Este tipo de alimentación está indicada para las personas que tienen el síndrome de intestino irritable, entre otras.
En la actualidad existen cientos de dietas para diferentes objetivos: detox, hipocalóricas, proteica, mediterránea… También existen dietas que contribuyen a la mejora de ciertas enfermedades, como, por ejemplo, la dieta sin gluten.
Quizás aún no hayas oído hablar de la dieta baja en carbohidratos fermentables (FODMAP), pero son alimentos que se recomiendan a aquellas personas que padecen de síndrome de intestino irritable, un trastorno crónico y frecuente que afecta al intestino grueso.
Según Mayo Clinic, los síntomas incluyen cólicos, dolor abdominal, mucosidad en las heces, hinchazón abdominal, gases, diarrea y/o estreñimiento. Solo una pequeña cantidad de personas con síndrome de colon irritable tienen signos graves.
Concretamente, Quirónsalud explica que, FODMAP es un acrónimo compuesto por las palabras Fermentable Oligosacáridos, Disacáridos, Monosacáridos y Polioles. Estos incluyen la fructosa, lactosa, fructanos, galactanos y polioles.
Son azúcares que, en determinados trastornos funcionales digestivos, no son metabolizados correctamente y al llegar al intestino delgado son absorbidos produciendo así gran cantidad de gas, generando molestias digestivas.
Los objetivos de la dieta baja en FODMAP son ayudar a los pacientes a controlar sus síntomas y, posteriormente, identificar los desencadenantes específicos de los alimentos. Esto se hace a través de una reducción dietética inicial de todos los FODMAP.
Por eso, es importante evitar ciertos alimentos que son los causantes del síndrome del intestino irritable y que a la vez pueden causar mala digestión.
Alimentos a evitar
La Organización Mundial de Gastroenterología señala que la dieta baja en FODMAP incluye reducir la ingesta dietética de los cinco subgrupos principales de carbohidratos:
- Fructosa que exceda la glucosa: como la miel y mango.
- Lactosa (cuando hay hipolactasa): leche y sus derivados.
- Polioles de azúcar (como sorbitol y manitol).
- Fructanos como el trigo, la cebolla y el ajo.
- Galacto oligosacáridos (GOS) como las legumbres y soja.
Sin embargo, si estas pensado en comenzar esta dieta, debe ser aconsejada, revisada y pautada por un dietista nutricionista que conozca tu historial médico y tu situación personal para que puedan aportar a través de esta dieta todos los nutrientes necesarios para el organismo.