Es importante elegir alimentos que sean ricos en vitamina D como el pescado graso, los huevos (la yema) y los productos lácteos fortificados
La deficiencia de vitamina D puede hacer que tus huesos se vuelvan delgados, quebradizos o deformes.
Aunque la cantidad de vitamina D que los adultos obtienen de su alimentación a menudo es inferior a lo recomendado, desde Mayo Clinic destacan que la exposición a la luz solar puede compensar la diferencia.
La deficiencia de vitamina D es muy común, y la ingesta diaria recomendada (IDR) suele estar entre 400 y 800 UI. Para alcanzar este nivel, es importante elegir alimentos que sean ricos en vitamina D como el pescado graso, los huevos (la yema) y los productos lácteos fortificados.
Tal y como destacan desde Sanitas, la vitamina D es en realidad una provitamina que interviene en multitud de procesos en el organismo humano; favorece y garantiza la absorción de calcio desde el tubo digestivo y, más tarde, su correcto depósito en el hueso.
Por ello, la falta de vitamina D se ha relacionado con una gran variedad de situaciones como enfermedades autoinmunes, cáncer, enfermedades metabólicas y enfermedades cardiovasculares, sin embargo, las más importantes son las que se relacionan con el sistema musculoesquelético.
Fatiga y cansancio, pesimismo y un estado de ánimo más deprimido, ligera excitabilidad, debilidad muscular, nerviosismo e insomnio, antojo de comer dulces, caries y gingivitis, entre otros, son algunos de los principales síntomas que nos alertan de niveles insuficientes de vitamina D.
Pero, más allá de ser capaces de identificar estos síntomas ligados a la falta de vitamina D, la mejor forma de asegurarnos es realizando una analítica.
Más allá de ser capaces de identificar los síntomas ligados a la falta de vitamina D, la mejor forma de asegurarnos es hablar con el médico y realizar una analítica que permita determinar la concentración de este nutriente en el plasma sanguíneo de una persona.