No dejes que las altas temperaturas dañen tu bienestar ni arruinen tu verano
El verano puede afectar nuestra salud. De hecho, los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal, sudando más y dilatando las venas. En olas de calor ese esfuerzo es aún mayor, debido a la humedad del ambiente y la escasez de viento.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, se considera un golpe de calor cuando el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se incrementa rápidamente y que puede llegar a alcanzar los 40ºC. Sequedad, náuseas, piel roja, pulso rápido, dolor fuerte de cabeza e, incluso, pérdida de conciencia pueden ser algunos de sus síntomas.
Cómo actuar frente a un golpe de calor
1. Llamar a urgencias: ponte en contacto con el servicio de emergencias (tel. 112). Sin ayuda médica urgente, un golpe de calor puede ser fatal.
2. Enfriar: mientras esperamos a la asistencia sanitaria, es recomendable colocar a la persona en una habitación oscura, con los pies ligeramente levantados y ponerle paños de agua fría o ducharla con agua fresca.
3. Vigila la temperatura: controla su temperatura del cuerpo, si es posible. Utiliza un abanico o un ventilador para darle aire.
4. Hidratación: los servicios de emergencia restituirán los líquidos perdidos, por medio de sueros y controlarán su ritmo cardíaco y la respiración. Cuando el paciente baje de 39ºC, se podrá detener el enfriamiento.
Para evitar golpes de calor, las instituciones recuerdan no practicar deporte durante las horas de más calor, utilizar ropa ligera y transpirable, y beber abundante agua durante todo el día.
Piensa que el calor no nos afecta a todos por igual. Las personas mayores, los enfermos o medicados, los niños menores de 4 años y las personas con sobrepeso tienen más riesgo de sufrir con las altas temperaturas.
Los problemas que produce el calor se pueden evitar. ¡Sé precavido!