La disculpa nos reporta numerosos beneficios a nuestro bienestar físico y emocional
El perdón es un proceso de liberación, relacionado a su vez con la reflexión y la meditación, necesario para encontrar respuestas. A diferencia de lo que muchos piensan, no es señal de debilidad, ni busca necesariamente la reconciliación, sino que se trata de una fórmula saludable para entender y sentirnos mejor con nosotros mismos.
Sin embargo, cuando estamos implicados en una situación en la que nos sentimos ofendidos, disminuye nuestra capacidad de razonar. Porque si estamos dolidos, la realidad se ve diferente.
El rencor puede perjudicar no solo nuestro bienestar emocional sino también físico. Estudios recientes han comprobado que una disculpa disminuye la ansiedad y la depresión, reduce las tasas de mortalidad y mejora tanto problemas físicos como trastornos psiquiátricos.
Por qué es beneficioso disculparse
- Reduce el riesgo de infarto: una investigación publicada en el Journal of Behavioral Medicine concluye que el perdón se asocia a una menor frecuencia cardíaca y a una menor tensión arterial, lo que favorece la buena salud del corazón.
- Mejora la autoestima: la disculpa hace trabajar la reflexión, la empatía y la habilidad de ponernos en el lugar del otro. Esto nos ayuda a evolucionar, sentirnos mejor con nosotros mismos y recuperar nuestra autoestima.
- Promueve un buen descanso: favorece la calidad del sueño y ayuda, en casos de fatiga e insomnio. Además, el perdón palia las conductas depresivas y de rencor, alivia el estrés y refuerza la paz interior.
- Calma el estrés: se ha demostrado clínicamente que vivir con altos niveles de estrés durante años tiene efectos negativos sobre la salud mental. No obstante, las personas con tendencia a perdonar, aún viviendo con estrés alto, presentan un mayor bienestar emocional.
- Previene enfermedades: la ira nos sitúa en modo de lucha o huida, lo que puede elevar la tasa cardíaca, la presión sanguínea y aumentar las posibilidades de padecer diabetes, depresión y otras dolencias.
- Nutre las relaciones: la disculpa brinda pensamientos, sentimientos y comportamientos positivos hacia la persona involucrada. Igualmente, puede conducirnos a ciertas conductas más altruistas, desinteresadas y generosas.
Cuando perdonamos soltamos el resentimiento y el dolor que cargamos sobre nuestros hombros y abrazamos la aceptación, la reflexión y el afecto.
“El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes.”, Mahatma Gandhi.