Cualquier persona puede padecerla, pero es más frecuente en mujeres y, por lo general, entre los 15 y 45 años de edad
El lupus es una enfermedad crónica autoinmune que afecta a las articulaciones, la piel, los riñones y otras partes del cuerpo. Cualquier persona puede padecerla, pero es más frecuente en mujeres y, por lo general, entre los 15 y 45 años de edad. Se estima que cerca de 5 millones de personas en todo el mundo padece algún tipo de lupus.
Los síntomas del lupus, según Clínica Mayo, pueden desarrollarse lentamente o aparecer de forma repentina y, además, pueden ser leves o intensos y tener una duración temporal o permanente.
Eso sí, la ausencia de síntomas no indica que la enfermedad haya desaparecido, sino que se encuentra en un periodo de remisión.
Asimismo, como es una enfermedad que afecta a cualquier parte del cuerpo, sus síntomas pueden ser variados: fiebre, pérdida de peso, dolores musculares, lesiones en la piel, cansancio, dificultad para respirar y dolor de cabeza, entre otros.
CAUSAS Y DIAGNÓSTICO
Por el momento no se sabe cuál es la causa exacta del lupus, sin embargo, la Arthritis Foundation manifiesta que los factores hereditarios, hormonales y medioambientales podrían tener algo que ver, aunque no se sabe de forma clara cómo afectan al desarrollo del lupus.
En cuanto al diagnóstico, debido a la variedad de síntomas que presenta la enfermedad, no existe una única prueba que la detecte como tal, pero sí existen muchas otras que pueden ayudar con el diagnóstico: análisis clínicos, biopsia y pruebas de diagnóstico por imágenes.
TRATAMIENTO
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel detalla que los objetivos del tratamiento para el lupus son: evitar los brotes, controlar y combatir los síntomas, prevenir el daño a ciertos órganos y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En este sentido, la Arthritis Foundation destaca la toma de medicamentos tanto para reducir la inflamación como para disminuir la actividad del sistema inmunológico (medicamentos antiinflamatorios, medicamentos antipalúdicos, glucocorticoides e inmunodepresores), así como el ejercicio físico regular, y una dieta equilibrada.