Te explicamos las claves de la legionelosis, una enfermedad parecida a la neumonía
La ‘legionela’ es la bacteria causante de la legionelosis o ‘la enfermedad del legionario’, una afección infecciosa que presenta un cuadro de neumonía y fiebres altas. Su nombre viene en honor a las 34 personas fallecidas en 1976 por un brote de neumonía en una convención de legionarios de Estados Unidos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la forma más común de transmisión de la legionela es la inhalación de aerosoles, aires acondicionados o agua contaminados, donde la bacteria encuentra las condiciones idóneas (suciedad y temperatura entre 25º y 45º) para reproducirse y colonizar.
La legionelosis tiene un periodo de incubación de 2 a 10 días y, aunque suele aparecer como casos aislados, afecta más a personas de mediana edad, sobre todo si son fumadoras o tiene alguna patología pulmonar.
Síntomas de la legionelosis
- Fiebre y escalofríos
- Tos, seca o con mucosidad
- Dolor de cabeza o musculares
- Cansancio y pérdida de apetito
Los síntomas son difusos y pueden confundirse con otras enfermedades, por lo que se necesitan pruebas serológicas para un diagnóstico diferencial.
Tratamiento de la legionelosis
No existe ninguna vacuna disponible contra esta dolencia. Sin embargo, la enfermedad del legionario requiere de tratamiento antibiótico.
Su prevención depende de la aplicación de medidas de control e higiene que minimicen la proliferación de la legionela y su difusión por torres de refrigeración y sistemas de conducción de agua, de manera que limiten el crecimiento y multiplicación de esta bacteria.
Aunque no siempre es posible erradicar la fuente de infección, sí se pueden reducir sustancialmente los riesgos: limpiando y desinfectando periódicamente estos aparatos. Así, en hospitales, centros comerciales y hoteles es imprescindible que los conductos de refrigeración y de agua estén en perfecto estado, no sólo en los meses de verano sino todo el año.