Por su contenido en ácido oleico, el aceite de oliva está especialmente recomendado en la dieta infantil, ya que favorece el desarrollo de los más pequeños
El aceite de oliva es uno de los alimentos estrella de la gastronomía española… y no es para menos. Su sabor, su historia y sus beneficios lo convierten en un pilar fundamental de una dieta saludable.
La ingesta diaria recomendada es de tres a seis raciones; no obstante, aquellas personas con obesidad y bajo tratamiento dietético deben consultar antes al especialista.
La Organización Interprofesional del Aceite de Oliva destaca su riqueza en vitamina E, un compuesto con efecto antioxidante que ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel.
También, según la Fundación Española del Corazón, al contener ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), el aceite de oliva disminuye los niveles de colesterol malo y, en cambio, eleva los niveles de colesterol bueno.
Además, por su contenido en ácido oleico, el aceite de oliva está especialmente recomendado en la dieta infantil, ya que favorece el desarrollo de los más pequeños.
Asimismo, el aceite de oliva es muy beneficioso para controlar la hipertensión arterial, reducir la aparición de trombosis y prevenir la aparición de diabetes, tal y como destaca la Fundación Española del Corazón.
Igualmente, el aceite de oliva evita la pérdida de ósea, previniendo la osteoporosis, y reduce el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
¿Cómo usar el aceite? En el caso de las frituras, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda utilizar aceite refinado; en el caso de los guisos, es mejor utilizar aceite de oliva virgen o un refinado de oliva o de semillas; y por último, en crudo se pueden apreciar las propiedades del aceite de oliva virgen extra.