Esta técnica, que detecta la saturación de O₂, es valiosa para numerosas aplicaciones
La pulsioximetría es un método no invasivo dirigido a la medición de la cantidad de oxígeno que es trasportada por nuestra sangre mediante la hemoglobina. Esta proteína es la encargada llevar el oxígeno desde los pulmones hasta el resto de órganos, y la que le da ese tono bermellón tan característico a la sangre. Así, cuanto más saturación de oxigeno, más roja se ve la sangre; y cuanto menos proporción de O₂, más azulada.
Esta prueba diagnóstica, que permite conocer la cantidad de oxigeno en sangre sin llegar a la necesidad de extraerla, emplea un pulsioxímetro o saturómetro. Se trata de un equipo, formado por un emisor de luz y un sensor óptico, útil para de detectar alteraciones en la oxigenación y para el control de tratamientos de oxigenoterapia domiciliaria, apnea del sueño y ventilación mecánica.
¿Para qué se utiliza?
- Hospitales: es recomendable en situaciones donde la oxigenación del paciente puede ser inestable, como en unidades de cuidados intensivos o en urgencias.
- Pacientes crónicos: se emplea en el control evolutivo de pacientes crónicos en atención primaria.
- EPOC: es una herramienta que los pacientes pueden usar en casa para mejorar el automanejo de su enfermedad, permitiéndoles ajustar algunos de los tratamientos y evaluar un empeoramiento de su situación habitual. Aunque la espirometría sigue siendo el criterio de referencia para el diagnóstico de la EPOC, la pulsioximetría ofrece un método muy útil para una rápida evaluación.
- Asma: complementa los medidores de flujo máximo en la evaluación de la gravedad de las crisis/empeoramientos asmáticos y la respuesta a un tratamiento.
- Infección respiratoria aguda: en personas con neumonía extrahospitalaria, influenza o infecciones pulmonares relacionadas con el sida, la pulsioximetría ayuda a evaluar la gravedad de la enfermedad.
- Dificultad para respirar en niños: se utiliza como parte de la valoración clínica en menores con sospecha de infección significativa de las vías respiratorias y/o con asma agudo.
- Otros: en los pilotos de aeronaves despresurizadas.
Los pulsioxímetros pueden ser portátiles (con pilas) o fijos, conectados a la electricidad y provistos de baterías que garantizan como mínimo 20 horas de funcionamiento en caso de corte en el suministro.