Es más frecuente en mujeres, aunque cualquier persona, independientemente del sexo o edad, puede experimentarlo
El síndrome de la fatiga crónica es una afección caracterizada por una fatiga persistente que puede empeorar con la actividad física y no mejorar con el descanso.
Además de la fatiga, las personas que experimentan este síndrome suelen presentar: alteraciones del sueño, cefaleas, dificultad para concentrarse, problemas de memoria, dolores musculares, problemas digestivos y dolor de garganta.
Según la Federación Española de Enfermedades Raras, estos síntomas pueden aparecer de forma repentina y algunos de ellos no se presentan siempre con el mismo grado de severidad o al mismo tiempo.
¿A quién afecta más este síndrome? Es más frecuente en mujeres, aunque cualquier persona, independientemente del sexo o edad, puede experimentarlo. Eso sí, es más común entre las personas de 40-60 años.
CAUSAS DEL SÍNDROME DE LA FATIGA CRÓNICA
No existe una causa especifica que determine la aparición de este síndrome, pero sí se dan algunos factores que pueden desencadenarlo.
En este sentido, desde Clínica Mayo explican que las infecciones virales podrían ser las causantes de esta afección, ya que muchas personas lo desarrollan justo después de haber tenido una infección viral.
Asimismo, es probable que el síndrome de la fatiga crónica se deba a un cambio en el sistema inmunitario de la persona y la forma en la que este responde a la infección.
De igual forma, el estrés, destacan desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, también puede influir en su aparición. Esto se debe a que en periodos estresantes se produce un desequilibrio de las hormonas, como el cortisol, el encargado de atenuar el sistema inmunitario.
TRATAMIENTO
No hay una cura específica para la fatiga crónica, pero hay tratamientos que pueden ayudar a aliviar y controlar los síntomas.
En este sentido, el ejercicio físico juega un papel fundamental. Eso sí, debe hacerse de forma moderada y respetando los días de descanso. Además, el ejercicio debe ser individualizado, ya que la salud de cada paciente es diferente.
Por otra parte, para combatir los problemas para dormir, debe establecer un hábito de sueño con un máximo de horas que se debe dormir y con una hora establecida para despertarse.
Por último, para tratar problemas de estrés y ansiedad, se puede recurrir a técnicas y terapias de relajación muscular, de masaje y del movimiento que ayuden a reducir estos problemas.