No basta cepillarse los dientes 2 o 3 veces al día, sino que hay que seguir otra serie de hábitos fundamentales
La sociedad está cada vez más concienciada con la importancia de tener una buena salud bucodental. No se trata solo de lucir la mejor de las sonrisas, sino de prevenir determinadas enfermedades.
Sin embargo, para conseguirlo no basta con cepillarse los dientes 2 o 3 veces al día, sino que hay que seguir otra serie de hábitos fundamentales.
Uno de ellos es el de visitar al dentista. Si es solo para revisión, basta con que vayas una o dos veces al año para comprobar que todo está bien; pero si notas algún dolor o problema en la cavidad bucal, lo mejor es que acudas cuanto antes para que el odontólogo te trate.
También hay que cuidar la alimentación. Para ello, intenta evitar la ingesta de azúcar en la medida de lo posible, ya que aumenta el riesgo de desarrollar caries, y opta por alimentos ricos en calcio, flúor, proteínas y vitaminas.
En cuanto al deporte, para evitar traumatismos y fracturas de dientes, lo mejor es utilizar un protector bucal, sobre todo para deportes de contacto, intensos o con riesgo de caídas.
Asimismo, eliminar el tabaco es fundamental, ya que este, además de ser muy perjudicial para la salud, lo es especialmente para la boca porque incrementa el riesgo de problemas en las encías.
En lo que se refiere al alcohol, si vas a consumirlo, la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial (SEDO) recomienda optar por vino tinto, dado que el vino blanco, el champagne o el cava son más perjudiciales para el esmalte y el cemento de la raíz dental.
De la misma manera, es aconsejable intensificar o mejorar tu higiene bucodental. Así, no solo hay que cepillarse los dientes, sino que hay que hacerlo de manera correcta, con pasta fluorada y durante dos minutos (sin olvidar la lengua y paladar). Lo ideal es hacerlo después de cada comida, al menos tres veces al día, realizando un cepillado más exhaustivo después de cenar. Es recomendable complementar el cepillado con cepillos interdentales, seda dental o con un irrigador oral, y finalizar con un colutorio específico que te recomiende tu dentista de cabecera.
Si en algún momento no puedes cepillarte los dientes, puedes mascar chicle sin azúcar o morder una manzana o fruta dura. Y es que, aunque no sustituyen al cepillado, ayudan en la limpieza al estimular la producción de saliva.
Por otro lado, según la Fundación Canaria Dental y el Colegio de Dentistas de Las Palmas (COELP), en la época estival, con las altas temperaturas y la exposición continua al sol, el organismo pierde agua más rápido y, como consecuencia, debe trabajar para mantener la concentración de sales adecuada. En una boca deshidratada, las aftas, inflamaciones e infecciones son más frecuentes, por lo que la ingesta de agua debe intensificarse para gozar de una buena hidratación de las encías y mucosas, y evitar, de esta manera, que se produzca un aumento de la densidad salivar.
Por último, intenta evitar los cambios bruscos de temperatura al comer o beber si no quieres que aumente tu sensibilidad bucal e, incluso, se inflamen los vasos sanguíneos del interior de tus piezas dentales.
Estoy totalmente de acuerdo. Realizar ciertos habitos de manera correcta, así como asistir a revisiones anuales en nuestro seguro dental, es importantísimo para el cuidado bucodental.