¿Cómo mejorar la autoestima?

El modo en que nos sentimos afecta, en gran medida, a todos los aspectos de nuestra vida: desde las relacionales laborales hasta las relaciones sociales

La autoestima es el conjunto de pensamientos, sensaciones y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos; la valoración que hacemos basándonos en las experiencias vividas.

El modo en que nos sentimos afecta, en gran medida, a todos los aspectos de nuestra vida: desde las relacionales laborales hasta las relaciones sociales. Nuestras respuestas a los acontecimientos dependen de quién y qué pensamos que somos.

Según el libro ‘’Cómo mejorar su autoestima’’, tener alta autoestima significa sentirse apto para la vida, es decir, capaz y valioso. Por el contrario, una autoestima baja significa sentirse inútil para la vida, no con respecto a un asunto, sino como persona.

¿CÓMO MEJORAR LA AUTOESTIMA?

Existen pasos encaminados a mejorar la autoestima, ya sea con la ayuda de un profesional o por nosotros mismos.

En este sentido, una de las principales claves es la de dejar de tener pensamientos negativos sobre uno mismo. Para ello, en lugar de centrarte en tus defectos, empieza a pensar en tus virtudes y aspectos positivos que permitan contrarrestar lo malo.

También, evalúa los logros conseguidos a lo largo de la vida, ya que esto te permitirá valorarte de forma más inmediata.

Asimismo, el Instituto Europeo de Psicología Positiva recomienda buscar el origen de la baja autoestima. Y es que, para mejorarla, es imprescindible, en primer lugar, saber qué es lo que la causa.

Otro paso fundamental es fijarse metas realistas. Piensa qué te gustaría conseguir y diseña un plan para hacerlo posible. Si fracasas, no te culpes, aprende de los errores y busca otra manera de conseguirlo.

De igual forma, según Rady Children’s Hospital San Diego, identificar lo que se puede cambiar y lo que no es otra manera de mejorar la autoestima. Si algo no te hace feliz y puedes cambiarlo, empieza ahora. Por el contrario, si algo no te gusta, pero no está en tus manos poder cambiarlo (como tu estatura, por ejemplo), empieza a trabajar para quererte y aceptarte tal y como eres.

El ejercicio físico también juega un papel clave. El Instituto Europeo de Psicología Positiva señala que un estudio demostró que el deporte de mediana intensidad incrementa la autoestima a corto plazo.

Por último, perdónate por todo aquello que consideres que has hecho mal. Sé comprensivo contigo mismo y deja de juzgarte por tus errores.

Consejos para mejorar la autoestima

Te damos algunas pautas para que te valores más y te sientas mejor contigo mismo

La autoestima es la forma en la que nos valoramos a nosotros mismos, y de la que dependen en gran medida las decisiones, acciones y reacciones que dirigen nuestra vida.

Tener una valoración negativa de uno mismo puede venir por muchos factores: experiencias duras en la infancia, problemas laborales, pérdidas cercanas, exclusión y soledad, discriminación, discapacidad o por una personalidad hiperperfeccionista.

Cuando se tiene baja autoestima se tiene mayor riesgo de sufrir insomnio, ansiedad, depresión, adicciones e, incluso, trastornos alimentarios (bulimia, anorexia).

Decálogo para subir la autoestima

1. Sé indulgente contigo: reconoce tanto tu valía como tus limitaciones. Si no puedes hacer algo solo, pide ayuda. Y cuando puedas, ofrécele tu apoyo a esa persona.

2. No te compares: cada persona es diferente y única. No vas a ser más ni mejor por parecerte a otro.

3. Evita las respuestas negativas: intenta hablar siempre en positivo. Es contagioso.

4. Aliméntate bien: si tu cuerpo funciona correctamente y te sientes mejor físicamente, tu visión del mundo cambiará.

5. Haz ejercicio físico: el deporte segrega endorfinas, que te harán sentirte más feliz. Además, te enseña a superar obstáculos, ponerte metas y descansar mejor.

6. Sé agradecido: al final del día dedica unos minutos a reflexionar, meditar y agradecer lo que tienes. Te sentirás reconfortado y evitará la autocrítica.

7. Aprende a decir ‘no’: defiende de manera asertiva y educada tus argumentos, pero hazlo. Así no sentirás que se aprovechan de ti.

8. Expresa tus sentimientos: al verbalizarlos (sobre todo los negativos, como celos o envidia) es posible que te des cuenta de su inutilidad y podrás superarlos mejor.

9. Perdónate: vas a seguir cometiendo errores y aceptarlos es el primer paso para aprender. El perdón es fundamental para estar en paz y vivir un poco más feliz.

10. Modera las críticas: si aprendes a no criticar a los demás, serás también más compasivo contigo mismo.

"Ser bello significa ser tú mismo. No necesitas ser aceptado por otros. Necesitas aceptarte a ti mismo" monje budista Thich Nhat Hanh.

Razones saludables para perdonar

La disculpa nos reporta numerosos beneficios a nuestro bienestar físico y emocional

El perdón es un proceso de liberación, relacionado a su vez con la reflexión y la meditación, necesario para encontrar respuestas. A diferencia de lo que muchos piensan, no es señal de debilidad, ni busca necesariamente la reconciliación, sino que se trata de una fórmula saludable para entender y sentirnos mejor con nosotros mismos.

Sin embargo, cuando estamos implicados en una situación en la que nos sentimos ofendidos, disminuye nuestra capacidad de razonar. Porque si estamos dolidos, la realidad se ve diferente.

El rencor puede perjudicar no solo nuestro bienestar emocional sino también físico. Estudios recientes han comprobado que una disculpa disminuye la ansiedad y la depresión, reduce las tasas de mortalidad y mejora tanto problemas físicos como trastornos psiquiátricos.

Por qué es beneficioso disculparse

  1. Reduce el riesgo de infarto: una investigación publicada en el Journal of Behavioral Medicine concluye que el perdón se asocia a una menor frecuencia cardíaca y a una menor tensión arterial, lo que favorece la buena salud del corazón.
  2. Mejora la autoestima: la disculpa hace trabajar la reflexión, la empatía y la habilidad de ponernos en el lugar del otro. Esto nos ayuda a evolucionar, sentirnos mejor con nosotros mismos y recuperar nuestra autoestima.
  3. Promueve un buen descanso: favorece la calidad del sueño y ayuda, en casos de fatiga e insomnio. Además, el perdón palia las conductas depresivas y de rencor, alivia el estrés y refuerza la paz interior.
  4. Calma el estrés: se ha demostrado clínicamente que vivir con altos niveles de estrés durante años tiene efectos negativos sobre la salud mental. No obstante, las personas con tendencia a perdonar, aún viviendo con estrés alto, presentan un mayor bienestar emocional.
  5. Previene enfermedades: la ira nos sitúa en modo de lucha o huida, lo que puede elevar la tasa cardíaca, la presión sanguínea y aumentar las posibilidades de padecer diabetes, depresión y otras dolencias.
  6. Nutre las relaciones: la disculpa brinda pensamientos, sentimientos y comportamientos positivos hacia la persona involucrada. Igualmente, puede conducirnos a ciertas conductas más altruistas, desinteresadas y generosas.

Cuando perdonamos soltamos el resentimiento y el dolor que cargamos sobre nuestros hombros y abrazamos la aceptación, la reflexión y el afecto.

“El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes.”, Mahatma Gandhi.

Egoísmo sano, el cuidado empieza en ti

Pensar en uno mismo es necesario para poder ofrecer lo mejor de nosotros a los demás

El egoísmo sano o positivo se trata de cuidarse, de pensar en uno mismo y de anteponer tus necesidades a contentar a los demás.  El primer paso para que estemos todos mejor es alejar la mala conciencia y optar por uno mismo. Porque si tú estás mal, poco podrás ofrecer al otro.

Uno debe quererse y cuidarse mucho para poder dar lo mejor de sí mismo a los otros. En esto consiste ‘el efecto tarta’, que ha creado la doctora Marisa Navarro, y que dibuja un pastel para que tú cojas el primer trozo y, después, repartas. La idea es que aquello que no te des a ti mismo, no te lo dará nadie o ,si te lo dan, no lo podrás sentir en su plenitud.

El efecto tarta también dice que no podemos ofrecer aquello que no tenemos, es decir, no podemos dar felicidad si no la disfrutamos. Te proponemos unos sencillos consejos para que te quieras más y puedas ofrecer a los demás la mejor versión de ti mismo.

Aprende a quererte en 8 pasos

  1. Háblate como lo haces con otros: las palabras tienen un gran poder sobre nosotros, pueden ser como una medicina o resultar muy tóxicas. Pueden sanarte o pueden herirte. Háblate con respeto e indulgencia, y usa un lenguaje más positivo y comprensivo contigo mismo.
  2. No pienses tanto: muchas veces analizamos en exceso un tema que nos hace sentir mal, dándole vueltas y más vueltas, generándonos aún más ansiedad. Si tiene solución, intenta remediarlo, si no la tiene, déjalo pasar.
  3. Discute menos: cuando discutimos generamos descargas de adrenalina y cortisol, hormonas que nos producen una sensación de nerviosismo, estrés y angustia. A veces, ceder es la opción más inteligente, porque ahorramos energía y tampoco sirve de nada ganar a costa del otro.
  4. Saca tu niño: con los años intentamos ser personas adultas serias y responsables y olvidamos la capacidad de jugar y de sorprendernos. Disfruta del momento presente, ábrete a lo nuevo y sé más espontáneo.
  5. Aprende a soltar: si sientes que algo te hace daño, no te aferres a ello, suéltalo. No es sencillo, pero existen muchas técnicas que te pueden ayudar a desprenderte. El beneficio merecerá la pena.
  6. Sé rebelde: tenemos muchas obligaciones e imposiciones que nos hacemos o que otros nos hacen, que nos provocan frustraciones, culpa y malestar. Busca estos “deberías” en tu vida y transfórmalos en mensajes positivos y sin obligación.
  7. Elije tus miedos: en muchas ocasiones notamos peligros o amenazas que solo están en la mente. Pero no por ello dejan de angustiarnos. La doctora propone que elijamos nuestros miedos, y no éstos a nosotros, lo que genera un cambio de pensamiento.
  8. Fuera límites: está bien tener claro lo que uno quiere y luchar por ello, pero ser muy rígido puede hacer que nos perdamos infinidad de cosas. Abre tu mente y comprobarás que hay otras posibilidades a tu alcance.
Compartir y no competir nos ayuda a sentirnos mejor.