La psicoterapia es una herramienta verdaderamente útil para ayudarnos a gestionar todo tipo de problemas emocionales.
No hay nada negativo en acudir a terapia para reorganizar los pensamientos y aprender a manejar las emociones. Pero la sociedad ha creado un estigma en torno a las personas que buscan ayuda psicológica. Nos preguntamos si lo hacen porque padecen algún trastorno mental grave.
Así que nos parece normal visitar al médico de cabecera por cualquier dolencia física, pero hay un “no sé qué” que nos impide ir al psicólogo para calmar ese dolor interno que, en ocasiones, puede invadir nuestras vidas (se le puede llamar ansiedad, estrés o bloqueo) y afectar a nuestras relaciones sociales.
Psicoterapia
Los problemas emocionales tienen un lugar secundario en nuestra escala de prioridades. Sentimos que son cuestiones a las que deberíamos buscarles solución nosotros mismos, solos, porque pedir ayuda se percibe como un signo de debilidad. Así que ahuyentamos la posibilidad de recibir cualquier tipo de ayuda externa y cualificada.
Sin embargo, este es un pensamiento totalmente erróneo. Un psicólogo puede ayudarnos a afrontar y gestionar ese tipo de problemas emocionales. La herramienta que utiliza para ello es la psicoterapia, donde se aplican procedimientos científicamente válidos para la creación de hábitos más sanos y efectivos.
La Asociación Americana de Psicología explica que la psicoterapia es un tratamiento de colaboración basado en la relación entre una persona y el psicólogo. Su base fundamental es el diálogo, lo que proporciona un ambiente de apoyo que permite al paciente hablar abiertamente con alguien objetivo, neutral e imparcial.
Cuándo pedir ayuda
Las circunstancias que llevan a una persona a solicitar ayuda profesional son muy diversas y complejas. Según la Asociación Americana de Psicología, hay quien acude por haberse sentido deprimido, ansioso o enfadado demasiado tiempo o porque necesita ayuda ante una enfermedad crónica o un suceso familiar que interfiere en su bienestar emocional o físico.
También los síntomas son variados. El Consejo General de la Psicología de España explica que el malestar se manifiesta a través de ansiedad, depresión, estrés, conflictos con la pareja, dificultades en las relaciones sexuales, etc. Incluso puede provocar comportamientos como adicciones (alcohol, drogas…) o trastornos alimenticios (anorexia nerviosa, bulimia…). Y todo ello afecta a la experiencia personal y a la relación con los demás y dificulta de forma significativa las actividades cotidianas.
Así, las señales que pueden indicar que sería recomendable acudir a terapia son:
- Tener un sentimiento abrumador y prolongado de desamparo y tristeza.
- Sentir que los problemas no se solucionan a pesar de los esfuerzos y de la ayuda de familiares y amigos.
- Tener dificultad para concentrarse en el trabajo o realizar otras actividades cotidianas.
- Preocuparse excesivamente, esperar lo peor o estar constantemente nervioso.
- Realizar comportamientos (como beber alcohol exageradamente, consumir drogas o ser agresivo), que dañan a otras personas y a uno mismo.
Así, a través de la psicoterapia, es posible identificar y cambiar todos aquellos patrones de pensamiento y comportamiento que le impiden a uno sentirse bien. Según los expertos, al terminar el tratamiento, se producen dos avances: la resolución del problema y la adquisición de nuevas destrezas para enfrentar con una mayor efectividad cualquier desafío que pueda surgir en el futuro. ¡Acuérdate de cuidar también tu bienestar emocional!
“Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”, Sigmund Freud.