Por el momento se desconoce la causa exacta de la narcolepsia, sin embargo, se sabe que existe un componente genético
La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico que se caracteriza por una somnolencia extrema durante el día y ataques repentinos de sueño. Según algunos estudios, la prevalencia de la narcolepsia se sitúa entre 20 y 60 casos por cada 100.000 habitantes, es decir, entre 10.000 y 24.000 personas en España padecen narcolepsia.
Además del exceso de sueño, los pacientes con narcolepsia pueden experimentar: cataplejías, parálisis del sueño, alucinaciones y sueño nocturno fragmentado, según la Asociación Española de Narcolepsia e Hipersomnias Centrales.
Por el momento se desconoce la causa exacta de la narcolepsia, sin embargo, se sabe que existe un componente genético, por lo que varios miembros de una misma familia pueden verse afectados por este trastorno.
DIAGNÓSTICO
La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología destaca que es un trastorno que suele pasar desapercibido por lo que, desde que un paciente comienza a padecer los síntomas hasta que acude al médico y se le diagnostica la narcolepsia, pueden llegar a pasar hasta 10 años.
En este sentido, diagnosticar la narcolepsia tan tarde puede tener graves consecuencias para el paciente; la más grave, que no recibe tratamientos para paliar los síntomas de la enfermedad.
Así, los métodos de diagnóstico de la narcolepsia son los siguientes: polisomnografía, test de latencias múltiples, ensayo genético y nivel de hipocretina.
TRATAMIENTO
El tratamiento, según la Federación Española de Enfermedades Raras, incluye fármacos estimulantes o anticatalépticos. En caso de la somnolencia, el modafinilo es el tratamiento de primera línea. Por otro lado, para tratar el sueño nocturno malo y la cataplejía se puede recurrir al oxibato de sodio.
Ninguno de los medicamentos destinados a tratar la narcolepsia permiten tener un estado de alerta normal; no obstante, los síntomas más incapacitantes del trastorno, como la somnolencia diurna excesiva y la cataplejía, sí pueden llegar a controlarse en la mayoría de los pacientes.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos detalla que los pacientes suelen mostrar un empeoramiento de los síntomas durante las dos o tres décadas posteriores a la aparición de estos.