Es un trastorno que resulta muy incapacitante para la persona que lo sufre.
Aunque a veces se describe como una especie de mareo, sufrir vértigo tiene otras connotaciones. Tal y como describe Mayo Clinic, el vértigo es la sensación falsa de que tu entorno está girando o moviéndose. El cerebro recibe señales del oído interno que no son consistentes con lo que reciben los ojos y nervios sensoriales.
En la mayoría de las veces se trata de un trastorno que no es grave, resulta muy incapacitante y puede mermar mucho la calidad de vida de las personas que lo sufren. De esta forma, la Sociedad Española de Otorrinolaringología asegura que se trata de un motivo de consulta frecuente, tanto en Atención Primaria como en Urgencias.
De esta forma, el vértigo puede presentarse en personas en las que no se identifican otros problemas de salud, pero que sufren una alteración en sus sistema de equilibro y de orientación en el espacio. También puede ser síntoma de otra causa subyacente.
Desde Sanitas explican que, los vértigos se suelen asociar a una alteración permanente o transitoria del equilibro causando una sensación de movimiento giratorio o de desplazamiento, ya sea del propio cuerpo o de los objetos cercanos.
Tipos de vértigos
- Vértigo central: aparece de forma progresiva, es continuo y puede durar días sin que se produzcan alteraciones auditivas ni otros síntomas neurovegetativos. Puede ser la causa de alguna enfermedad, como las migrañas, las infecciones del oído interno o incluso de las alteraciones vasculares.
- Vértigo periférico: suele producirse cuando la cabeza gira o cuando cambiamos de postura, como acostarnos o levantarnos de la cama. Puede ser la causa de la enfermedad de Ménière o por el uso de determinados fármacos que resultan tóxicos para el oído. También puede ocurrir por un golpe en la cabeza o la irritación e inflamación de una parte del oído interno u otras enfermedades que afectan al oído medio, como otitis o tapones de cera.
Cabe destacar que, este trastorno puede afectar tanto a niños, como adultos. En los niños, habitualmente se trata de problemas del oído medio que se manifiestan con vértigo.En el caso de los más mayores, los tres sistemas del equilibrio que tienen que coordinarse en el cerebro (vista, oído y articulaciones) fallan.
Ante cualquier percepción de mareo, lo ideal es acudir al centro médico cuanto antes para averiguar si lo que sentimos es vértigo o no y así poder establecer un tratamiento adecuado tras el diagnóstico.