Esta actividad, basada en caminar a ritmo rápido, ofrece múltiples ventajas para la salud.
El Power Walking es una reciente disciplina deportiva y una variante de caminar a paso ligero y a un ritmo constante y rápido. Se trata de una modalidad menos exigente que el running o la marcha atlética, pero idónea para proteger nuestro sistema cardiovascular y mejorar el bienestar general del organismo.
Aunque la mayoría de gimnasios ofrecen sesiones de Power, Fit, Smart o Speed Walking en máquinas elípticas, se practica preferentemente al aire libre sin bastones o elementos de apoyo. No obstante, es más que un simple paseo ya que hay que tener tres en cuenta tres aspectos: la frecuencia, el tiempo y el ritmo, para que resulte un ejercicio aeróbico efectivo.
De acuerdo con la Fundación Española del Corazón, lo recomendable es realizar caminatas enérgicas de 40-45 minutos al menos tres veces por semana, con una frecuencia cardíaca de entre el 60 y el 70 % (que corresponde a una intensidad moderada). La fórmula para calcularla es la siguiente: frecuencia máxima cardiaca = 220 – edad.
Beneficios de caminar a paso ligero
- Favorece el corazón
De acuerdo con los expertos, el Power Walking mejora la circulación sanguínea y la oxigenación general del cuerpo y disminuye la tensión arterial y el colesterol, favoreciendo el sistema cardiaco y previniendo la diabetes.
Además, la Asociación Americana del Corazón, apunta que esta práctica reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas en un 9,3% (correr lo hace en un 4,5%).
- Escaso riesgo de lesión
Al avanzar paso a paso, un pie siempre está en contacto con el suelo, por lo que el impacto es escaso y las articulaciones sufren menos.
- Quema grasas
Durante el transcurso de la caminata, el ritmo de pulsaciones se mantiene en una zona moderada, permitiendo, así, al organismo quemar grasas, eliminar toxinas y lograr un peso saludable.
- Mejora el sistema inmunitario
Ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, a tonificar gran cantidad de músculos (sobre todo piernas y glúteos), así como a mantener activo el metabolismo y a fortalecer las defensas de nuestro sistema inmunitario.
- Fortalece piernas y abdomen
Con el Power Walking tonificaremos, sobre todo, la musculatura del tren inferior y nuestro core o zona central. Gemelos, glúteos y abdomen llevan la mayor parte del trabajo en este entrenamiento.
- Agradable y a cielo abierto
Es una modalidad ideal para aquellos que no disponen de mucho tiempo, no les gusta o no pueden correr y no desean ejercitarse en lugares cerrados como los gimnasios.
- Aumenta la autoestima
El hecho de practicar un deporte favorece la liberación de distintas hormonas que, en combinación con otros neurotransmisores, inciden de manera positiva en nuestro organismo. La serotonina facilita la regulación del sueño y los estados de ánimo, las endorfinas reducen los niveles de estrés y la dopamina provoca un efecto adictivo a la actividad física.
Aunque todo son ventajas, no hay que olvidar la postura para una correcta ejecución en el Power Walking. Cuando andamos a paso enérgico, hay que mantener la cabeza y el tronco erguidos, mirar al menos 20 metros por delante, balancear los brazos alternativamente, dejar los hombros relajados y contraer el abdomen.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja realizar 20 minutos al día de deporte de intensidad moderada.