¿Cuándo debo vacunarme contra la alergia? Estas son las recomendaciones de los expertos

Una alergia es una reacción de defensa que le ocurre a nuestro organismo cuando una sustancia extraña entra en nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune intenta neutralizarla causando los molestos síntomas típicos.

Congestión nasal, estornudos, tos, lagrimeo y enrojecimiento de los ojos… puede que muchas personas se identifiquen con estos síntomas y que, de hecho, sean parte de su día a día en ciertas épocas del año y que convivan con alergias.  En este sentido, el Ministerio de Sanidad recuerda que, entre los causantes más comunes de cada tipo de alergia se encuentran el polen, algunos alimentos, los productos químicos, algunos medicamentos, el mohos, los ácaros del polvo, las picaduras de insecto y en general cualquier sustancia capaz de desencadenar una respuesta por parte del sistema inmunitario.

Debemos recordar que, a pesar de que las alergias pueden ser más frecuentes en niños y adolescentes, lo cierto es que puede afectarnos a cualquier edad. De hecho, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), explica que la alergia es muy frecuente, una cuarta parte de la ciudadanía tiene una alergia. Es más, la SEICAP también afirma que las alergias han aumentado mucho en las últimas décadas y, aunque no se conoce con certeza, los cambios ambientales podrían haber afectado a este incremento de casos.

Una alergia es una reacción de defensa que le ocurre a nuestro organismo cuando una sustancia extraña entra en nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune intenta neutralizarla. En algunos casos estos mecanismos se vuelven dañinos contra el propio organismo y es ahí cuando aparecen los síntomas que pueden llegar a ser graves. ¿Cómo podemos entonces evitar estos casos graves si tenemos una alergia? La clave en este caso serían la vacuna.

¿CUÁNDO VACUNARSE?

La vacuna contiene los alérgenos justos para alertar al sistema inmunitario, pero no los suficientes para causar síntomas de alergia. Son esenciales para muchos pacientes, pero, ¿cuándo se ha de vacunar una persona con alergia? La sociedad de alergología apunta que la vacunación debe darse en cuanto se tengan síntomas más intensos o más frecuentes y éstos no respondan a los medicamentos.

Será en ese momento cuando el especialista opte por recomendar la inmunización. Además serían las personas con una sola alergia las que mejor responderían a la vacuna. Eso sí, “tienen un mayor efecto cuanto más precozmente se usen”, según la SEICAP, aunque, por lo general, se recomienda no vacunar a los menores de cinco años.

Si bien lo normal es notar una mejoría tras la vacunación, se debe tener en cuenta que este proceso no va a ser inmediato. Es decir, no se trata de un medicamento que corta los síntomas en unos minutos, sino que la inmunización tardaría en adquirirse cuando llevemos entre tres y seis meses con el tratamiento. Será entonces cuando veremos que los síntomas duran menos días o que los síntomas serán más leves. Los efectos una vez terminado el tratamiento durarían incluso años.

¿QUÉ SE DEBE TENER EN CUENTA ANTES DE VACUNARSE?

Por regla general, y dado que la vacunas inyectadas para las debe administrar un profesional sanitario, lo normal es acudir a un centro de Atención Primaria para recibirla. Además, y a la hora de acudir a la vacunación, se debe tener en cuenta la condición física del momento. Por ejemplo, no se debe  vacunar si se tiene fiebre o varicela, es decir, hay que estar en buen estado de salud.

Después de la vacuna contra la alergia, se debe evitar hacer muchos esfuerzos físicos, al menos en las horas inmediatas a la inoculación. En el caso de que se produzcan reacciones adversas, se debe consultar siempre con el especialista.

¿Cómo prevenir las afecciones respiratorias en invierno? La vacunación, nuestra mejor aliada

Las infecciones como la gripe o la Covid-19 son muy comunes en invierno, y la vacunación la herramienta más eficaz para prevenirlas

Es común que durante el invierno contraigamos más afecciones respiratorias, como por ejemplo la gripe, que pueden incluso evolucionar hacia casos más graves y llegar a requerir hospitalización. Ante las complicaciones asociadas a esta infección, contamos con un arma esencial que nos permite prevenir la enfermedad grave: la vacunación.

Es en invierno cuando las temperaturas bajan y proliferan los patógenos causantes de diferentes infecciones como el SARS-CoV-2, causante de la Covid-19, o el virus de la influenza, tras la gripe. Patologías que pueden derivar en graves complicaciones, hospitalización e incluso la muerte, especialmente en pacientes con enfermedades previas, como los pacientes con patologías respiratorias o cardiovasculares.

¿CON QUÉ VACUNAS CONTAMOS?

Para protegernos contra los virus y bacterias que provocan estos problemas respiratorios, contamos con la vacunación. En la campaña de invierno de este año, el Ministerio de Sanidad ha recomendado la inmunización frente a la gripe y la Covid-19, que son las dos enfermedades infecciosas respiratorias que más circulan durante el otoño y el invierno.

En el Calendario Nacional de Vacunación para toda la vida también se incluye la vacunación frente al neumococo para pequeños y mayores, y frente al virus respiratorio sincitial (VRS) en los menores de un año, causante de los casos de bronquiolitis en los más pequeños. La vacunación frente al VRS en los adultos se encuentra por el momento comercializada en España, no así incluida en la Cartera de Servicio del Sistema Nacional de Salud y, por ende, en el Calendario.

QUIÉNES DEBEN VACUNARSE

“La vacunación es la medida más eficaz para prevenir estas patologías y evitar sus complicaciones”, demuestran los expertos y es especialmente recomendable en algunos grupos de población. Si nos preguntamos quiénes están dentro de estos grupos, tenemos dos ramas distintas: aquellos que tienen mayor riesgo de complicaciones y los que mantienen los servicios esenciales a la comunidad y están en riesgo de contagiarse por su trabajo.

Dentro del primer grupo encontramos:

  • Personas de 60 o más años de edad
  • Niños de 5 o más años que se encuentren en centros o instituciones
  • Jóvenes a partir de 12 años que tengan condiciones de riesgo como diabetes, obesidad, hemofilia, cáncer u otras enfermedades crónicas o que conllevan disfunción cognitiva
  • Embarazadas en cualquier trimestre de gestación y mujeres durante el puerperio
  • Convivientes con personas que tienen alto grado de inmunosupresión

Por otro lado, tendríamos los casos de aquellas personas que, por su labor, son imprescindibles para los servicios públicos. En este caso tenemos:

  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado
  • Fuerzas Armadas
  • Bomberos
  • Servicios de protección civil

Estas son las infecciones y patologías más comunes en otoño

Siguiendo un estilo de vida saludable podemos fortalecer nuestro sistema inmune

Cuando llegan el otoño y el invierno, tendemos a enfermar con más frecuencia. Pese a las creencias de que el frío es el que nos hace contraer infecciones, lo cierto es que, según los estudios, más bien se trata de que las bajas temperaturas debilitan las defensas de la nariz, por lo que nuestra respuesta inmune para combatir los patógenos es más débil. También es el momento en el que distintas patologías se reagudizan. Estas son las infecciones y las patologías más comunes del otoño:

  • Resfriados: también conocido comúnmente como catarro, es una infección vírica que afecta a las vías respiratorias altas (nariz, oído medio, garganta y laringe) y sus síntomas más frecuentes son los estornudos, las secreciones y congestión nasal, picor de garganta y malestar general. La tos suele aparecer en unos dos días, cuando la mucosidad se espesa y dificulta la respiración. En cuestión de unos 10 días, el resfriado debería haber mejorado.
  • Gripe: aunque es similar al catarro y también se produce por una infección vírica, se diferencia de él en que es un cuadro más agudo que suele ir acompañada de fiebre, superando los 38ºC de temperatura basal. Además, con ella tienden a aparecer cefaleas, dolor muscular, tos seca, sensación de cansancio y malestar. En torno a las 48 horas, los síntomas empiezan a remitir y generalmente no se suceden mayores complicaciones en personas con un buen estado de salud.
  • Covid-19: desde hace tres años esta patología producida por la infección por el virus SARS-CoV-2 también se incluye entre las enfermedades que podemos contraer en invierno. Fiebre, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares o de cabeza son algunos de sus síntomas más característicos.
  • Bronquitis: se trata de una inflamación de los conductos bronquiales, que son las vías encargadas de llevar oxígeno a los pulmones. Además de la irritación, puede ir acompañada de mucosidad espesa y dolor en el pecho y, en algunos casos, aparece junto a algún resfriado o infección de las vías respiratorias. Suele tardar alrededor de una semana en desaparecer.
  • Bronquiolitis: es la inflamación de los pulmones, una enfermedad más frecuente en niños pequeños y bebés que causa hinchazón, irritación y acumulación de mucosidad en los bronquiolos. Esta patología también suele ser provocada por la infección de algún virus y comienza con los síntomas del resfriado, pero va empeorando hasta complicar la situación. La bronquiolitis puede prolongarse de una a dos semanas.
  • Rinitis: consiste en un tipo de alergia ocasionada por la inhalación de un alérgeno, como pueden ser el polen, el polvo o la caspa de los animales. Sus síntomas son los estornudos, la congestión nasal, mucosidad transparente y líquida, picor intenso de la nariz, tos seca y, en algunos casos, pérdida de olfato. Es típica del otoño porque es una época húmeda perfecta en la que proliferan los ácaros y en la que hay menos ventilación.
  • Sinusitis: la mayor parte de las veces están causadas por una infección vírica, pero también pueden deberse a alergias o problemas dentro de la cavidad sinusal. Precisamente, esta enfermedad se produce por la inflamación de la mucosa de los senos paranasales, causando mucosidad y congestión nasal, producción de flemas, dolor de garganta, de cabeza y tos. La sinusitis suele afectar entre una y dos semanas si no existen más complicaciones.
  • Artritis: durante esta estación repuntan los brotes sintomáticos de las enfermedades reumáticas como la artritis, que se trata de la inflamación de las articulaciones. Esa inflamación va acompañada de una hinchazón y sensibilidad en la zona, que causan dolor e impiden el correcto movimiento de las extremidades. En algunas personas esta enfermedad muestra los mismos síntomas durante el resto de su vida con una evolución negativa, mientras que en otras solo hay brotes o ‘períodos de exacerbación sintomática’, que suelen durar unas cuantas semanas hasta que los síntomas se calman.
  • Dermatitis: se trata de una enfermedad de los tejidos cutáneos de carácter crónico, pero que suele empeorar en otoño por el uso de la calefacción o las temperaturas frías, factores que contribuyen a la sequedad de la piel. Se caracteriza por una inflamación de las capas más superficiales de la dermis, que produce picazón, manchas y erupciones por todo el cuerpo, descamación y sensibilidad. Si el paciente se rasca las zonas inflamadas, el cuadro puede empeorar provocando la formación de costras y heridas, por lo que es fundamental hidratar bien la piel y utilizar productos hipoalergénicos para el cuidado corporal.

Ya sabes que para hacer que tu sistema inmune esté más fuerte y sea capaz de resistir mejor estas infecciones tan comunes del otoño, o de incluso prevenir algunas de ellas, es importante seguir un estilo de vida saludable con una alimentación equilibrada, practicando actividad física a diario, controlando el estrés y manteniendo un horario regulado de sueño. Además, también es recomendable lavarse las manos con asiduidad para evitar la entrada de patógenos en el cuerpo, así como ventilar los espacios y evitar corrientes de aire.

VACUNACIÓN FRENTE A LAS INFECCIONES

Recuerda que para evitar estas infecciones tan comunes del otoño y el invierno estamos inmersos en la campaña de vacunación contra la gripe, dirigida a las personas de riesgo como embarazadas, niños de 6 a 59 meses, personas mayores y personal sanitario. Al mismo tiempo está en marcha la campaña de refuerzo de la inmunización frente a la Covid-19 en personas mayores, población vulnerable y profesionales sanitarios.

Asimismo, también está abierta la campaña de inmunización frente al virus respiratorio sincitial (VRS), una infección cuyos síntomas predominantes son la bronquiolitis y la neumonía. Esta vacuna está pautada para bebés menores de 6 meses, prematuros y niños con factores de riesgo, sujetas a las indicaciones de las distintas Comunidades Autónomas. Si tú o algún familiar entráis dentro de algún grupo, no dudes en dirigirte a tu médico para informarte.

Varicela: todo lo que debes saber

Tras la exposición, el periodo de incubación es de 14 a 15 días aproximadamente, pero puede variar entre los 10 y 21 días

La varicela es una enfermedad causada por el virus de la varicela-zóster. Es muy contagiosa, presenta una alta incidencia y es típica de la infancia. Se calcula que, en climas templados, más del 90% de la población ha padecido la enfermedad antes de los 15 años de edad.

A nivel mundial, su incidencia se estima en 60 millones al año; de estos, 57 corresponden a niños y 3 a adultos.

La transmisión del virus, tal y como indican desde la Asociación Española de Pediatría, se produce de persona a persona a través del contacto directo con las vesículas cutáneas que contienen el virus.

Tras la exposición, el periodo de incubación es de 14 a 15 días aproximadamente, pero puede variar entre los 10 y 21 días, pudiendo ser más prolongado en personas inmunodeficientes.

El síntoma más característico de la varicela es el exantema pero también puede aparecer fiebre, cansancio, dolor de cabeza y pérdida de apetito. La fiebre, según explican desde el Ministerio de Sanidad, suele ser moderada y persistir durante los 2-4 primeros días del exantema.

La mejor forma de prevenir la varicela es la vacuna, ya que esta reduce la probabilidad de padecer la enfermedad. De hecho, los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades calculan que la vacuna proporciona una protección completa contra el virus para casi el 98% de las personas con las dos dosis.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

Según la Asociación Española de Pediatría, el diagnóstico es clínico, pero puede ser necesario recurrir al laboratorio cuando se trata de casos atípicos o de pacientes inmunodeprimidos.

En cuanto al tratamiento, aunque por lo general no se necesita, ya que la varicela desaparece por sí sola, sí se pueden adoptar medidas que ayuden a aliviar los síntomas: aplicar loción de calamina, evitar rascarse, darse un baño con bicarbonato de sodio y utilizar medicamentos para tratar la fiebre (sin que estos contengan aspirina).

¿Vas a viajar al extranjero? Estas son las vacunas que puedes necesitar

Existen muchas vacunas recomendadas para los viajeros que están indicadas dependiendo del destino

Aunque desde que empezó la pandemia por el nuevo Coronavirus, no hemos podido viajar todo lo que nos gustaría, esta actividad sigue siendo la preferida para muchos españoles. Sin embargo, si vamos a viajar al extranjero, debemos tomar ciertas medidas preventivas para mantener nuestra salud en perfectas condiciones.

En este sentido, según la Asociación Española de Vacunología, existen muchas vacunas recomendadas para los viajeros que están indicadas dependiendo del destino. Todo esto sin olvidar las recomendaciones generales a seguir para evitar la exposición a ciertas enfermedades.

VACUNACIONES OBLIAGATORIAS

El Ministerio de Sanidad subraya que algunas vacunas están sometidas a reglamentación internacional, por lo que las autoridades locales del país que vaya a visitarse pueden exigir un Certificado Internacional de Vacunación.

  • Fiebre amarilla: es una enfermedad vírica que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. Es obligatoria para entrar en algunos países, pero independientemente de esto, se aconseja a todos los viajeros que visiten países africanos y sudamericanos.
  • Meningitis Meningocócica: es una infección bacteriana causada por Neisseria meningitidiso meningococo. La vacuna, según el Ministerio de Sanidad, es exigida a todos los peregrinos que visitan La Meca anualmente o en cualquier otro periodo.
  • Poliomielitis: es una enfermedad de origen vírico muy contagiosa que puede afectar de forma grave al sistema nervioso, tal y como señalan desde la Asociación Española de Vacunología. Esta vacuna se exige en países libres de poliomielitis, cuando se procede de otros donde sí de da.

VACUNAS RECOMENDADAS

  • Fiebre tifoidea: es una enfermedad infecciosa contagiosa que afecta a diversos órganos, producida por la bacteria Salmonella Enteric. Se aconseja a los viajeros que se dirijan a zonas endémicas (África, Centro y Sudamérica, Oriente Medio y Sudeste Asiático son los países más afectados).
  • Rabia: es una enfermedad propia de animales que se transmite al hombre por contacto directo con distintas especies. Se aconseja, sobre todo, si se viaja a África y Asia, donde se producen la mayoría de las muertes por rabia.
  • Tétanos: es una enfermedad producida por una toxina de la bacteria Clostridium tetani, que penetra en el organismo a través de heridas o erosiones en piel o en mucosas.
  • Cólera: es una enfermedad bacteriana intestinal aguda que se transmite por agua y alimentos contaminados. Las zonas endémicas se sitúan en África, Centro y Sudamérica y el Sudeste Asiático.