El deporte llevado a cabo de forma adecuada y con un buen control del asma bronquial es muy recomendable
El asma bronquial es una enfermedad crónica que provoca una inflamación en el interior de los bronquios, que produce una estrechez más o menos importante e impide la entrada de aire a los pulmones de forma correcta.
Hay varios tipos de Asma Bronquial, según aparezcan tras un esfuerzo, por la noche al acostarse, por alergia al polvo o al polen o el asma estacional (asociado a alergias).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el asma bronquial afecta a 235 millones de personas en todo el mundo, siendo la enfermedad crónica más frecuente en niños y niñas. No obstante, un tratamiento adecuado permite tener una buena calidad de vida.
Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), el asma bronquial no se cura, pero se puede tratar y controlar. Para ello debes conocer y seguir correctamente tu tratamiento y evitar los desencadenantes de una crisis.
La pregunta que se hacen muchas de las personas que sufren esta enfermedad: ¿pueden practicar deporte? la respuesta es SÍ. Los expertos aconsejan que las personas con asma bronquial realicen alguna actividad física, el ejercicio físico debe formar parte del estilo de vida de cualquier persona con Asma Bronquial, ya que aporta importantes beneficios para la salud.
Al igual que en los adultos, la práctica de ejercicio físico también está recomendada en los niños asmáticos.
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) explica que si la enfermedad no está controlada, no les va a ser posible hacer todo el ejercicio que ellos desearían, interfiriendo en sus relaciones sociales y disminuyendo su calidad de vida.
Pero, el deporte llevado a cabo de forma adecuada y con un buen control del asma es muy recomendable también en niños, porque mejora su condición física, su autoestima y amplía sus relaciones sociales.
Aquí te damos algunos consejos sobre cómo seguir practicando deporte y manteniendo el asma bajo control:
- Adapta el tipo de deporte en función de la temporada. Si eres alérgico al polen, no es recomendable que practiques deporte al aire libre en primavera en momentos del día de máxima polinización.
- Realiza un buen calentamiento antes de comenzar, iniciándolo de manera suave y progresiva hasta alcanzar la intensidad perseguida.
- Ten siempre disponible la medicación de rescate y utilízala antes del ejercicio si tienes asma de esfuerzo o si te lo han aconsejado los médicos.
- Si son deportes aeróbicos en exterior en ambientes fríos, cúbrete la boca con una bufanda/pañuelo para evitar que el aire frío entre directamente en la vía aérea.
- Inspira por la nariz y espira por la boca. Trata de inhalar por la nariz y exhalar con los labios apretados para mejorar tu presión diafragmática y tardar más en vaciar.
- Si notas molestias, PARA. Si sientes pitidos o tu disnea (dificultad para respirar) es muy aparente, para y recupérate. No hagas deporte justo después de una crisis o si has pasado por un proceso respiratorio y aún no estás recuperado. En todo caso, sea cual sea el lugar en el que hagas ejercicio si tienes asma, lleva siempre contigo tu medicamento broncodilatador de urgencia.
Ante cualquier duda, consulta con el médico que te puede aconsejar el tipo de ejercicio más adecuado, las mejores condiciones en las que debe realizarse y si necesitas una medicación preventiva antes de hacerlo. Y no menos importante, sé consciente de tus límites personales y aprende a distinguir si a una intensidad concreta, el riesgo de sufrir una crisis es o no asumible.