Otitis en verano: Consejos y recomendaciones para evitarla

La acumulación de agua en los oídos durante los baños en playas y piscinas, junto con el calor, favorecen su aparición

Es tiempo de disfrutar de playas, piscinas y ríos, y es difícil evitar que los más pequeños quieran pasar horas en remojo. Pero debemos tener en cuenta que la acumulación de agua en sus oídos junto con el calor puede provocar infecciones que, debido a que sus trompas de Eustaquio son más cortas, pueden llegar fácilmente al oído medio. Una de las más habituales es la otitis.

A pesar de que puede aparecer en cualquier momento de la vida, son los niños menores de siete años los que más padecen esta infección. Desde la Asociación Española de Pediatría Española (AEP) explican que “entre un 80 y un 90% de niños sufrirá alguna otitis en sus primeros años de vida”.

La otitis es una inflamación que se produce en el oído causado por una bacteria o un virus. Existe diferentes tipos, pero la más común se denomina otitis media. La otitis media es la presencia de líquido (con o sin pus), llamado exudado y que es producto de una inflamación en la cavidad del oído medio, localizado justo detrás del tímpano.

Los síntomas de la otitis más frecuentes son dolor de oído, fiebre, tinnitus, irritabilidad, con menos frecuencia se puede presentar otorrea (supuración), vértigo o parálisis facial (muy pocos casos).

Por ello, desde la Asociación Nacional de Audioprotesistas, insisten en que es importante aprender a detectar los signos de alarma, tales como la picazón o la sensación de tener la oreja taponada, puesto que en el peor de los casos, puede incluso llegar a producir pérdida auditiva, ya que tal y como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi el 60% de las pérdidas auditivas en niños se debe a esta causa.

Además, existe una serie de factores de riesgo que favorecen la aparición de otitis externa durante la temporada estival, tales como la humedad ambiental, temperatura elevada, sudoración excesiva, contaminación de las aguas o ausencia de cerumen en el conducto auditivo por limpieza excesiva del mismo.

En resumen, se trata de una inflamación molesta y dolorosa, que puede llegar a estropearte las vacaciones. Por eso debes prevenir su aparición siguiendo unas sencillas recomendaciones a la hora de bañarte:

  • Lo principal es evitar la entrada de agua en el conducto auditivo.
  • Intenta no sumergirte demasiado cuando te bañes.
  • Limpia tus oídos con cuidado: si utilizas objetos contundentes o introduces bastoncillos hasta el fondo, se pueden producir daños en la piel interna del oído, dejando las puertas abiertas a la infección.
  • Los especialistas aseguran que los tapones para el baño no son eficaces para prevenir una otitis externa.
  • Báñate en lugares donde tengas una mínima garantía de que el agua ha sido tratada de forma adecuada. Si estás en una playa, asegúrate de que tiene bandera azul.
  • Después del chapuzón, sécate suavemente con el pico de una toalla o con una gasa.

Si aún así, no puedes evitar contraer esta infección, debes acudir al médico tan pronto como detectes los primeros síntomas. La recomendación básica es no mojar el oído bajo ningún concepto y tomar algún analgésico como paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor.

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