Alimentación saludable: el ‘método del plato’ que propone la Universidad de Harvard

En lugar de restringir grupos de alimentos o de contar calorías, este protocolo de alimentación se enfoca en la calidad nutricional del plato

La salud es, sin duda, un claro reflejo de la alimentación que seguimos en el día a día. Los nutrientes que recibe el organismo con la comida mantienen a cada célula para que pueda seguir realizando sus funciones. Por ello, los expertos no cesan en su intención de divulgar sobre la importancia de seguir una alimentación variada y equilibrada. Y, con ese objetivo, la Universidad de Harvard ha diseñado el ‘método del plato’, un protocolo que estipula las cantidades óptimas a consumir de cada grupo de alimentos en la comida.

La alimentación insalubre es una de las grandes lacras de la sociedad. El consumo creciente de grasas saturadas, trans, azúcares, refinados y procesados ya está impactando en la salud pública. La incidencia de enfermedades como la diabetes, el cáncer, el sobrepeso, la obesidad y otras no transmisibles está en aumento, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). De hecho, esta malnutrición ya es responsable de 8 millones de muertes anuales en todo el mundo.

¿EN QUÉ CONSISTE EL MÉTODO DEL PLATO?

Nutricionistas de la Escuela de Salud Pública de Harvard crearon en 2011 el método del plato bajo el concepto de ‘El plato para comer saludable’. Estos expertos proponen rellenar el plato de cada comida del día de una manera muy visual, con las proporciones de alimentos necesarios y recomendados. Y, en esa división matemática, hay unos grupos de alimentos que tienen más peso que otros:

  • La mitad del plato debe estar conformada por verduras y hortalizas. Estos vegetales son los que aportan agua, antioxidantes, minerales esenciales y fibra. Además, tienen un alto poder saciante y se pueden consumir tanto crudos como cocinados de forma ligera. Si se priorizan aquellas verduras y hortalizas de temporada, se asegura una variedad de alimentos ideal para contribuir al equilibrio de nutrientes. Eso sí, desde Harvard recuerdan que las patatas y los fritos “no cuentan como verduras”.
  • Dentro de la mitad vegetal del plato hay que incluir frutas. Las frutas son un vegetal más que consumir a diario y en cada comida. Los nutricionistas que diseñaron el método del plato animan a tomar “muchas frutas y de todos los colores” para obtener todos sus beneficios. También podrían ser una buena opción de postre.
  • Los cereales integrales conformarán un cuarto del plato. Dado que los cereales refinados, el arroz blanco y el pan blanco disparan los niveles de glucosa en sangre, es mejor renunciar a ellos o limitar su consumo. En cambio, hay que apostar por cereales integrales y no manipulados, tales como el trigo integral, la cebada, la quinoa, la avena y el arroz y la pasta de trigo integrales.
  • Proteínas de calidad para completar el cuarto restante del plato. Tanto de origen animal como vegetal, las proteínas son un componente básico del organismo, necesarias para múltiples funciones. Se pueden incluir el pescado, el pollo, legumbres como las habichuelas, los garbanzos y las lentejas, o frutos secos. Todas estas proteínas dan mucho juego culinario con las verduras del resto del plato. Sin embargo, hay otras proteínas que conviene limitar, ya que son más grasas. Estas son las carnes rojas y, por supuesto, las procesadas y los embutidos.
  • Utilizar aceites saludables para el cocinado y aderezo. El aceite es fuente de omega, las grasas saludables que contribuyen a la salud cardiovascular. Por lo tanto, es recomendable utilizar aceites como el de oliva para cocinar y para las ensaladas. En el lado opuesto de la balanza están las mantequillas, cuyo consumo conviene limitar, y las grasas trans, que están contraindicadas.
  • Para beber: siempre agua, aunque también se permiten el té o el café sin azúcar. El agua es la bebida más saludable que se le puede aportar al organismo y, de hecho, es una necesidad básica. De esta manera, el agua debe suponer el líquido principal en ese aporte. Se puede complementar con el café o el té con poco o nada de azúcar, con el consumo de lácteos limitado de 1 a 2 veces al día o con un vaso pequeño de zumo. En cambio, las bebidas azucaradas deben evitarse por su “poco valor nutricional”.

Gracias a esta división de alimentos, el cuerpo podrá obtener la variedad equilibrada de los nutrientes esenciales que necesita para funcionar. A diferencia de las dietas, basadas en las restricciones y en el número de calorías diarias, el método del plato propone una alimentación saludable enfocándose en la calidad nutricional. Además, para completar la salud del organismo y el control de peso, los nutricionistas de Harvard también recuerdan la importancia de mantener una vida activa a través del ejercicio regular.

Estas son las frutas y verduras de temporada

Los vegetales destacan por su alto aporte de antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra, esenciales para el óptimo funcionamiento del organismo

Queda menos de un mes para la llegada de la primavera, momento en el que la energía de la naturaleza brota y nos deja una amplia variedad de frutas y verduras que denominamos de ‘temporada’, al ser frescas y típicas de estas fechas. En los meses de marzo, abril y mayo, podemos disfrutar de una selección única de productos de la tierra que no sólo deleitan nuestro paladar, sino que también aportan una gran cantidad de nutrientes esenciales para mantener a nuestro organismo en su mejor estado.

LISTADO DE FRUTAS Y VERDURAS DE TEMPORADA

A continuación, te dejamos el listado de las frutas y verduras de temporada para estas semanas:

  • Fresas. Son la fruta insignia de la primavera y no solo están deliciosas, sino que también son una fuente rica de vitamina C, antioxidantes y fibra. Más allá de endulzar tus postres, te permitirán fortalecer tu sistema inmunológico y lograr una piel más saludable.
  • Espárragos. Son una excelente fuente de ácido fólico, vitamina K y antioxidantes. Estos tallos verdes no solo añaden elegancia a tus platos, sino que también contribuyen a la salud cardiovascular y la formación de glóbulos rojos.
  • Zanahorias. Su vibrante color naranja tiene propiedades muy beneficiosas para el cuerpo humano, pues son ricas en betacarotenos, sustancia que se convierte en vitamina A. Este nutriente es esencial para la salud ocular y la piel, además de para fortalecer el sistema inmunológico.
  • Guisantes. Están cargados de proteínas vegetales, fibra y vitaminas del complejo B. Estos diminutos superalimentos contribuyen a la salud muscular, la digestión y la producción de energía.
  • Lechuga. Es una importante fuente de vitamina K, vitamina A y ácido fólico, con una importante acción antioxidante. Además de aportar frescura a tus ensaladas, favorece la salud ósea y la formación de glóbulos rojos.
  • Cerezas. Con su sabor dulce y característico, son ricas en antioxidantes, vitamina C y melatonina. Estos frutos rojos contribuyen a una mejor calidad del sueño y combaten el envejecimiento celular.
  • Kiwi. Con su pulpa verde y fresca, es una excelente fuente de vitamina C, vitamina K y fibra. Está considerado como una fruta ‘poderosa’ que no solo mejora el sistema inmunológico, sino que también contribuye a la salud digestiva.
  • Níspero. Con su dulzura exótica, aporta también las vitaminas A y C y es rico en fibra, potasio y calcio. Este fruto amarillo promueve la salud ocular, mejora la digestión y fortalece el sistema inmune.
  • Brócoli. Aporta vitamina C, vitamina K, vitamina B, antioxidantes, calcio, potasio, fósforo y hierro. Este vegetal crucífero tan completo ofrece propiedades antimicrobianas, es saciante, contribuye a la salud de los huesos y también fortalece el sistema inmunológico.
  • Acelgas. Contienen muchas vitaminas A, C y K, hierro, potasio, fibra y proteínas. Son importantes para favorecer un mejor tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento, así como para mejorar la circulación sanguínea.
  • Espinacas. También destacan por su contenido en proteínas, hierro, fibra, potasio, folatos y las vitaminas C, A y E. Estas hojas verdes no solo realzan tus ensaladas, además promueven la salud ósea y cardiovascular, contribuyendo a la correcta formación de las células sanguíneas.

Como podemos comprobar, aprovechar las frutas y verduras de temporada no solo es una deliciosa experiencia culinaria, sino también la mejor forma de proporcionar a tu cuerpo los nutrientes esenciales que necesita para funcionar de manera óptima. No dudes en incorporar estos alimentos a tu dieta para disfrutar de una entrada a la primavera llena de sabor y salud… ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!

Postres navideños para pecar sin remordimientos

Esta Navidad puedes disfrutar de versiones saludables de turrones, polvorones o galletas, poniendo especial cuidado en la selección de ingredientes.

Los dulces y los postres en Navidad siempre son una tentación a la que es imposible renunciar. Y lo hacemos con cierto remordimiento. Pero es que tenemos una tendencia innata a elegir alimentos ricos en grasa, sal y azúcar, tal y como constató un estudio de la Universidad de Birmingham. De ello ha dependido nuestra supervivencia a lo largo de los tiempos, si bien la publicidad y el marketing que llevan a cabo las empresas también condiciona bastante esta inclinación al pecado.

Sin embargo, este año es posible reconducir esa tentación creando postres saludables que, a la vez, que deleiten nuestro paladar. Estas son algunas ideas:

1. TURRÓN DE CHOCOLATE Y ALMENDRAS

  • Tuesta ligeramente 125 g de almendras (peladas o con piel) en una sartén sin aceite, removiendo constantemente. Puedes usar el horno a 180 ºC unos pocos minutos. Déjalas enfriar.
  • Pica 200 g de chocolate negro (mínimo 85 %) y caliéntalo al baño María en un recipiente. Derrite primero la mitad y luego añade el resto. Mantenlo en el fuego hasta que se funda y esté homogéneo y suave.
  • Agrega 30 ml de aceite de oliva removiendo suavemente con una varilla. Una pizca de sal le dará un toque extra de sabor.
  • Reparte las almendras en un molde (previamente untado con un poco de aceite) y vierte el chocolate por encima. Distribúyelo de forma homogénea. Saca las posibles burbujas de aire con unos golpes ligeros.
  • Deja enfriar el molde a temperatura ambiente en un lugar fresco hasta que se solidifique por completo. Un mínimo de 4 horas.

2. GALLETAS DE JENGIBRE

  • Mezcla 200 g de harina de trigo sarraceno, 75 g de harina de almendras, una pizca de sal, especias (una cucharadita de canela molida, otra de jengibre molido, una pizca de cardamomo molido y una pizca de anís verde molido), un cuarto de cucharadita de ralladura de limón y una cucharadita de bicarbonato.
  • Aparte, mezcla 50 ml de jarabe de agave, 35 ml de aceite de aceite de coco, 30 ml de leche vegetal, una cucharada de mantequilla de almendras y la mezcla de semillas de lino con agua (5 cucharadas de agua mezcladas con una cucharada de lino molido).
  • Añade la mezcla de los ingredientes secos a los húmedos. Amásalos hasta que crees una bola. Métela durante una hora en el frigorífico y, después, crea las formas navideñas con diversos moldes.
  • Coloca las galletas en una bandeja de horno sobre papel de hornear. Hornea durante 14 o 20 minutos.
  • Deja enfriar y decóralas con chocolate negro fundido.

3. POLVORONES

  • 12 horas antes de cocinar los polvorones, pon 100 g de almendras a remojo para que se ablanden. Después, tritúralas en trocitos pequeños.
  • Echa un chorrito de aceite en un bol y añade 2 cucharadas de miel y 25 g de mantequilla derretida. Al conjunto, añade también las almendras remojadas y 100 g de coco rallado. Ve agregando aceite de oliva hasta que la masa sea pegajosa.
  • Con tus manos da forma a la masa y crea polvorones. Rebózalos en coco rallado.
  • Mételos en la nevera.

Escoge alimentos apropiados para el otoño

Los productos de temporada tienen sabores más intensos y mantienen mejor las propiedades.

Para celebrar el Día Mundial de la Alimentación, el miércoles 16 de octubre, la FAO ha diseñado una receta para que llevar una vida saludable se convierta en una forma de vida. Entre sus propuestas está la de “diversificar la dieta”, es decir, añadir alimentos tradicionales, locales y de temporada.

Consumir productos de temporada implica respetar los ciclos de la naturaleza. Porque para ella es extraño un ramillete de brócoli en agosto o un racimo de cerezas en febrero. Si escoges los alimentos que conformarán tu dieta en su momento óptimo del año, lograrás productos con más sabor, aromas y texturas, más propiedades, mejor precio y, además, dejarán una menor huella ecológica durante su producción y distribución.

4 alimentos de otoño con receta

El otoño es una estación de transición hacia el invierno. Refrescan las temperaturas y los colores ocres, amarillos, rojos y marrones se avivan. La naturaleza nos ofrece alimentos que ayudan a nuestro organismo a hacer frente a los cambios que se avecinan: frío, lluvia y, a veces, cierta melancolía.

Estos son 4 alimentos otoñales que enriquecerán tu dieta durante los próximos meses:

CALABAZA DE INVIERNO:

  • Propiedades: aporta pocas calorías. Su principal componente es el agua y es fuente de fibra, por lo que sacia y mejora el tránsito intestinal. También es rica en beta-carotenos o provitamina A y vitamina C.
  • Receta: “Garbanzos con cubos de calabaza”. Cuece en una olla 150 g de garbanzos con 1 patata troceada y 1 hoja de laurel. Mientras, pica 1 zanahoria y 1 puerro y rehoga ambas verduras con aceite de oliva. Cuando estén blanditas, échale 1 cucharadita de pimentón y cocina unos segundos. Después, incorpora un poco de salsa de tomate natural y 450 g de calabaza troceada. Una vez que los garbanzos y las patatas estén cocidas, añade el sofrito de verduras con calabaza. Ponle el punto de sal.

ESPINACAS:

  • Propiedades: están compuestas principalmente por agua. Además de su contenido en fibra, destacan por ser ricas en vitaminas (especialmente provitamina A y vitamina C, E y B) y minerales (calcio, hierro, magnesio, potasio, sodio, fósforo y yodo).
  • Receta: “Revuelto de espinacas con champiñones”. Pica 1 ajo en láminas. Filetea 375 g de champiñones. Cuece y pica 400 g de espinacas. En una sartén rehoga todo y añade 2 huevos semi-batidos sin dejar de remover (el huevo no debe estar del todo cuajado).

SETAS:

  • Propiedades: se caracterizan por su bajo contenido calórico y por contener ergosterol, que puede transformarse en vitamina D. También contienen elevadas cantidades de vitaminas del grupo B.
  • Receta: “Setas empanadas”. Espolvorea una pizca de sal sobre 12 setas enteras. Después, sumérgelas en 2 huevos batidos y 100 g de pan rallado (en este orden). En una sartén con aceite de oliva fríe las setas. Al sacarlas, las colócalas sobre papel absorbente para eliminar los restos de grasa.

CASTAÑAS

  • Propiedades: son ricas en hidratos de carbono complejos. En comparación con el resto de frutos secos, tiene mucha menos cantidad de grasa. El agua es casi la mitad de su peso y destaca su contenido en potasio y folatos.
  • Receta: “Chips de castaña”. Pela en crudo y en láminas 2 o 3 castañas. En una sartén con aceite las fríes y las colocas sobre papel absorbente para eliminar la grasa. Espolvorea con una mezcla de sal, nuez moscada y vainilla.

NARANJAS

  • Propiedades: son una fuente importante de vitamina C, flavonoides y beta-caroteno. También son ricas en fibra, tiamina y ácido fólico (las dos últimas vitaminas del grupo B).
  • Receta: “Galletas de naranja”. Precalienta el horno 10 minutos a 180º. Mientras, echa 200 g harina integral en un bol (previamente tamizada) y agrega 16 g de levadura para postre y una pizca de sal. Mezcla y reserva. En otro bol, vierte 75 ml de miel, 75 g de aceite y 1 huevo mientras remueves. Después, ralla 1 naranja sobre la harina y, aparte, exprímela. Únelo todo en el bol de la harina: primero la miel, el aceite y el huevo y, luego, el zumo. Amasa. En una bandeja de horno, coloca porciones de masa en la forma que quieras. Hornea 14 minutos a 180º.

GRANADAS

  • Propiedades: tienen un aporte muy bajo de calorías por su escaso contenido de hidratos de carbono. Su componente principal es el agua y destaca únicamente por su aporte mineral de potasio.
  • Receta: “Ensalada de quinoa con granada y calabaza”. Precalienta el horno a 220º. Corta 300 g de calabaza en dados y 1 cebolla morada en láminas. Ásalas durante 20 min. con una pizca de sal y una cucharada de aceite de oliva. Lava y cuece 200 g de quinoa durante 10 o 15 minutos. Escurre y añádele la verdura y granos de granada. Sazona con el aliño que más te guste.

Pon un poquito de imaginación en la cocina y diseñarás un delicioso y saludable menú para toda la familia. Los productos de esta temporada le darán un agradable toque otoñal.

“El otoño es la estación más dulce y las flores que perdemos las ganamos en frutos”, Samuel Butler.

7 entrantes refrescantes

Con verduras y frutas de temporada se pueden crear recetas ligeras y muy refrescantes.

El verano eleva la temperatura y modificamos nuestros hábitos alimentarios. Nos apetece comer de una forma más ligera. Por eso, en nuestros platos incluimos alimentos refrescantes que no impliquen una digestión excesivamente pesada.

Durante los meses del estío se cosechan una gran variedad de verduras y frutas con los que crear platos muy frescos y apetecibles. Y es que adquirirlos de temporada, nos asegura llevarnos a casa alimentos de calidad, con un gran sabor y a muy buen precio.

Ideas para abrir boca

Puede parecer que las ensaladas son la única opción gastronómica del verano. Sin embargo, contamos con un amplio recetario de entrantes que abrirán el apetito de tus comensales. Estas son algunas ideas para anotar:

Gazpacho: pica 1 tomate, 1 cebolleta, 1 pimiento, 1 pepino y 1 cabeza de ajo y coloca todos los trozos en un recipiente. Pica miga de pan y añádela. Sazona y vierte un chorro de aceite y de vinagre. Tritura todo el conjunto y luego cuélalo. Enfríalo en el frigorífico y sírvelo bien frío.

Vichyssoise: limpia y trocea la parte blanca de 4 puerros, 1 cebolla y 2 patatas. Rehoga primero el puerro y la cebolla y después las patatas. Cuando todo esté cocido, añade caldo de ave, verdura o agua y déjalo cocer 20 minutos. Después, retira parte del caldo y tritura el conjunto. Finalmente, añade nata o leche y utiliza el caldo retirado antes para darle el espesor que desees. Guarda la vichyssoise en la nevera y sírvela fría.

Volovanes rellenos de ensaladilla rusa: limpia 2 patatas y 1 zanahoria. Cuécelas junto con 1 huevo. Trocea los 3 alimentos y mézclalos. Agrega unas aceitunas y un poco de bonito desmigado. Aliña el conjunto con un chorrito de aceite y vinagre. Después, añade mayonesa. Cuando la ensaladilla esté lista, rellena los volovanes con ella. No lo hagas con mucha antelación porque el hojaldre se reblandecerá.

Hummus con palitos de zanahoria: tritura garbanzos cocidos, 1 diente de ajo y zumo de medio limón hasta que quede una masa espesa. Añade tahini (crema de sésamo) y comino molido y bate. Una vez coloques la masa en el recipiente final, añádele un chorrito de aceite y coloca unas aceitunas negras en el centro. También puedes espolvorearlo con pimentón rojo (dulce o picante). Aparte, lava y trocea en forma de bastones 2 zanahorias y colócalas junto al hummus.

Tostada de salmón con queso y miel: mezcla queso de untar, nata líquida y miel. Aparte, trocea salmón ahumado en tiras. Extiende la crema en el pan tostado y coloca las tiras de salmón enrolladas encima.

Brocheta de melón con jamón: trocea en cubos el melón y corta por la mitad las lonchas de jamón ibérico . Crea la brocheta alternando los dos alimentos. Elabora un aliño con sal, vinagre suave y semillas de calabaza.

Salpicón de mejillones: cuece los mejillones para que se abran y reserva el agua colada. Cuando enfríen, separa las conchas y retira la de arriba. Aparte, trocea 1 cebolleta, 1 tomate, 1 pimiento verde, 1 pimiento rojo y 1 diente de ajo. Alíñalas con aceite de oliva, vinagre y sal. Mételo en el frigorífico media hora para que macere. Después, rellena cada concha de mejillón con la mezcla de verduras aliñadas.

Como ves, las opciones son muy diversas y variadas. Tan solo tienes que probar y encontrar la que mejor se ajuste a tus preferencias. Así que este verano, entra en la cocina y diviértete creando.

Batidos de frutas sanos y refrescantes

Aprende a preparar nuevas bebidas sabrosas y vitamínicas, y combate el calor del verano.

Este verano el calor puede apretar fuerte, por lo que el cuerpo necesita hidratarse para rendir al 100 %. Y es que de ello depende el buen funcionamiento del organismo, la mejora del rendimiento físico y mental, y nuestra salud y bienestar global.

El agua es el protagonista absoluto a la hora de asegurar una adecuada hidratación, aunque existen otras muchas opciones refrescantes, a la vez que saludables. Una alternativa sana, hidratante y nutritiva son los batidos de frutas, que nos aportan fibra, minerales y vitaminas.

Estos refrescantes siropes se elaboran básicamente con fruta y leche, y se acompañan de frutos secos, cacao o canela para decorar y texturizar. En realidad, son una opción recomendada siempre y cuando estén elaborados con alimentos naturales y frescos.

Preparar batidos de frutas paso a paso

Fruta madura: opta por escoger aquellas piezas de fruta más maduras (mejor, de temporada), ya que tienen un gusto más concentrado y endulzarán más la bebida de forma natural, sin necesidad de agregar azúcar. Si prefieres, puedes hacer zumo con ellas. 

Leche: si la fruta es muy jugosa (piña, sandía o melón) o usas su zumo, mejor escoge yogur, que le aportará una textura cremosa. Si la fruta es más consistente (manzana, melocotón, plátano) emplea leche (o bebida vegetal) para que sea más bebible. 

Textura: para evitar que el batido quede demasiado líquido, vierte la leche o el yogur poco a poco. Primero cubriendo los trozos sólidos y, luego, el resto hasta lograr la textura perfecta. A continuación, bátelo todo con un robot de cocina durante 2 minutos.

Toppings: añade los ingredientes que más te gusten (cacao, avellanas, coco, frutos del bosque, cereales, semillas de sésamo…) para enriquecer, decorar y darle una textura crujiente al batido. Eso sí, no agregues más de 4 o taparás el verdadero sabor frutal.

4 recetas de batidos de frutas

Batido de crema de manzana y fresas: lava las frutas y trocéalas. Colócalas en el vaso de la batidora y tritúralas agregando zumo de naranja y leche de soja hasta lograr una textura homogénea. Sírvelo frío y decorado con trocitos de fresa.

Batido de mango: coloca en una taza de yogur natural media taza de mango picado y otra media de hielo. Bátelo con la batidora y sírvelo frío.

Batido de sandía, nectarinas y peras: pela las 3 frutas, quítales las pepitas y trocéalas. Añade un yogur y tritúralo todo junto hasta que quede uniforme. Puedes decorarlo con trocitos de sandía natural casi helada.

Batido de plátano, nectarina y fresas: bate las 3 frutas con su propio zumo y la mitad de la leche de almendras. Después, ve añadiendo más leche hasta obtener una buena consistencia.

Estas bebidas sencillas, rápidas y coloridas pueden ser un tentempié sanísimo. Recuerda combinar una buena hidratación con una alimentación variada y actividad física regular.

Batch cooking, organiza tus comidas de forma saludable

Descubre el nuevo método culinario para organizar tus menús sin descuidar la salud.

Batch cooking es el método culinario que planifica y prepara con antelación las comidas de varios días. Se trata de preparar grandes cantidades de platos básicos que puedan refrigerarse o congelarse para administrar mejor los menús durante la semana.

La idea es dedicar solo unas horas a cocinar para tener platos listos, sanos y a mano el resto de días. Este sistema versátil y eficaz es, especialmente, práctico para aquellos a quienes no les gusta cocinar, no disponen de mucho tiempo o deben llevarse el táper cada día al trabajo.

Las idas básicas del Batch cooking

1. Cesta de la compra: escribe la lista de la compra, en función del número de menús que vayas a preparar. Una semana laboral tiene 10 comidas, aunque puede haber ingredientes (como hortalizas cocidas) que pueden servirnos en más de un plato.

2. Recetas congelables: si cocinas platos de cuchara, prepara el triple y congela, siempre en las raciones en las que vayas a consumir (para uno o dos), sin tener que descongelar todo. Los platos que no puedas congelar (lechuga, rúcula, mayonesa, etc.), guárdalos en la nevera, en un recipiente cerrado y cómelos lo antes posible.

3. Organiza el congelador: programa las recetas que aguanten peor el paso del tiempo para el principio de semana. El pescado o pechugas crudos, por ejemplo, deberían consumirse el lunes o martes. Etiquétalo todo con rotulador y cinta adhesiva de papel.

4. Fórmulas simples: elige aquellos platos, ligeros y sabrosos, que te permitan hacer grandes cantidades y congelar después. Potajes, ensaladas, sopas o cremas son buenas opciones. Las lasañas y tartas saladas se conservan bien y son fáciles de cortar.

3 Recetas Batch Cooking:

Aquí tienes algunas ideas que pueden servirte para elaborar platos fáciles y nutritivos:

Sopa de guisantes: mezcla en una cazuela 1/2 kg de guisantes, 12 tazas de agua, 1 ajo, 4 zanahorias, 1 cebolla, 3 tallos de apio, 2 chirivías, 1 nabo, laurel y pimienta. Deja que hierva todo hasta que los guisantes estén tiernos. Con una batidora, mezcla los alimentos hasta conseguir una textura cremosa.

Garbanzos con espinacas: corta 150 gr de espinacas frescas en juliana. Calienta un poco de aceite en una cazuela baja, añade 1 lata de anchoas de 50 gr (picadas con tijeras) y rehógalas hasta que se deshagan. Suma 1 lata de atún de unos 100 gr, bien escurrido y rehógalo 2 minutos. Incorpora 350 gr de garbanzos ya cocidos. Retira del fuego y añade las espinacas.

Cuscús de mango: prepara el cuscús siguiendo las instrucciones del envase. Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén.  Agrega 1 diente de ajo picado y 1 mango pelado cortado a dados. Saltea hasta que el mango empiece a dorarse un poco. Añade el cuscús, 1/2 taza de pasas, 1 tomate maduro, el zumo de 1 limón, ramitas de cilantro y un poco de perejil.

Como ves, el concepto Batch Cooking trata de optimizar el tiempo, ahorrar dinero e idear menús más equilibrados

Aprovecha los fines de semana para preparar las comidas del resto de la semana.

Qué frutas y verduras comer en mayo

La llegada del buen tiempo nos reporta una eclosión de ricos vegetales de todos los colores.

La naturaleza es sabia y nos brinda los nutrientes que necesitamos durante las estaciones en que más los requerimos. El incremento de las temperaturas en mayo hace brotar un mosaico de hortalizas de temporada, que nos acompañarán hasta el verano.

Cuanto más colorida sea nuestra alimentación, más sana y nutritiva será. Al comer una variedad de alimentos y probar diferentes frutas y verduras, nos aseguraremos de que el cuerpo tiene las vitaminas y los minerales esenciales para funcionar.

Los 10 vegetales de estación

Elige los nuevos frutos de la huerta en los mercados, además de aportarte numerosos nutrientes, te ayudarán a hidratarte y llenarán tus platos de color.

1. Espárragos blancos frescos: contienen 90% de agua, por lo que son bajos en calorías (100 gr contienen 20 Kcal). Además, son ricos en ácido aspártico (de ahí su nombre), que estimula los riñones y actúa como diurético. Cuécelos y alíñalos con un aceite de oliva, pimienta y sal.

2. Fresas: jugosas, brillantes y dulces, estas bayas son una fuente de fibra, vitamina C y magnesio, además, sacian y nutren con pocas calorías. Disfrútalas con yogur y avena, en mermelada o añádeles un chorrito de vinagre para tomarlas en su jugo dulzón.

3. Lechuga: es muy pobre en calorías y sodio, que la hacen adecuada para perder peso y tratar la hipertensión. Contiene lactucina, una sustancia que posee un suave efecto calmante que ayuda a conciliar el sueño.

4. Cerezas: su tono bermellón se debe a las antocianinas, un potente antioxidante que mejora la circulación, favorece la salud de la vista y cuida las articulaciones. Se ha demostrado que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas (artritis, cáncer, Alzheimer, etc.)

5. Espinacas: son el alimento más rico en ácido fólico, por lo que son muy recomendables para mujeres embarazadas. Guarda las hojas más pequeñas para hacer ensaladas. Deja las hojas más grandes con ajo y limón, o agrégalas a las quiches o tortillas.

6. Ciruelas rojas: son la variedad más dulce que podemos encontrar en el mercado. Son uno de los mejores remedios contra el estreñimiento, gracias a su fibra pectina, fructosa y azufre. Inclúyelas en tus batidos, ensaladas o muesli, o combínalas con yogur.

7. Rábanos: son un arma natural contra los hongos y las bacterias, especialmente en el intestino. Tienen solo 16 calorías por 100 g. Saben muy bien crudos en ensalada o en una rebanada de pan integral con varias cebolletas.

8. Nectarinas: esta variedad del melocotón aporta energía por su contenido en azúcares y fibra, lo que ayuda a regular el ritmo intestinal. Su betacaroteno, antioxidante que en el organismo se transforma en vitamina A, las convierte en aliadas de la piel, la vista y las mucosas.

9. Ruibarbo: la parte comestible de la planta es el tallo, de color verde o rojo intenso. Contiene alto proporción en vitamina C que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico. Su sabor agridulce funciona en platos dulces (pasteles y compotas) y en platos salados (con carnes).

10. Ortiga: coge las hojas tiernas (con guantes), las de más arriba. Es rica en calcio, silicio y hierro, lo que la convierte en una planta muy efectiva para combatir la anemia y el acido úrico. Tómala en infusión, en zumo (deja antes en agua) o en sopas y tortillas.

11. Albaricoques: su amarillo se debe a la gran cantidad de betacarotenos que posee, unos componentes que actúan contra los radicales libres, responsables del envejecimiento celular. Elige los más firmes y de color intenso: cuanto más naranja, más rico en antioxidantes.

Como ves, tenemos un amplio y variado repertorio de hortalizas y frutas frescas y de temporada a nuestra disposición. Los alimentos de temporada son más económicos, tienen más sabor, mayor número de nutrientes y fomentan una economía sostenible.

Aprovecha el aumento de las temperaturas para elaborar ensaladas y guisos más ligeros.

Platos de invierno sanos y asequibles

Te presentamos unas recetas nutritivas para entrar en calor, sin que tu bolsillo se resienta

Una alimentación saludable en invierno se basa en productos de temporada (frescos y asequibles) y preparaciones sencillas en forma de sopas, guisos y estofados.

Asimismo, los platos de cuchara tradicionales (con más verduras y menos carnes) son una opción idónea, ya que son pobres en calorías, pero nos brindan valiosas dosis de fibra, minerales y vitaminas, que nos ayudarán a prevenir resfriados y gripes

1. Potaje de habas y verduras

– Pon 300gr de habas secas ya peladas en remojo durante 24 horas. Al día siguiente hiérvelas a fuego lento durante una hora.

– Mientras, limpia y corta 2 patatas medianas, 1 cebolla, 1 tomate maduro, 2 hojas de col y 150gr de espinacas.

 – Cuando las habas empiecen a estar tiernas, agrega las verduras troceadas a la olla.

– Deja cocer unos 15 minutos y luego añade sal y un chorrito de aceite de oliva.

1. Potaje de habas y verduras

2. Berza con patata

– Limpia y trocea una berza de 500 gr. Pela y corta 1/2 kg de patatas. Cuécelo todo 20 minutos en una cazuela con agua y sal.

– Escurre la berza y las patatas, y resérvalas en una fuente.

– Pela y pica 3-4 ajos en láminas y dóralos en una sartén con unas 4 cucharadas de aceite. Por último, riega la berza y las patatas con el refrito y sírvelo.

2. Berza con patata

3. Sopa de garbanzos

– Pon 250 gr garbanzos en remojo la noche anterior. Al día siguiente cuécelos hora y media a fuego lento. También puedes usar garbanzos de bote y no haría falta este paso.

– En una sartén sofríe 1 cebolla picada, 2 tomates pelados y cortados en dados y 2 ajos. Luego incorpora el sofrito a la olla.

– Lava y corta 250gr de judías verdes, 1 zanahoria, 1 nabo, 250 gr de acelgas, 2 patatas medianas, 300 gr de calabaza. Añade estas verduras a la cazuela.

– Cuece todo durante 1,5h. A continuación incorpora un chorro de aceite de oliva, sal, azafrán y 4 puñados de arroz (mejor, integral). Deja cocer 20 minutos y sírvelo.

3. Sopa de garbanzos

4. Pollo con ajos tiernos

– Salpimenta los trozos de 1 pollo de corral cortado. Dóralos en una cazuela con aceite de oliva a fuego medio unos 5-10 minutos por cada lado. Sácalos y reserva.

– Baja el fuego y, si hace falta, retira dos cucharadas de grasa que ha soltado el pollo. Rehoga cinco minutos 1/2 cucharadita de semillas de hinojo, 2 hojas de laurel y 12 ajos tiernos picados, moviendo de vez en cuando.

– Moja con 150 ml de moscatel o vino dulce y deja que evapore el alcohol. Añade 150ml de vinagre de Jerez, 100 ml de agua y el pollo (los trozos de pechuga arriba). Tapa y cuece a fuego suave unos 30 minutos.

– Saca los trozos de pechuga, vuelve a tapar y deja que las patas y las alas se hagan 30 minutos más, añadiendo algo de vino y agua si se queda seco.

– Reincorpora la pechuga 2 minutos más y remueve para que el pollo se empape de la salsa.

4. Pollo con ajos tiernos

Los alimentos de temporada suelen ser más económicos que aquellos que son importados de otros países. Cuando comemos frutos de la estación obtenemos un aporte de minerales y vitaminas superior que si optamos por aquellos que han pasado por cámaras frigoríficas y han tenido una maduración artificial.

Castañas, el fruto de otoño

¿Sabías por qué este fruto seco es tan recomendable? ¡Te lo contamos!

Las castañas son un fruto seco un poco particular. Son muy ricas en hidratos de carbono, contienen pocas grasas y proteínas, son fáciles de digerir y nos proporcionan energía sana y duradera.

Además, es uno de los frutos secos menos calórico, debido a su escasa proporción en grasas y la gran cantidad de agua que posee: 190 calorías por 100 gramos, mientras que los anacardos tienen 500 kcal y las nueces o avellanas 600 kcal.

Beneficios de las castañas

1. Reconstituyente físico: son aconsejables en episodios de cansancio físico y mental, debilidad y falta de vigor. Es un alimento que nutre, reconforta y aporta energía saludable.

2. Activan el tránsito intestinal: son ventajosas para evitar y prevenir el estreñimiento, mejorar la flora intestinal y regular el tránsito.

3. Propician la buena salud del corazón: son fuente de potasio, un mineral útil para controlar la retención de líquidos, mejorar la hipertensión y favorecer el funcionamiento del corazón.

4. Óptimas en el embarazo: es un alimento vegetal adecuado para mujeres embarazadas y en estado de lactancia, ya que contienen hidratos de carbono de absorción lenta, altos niveles de ácido fólico y vitamina B.

5. Aptas para diabéticos: suministran abundante fibra e hidratos de absorción lenta, que no elevan bruscamente los niveles de azúcar en sangre. Eso sí, la ración debe ser la mitad a la habitual, es decir, unas 6 castaña o 50 gramos.

6. Fortalece las defensas: gracias a sus vitaminas del grupo B nos ayudan a absorber las proteínas, grasa y carbohidratos ingeridos y a mantener las defensas en buen estado.

Platos con castañas

Por su contenido en taninos no se recomienda consumir las castañas crudas, pues podrían producir molestias intestinales. Te explicamos 3 recetas fáciles y sabrosas:

– Puré de castañas

Cuece un kilo de castañas en agua con sal, durante 20 minutos. Deja templar y pélalas. Ponlas en un bol, añade 220ml de leche caliente y tritura. Calienta 90g de mantequilla, añade a la mezcla y sigue batiendo. Rectifica de sal. Este puré sirve como acompañamiento de pescado o carne.

– Risotto de otoño

Corta y fríe una cebolleta a fuego lento. Cuando tome color añade 120 g de arroz y 30ml de vino y deja que evapore. Pela y pica media calabaza. Añade a la cazuela, junto con 2 castañas (peladas y troceadas) y unas setas. Vierte 500 ml de caldo de verduras poco a poco, durante unos 20 minutos. Al final añade un chorrito de aceite, un vasito de nata líquida y 30 gr de queso de cabra.

– Lombarda con castañas y piñones

Cuece una lombarda en trozos medianos en agua con sal hasta que quede blanda. Cuela y reserva. Aparte, en una sartén fríe 3 dientes de ajo laminado. Añade la lombarda, agrega sal, un chorro de vinagre de Jerez y rehoga a fuego fuerte. Añade 250 gramos de castañas y un puñado de piñones y rehoga 10 minutos más.

Recuerda que las castañas deben formar parte de una alimentación equilibrada, con más verduras y hortalizas y menos carne.

Comidas sencillas para ir a la playa

Te damos algunas recetas para llevar y disfrutar de un día de verano frente al mar

Con la llegada del verano, el calor y las vacaciones, solemos cambiar nuestras rutinas. Pero, el hecho de que nos sintamos más relajados no significa que no podamos mantener una alimentación saludable en el período estival.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición recuerda que la hidratación, la ingesta de frutas y hortalizas y el incremento de la actividad física son algunos hábitos saludables para esta época.

Asimismo, comer en la playa puede ser una oportunidad idónea para disfrutar de la brisa del mar y pasear por la orilla durante la digestión. Pero, ¿qué podemos preparar, que no sea el típico bocadillo y que resulte un plato equilibrado?

Recetas veraniegas para llevar

– Gazpacho

Pela y trocea 4 tomates, 1 pimiento, 1 pepino y 2 dientes de ajo. Tritura bien todos los ingredientes con la batidora y añade un chorro de aceite de oliva extra virgen, vinagre y sal. Déjalo en la nevera para que enfríe.

Ensalada de sardinas

Mezcla en un táper grande lechuga a trocitos, 5-6 tomates cherry, canónigos, tiras de cebolleta y sardinas. Adereza con una vinagreta clásica de aceite, vinagre y sal.

Empanadilla de espárragos

Lava y corta 100 gramos de espárragos verdes y 100 gramos de pimiento rojo. Corta las 2 hojas de hojaldre de la misma forma y tamaño. Coloca las verduras encima de la primera lámina y sálalas. A continuación, coloca la segunda hoja de hojaldre y cierra los bordes con un tenedor. Métela en el horno (precalentado) durante 20 minutos hasta que se dore.

Melón con jamón

Corta varias rodajas de melón y coloca finas lonchas de jamón serrano encima, con un chorrito de aceite. Esta fruta suaviza la textura del embutido y contrarresta la sal, además, ayuda a digerir y aprovechar las proteínas de la carne y le aporta un toque refrescante al paladar.

Sándwich de salmón

Coloca un filete de unos 100 gr. de salmón sobre una rebanada de pan de molde, luego pon queso fresco y otro filete de salmón encima, y sálalo. Echa un chorrito de aceite de oliva a la sartén y coloca el sándwich, hasta que el pan se tueste por ambos lados. Puedes adornar el bocadillo con algunas hojas frescas de rúcula.

Melón y sandía, tentempiés sanos para el verano

Nos quitan la sed, nos sacian con pocas calorías y están repletas de vitaminas

Cuando empieza el verano el cuerpo nos pide alimentos fríos y refrescantes, que nos hidraten, nos quiten la sed y nos sacien. Lo bueno es que esta estación nos brinda nuevas frutas, apetitosas y acuosas que, además, nos reportan muchos beneficios para nuestro bienestar.

Las frutas de temporada, como el melón y la sandía ahora, suelen ser más económicas, más respetuosas con el medio ambiente y más ricas en sabor. En este artículo te contamos las ventajas de estos productos y proponemos dos recetas que te ayudarán a hacer frente al calor.

Por qué comer sandía y melón

– Hidratan mucho: la principal característica de estas frutas es su capacidad de almacenar gran cantidad de agua. Es el 93% de la composición de la sandía y el 90% de la del  melón. Esto las convierte en unas valiosas fuentes de hidratación en verano.

– Aportan pocas calorías: por su disolución, estas frutas contiene muy pocas calorías, y en su lugar, muchos nutrientes beneficiosos. 100 gramos de sandía apenas suman 32 kcal, mientras que 100 gr de melón son 35 kcal.

Son ricos en antioxidantes: la sandía posee un alto porcentaje en licopeno, componente que le da el color rojo, y que ayuda a reducir el colesterol. Además, como el melón, tiene vitaminas y minerales saludables que nos ayudan a equilibrar el sistema nervioso, proteger el aparato digestivo y a cuidar la piel.

Recetas veraniegas con frutas

El melón y la sandía son auténticos tentempiés dulces y bajos en calorías, que permiten mantener unos niveles estables de azúcar en sangre y que reducen la sensación de hambre.

Gazpacho de sandía: tritura medio kilo de pulpa de sandía, un diente de ajo, medio pimiento rojo y una cucharada de vinagre. Añade dos cucharadas de aceite de oliva poco a poco mientras bates la mezcla. Sala al gusto y sirve frío (con hielos, si quieres). Gazpacho de sandía

Ensaladas con melón: una manera muy decorativa de servir melón es elaborar pequeñas bolitas, con la ayuda de una cuchara o con el utensilio para las bolas de helados. Colócalas encima de la ensalada. Ensaladas con melón