representan los elementos del agua y la tierra (el aspecto Yin, que corresponde a la quietud máxima). A la mañana siguiente, podemos hacer el mudra Yan para desperezarnos y energizarnos: los dedos índice y anular se juntan al pulgar.

  1. Savasana

La postura del cadáver o Savasana, que consiste en tumbarse boca arriba y relajar todos los músculos, reduce al mínimo la actividad mental y fomenta el sueño. Métete en la cama y, tendido sobre la espalda, abre un poco las piernas, los brazos (a unos 45º del cuerpo) y las manos (sin forzar). Concéntrate en la respiración, en cómo entra y sale el aire del cuerpo, tratando que la exhalación dure el doble de segundos que la inspiración. Savasana

Con estas posiciones, ya conoces algunas técnicas que te ayudarán a descansar mejor. No obstante, el yoga es mucho más amplio y rico, posee un abanico inmenso de posibilidades y busca un triple objetivo: flexibilizar el cuerpo, relajar la mente y enriquecer la parte emocional.

Es una práctica suave, pausada y apta para cualquier persona, independientemente de la edad y condición física, adaptándose al estilo de vida de cada uno.