Todos lo que necesitas saber sobre la diabetes: síntomas, causas y tratamiento

Existen tres tipos de diabetes: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas no es capaz de fabricar insulina suficiente o el organismo no la utiliza de forma eficaz.

Existen tres tipos de diabetes: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional. La diabetes tipo 1 suele diagnosticarse antes de los 35 años y, según la Organización Mundial de Salud, se caracteriza por una producción deficiente de insulina, por lo que hay que administrarla diariamente. Entre los síntomas más frecuentes destacan: aumento de la sed y de las ganas de orinar, pérdida de peso, aumento del apetito, cansancio y visión borrosa.

La diabetes tipo 2 se diagnostica, por lo general, a partir de los 40 años y se produce cuando el cuerpo no es capaz de utilizar la insulina de forma adecuada. Suele presentar los mismos síntomas que la diabetes tipo 1, pero en etapas más tardías y no en el inicio de la enfermedad.

Por su parte, la diabetes gestacional, destaca la Fundación Española del Corazón, aparece durante el embarazo y después del parto. Se diagnostica por pruebas prenatales.

TRATAMIENTO PARA LA DIABETES

Para la diabetes tipo 1, el tratamiento consiste en la administración de insulina de por vida para manejar los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre. Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón, hay varios tipos de insulina disponibles dependiendo de su acción y efecto en el tiempo: de acción rápida, de acción corta, de acción intermedia y de acción prolongada.

Por otro lado, para controlar la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional se debe llevar una dieta saludable y hacer ejercicio físico con regularidad. También puede ser necesario el uso de antidiabéticos orales.

Entre los grupos de alimentos que se deben consumir están las verduras, frutas, proteínas, lácteos bajos en grasa y granos integrales. Por el contrario, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón recomienda evitar alimentos fritos y ricos en grasas saturadas, alimentos con alto contenido en sal, dulces y bebidas con azúcares añadidos.

¿QUIÉN TIENE MÁS RIESGO DE DESARROLLAR DIABETES?

La Fundación Española del Corazón destaca, entre otros, estos factores de riesgo: tener antecedentes familiares de diabetes, sedentarismo, hipertensión, haber tenido diabetes gestacional, alteración en el colesterol, antecedentes de enfermedad cardiovascular y tener ovarios poliquísticos.

¿Cuánto azúcar se puede consumir al día?

Recomiendan reducir el consumo de azúcar. Te contamos por qué y cómo hacerlo.

De promedio, una persona consume mucho más azúcar del necesario. La cantidad máxima recomendada, según la Organización Mundial de la Salud, es de 25 gramos de azúcar diarios (6 terrones, y un terrón de azúcar equivale a 4 gr).

Sin embargo, el consumo diario de azúcar de la población española (100 g/día) es casi dos veces superior a la cantidad diaria aconsejada por la OMS.

Azúcares libres o añadidos

El azúcar es un tipo de carbohidrato que el cuerpo usa para producir energía. Podemos encontrarla de forma intrínseca en los alimentos (frutas) o añadido posteriormente (miel, zumos, bebidas).

Los nutricionistas desaconsejan, especialmente, el consumo de azúcares añadidos o libres, es decir, aquellos que se añaden a la mayoría de productos procesados (bollería industrial, refrescos), ya que aportan calorías innecesarias y son los responsables de la obesidad, la diabetes tipo 2, la caries y las enfermedades cardiovasculares.

Cómo disminuir el consumo de azúcar

Come más vegetales: el azúcar de las frutas no cuenta como azúcar añadido. Es más, son muy sanas si las tomamos enteras (no en zumo).

Revisa la etiqueta: cuando hagas la compra, lee las etiquetas y suma las cantidades. Por ejemplo, un brik de batido de frutas de 330ml contiene 30,1 gramos de azúcar (7,7 terrones).

 Elimina los azucarados: huye de pasteles, magdalenas, dulces, refrescos y zumos. Reemplaza las bebidas azucaradas por té de hierbas o café sin azúcar o agua mineral.

No elijas azúcar moreno: el azúcar blanco se compone casi en su totalidad por sacarosa. El moreno contiene un 85% de sacarosa, y agua y minerales en cantidades muy pequeñas.

Cereales integrales: los carbohidratos simples (harina blanca, pasta blanca y arroz blanco) se descomponen en azúcar en el organismo. Sustitúyelos por integrales, más sanos y saciantes.

Endulza sin azúcar: reemplaza el azúcar por especias (canela, nuez moscada, vainilla, anís). Los dátiles, orejones, pasas o puré de manzana pueden endulzar yogures, masas y batidos.

Azúcares artificiales: xilitol, manitol, sorbitol, aspartamo, acesulfamo-K, ciclamatos o sacarina son una alternativa útil con pocas calorías pero nos enganchan al sabor dulce.

Los expertos nos animan a seguir una alimentación más natural y sencilla, basada en frutas y verduras, y limitando los productos manufacturados (más azucarados y calóricos), que pueden menoscabar nuestra salud.

Postres deliciosos y saludables

Hay alternativas sanas, ricas y sin azúcar que seducirán a los paladares más exigentes

La palabra “postre” no tiene porque ser sinónimo de azúcar, chocolate y calorías. Existen multitud de recetas nutritivas, sabrosas y ligeras que son una opción idónea para las sobremesas de nuestros menús. La clave está en los ingredientes que empleemos y en la forma de preparar estos postres, dejando a un lado las harinas refinadas y la mantequilla y optando por frutas, leches vegetales y semillas.

Nuestra salud depende, en gran medida, de lo que comemos, de la actividad física que realizamos y de los hábitos que seguimos. Una alimentación rica en vegetales y baja en azúcares y grasas propiciará un mejor estado de bienestar. En este sentido, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) recomienda que el azúcar no supere el 5% de las calorías de nuestra dieta.

Asimismo, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) asocia un aumento de la ingesta de azúcares libres con un mayor peso corporal, lo que puede suponer un riesgo de desarrollar hipertensión, síndrome metabólico y diabetes.

Dulces sanos y apetecibles

  1. Yogur cremoso con manzana: corta una manzana en gajos y ponlos sobre la plancha caliente para que se concentren sus azúcares y sepan más dulces. Ponlo en el fondo de un vaso y añade encima yogur batido con canela. Es un postre muy digestivo que ayuda a fortalecer la masa ósea, regular el tránsito intestinal y reducir el colesterol.
  2. Mousse vegana de chocolate: bate la pulpa de un aguacate junto con la carne de dos dátiles, dos cucharadas de cacao desgrasado en polvo y un dedo de leche de avena. Esta espuma propicia el buen funcionamiento del corazón, mejora las capacidades cognitivas y calma los estados de ansiedad.
  3. Panacota baja en calorías: cuece unas fresas a fuego bajo y deja enfriar. Diluye gelatina en agua, escurre y mezcla con 50 ml leche desnatada caliente. Bátelo con 250 gramos de queso fresco desnatado. Por último, añade las fresas y ponlo todo en flaneras. Este postre sacia y nutre con un bajo nivel calórico y, encima, aporta vitamina B, vital para nuestro sistema inmunitario.
  4. Chía coco pudin: mezcla en un bol 5 cucharadas de semillas de chía, 4 de coco rallado, 500 ml de leche de coco sin azúcar, 1,5 gramos de estevia, un mango triturado y coco laminado. Tápalo y déjalo 8 horas en la nevera. Recuerda agitarlo antes de servir.
  5. Pastel con frutos secos: dora 25 gramos de nueces peladas, 25 g de almendras y trocea 50 g de higos y 50 g de orejones. Bate 3 huevos y mézclalos con 8 cl de leche y 100 g de mantequilla derretida. Mezcla los huevos con 150 g de harina de trigo y 75 g de harina de arroz, 1 cc de cuatro especias, una pizca de sal y los frutos secos. Vierte en un molde (previamente engrasado) y mete en el horno a 160ºC durante una hora. Este bizcocho es rico en grasa sana monoinsaturada, que nos previene de enfermedades cardiovasculares y coronarias.

Como ves, es posible disfrutar de un postre dulce y sabroso sin que contenga azúcares añadidos. Comienza por habituar a tu organismo a una menor cantidad de productos dulces manufacturados y, poco a poco, aprenderás a apreciar estos pasteles caseros.

Aprovecha la riqueza que ofrece la naturaleza para elaborar nuevas recetas imaginativas.